martes, 5 de diciembre de 2023

Un repaso de nuestro mundo



Bueno, vamos con otro libro de Caparrós y van…De hecho es uno de los escritores que aparece en la sección del blog sobre mis autores favoritos. Obviamente no he leído todo lo que ha publicado porque es muy prolífico, pero sí creo haberlo hecho con lo fundamental, tanto en ficción como en su labor periodística que, por otra parte,  es de las más relevantes que existen hoy en día en lengua castellana.

Para esta “historia del presente” Caparrós se inventa una historiadora que dentro de cien años elabora un manual sobre cómo era el mundo cien años antes. En definitiva, lo que hace, basándose en los artículos que publicó en El País entre octubre de 2022 y abril de 2023, es resumir en qué mundo habitamos.

Así, a lo largo de los 25 capítulos que componen el extenso texto, 427 páginas, se pueden leer informaciones sobre temas que van desde la población del mundo hasta la alimentación pasando por las diferentes formas de ocio para terminar con la variedad de religiones. Se habla de política, de sociedad, de cultura, de mentalidades, de usos y costumbres, de educación, de salud, de geopolítica, etc.

He dicho que se pueden leer informaciones porque en lo fundamental se trata de un libro en el que se premia la descripción al modo de esa historia positivista tan querida por algunos, pero, claro, tratándose de Caparrós no se podía quedar solo con eso y también hay bastantes reflexiones y opiniones. Algunas las hace, como suele ser habitual en sus trabajos, introduciéndolas con fragmentos entre paréntesis, pero otras están incluidas en el propio desarrollo del tema.

Cada uno de los capítulos se acompaña de un apartado breve, apenas un par de páginas, en el que plantea casos individuales para ilustrar el tema tratado. Así, encontramos desde un migrante africano hasta Ferran Adrià pasando por Putin, Messi o el mismo Ratzinger.

Como ya sucedía en ese gran libro que es El Hambre, hay una gran cantidad de datos que el autor maneja muy bien de tal manera que no hace que los árboles no nos dejen ver el bosque. Tiene Caparrós una rara habilidad para no abrumar con ellos y, sobre todo, para darlos de una forma muy inteligible huyendo de esos tantos por ciento que tanto daño hacen en tantos textos. Eso sí, y aquí va una breve crítica: no se da nunca referencias de las fuentes ni siquiera en un apéndice al final del libro. Lo mismo pasa con las citas, no muy numerosas, de las que apenas conocemos a un par de autores.

En un libro que abarca tantos aspectos de la realidad, cada lector puede tener más interés en unos que en otros. Hay, claro, algunos que dan una información muy básica que conocerá cualquier lector mínimamente informado, pero tampoco está mal que queden aquí recogidos. Al mismo tiempo, se pueden encontrar cosas  como, por ejemplo: el proceso por el que pasa un plátano hasta llegar al consumidor final, o las razones para que exista un cuerpo militar femenino en el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, o  la idea de que se tenga que demostrar un conocimiento de las propuestas de los partidos para poder votar, cosas que yo desde luego desconocía totalmente.

Antes mencionaba la existencia también de reflexiones y opiniones. Voy a dejar constancia de dos que me parecen especialmente interesantes además de compartirlas en su totalidad:

 

Refiriéndose a la guerra que se inicia por la invasión rusa de Ucrania, afirma:

 

“Pocos procesos ilustran mejor la visión que tenía aquella sociedad de sus problemas: le interesaban cuando eran nuevos, se asustaba, se indignaba, reaccionaba airada, y después se iba acostumbrando hasta que, al final, aquello que poco antes le había parecido intolerable desaparecía de su foco de atención”. (p. 373)

 

Muy distinta es la siguiente, pero refleja bien la sensación de fracaso que podemos tener alguna gente de nuestra generación:

 

“Así el problema principal del cambio social parecía ser que no había tanta gente que lo quisiera. Querían tener un poco más, vivir “mejor”, pero no creían que para eso hubiera que conseguir nuevas estructuras sino un buen trabajo. Eran, aparentemente, la mayoría, y eso, por supuesto, desesperaba a los que trataban de imaginar sociedades colectivamente mejores. Es difícil, cuando alguien se ha pasado la vida pensando en los destinos de la humanidad, aceptar que la mayor parte de la humanidad piensa en su propio destino. Era – y es- difícil y molesto y desalentador y todas esas cosas”. (p. 424)

 

En fin, estamos ante un libro muy interesante, del que se puede sacar mucha información y también con el que se puede, y se debe debatir. Yo, por ejemplo, matizaría algunas cosas que dicen sobre la corrección política o sobre el ecologismo. Pero esta es precisamente su principal virtud: hacer que el cerebro del lector se active.

 

Martín Caparrós, El mundo entonces. Una historia del presente.

 

jueves, 30 de noviembre de 2023

La dura realidad latinoamericana


Otro gran ejemplo, y van ya bastantes en poco tiempo, del magnífico periodismo que se hace en Latinoamérica (utilizo este término porque es el que se utiliza en el libro, yo suelo usar otros). En un par de años son varios los libros de periodistas de la zona que he comentado en el blog. Todos me han dejado su particular huella y todos me han dado unas informaciones que, desgraciadamente, aquí apenas llegan salvo en el caso de que se trate de hechos que provoquen grandes conmociones.

En el libro los editores han recogido ocho artículos de una extensión bastante similar y con temas no solo muy actuales, sino sobre todo que dejan constancia de las dificultades por las que atraviesan esos países en diferentes aspectos.

Dejo a continuación una breve referencia del autor/a y del tema:

Argentina. Estefanía Pozzo explica muy bien todo el proceso vivido hasta concluir con la ley del aborto.

Perú. Joseph Zárate narra con detalle y gran expresividad las manifestaciones en las que se produjeron dos muertos.

Colombia. Juan Cárdenas se centra en el Pacífico colombiano y la importancia de las diferencias territoriales de las que no tenía noticia alguna. Además, presenta a una maestra líder de la zona que es un gran personaje.

México. Elena Reino. Desgraciadamente, este país una vez más está presente con el tema de la violencia de género. Un artículo sobre una realidad brutal. Las tres últimas páginas son especialmente buenas y estremecedoras.

Nicaragua. Wilfredo Miranda Aburto deja constancia del aterrador proceso en que entró ese país gobernado con mano de hierro por quienes, como Daniel Ortega, lideraron la revolución sandinista que tantos apoyos, incluido el mío, tuvo en su momento.

Chile. Yasna Mussa narra con detalle las manifestaciones surgidas a partir de la subida del precio de los billetes del transporte, pero que manifestaban un descontento muy generalizado sobre la situación del país.

Cuba. Carlos Manuel Álvarez hace un resumen de lo que ya contó en Los intrusos sobre su presencia en La Habana, él vivía en Nueva York, en el encierro que hicieron en protesta primero por la detención de un artista y luego de un rapero.

Puerto Rico. Ana Teresa Toro. Para mí ha sido una de las sorpresas del libro porque si en general conozco relativamente poco de lo que sucede en la zona, en el caso de Puerto Rico mi desconocimiento es total, enciclopédico, y la periodista lo explica todo de forma muy clara.

Como se ve, en el libro hay de todo y todo muy interesante y muy bien escrito utilizando desde el lenguaje más coloquial de Reina, hasta el más literario de Álvarez, pero siempre explicando las cosas de forma clara y con una gran capacidad de narración y comunicación.

Hay mucha rabia acumulada en el continente porque, además, en los países que faltan también se acumulan agravios de todo tipo y porque en los que sí aparecen en el libro lo que en él se cuenta no es, desgraciadamente, todo lo que provoca esa rabia.

Un libro cuya lectura es muy recomendable para cualquiera que se interese por la zona porque, seguramente, es difícil encontrar un texto en el que se traten tantos aspectos de esa realidad y se haga con tanta calidad.

Hay una extensa y muy interesante entrevista de Pablo Concha con Budasoff en librosyletras.com.

 

Javier Lafuente y Eliezer Budasoff (eds.), Rabia. Crónicas contra el cinismo en América Latina.

 

 

 

 

 

viernes, 24 de noviembre de 2023

Un Khadra diferente

 

Hace poco más de un mes, cuando comentaba la última novela de Khadra, decía que me había dado cuenta de que se me ha pasado sin enterarme la anterior. Como es un autor que está entre mis favoritos, la busqué, la he leído y es la que comento ahora.

Tengo la impresión de que Khadra ha cambiado bastante el contenido de sus últimos escritos. Ahora se dedica más a contar historias un tanto peculiares aunque, como luego comentaré, no abandona los elementos de crítica que siempre han caracterizado sus textos.

Adem, el protagonista de este libro, un profesor con un carácter bastante misántropo, es abandonado por su mujer que se va con su amante. A partir de ahí, se va de su pueblo e inicia un periplo que le llevará a distintas situaciones que incluyen hasta una estancia en un hospital psiquiátrico. En ese recorrido encuentra a varias personas que muestran con él una gran solidaridad ya que lo acogen en sus casas y la proporcionan alimento y cobijo. Así transcurre la primera parte de las dos en las que está dividido el texto. Esta parte se inicia en 1963 poco después de que Argelia consiga su independencia.

En la segunda parte, ya en 1965, aparece un nuevo protagonista, Ramdane, que es un comisario político del nuevo régimen. Este quiere conseguir una granja en la que, precisamente, está Adem trabajando y surgirán otro tipo de problemas. Es aquí donde Khadra despliega su habitual carga de crítica al nuevo régimen argelino.

Así, por ejemplo, se pueden leer fragmentos como este:

 

” Adem sabía perfectamente de qué eran capaces los nuevos dueños del país. Había visto a muchos de ellos pavonearse en las tribunas engalanadas con banderines, en las plazas enfebrecidas, en los estadios abarrotados y vibrantes de clamores patrióticos; les había oído vociferar sus discursos hechizantes, su diatriba incendiaria, enfervorizando  a las masas extasiadas y prometiendo mil y una maravillas a pobres diablos adoctrinados”. (p. 220).

 

El libro está escrito en el buen estilo de que siempre hace gala el autor. Tiene mucho ritmo y aparecen personajes peculiares muy bien caracterizados. Sin embargo, tengo que reconocer que a mí me gustaba más el Khadra de los primeros libros, el que arremetía con enorme valentía contra el régimen, pero también contra el islamismo radical, con historias muy potentes y utilizando un lenguaje de gran crudeza. Ahora se ha convertido, tengo también en cuenta la última novela que leí hace poco, en un buen contador de historias, pero creo que le falta la pasión y la rabia que a mí tanto me gustaban.

