Llevo mucho tiempo viendo este libro expuesto en
lugar visible en las librerías y,
además, teniéndolo en casa, pero al tratarse de relatos y de una
escritora anglosajona me echaba para atrás. Fue a partir de la entrada que le
dedica Elvira Lindo en su último libro cuando me decidí a su lectura. Mi escasa
afición a los relatos la estoy corrigiendo algo últimamente y con buenos
resultados; así los libros de Adichie, Piñeiro, Ginzburg, Saroyan o Anderson
(Sherwood), por citar algunos de memoria, por lo que no termino de entender mi
manía a este género y tengo que reconocer también una vez más el error que
supone no atender más a él tras leer el algo más que magnífico libro
de Berlin, un libro que seguro estará en mi selección de las mejores lecturas
del año.
Se recogen en él 43 relatos que, imagino porque
vienen sin fechar, abarcan todas sus épocas desde los sesenta hasta su temprana
muerte. La inmensa mayoría son muy buenos (apenas dos o tres me han parecido
algo flojos) y algunos pueden estar entre los mejores que he leído. Yo
destacaría: el que da título al libro, Su
primera desintoxicación, Buenos y malos y Mijito, en este por ejemplo logra una gran fuerza dramática y una
gran emotividad.
Berlin utiliza principalmente la primera persona
femenina. Solo dos o tres tienen protagonista y narrador masculino. También en
dos o tres usa el perspectivismo con muy buenos resultados.
La auténtica protagonista es, desde luego, la autora
ya que como se comenta tanto en el prólogo como en la Introducción los relatos
son fundamentalmente autobiográficos.
También hay una fuerte presencia de su hermana Sally, sobre todo por su
enfermedad (cáncer) y de su madre, a la que dedica el relato Mamá.
Los temas son variados y abarcan todo lo que supone
la vida de una persona si bien hay una cierta preponderancia de temas como: el
alcohol, los varios maridos (y amores), los hijos, los diversos trabajos que
realizó y los muy diferentes lugares en los que vivió.
Lydia Davis afirma en el prólogo lo siguiente:
“¿Será por
eso por lo que resulta casi imposible
abandonar una historia de Lucia Berlin una vez empiezas? ¿Será porque no dejan
de suceder cosas? ¿Será también por la voz que narra, tan atrayente, tan cercana?
¿Junto con la economía, el ritmo, las imágenes, la lucidez?” (p. 14)
Y es que, efectivamente, no dejan de suceder cosas
en ninguno de ellos. Vemos la vida de la gente y de sus protagonistas contada
de una manera magistral. En muchos nos quedamos con las ganas de que la autora
los hubiese continuado, nos gustaría saber más de los personajes en ese
momento. En otros nos sorprende con un final inesperado y resuelto en apenas
dos líneas.
Un libro del que se pueden decir muchas cosas, de
hecho se pueden decir casi de cada relato, pero lo fundamental es recomendarlo
fervientemente. Creo que nadie se arrepentirá de haberlo leído.
Es muy interesante también leer la reseña de José María Guelbenzu en elpais.com que termina nada menos que con la siguiente
frase: “Creo que nunca he leído a una mujer más inteligente, sensible, tierna y
valiente que Lucia Berlin”.
Lucia Berlin, Manual
para mujeres de la limpieza. Traducción Eugenia Vázquez Nacarino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario