El nombre de este premio
Nobel norteamericano aparece de vez en cuando en el blog, bien para comentar
alguna novela que se reedita, o simplemente, como hace muy poco, para constatar
que es uno de los pocos escritores de esa procedencia a los que sigo.
Esta novela no será
seguramente una de sus grandes obras, pero tiene los alicientes suficientes
para despertar el interés del lector y una escritura tan sólida como siempre
para disfrutar de su lectura.
La historia es muy simple:
un conjunto de personas se desplazan en autobús entre dos localidades de
California, en los años cuarenta, poco
tiempo después de terminada la guerra mundial. En ese conjunto hay una buena
representación de la sociedad norteamericana. Así: un excombatiente que ahora
se ha convertido en vendedor de raros artilugios de broma; un empresario que va
con su mujer y su hija en viaje de placer a México; una camarera que trabaja en
la estación de autobuses que se va hacia Los Ángeles buscando un futuro mejor; el
conductor del vehículo, curiosa mezcla de padre mexicano y madre irlandesa, y
su esposa alcoholizada, seguramente por la poca atención que recibe del marido;
una joven “rubia” y muy guapa que vuelve a Los Ángeles después de un tiempo en
que ha estado trabajando fuera, etc.
Un conjunto como se puede
apreciar muy variopinto con el que Steinbeck nos muestra algunos aspectos de la
sociedad del momento: insatisfacción, ambiciones, frustraciones,… a partir de
la interrelación que se establece entre los protagonistas en los distintos
ambientes en los que se desarrolla la novela: la estación de autobuses, el
propio vehículo, una gasolinera donde tienen que parar porque la lluvia ha
destruido un puente por el que tenían que pasar,…
Para ello, el método del autor
es bastante teatral pues va montando, en muchos de los 22 capítulos de que
consta la obra, escenas en los distintos ambientes en las que van entrando y
saliendo los diferentes personajes. Por otro lado, tiene también algún capítulo
dedicado casi de forma monográfica a alguno de ellos.
Buenos diálogos, excelente
forma de dar las entradas y las salidas y coherencia en las reacciones de los
personajes hacen que la lectura sea muy interesante aunque no exista una trama
propiamente dicha; tan es así que termina en un momento como podría haberlo
hecho en otro anterior o haber seguido contándonos la continuación el viaje.
Todo narrado, como es
habitual en el autor, con un elevado grado de realismo y con mucha atención a
los detalles, tanta que, por ejemplo, un personaje secundario dedica más de una
página a describir a una de las pasajeras.
Como decía al principio, no
estamos ante una de la grandes novelas de Steinbeck, pero sí lo suficientemente
buena como para que sea recomendable su lectura.
Se hizo la adaptación al cine en 1957.
Hay una buena reseña, en la
que se describen muy bien los distintos
protagonistas, en confiesoqueheleido.blogspot.com.
John Steinbeck, El autobús perdido. Traducción Federico
y Antón Corriente.
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