En un tiempo como el actual de grandes
aceleraciones y parones bruscos debería haber más artículos que reflexionasen y
planteasen alternativas y explicaciones. No es así y en la prensa es raro
encontrar escritos que puedan ayudar a hacer esa reflexión. Bueno, en general
se puede decir que llevamos dos o tres semanas en que han desaparecido hasta
los artículos críticos hacia Podemos si exceptuamos los del ínclito
Antonio Elorza.
A pesar de lo dicho hay dos artículos que creo
que plantean temas interesantes:
Josep
Ramoneda escribe sobre las defensas que se hacen de lo positivo de las
desigualdades. (El País)
Joan
Subirats ofrece una entrevista a Guillem Martínez en la que se plantean
muchos temas y se dan visiones que no son las habituales en los medios. (ctxt.es)
Cambiando de tema. Esta semana, y por primera
vez, me animo a recomendar otras cosas que nos hagan tener otros sentimientos
diferentes de los que nos producen la información sobre lo que pasa
diariamente. Son dos series de televisión.
Making a murderer. Hacía tiempo, creo que
desde The Wire o Los Soprano, que una serie no me tenía tan
obsesionado y atento. Es una serie documental de 10 capítulos de una hora
en la que todo es real y no hay ninguna reconstrucción. El trabajo de búsqueda
y montaje me parece excepcional y la idea que da del sistema policial y
judicial estadounidense es bastante preocupante. No puedo contar nada del
contenido porque enseguida haría spoiler, pero es de esas series que
hacen historia, creo. Tengo que advertir que a mí me produjo ansiedades
varias.
Si alguien ha visto The Jinx, esta
se la recordará en más de un momento.
Mozart in the jungle. Una serie en las
antípodas de la anterior. Una comedia que tiene como gran aportación que la
protagonista es una orquesta sinfónica y, más en concreto, su director del que
Gael García Bernal hace una auténtica creación. Con ese protagonismo no faltan
los momentos en los que podemos disfrutar de buena música. Son capítulos de
poco más de 20 minutos en general amables porque hasta las tensiones están
tratadas sin que llegue las sangre al río.
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