La editorial Acantilado está demostrando con la
publicación de la obra de Zweig que estamos ante un escritor que no solo tuvo
un éxito tremendo en su época, sino que se trata de un auténtico clásico cuya
obra, en su inmensa mayoría, sigue perfectamente vigente hoy en día. Claro, yo
soy bastante sospechoso de parcialidad porque en la serie que dedico en el blog
a mis autores favoritos he puesto a Zweig en segundo lugar, pero creo que el
hecho de que se siga reeditando su obra demuestra que hay mucha gente que
participa de la misma opinión.
Además estamos ante un autor con muchas facetas.
Así, escribió ensayos sobre temas tan variados como: literatura, religión,
historia, etc.; fue un gran biógrafo como lo atestiguan textos como Fouché,
María Antonieta, etc.; sus memorias son un libro fundamental para entender el
primer tercio del siglo XX y, finalmente, su copiosa producción narrativa
ofrece textos muy variados y espléndidos de lo que algunos llaman, no sé si con
razón o no, “novela psicológica”.
Valga toda esta larga introducción para ahorrarme
decir demasiadas cosas sobre este magnífico librito -apenas 133 páginas en
formato bolsillo-, sobre Américo
Vespucio. En él está representado lo mejor del autor: un tema curioso e
interesante, como es la discusión sobre por qué se puso el nombre de América al
continente occidental; la utilización de documentación de variada procedencia,
así como la discusión sobre su mayor o menor fiabilidad y, sobre todo, la
inmensa capacidad de Zweig para contarlo todo con una claridad, una agilidad y
una riqueza de vocabulario que han hecho de él uno de los autores más leídos de
la historia.
Puede que algunas de las cosas que dice hayan sido
superadas por investigaciones posteriores, pero esto pasa con todo libro que
toque temas históricos. Lo que seguramente no superarán es su capacidad de
poner al alcance de cualquier lector un tema como este.
Si el año pasado se reeditó su novela Miedo y en 2017 Clarissa, espero que este año la editorial siga ofreciéndonos
novedades.
Stefan Zweig, Américo
Vespucio. Relato de un error histórico. Traducción Joan Fontcuberta.
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