sábado, 12 de diciembre de 2020

La Australia profunda



La editorial habla de novela de culto y el prologuista de filme de culto a su adaptación cinematográfica. Me reconozco ateo convencido tanto en el aspecto religioso como en el cultural, es decir, no creo en que nada sea de culto, no me gusta ese concepto. He leído novelas así catalogadas y visto películas que me han encantado y otras que no me han gustado nada. Hay novelas que representan muy bien una época y lo mismo pasa con el cine, pero son eso, representativas, nada más pero también nada menos.

Este Pánico al amanecer me parece una magnífica novela y más teniendo en cuenta que es la primera de su autor que apenas tenía treinta años cuando la escribió.

Del extenso e interesante Prólogo de Kiko Amat rescato dos frases que me parece que reflejan muy bien la obra, pero también un cierto exceso (de ahí lo del “culto”):

“(…) una novela única, casi un género en sí misma, cuya trama y paisajes más terribles se quedan  impresos en la mente del lector para el resto de su vida, igual que si fuesen tatuajes”. (p. 7)

“(…) antiposmoderno hasta el tuétano, detestaba la atención al lenguaje por sí mismo y solo anhelaba contar buenas historias con un estilo conciso, desprovisto de adiposidad y filigranas”. (p. 7)

Totalmente de acuerdo con el estilo que es una de los grandes méritos de la novela y mediante el cual retrata muy bien tanto los lugares como los personajes. Eso sí, lo de los tatuajes creo que es un poquito exagerado.

La novela se lee de un tirón gracias a ese estilo y a la historia que cuenta. Un joven maestro de un pueblo aislado en medio de la zona desértica del oeste australiano coge las vacaciones y pretende ir a Sydney a ver a su novia. Primero tiene que llegar a otro pueblo también en la zona desértica para desde allí iniciar el viaje. A partir de ahí todo se le irá torciendo ya que se emborrachará constantemente, perderá su dinero en un absurdo juego de apuestas, se dedicará a cazar canguros en la noche de los que se aprovecha solo una pequeña parte para alimentar a los perros, tendrá un fracasado intento de relación sexual, y… (mejor no sigo porque sería destripar el libro).

Aquí están todos los elementos de la historia: alcohol a chorros, violencia contra los animales, habitantes de la zona bastante primarios aunque sí resultan muy hospitalarios sobre todo pagando cervezas u ofreciendo cama y comida, calor sofocante, polvo y sudor en cada escena, juego como único entretenimiento, etc.

En definitiva, una novela muy entretenida y que pone en contacto con una zona bastante desconocida de Australia; zona que, por lo dicho, resulta bastante desagradable.

Otro gran acierto de una editorial como Sajalin que no ha parado de poner al alcance del lector magníficos textos a través de su colección “al margen”.

Hay dos reseñas interesantes: la de Jonathan Mayorga en librosyliteratura.es y la de Oriol en unlibroaldia.blogspot.com

Acabo de ver la película que es una buenísima adaptación: Merece la pena verla.

 

Kenneth Cook, Pánico al amanecer. Traducción Pedro Donoso.

 

 

 

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