No obstante, siempre merece la pena leer a Khadra.

 

Yasmina Khadra, La sal de todos los olvidos. Traducción Wenceslao-Carlos Lozano.

 

 

domingo, 19 de noviembre de 2023

ANDAMIO

 

En esta entrada hay muchas historias basadas en hechos reales o en cómics o en obras de teatro. No sé si será una mera coincidencia o es que los guionistas están escasos de creatividad.

En películas no hay nada especialmente destacable si bien ñla media no está mal.

En series destacan Nada, por su gran interpretación,  y Las gotas de Dios, por su originalidad. La media es más alta que la de las películas.

  

Películas

 

The burial. Producción estadounidense basada en hechos reales. En 1995 una pequeña funeraria de Misisipi demandó a una gran compañía del mismo sector por incumplimiento de contrato. En la película se cuenta lo principal del juicio en el que, además, aparecen problemas raciales. Interesante y muy entretenida.

 

Sound of freedom. Producción estadounidense con un director mexicano. Basada en hechos reales (al final se dan imágenes del personaje real) trata sobre la pedofilia y el tráfico de niños y niñas para actividades sexuales. Por el tema resulta en algunos momentos dura de ver. Es una película repleta de buenas intenciones, pero con una realización bastante deficiente. Muchos, demasiados subrayados y unas interpretaciones mejorables hacen que se vea por la importancia del tema a pesar de esas deficiencias.

 

La leyenda de Molly Johnson. Producción australiana. Es una película interesante por el tratamiento que hace del tema de los indígenas y de un incipiente feminismo. Se desarrolla en la primera década del siglo XX en una pequeña población. Tiene elementos del western, aunque realmente se trata de un drama familiar. Guionista, directora y protagonista es la misma persona lo que no sé si es lo más adecuado.

 

Adiós señor Haffmann. Producción francesa. Está basada en una obra de teatro y se nota ya que prácticamente toda se desarrolla en una par de interiores. París, año 1942, un joyero judío cede su tienda y su vivienda al dependiente a cambio de que le proteja y le permita esconderse en el sótano. Interesante cómo narra la evolución de los personajes. Creo que el tema central es la ambición.

 

El asesino. Producción estadounidense dirigida por David Fincher basada en una novela gráfica. Se trata de ver la historia desde el punto de vista del asesino. Es original aunque me parece que demasiado premiosa en algunos momentos.

 

Series

 

The Bear. Segunda temporada de esta peculiar serie estadounidense de 10 episodios de 30 minutos  con uno de una hora. Muy buena como la primera. Quizá le cuesta algo arrancar, pero cuando lo hace quieres ver más y más capítulos. Muy bien interpretada.

Disney +

 

Spy/Master. Serie rumana de 6 episodios de 50 minutos. Es la primera serie que veo de esa procedencia. Serie de espías ambientada, y bastante bien por cierto,  en 1978 en plena Guerra Fría. Tiene un guion que cuesta un poco al principio, pero que mejora con el paso de los capítulos. Las interpretaciones es quizá lo peor de la serie, sobre todo con un matrimonio Ceaucescu demasiado ridículo.

HBO Max

 

Nada. Miniserie argentina de 5 episodios de 30 minutos. Qué bien se puede pasar cuando hay buenos guionistas y un actor como Luis Brandoni, uno de esos actores capaces de crear un personaje, acompañado por un Robert De Niro en un papel en el que está realmente muy gracioso y en el que da la impresión de habérselo pasado muy bien grabando. Una serie que es una pena que dure tan poco; me pasaría horas viendo las vicisitudes de ese dandy/gastrónomo/inútil para la vida diaria. Una gozada.

Disney +

 

Las gotas de Dios. Miniserie francesa de 8 episodios de 55 minutos. Basada en un manga, tiene un tema muy original como es el de que para quedarse con una herencia dos jóvenes tienen que participar en un concurso basado en el mundo del vino. Aunque no soy precisamente aficionado a ese mundo, incluso siento un cierto rechazo por él y la mucha tontería que lo rodea, la serie me ha encantado y estaba deseando ver el capítulo siguiente. Está muy bien hecha y tiene una buena creación de personajes que, además, están bien interpretados. Una de las buenas series del año.

 

Blue lights. Serie de la BBC de 6 episodios de una hora. Sigue la estela que dejó la ya antigua Hill Street Blues. El día a día de los policías de una comisaria en Belfast centrados sobre todo en los novatos. Está bastante bien aunque quizá sea demasiado positiva porque a veces parecen más agentes de los servicios sociales que policías. Bueno, a lo mejor allí son así.

 

Los crímenes de Port Talbot. Miniserie británica de 4 episodios de una hora. Basada en hechos reales. A principios de los setenta se cometieron varios crímenes en una pequeña localidad del sur de Gales que quedaron sin resolver. Veinticinco años después, gracias al descubrimiento del ADN, se vuelve a abrir el caso al aparecer nuevas pruebas. La serie va alternando de forma bastante inteligente y clara la investigación que se hizo en su día y la posterior. Muy entretenida y bien ambientada.

