lunes, 28 de marzo de 2016

Una vida impresionante



“Ese personaje (el narrador de la historia, esto es, Pepper) es un héroe que ha dimitido de la virtud, un títere sin cabeza que exhibe sus polvos y sus lodos con la fruición de un pornógrafo, sus fechorías con el orgullo de un santo, sus chutes con la añoranza de un sibarita, sus cárceles con el realismo de un cirujano, sus disparates con la inocencia de un párvulo, sus viejos amores con la piedad de una hiena, su música con la pasión de un amante incansable y siempre perplejo…No hay pelos en la lengua.”

Es una de las pocas veces que utilizo en mi comentario lo puesto en la contraportada por la editorial, pero es que es una de esas veces en que refleja casi a la perfección lo que es el libro.

A pesar de sus 550 páginas con letra pequeña y formato grande he leído este libro de corrido, sin leer ningún otro al mismo tiempo como suelo hacer, dedicado en cuerpo y alma a penetrar en la vida de este personaje del que desconocía casi todo incluida su música. Siendo el jazz la música que más escucho apenas conocía a Pepper; sin embargo, mientras leía el libro lo ponía como fondo y me ha sorprendido muy favorablemente. Quizá mi desconocimiento anterior se deba a que el instrumento que toca, el saxo alto, no es de los que más me gustan.
Su libro, o mejor, el libro escrito por su tercera y última mujer transcribiendo cintas grabadas por Pepper, no deja indiferente. Es la vida de alguien que la vivió con una intensidad inusual en lo bueno y en lo malo; así: una infancia muy desgraciada, la iniciación muy temprana en el alcohol y las drogas, los amores bastante problemáticos, sus cuatro estancias en la cárcel, incluidas dos en San Quintín, varios años en un centro de rehabilitación y, al mismo tiempo, grabar discos, actuar con varias orquestas o en grupos más reducidos, ser uno de los intérpretes de jazz más valorados. ¿Cómo se puede compaginar todo esto? Reconozco que después de leer el libro sigo sin terminar de entenderlo, pero fue así.
Dos breves fragmentos pueden ser un buen ejemplo de esa vida:

“Me daba cuenta de que a partir de ese momento iba a ser, si queréis que usemos esa palabra, un yonqui. Era la palabra que por entonces se utilizaba. Es la palabra que se sigue empleando. En eso me convertí entonces. Eso es lo que sigo siendo. Y así voy a morir.” (p.110)


“Andaba arriba y abajo por las calles, entraba a robar, en las tiendas también, sin coche ni nada, y tenía que llevarme el botín arrastrándolo por la calle –televisores, ropas, electrodomésticos-,…“ (p.280) (en los años 60-61)

Según la parte que fuese leyendo me iba recordando el libro de memorias de Edward Bunker o el de Dan Fante o Let's Get Lost, el impresionante documental sobre Chet Baker. Con los tres comparte muchas cosas que seguramente tienen también que ver con toda una época sobre todo en los Estados Unidos.
 En este libro todo es remarcable, pero me quedo especialmente con: su peculiar relación con los negros, la vida en la prisión de San Quintín, las escenas con su segunda mujer, sus tribulaciones para pillar droga, sus actividades como ladrón y, desde luego, sus reflexiones sobre la música y su propia música aunque me hubiera gustado que dedicara más espacio del libro a este aspecto.
Además de las memorias propiamente dichas se incluyen entrevistas con familiares y amigos que completan, confirmando o desmintiendo, algunas de las cosas que se cuenta. También se van intercalando varias críticas de revistas especializadas sobre alguno de sus discos y entrevistas al músico.
Completa el libro un Epílogo de Laurie Pepper escrito para la edición de 1994, la primera edición se hizo en 1979 viviendo aúnArt. En él entre otras cosas interesantes cuenta el proceso de elaboración del libro que fue largo, unos siete años, y complejo. Casi al final del Epílogo hay un par de momentos muy emocionantes en los que se me ha hecho un nudo en la garganta. Hay también una buena y muy representativa colección de fotos.
Un libro muy recomendable y no solo para aficionados al jazz. Asistimos a una vida realmente diferente contada además con una agilidad narrativa sorprendente para quienes no son profesionales de la escritura.
Lógicamente salgo de la lectura con el deseo y el compromiso de escuchar más la música de uno de los grandes del jazz.



Art y Laurie Pepper, Una vida ejemplar

1 comentario:

  1. Has llevado a cabo una excelente reseña. Pepper es uno de mis músicos favoritos y el libro que hace tiempo que lo tengo, es de una crudeza sencillamente "abrumadora".
    Un libro a reeler.
    Un saludo.

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