Cada vez que encuentro en
una librería un libro sobre periodismo en particular o información en general,
procuro comprarlo. Hace ya tiempo que vengo pensando, y más de una vez lo he
escrito así en este blog, que la batalla principal en estos últimos tiempos es,
precisamente, la batalla por la información.
El libro de Rius es un buen
peldaño para profundizar en la crisis actual del periodismo y plantea también
en su parte final algunas pautas para la reconstrucción de un auténtico
periodismo, de una verdadera información. Aunque se centra fundamentalmente en
la prensa escrita y algo en la digital, lo que plantea es válido para cualquier
medio de comunicación en lo que a información se refiere.
Dice Rius: “El impacto de
Internet, la apuesta por grupos multimedia y la recesión de 2008. Aquí tenemos
tres grandes culpables de la crisis de la prensa escrita.” (p.241)
Sobre esa apuesta por los
grupos multimedia, reproduce un texto de Gervasio Sánchez (para Rius uno de los
periodistas más libres que hay en el país):
“Por desgracia, el desembarco de poderes
extraños al periodismo hace tiempo que empezó en el periodismo español. Los
responsables de estas empresas, que odian la libertad de prensa, exigen
directivos pusilánimes y cobardes dispuestos a decir hoy “sí” a lo que ayer era
“no” y convencer a sus subalternos de que es el mejor camino para sobrevivir.
Directivos que desprecian el rigor y la
independencia y privilegian sus propios intereses sobre la búsqueda de la
verdad. Que impiden que se pueda informar sin tener en cuenta las estrategias
cada vez menos escondidas y descaradas entre medios de comunicación y
partenaires políticos y económicos.” (p.66)
Otro de los graves problemas
que tiene la profesión es el cada vez mayor sectarismo. Es omnipresente en los
medios audiovisuales, pero desde luego también existe en los escritos. Aquí
cita a Ramon Miravitllas quien, en Los nuevos déspotas del periodismo político, ve un “magno combate de sectarismo contra sectarismos entre dos titanes de la
gobernanza, el político profesional y el político impostor, léase el
periodista. Entre dos torres demasiado gemelas, porque en el revoltijo
subversivo de periodistas y políticos ya no se diferencia a unos con otros
cuando discursean, insultan o indultan. Periodistas de fuertes posiciones
previas se echan cada día a la arena política inmediata, crean su lógica
personal de verdad y mentira, mezclan información, opinión, ignorancia y mala
fe, se expresan con violencia retórica de wéstern, construyen realidades
interesadas apañando textos a sus deseos y ya no luchan por la calidad, sino
por el éxito político, ni tampoco por la noticia sino por ser noticia, incluso
conspirativa.” (p.83)
Cualquiera que vea cinco
minutos una tertulia de televisión o escuche una de radio se puede encontrar
con variados ejemplos de este tipo de especímenes.
Frente a todo ello:
“El periodista debe bajar
del pedestal para mantener un diálogo permanente con sus lectores. Aunque la
esencia del periodista es la de siempre: la verificación, la crítica al poder,
el rigor, las buenas historias bien contadas, la distinción entre información y
opinión.” (p.163)
El autor dedica un apartado
al final del libro a comentar los “diez valores seguros para recuperar la
credibilidad” que serían: Rigor, veracidad y calidad; confianza; crítica y
control democrático; independencia; honestidad y compromiso ético;
transparencia; mirada propia y relevancia; pluralidad, cohesión y comunidad;
profundidad; participación.
Como se ve todo un programa
de profesionalidad y ética que, hoy por hoy, cumplen muy pocos. Hace unos días
publicaba una entrada sobre Todos
náufragos, el libro en el que Ramón Lobo hace, entre otras cosas, varias
reflexiones sobre su profesión en la misma línea que apunta Rius. Precisamente
Lobo es uno de los periodistas citados por Rius como gran profesional y ejemplo
de periodismo independiente.
Un libro muy interesante y
completo sobre tan trascendental tema.
Hay una buena entrevista de
Alfredo Sáez en elperiodico.com y una útil reseña en europapress.es.
Josep Carles Rius, Periodismo en reconstrucción. De la crisis
de la prensa al reto de un oficio más independiente y libre
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