Filmin

 

El manipulador. Serie sueca de 8 episodios de 45 minutos. Basada en hechos reales. Trata de los abusos sexuales y los maltratos que se dieron, entre los años noventa y prácticamente hasta ahora, en una granja escuela de hípica de un pequeño pueblo sueco por parte de un profesor y padre de la familia propietaria. Dura de ver en algunos momentos por la violencia psíquica más que por la física. Magnífica interpretación del protagonista. Es de lo mejor que he visto nunca sobre el tema por lo bien que están reflejadas las diferentes reacciones.

Filmin

 

Poker face.  Serie estadounidense de 10 episodios de 50 minutos. Una exjugadora de póquer tiene la facultad de saber cuándo alguien miente. Por algo que sucede tiene que huir y en esa huida irá llegando a unos lugares en los que siempre hay uno o varios asesinatos; tendrá entonces que utilizar ese poder para averiguar lo que ha pasado. Planteamiento como se ve bastante original. También lo son las diferentes historias aunque, quizá, hubiera sido mejor que fueran 6 u 8 en lugar de las 10. Entretenida sin más.

Sky ShowTime

 

Nolly. Miniserie británica de 3 episodios de 45 minutos. Basada en la historia de Noele Gordon, una actriz de una serie de televisión muy vista en los setenta que fue despedida de la misma en 1981. Está muy bien ambientada, es británica claro, y resulta entretenida e interesante para ver cómo se rodaba en la época.

Movistar +

sábado, 18 de noviembre de 2023

La dura realidad centroamericana



Lo primero que me surge a medida que avanzo en la lectura del libro es mi enciclopédico desconocimiento de la realidad de esos países a pesar de que, gracias precisamente Óscar Martínez, periodista salvadoreño y que trabaja también en El Faro, empecé a conocerla desde que, hace ahora justamente dos años, leí Los muertos y el periodista y el año pasado todo lo que se había publicado en España de él. Sin embargo, tanto Honduras como Nicaragua apenas aparecen en esos trabajos.

Es curioso que, por lo que parece, tampoco se conocen en sus países muchas cosas de las que se habla en el libro, al menos es lo que se deduce del siguiente fragmento:

“Recogí la mayoría de estas historias en caseríos, valles entre volcanes y veredas en las montañas, donde transcurre la vida centroamericana a espaldas de las instituciones del Estado. Lugares que son como pliegues: donde no llegan los reflectores y las cuestiones que allí suceden suelen permanecer ausentes de nuestras narrativas nacionales”. (p. 12)

El libro de Dada, por cierto creador y director de El Faro, recoge diez artículos publicados entre 2010 y 2021 mayoritariamente en su periódico pero alguno en otros medios. Solo Costa Rica está ausente, mientras que el resto es tratado de forma casi igualitaria. Así: Honduras (3), Nicaragua (2), Guatemala (2) y El Salvador (3).

Los temas son muy variados pues van desde el zoológico que tiene en plena selva un narco hondureño que afirma haber asesinado a 78 personas y que tiene fuertes conexiones con la política a través de los hijos de dos presidentes, hasta las averiguaciones que hace sobre el asesinato de Monseñor Romero, pasando por el narco de Guatemala que descubre siguiendo la pista de la muerte de unos migrantes ¡cameruneses! También los problemas con la hidroelectricidad en Honduras con un estado ausente que todo lo privatiza y que, al final, se convierte en un conflicto de pobres contra pobres.

Todos los artículos son muy interesantes y reflejan unas situaciones de enorme dureza, pero al mismo tiempo aparecen personajes de gran entereza capaces de sobrevivir e incluso de pelear por mejorar en unos medios totalmente adversos, tanto económica como políticamente.

En este sentido me ha llamado la atención lo que Dada afirma en el siguiente fragmento:

“Para mi generación fue especialmente decepcionante confirmar que, en su ejercicio del poder, la derecha y la izquierda habían mostrado la misma capacidad para la corrupción y su desconexión con los más vulnerables”. (p 12)

Como decía, todos son muy interesantes, pero quisiera destacar dos: Por un lado, el titulado Roque en Saturno en el que hace un recorrido sobre la historia reciente de El Salvador que resulta muy claro y ayuda a comprender muchas de las cosas que han pasado, y por otra parte, La generación rota de Nicaragua un artículo difícil de leer para los que ya tenemos unos años y pusimos tanto entusiasmo y esperanzas en la revolución sandinista.

En fin, dejo algunos sin mencionar expresamente, pero son tan buenos e interesantes como los mencionados. Dada tiene una gran capacidad de comunicación y una escritura muy fluida y centrada en lo que cuenta. No huye de la violencia pero tampoco se ceba en ella, algo que resultaría muy fácil por la constante presencia en esas sociedades.

Un libro muy recomendable que, al mismo tiempo, deja un regusto amargo porque habla de realidades tremendamente duras y, lo que es peor, a las que no se les ve ninguna salida. Un ejemplo sería la del propio Dada y El Faro que se han tenido que trasladar a Costa Rica ante los riesgos que corrían en su país.

Aprovecho para recomendar también cualquiera de los cuatro libros publicados aquí de Óscar Martínez (hay comentario de todos en el blog).

 

Carlos Dada, Los pliegues de la cintura.

  

jueves, 16 de noviembre de 2023

Algo más que una memoria personal



Este año, sin que yo me lo haya propuesto en absoluto, están coincidiendo varios libros que se centran en la relación, casi siempre problemática, de escritoras con sus madres y escritores con sus padres. En el blog están comentados.

