Este libro se me pasó en su día, la primera edición
en España es de 2007 aunque fue escrito en 1999, lo que me sorprende visto
desde hoy porque la revolución sandinista fue uno de esos momentos “históricos”
que se viven con mucha atención. Además, ya conocía a Ramírez como
escritor al haber leído en 1988 su obra Castigo divino. Sea como fuere, el caso
es que me pasó inadvertida esta publicación que ahora me ha encantado
descubrir.
El libro tiene una interesante introducción en la
que el autor hace una puesta al día de la situación, tal y como está en 2007
con un Daniel Ortega muy cambiado en todos los sentidos, que puede ayudar a
entender el conflicto actual en el país para quienes no seguimos ya las pocas
informaciones que desde allí llegan y que se suelen limitar a las imágenes
cuando hay problemas de orden público con escenas violentas.
Después, el texto está dividido en trece capítulos y
un Epílogo. La mayor parte de los capítulos tratan de los prolegómenos de la
llegada al poder, incluyendo los tres primeros en los que se plantean temas que
podríamos considerar de alguna manera teóricos y en los que ya aparece alguna
autocrítica, y solo en los tres últimos
asistimos a los problemas ya en el poder y con una guerra civil añadida.
Ramírez ha escogido una forma muy acertada para
narrar los hechos y es no hacerlo a partir de un mero desarrollo cronológico, sino
que en cada capítulo se suele centrar en un aspecto o en un momento para lo que
además escoge a un personaje que tuvo relevancia en ello. Así, en el 5 el tema
del marxismo-leninismo con Fidel como personaje; en el 7 las relaciones con USA
y Carter; en el 8 la ampliación de la base social con J.P.Chamorro; en el
9 la situación de la Iglesia y el obispo Obando, etc.
De esta manera va relatando todos los avatares y la
multitud de problemas a los que tuvo que hacer frente la organización de la
revolución y de la lucha armada hasta su triunfo. Cuenta, con mucho detalle a
veces, el contenido de reuniones con diferentes líderes de otros países, e
informa de la ayuda recibida tanto en dinero como en armas de países como Cuba
o Venezuela y, desde luego, de las facilidades que tuvieron siempre en Costa
Rica. En este sentido el libro es tremendamente interesante porque facilita de
forma muy clara la comprensión de cómo se organiza un proceso revolucionario
para la toma del poder.
Pero, obviamente, también resulta apasionante la
parte final en la que da cuenta de los muchos errores que se cometieron ya en
el poder, incluso más allá de la difícil situación ante la guerra civil que se
inició por parte de los elementos contrarrevolucionarios con el apoyo de los
Estados Unidos. Errores como, por ejemplo, la incomprensión del campesinado por
la dirigencia del FSLN que les llevó a una reforma agraria que puso a ese
importante sector en contra del gobierno; o los planes faraónicos a los que se
dedicaron ingentes cantidades de dinero sin apenas obtener resultados: o, en general,
la mala gestión económica que llevó a tener la inflación más alta del mundo. En
estas páginas es donde hace Ramírez la mayor crítica e incluso autocrítica
teniendo en cuenta que él era Vicepresidente en esos gobiernos.
Algunas cosas más concretas que me han llamado la
atención son entre otras muchas: las justificaciones que dieron para el estilo
de vida que tenían que tener los dirigentes de la revolución; el apoyo de Cuba
que siendo algo que parece bastante obvio, no lo es tanto por el hecho de que Fidel
les recomendase mantener el pluralismo político y una economía mixta; o que el
embajador de Taiwan que siendo un país que apoyaba a Somoza les entregara un cheque de 100.000 dólares.
Resumiendo mucho se podría decir que la mayor parte
del libro se dedica a mostrar la lucha por el cambio basada en las grandes
ilusiones despertadas, pero que, como refleja en la parte final, quedan en parte frustradas por la guerra y
los errores propios.
Un libro que está, además, magníficamente escrito y
en el que resulta fácil seguir el hilo aunque no se conozca a muchos de los
personajes que intervienen. Solo en algún momento, particularmente en el
capítulo 4, el texto está un poco deslavazado y es más difícil de seguir.
El libro termina cuando los sandinistas pierden las
elecciones en 1990 como ya venían prediciendo las encuestas. Aquí me ha
parecido especialmente interesante el siguiente fragmento por la actualidad que
puede tener hoy en algunos países de Europa:
“Al fin y al cabo, los pobres nunca serían capaces
de clavarse el cuchillo ellos mismos. Y cuando las encuestas nos dijeron lo
contrario, que también perdíamos respaldo en los sectores más humildes,
tratamos de corregir las encuestas.” (p. 274)
Un libro que recomiendo sobre todo a los que
siguieron a finales de los setenta y durante los ochenta todo lo que sucedía en
Nicaragua. Lógicamente se trata de la versión de una parte y, por lo tanto, no
será toda la verdad, pero tiene visos de ser al menos una parte importante de
ella.
Hay una buena reseña de Ciper en ciperchile.cl.
Sergio Ramírez, Adiós
muchachos. Una memoria de la revolución sandinista.
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