jueves, 22 de agosto de 2019

Continúa el ciclo



Este es el segundo volumen de la serie de cinco que escribió Tisma para el ciclo titulado Ramas entrelazadas. Es el tercero que leo ya que, como suele ser habitual en mi caso, empecé el ciclo por la lectura del último, El Kapo. Es el que más me ha gustado y el que me parece el más completo.
El libro tiene dos partes bien diferenciadas aunque el autor no lo marca con ninguna señal especial. En la primera, que se desarrolla como es lo habitual en Tisma en Novi Sad, nos va mostrando diferentes personajes, tanto serbios, como húngaros, alemanes o judíos, que habitan pacíficamente en la ciudad, paz que se verá alterada tras la invasión por las tropas alemanas. De entre ellos destacan Vera Kroner, hija de un judío casado con una alemana, y Sredoje Lazukic, hijo de un abogado serbio muy nacionalista. Ambos serán los protagonistas de la segunda parte que se centra casi exclusivamente en los diferentes avatares por los que atraviesan. Vera será deportada a un campo de concentración del que logrará regresar y  Sredoje marchará a Belgrado con su padre y, aunque negociará con soldados alemanes la venta de objetos, terminará de partisano.
La historia de Vera está contada yendo de adelante hacia atrás y así vemos primero su regreso del campo y los problemas de adaptación con comportamientos que solo se entenderán cuando sepamos su vida en el campo. Este apartado, además de ser el más largo del libro, es para mí lo mejor del libro  y constituye en sí mismo un relato completo. También es  bastante novedoso ver los problemas de esa adaptación. No ocurre lo mismo, sin embargo, con el viaje y estancia en el campo que, aunque narrada en primera persona y sin ahorrar ninguna escena de gran dureza, no hace sino reflejar algo que ya se ha leído en muchos relatos de supervivientes.
Tisma es un gran narrador y relata las cosas con la mayor naturalidad, parece que las cosas suceden de esa forma porque no podrían suceder de otra. En algún momento he tenido dificultad para seguir la trama, sobre todo en la primera parte, por la alternancia de los tiempos, pero he podido seguir bien el relato.
En varios momentos del libro hay tres capítulos que recogen escenas y momentos de diversos personajes de forma correlativa. Tisma los inicia con las frases siguientes: “Escenas callejeras”, “Muertes naturales y violentas” y “Otras partidas de casa”.
Un libro muy recomendable porque aunque trata temas bastante conocidos, lo hace de una manera magnífica tanto por la forma como por el fondo, dando a  sus personajes una impronta que deja huella en el lector. Lo bueno es que aún me quedan por leer dos libros del ciclo.
Hay dos buenas reseñas: la de Rafael Narbona en elcultural.com y la de Francisco Martínez en brujulasyespirales.blogspot.com.


Aleksandar Tisma, El uso del hombre. Traducción Luisa Fernanda Garrido y Thiomir Pistelek.




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