Este texto de Chalandon es uno de ellos. El autor es el encargado de cubrir para su periódico el juicio de Klaus Barbie en 1987, un juicio que levantó una gran expectación en su momento. Al mismo tiempo inicia una investigación sobre el pasado de su padre y su intervención en la Segunda Guerra Mundial. Un pasado que aparece bastante confuso y que a medida que va conociendo le va llevando a alejarse de él por las muchas mentiras que va encontrando.

El libro está muy bien estructurado. Se inicia con la visita de Chalandon al pueblo donde había una colonia de niños judíos que fueron enviados a los campos de concentración; a continuación comienza a contar la investigación que le surge sobre el papel de su padre antes mencionado y enseguida la va alternando con el juicio a Barbie, un juicio en el que consigue que su padre pueda estar presente a pesar de las dificultades que había por falta de espacio. (El padre tenía gran interés en asistir porque le parecía que era un juicio “amañado”, un juicio espectáculo).

“Un texto fuerte, preciso, contundente que expresa un doble asombro: el del juicio histórico y el descubrimiento de las repetidas mentiras del padre. Un libro para ser tallado en piedra”.

Este fragmento de la crítica de La Dépêche de Midi, que la editorial reproduce en la solapacreo que refleja muy bien lo que es el libro.

El autor afirma muy al principio que un amigo le había recomendado: “Convierte tus lágrimas en tinta” (p. 27) y eso es lo que hace, de ahí lo impactante que resulta su lectura en algunos momentos.

A mí me ha recordado bastante a Emmanuel Carrère por la combinación que hace entre una realidad exterior y su propia realidad.

Además, se nota que es un periodista quien escribe. Está narrado con mucha agilidad haciendo que el lector esté deseando avanzar en la lectura para ver cómo se resuelven los dos temas. Fue finalista del Goncourt.

Quizá si hay que poner alguna pega, yo lo haría con la dificultad que he tenido en algunos momentos para seguir la narración de la historia de su padre que me ha resultado algo confusa seguramente por la cantidad de mentiras que acumulaba.

En cualquier caso un libro bastante recomendable por el interés que tienen las dos historias que narra.

 

Sorj Chalandon, Hijo de un bastardo. Traducción Adolfo García Ortega.

  

jueves, 9 de noviembre de 2023

Otra muestra de un gran narrador


Con esta lectura termino, creo, con los libros traducidos hasta ahora del autor y editados por la editorial Arpa, una editorial que, por cierto, está haciendo una magnífica labor al poner a nuestro alcance textos de muy diferentes materias que, al menos todos los que he leído y comentado en el blog, o son muy interesantes o resultan muy entretenidos (o ambas cosas a la vez, claro).

Termino, como decía, siendo este el quinto que leo este año y el séptimo desde hace año y medio. Lo digo porque aprecio en mí un cierto agotamiento. Me siguen entreteniendo mucho las historias que recrea Kennedy, pero también empiezan a resultarme demasiado largas y a sobrarme bastantes páginas.

En este caso, Alice, desde más o menos sus cuarenta años, nos cuenta en primera persona la historia de su familia durante los años setenta del siglo pasado y la primera mitad de los ochenta. O lo que es lo mismo, desde que es una joven estudiante y la menor de sus hermanos, hasta que se convierte en alguien importante en el mundo de la edición en Nueva York. Al decir la familia me refiero a sus padres y sus dos hermanos varones. Lógicamente hay también muchos personajes secundarios entre los que destacan los amores de la protagonista.

La novela tiene 618 páginas en las que Kennedy, como es habitual en él,  hace que sucedan muchas cosas si bien me parece que, a diferencia de otras de sus novelas, no suelen ser demasiado trascendentes.

Me quedo con la época en la que Alice vive en Belfast y luego en Dublín, ciudad que no sale muy bien parada como tampoco, al menos al principio, sus habitantes. También me parece interesante lo que cuenta sobre Chile (su padre y un hermano trabajan allí en una empresa minera de las que nacionaliza el gobierno de Allende), incluyendo la participación de la CIA en el golpe y la fuerte represión posterior. Por otro lado, sigue fiel a su compromiso de centro izquierda en las variadas alusiones a la política estadounidense (defensa de Carter y crítica de Nixon y Reagan). Finalmente, hace acto de presencia el SIDA en todo el tramo final del libro.

Como buen amante del jazz, no puede faltar la alusión a Bill Evans, que tanto me gusta encontrar en sus libros y, en este caso, también a Keith Jarrett.

En fin, una lectura que entretiene porque Kennedy narra muy bien, sus diálogos son realmente muy buenos y, sin llegar a ser adictivo, sí que sucede que apetece ver qué les va a pasar a los personajes.

Yo de alguna manera utilizo estos libros de forma un tanto terapéutica porque durante su lectura me abstraigo muy bien de unas realidades externas que no están siendo demasiado gratas. (De hecho este que comento, por el momento en que lo he leído, es un buen ejemplo de ello).

Me atrevo a recomendar su lectura si lo que se busca no es una literatura que pueda obtener un Nobel, pero sí que esté escrito muy dignamente y tenga momentos interesantes y alguno emocionante.

 

 

Douglas Kennedy, La sinfonía del azar. Traducción Àlex Guàrdia Berdiell.

 

martes, 7 de noviembre de 2023

Analizando a VOX

 


De Forti comenté en el blog hace casi dos años su magnífico libro Extrema derecha 2.0 en el que hacía un análisis del fenómeno a nivel global. Ahora, como editor, nos ofrece la aplicación del análisis a la realidad española centrado en su máxima representación que es VOX.

El libro está dividido en siete capítulos dedicados a tratar los aspectos fundamentales de la ideología de ese partido y una introducción de Forti en la que sitúa a VOX en el contexto de las extremas derechas, introducción, por cierto, por la que ya casi vale la pena leer el libro por la buenísima información que da y la claridad con la que está expuesta.

Los otros capítulos tratan de: Inmigración, familia y género, globalismo, historia, trabajo, populismo y crisis climática. Como se ve, están prácticamente todos los temas que conforman la ideología de ese partido porque, eso sí, se trata de un libro centrado en analizarla dejando a un lado, salvo en alguna referencia concreta, su práctica política.

Todos los temas han sido tratados por especialistas provenientes en su inmensa mayoría del mundo de la universidad y que han dedicado al menos parte de su trabajo a investigar el aspecto sobre el que escriben.

Cada lector puede encontrar lo que más le interese o que menos conozca.  A mí particularmente me han llamado la atención cosas como: la explicación del porqué de la postura de VOX ante el franquismo, que en mi caso partía de una gran simplificación; la connotación que tiene el “campo” y cómo les interesa para tener un nicho con buen asiento para que nos les pueda suceder lo mismo que a Ciudadanos; también el buen análisis de su antiglobalismo.

Desde otro punto de vista, creo que al tratar de la inmigración, tan relevante para VOX y tan importante en general, se deberían haber aportado cifras oficiales y no limitarse a desmentir sin más lo que dicen sistemáticamente desde ese partido. Tampoco me ha gustado demasiado la parte dedicada al patriotismo porque me parece demasiado prolija y un tanto confusa.

Independientemente de estos pequeños detalles, el libro es muy interesante. Ofrece una visión bastante completa y detallada de la ideología del partido que ayuda a comprender algunas de las cosas que a veces escuchamos decir a sus principales líderes.

Lógicamente no es objeto de este libro, pero creo que también sería muy interesante un buen análisis sociológico tanto del votante como del afiliado, análisis que quizá ya está hecho y yo desconozco.

 

Steven Forti (ed.), Mitos y cuentos de la extrema derecha.

 

 

 

miércoles, 1 de noviembre de 2023

Memoria del horror


Aunque conozco bastante bien el tema de la represión que hizo la dictadura argentina a partir de 1976 por haber leído los libros de Miguel Bonasso o El vuelo de Verbitsky (citado por Bianchini) entre otros, además de haber visto la película Garaje Olimpo o La historia oficial junto con muchos documentales sobre el tema, a pesar de esto me ha interesado mucho este libro por dos razones: primero porque desconocía bastante el tema de los niños robados que luego han podido ser recuperados y después por lo bien que ha contado el autor la historia.

El libro está organizado de una forma un tanto fragmentaria de manera que el lector tiene que terminar de armarlo aunque es una operación que no resulta demasiado difícil, eso sí, yo he vuelto a leer la primera parte tras terminar la lectura de todo el libro. Precisamente este planteamiento algo complejo lo hace más interesante.

El texto está dividido en tres partes.

En la primer conocemos a Claudia, la protagonista, y algo a sus dos familias, la de “adopción” y la biológica, así como la desaparición de esta. También las leyes que los presidentes Alfonsín y Menem pusieron en marcha para intentar terminar con el “problema” de la represión en los años anteriores. Finalmente, vemos cómo su abuela inicia la búsqueda de la nieta desaparecida y de ahí su ingreso en el grupo primero de las Madres de la Plaza de Mayo y luego de las Abuelas.

En la segunda parte el autor reproduce fragmentos de las declaraciones que familiares y amigos hicieron a las abuelas de la Plaza de Mayo.

En la tercera, para mí la más novedosa y emotiva, se trata la relación que Claudia establece con su tío Fernando y cómo a partir de ahí, y con el paso de los años, va recuperando su verdadera identidad y la relación con su verdadera familia y alejándose de sus “apropiadores” (este es el término que se utiliza en el texto).

Testimonios emocionantes; personajes que, como la abuela, llaman la atención por su perseverancia y valentía o su padre, miembro del FLP (Frente de Lisiados Peronistas) porque había perdido las piernas en un accidente ferroviario, militante del que todos hacen encendidos elogios o el suicidio de la abuela materna, todo ello muy bien narrado, con un lenguaje muy preciso en el que no sobra nada, pero en el que tampoco nada falta.

Un libro no solo interesante sino un ejemplo más de hasta dónde puede llegar el ser humano, algo de lo que, desgraciadamente, estamos teniendo estos días multitud de ejemplos en Oriente Medio, muchos, además, por parte de una gente cuyos antepasados tuvieron que sufrir uno de los peores genocidios de la historia.

Una lectura muy recomendable incluso para quien conozca bien el tema e imprescindible si no es el caso.

 

Federico Bianchini, Tu nombre no es mi nombre. Historia de una identidad robada en la dictadura argentina.

  

sábado, 28 de octubre de 2023

Novelón



Efectivamente, se trata de un novelón y no solo por su extensión, 547 páginas, sino por la gran narración que hace de la historia de esta familia centrada en los tres personajes masculinos: David, el abuelo; Georg, el padre; y Yegor, el hijo, que dan título a las tres partes en las que se divide el libro.

Hace algo más de una año leí las memorias inconclusas de Singer y ya me pareció que era muy bueno narrando. Ahora lo confirmo con esta lectura. De hecho, es uno de los grandes de la literatura escrita en yiddish (lengua desde las que se ha traducido esta edición).

La obra abarca un período de unos 40 años. De vez en cuando hay algunas referencias que dan idea del momento histórico como, por ejemplo, la necesidad de grandes cantidades de dinero para ir a la compra para que se sepa que se está en 1923. Otros son más obvios como cuando Georg va como médico a la Primera Guerra Mundial o cuando se empieza a hablar del “nuevo orden”, de “los hombres de las botas altas” o de “la fotografía del colérico hombre con botas, bramando con la boca abierta bajo el oscuro bigote”.

La primera parte la dedica a los inicios de la familia en un pueblo de Polonia y su desplazamiento hasta Berlín ya que David estaba en la línea de la ilustración judía y en el pueblo dominaban los jasídicos. (Aprovecho para decir que en esta edición hay un glosario de términos muy útil). En Berlín se unirán a los judíos orientales y Singer mostrará las diferencias y enfrentamientos de estos con la comunidad judía alemana. Es la parte del libro en la que tiene más presencia la religión y en la que se hacen bastantes citas del antiguo Testamento.

En la segunda la familia se exilia en Estados Unidos, en Nueva York más concretamente, por el auge del nuevo orden en Alemania. Aquí vemos los problemas de adaptación a su nueva realidad y conocemos cómo era la comunidad judía de esa ciudad. De hecho Singer es capaz de hacer en solo tres páginas centradas en la sinagoga del Upper West Side una gran síntesis sobre la emigración judía y sus distintas fases. No obstante lo dicho, en esta parte la religión va perdiendo presencia en la historia.

En la tercera toma protagonismo Yegor que, al tener una madre no judía, decide que él tampoco lo es y se verá envuelto en varios problemas.

Este resumen no es más que una mínima aproximación a la historia que cuenta Singer. El libro está lleno de grandes momentos y de personajes singulares que, como el caso del doctor Landau -un judío socialista que deja que cada paciente pague según su voluntad y posibles-, hacen que se tenga una visión bastante completa de ese mundo.

Evidentemente, todo esto teniendo en cuenta que, como decía al principio, estamos ante un grandísimo narrador, uno de esos escritores que te mantiene pegado al libro y que no desees que termine la historia.

El libro lo escribió entre 1940 y 1941 y se publicó en 1943, el año en que murió.

Muy recomendable.

 

Israel Yehoshua Singer, La familia Karnowsky. Traducción Rhoda Henelde y Jacob Abecasís.

  

jueves, 26 de octubre de 2023

Conversación sobre la profesión periodística

 

Esta es la octava entrega de una magnífica colección de la Revista 5W. Una colección en la que en los diferentes números ponen a conversar a dos periodistas, generalmente con cierta diferencia de edad, sobre su profesión en general y sobre su trabajo en particular.

En este caso se trata de una joven periodista de origen saharaui, Hameida, a la que no conocía, y de Castellano, un canario al que escucho a menudo en sus reportajes e intervenciones en la cadena SER.

Como en las anteriores entregas conversan bastante sobre su profesión y dejan algunas frases que por su interés me gustaría reproducir:


“¿Qué estamos haciendo mal en España, o cuán envenenados están los intereses mediáticos de las empresas en España para seguir generando odio hacia el sur y empatía hacia el norte?” (p. 27)

“¿Por qué a los refugiados de Ucrania los tratamos como personas y no al resto? Me refiero ahora a la opinión pública.” (p.30)

“Tuve algunos jefes que me decían: “quiero menos historias y más frente”” (p. 32)

“Veo a compañeros que son hooligans de Ucrania o criminalizan a Rusia” (p. 35)

“No tienes tiempo para pensar, para ver qué enfoque te falta. Los primeros 35 días que estuve en Ucrania hacía un mínimo de 12 crónicas de radio al día.” (p.36)

“Somos máquinas de construir noticias efervescentes.” (p.37)

“No es sexi ir a Melilla, no es sexi ir a Somalia. Sexi en el sentido que sea interesante para el gran público. Pero estar un sitio en peligro y que tú seas el muñeco que te cuenta el peligro… a mí eso me genera rechazo. Me molesta que me digan: “¿Dónde has pasado más miedo?”” (p. 49)


Todas son de Castellano (lógico pues tiene mucha más experiencia y trayectoria). La siguiente es de Hameida:


“Tengo poca experiencia y me ha costado entender que tú no tienes que ayudar a la gente. Lo que tienes que hacer es contar su historia.” (p. 40)


Creo que en esas frases está la esencia de lo que piensan de su profesión. Quisiera insistir en dos aspectos que se mencionan: por un lado, esa diferencia de trato entre los migrantes que vienen del norte y los que vienen del sur (esta misma mañana se hablaba de ello en la radio) y, por otro lado, esa autocrítica que le lleva a Castellano a decir que cuando estuvo en Ucrania llegó a hacer 35 directos en un día entre radio y televisión.

Sobre su trabajo, además de algunas cosas ya mencionadas, tratan de su presencia en Somalia, Ceuta, Melilla o el Sáhara, entre otros muchos lugares.

Me han llamado la atención bastantes de sus reflexiones, pero quisiera destacar dos en particular: dedican un buen espacio a reflexionar sobre cómo se debe tratar el problema del hambre, un tema siempre complicado de abordar, y ponen como ejemplo el grandísimo libro de Martín Caparrós y, por otra parte, me parece muy importante el planteamiento que hacen sobre cómo se deja de hacer el seguimiento de los migrantes una vez que cruzan la frontera y lo interesante que sería poder hacerlo para ver sus formas de integración. Esto me ha recordado el magnífico documental Balseros en el que, precisamente, se hacía eso, primero ver cómo entraban unos cubanos en Estados Unidos y unos años después ver cuál era su situación.

Para terminar, una pequeña discrepancia.

C.: (…) Dicho lo cual, no es cierto que en Francia haya un relato migratorio mejor.

H.: Ni en el Reino Unido.

C.: Tampoco la diversidad de sus sociedades está mejor representada en los medios”. (p.96)

No soy experto en los medios de esos países, pero sí veo muchas series de televisión de esa procedencia y en la inmensa mayoría hay personajes y protagonistas con orígenes familiares de otros países.

Un libro de no mucha extensión, 141 páginas en formato reducido, pero sí con mucho interés siempre e intensidad en algunos momentos. Un texto que ayuda a conocer mejor el trabajo de los periodistas, los problemas de todo tipo a los que se enfrentan, sus dudas (curioso: ambos afirman haber estado en terapia) e incluso algunos de sus errores.

Absolutamente recomendable.

 

Ebbaba Hameida y Nicolás Castellano, Historias contadas al oído.

 

martes, 24 de octubre de 2023

Tan real como la vida misma



He de reconocer para empezar que conozco muy poco a la autora. Apenas algún fragmento de intervenciones suyas en La Sexta, menos aún en la SER (aquí, claro, lleva poco tempo) y un par de tuits a los que, eso sí, puse que me gustaban y di al retuit. Ningún artículo ni de El Confidencial ni de El País. Poco bagaje pues. ¿Por qué entonces comprar este libro y leerlo enseguida? Por un lado, por la confianza que me merece la editorial que lo publica de la que ha leído muchos libros con solo un pinchazo (y con un libro que seguro que es bueno, pero no para un tipo de lector como yo). Por otro lado, por la contundente frase de Vallín de la portada y por la información que se da en la contraportada.

Como el comentario que voy a hacer del libro es muy personal, me veo obligado a dar alguna información. Tengo 74 años, soy hijo único, mi madre murió en 2015 a los 100 años estando en una residencia, nací en el barrio madrileño de Chamberí (sí, efectivamente, también ha nacido en ese lugar gente normal y hasta me atrevería a decir que maja), aunque hace casi 40 años que vivo en Palma. En resumen, podría ser el padre de Caballero, pero he pasado por alguna situación relativamente parecida como hijo y, me temo, que estoy cerca de pasar también alguna como padre de avanzada edad (magnífico eufemismo).

Ángeles Caballero ha escrito un libro valiente, sincero, cercano, autocrítico en algunos momentos, asertivo en otros, con sentido del humor, pero también con su carga de dramatismo según la situación descrita. Desde luego un libro escrito desde el amor a los padres no exento, como debe ser, de la crítica. Un texto con reflexiones que pueden resultar útiles a mucha gente y que seguro que para ella ha tenido cierto carácter terapéutico. Un libro con muchos grises, algo poco habitual en una sociedad donde todo parece tener carácter absoluto; un ejemplo: su padre ejercía el patriarcado hasta el punto de pedir el mando de la tele cuando lo tenía al alcance de la mano y, sin embargo, terminó cercano al “feminismo”.

Para mí ha supuesto recordar muchos momentos de los últimos años de mi madre (mi padre murió en 1984) y mis visitas a la residencia de la que salía siempre bastante hecho polvo y con cierta mala conciencia a pesar de que mi relación con ella era bastante diferente a la de la autora con la suya.  (Este es otro tema que ahora “no toca").

También hay fragmentos que dejan cierto regusto amargo, como, por ejemplo, el siguiente:

 

“Con el tiempo he comprobado el peso que tiene la dejadez cuando nos hacemos viejos.

(…)

Ese momento en el que nos empieza a dar todo igual y comienza la autodestrucción” (p.99)

 

O, en la misma línea, las explicaciones sobre la sonda a su padre, una de esas cosas que me aterran.

Al lado de esto hay reconocimientos que me parecen muy acertados en su expresión como el siguiente:

 

“Hay un rincón en el paraíso para esa generación de mujeres. Mujeres como mi madre y como su hermana, como otras de mis tías y otras tías del mundo. Entregadas hasta el límite. A la casa, al marido y a los hijos. Para las que nunca comes ni te abrigas lo suficiente. Dramáticas, exageradas y sufrientes. Disfrutonas hasta un punto, maniáticas y feroces. “(p.189)

 

Para no alargar demasiado el comentario dejaré dos coincidencias más. Dice Caballero que su madre apagaba la tele cuando aparecía Alfonso Guerra; yo la apago, las pocas veces que la tengo encendida sin ver películas o series,  cuando aparece mucha gente entre la que hoy incluyo al mismo Guerra. Además, me ha parecido entrever en la autora un cierto clasismo hacia los de arriba que, si es así, comparto plenamente. No los soporto ni en sus formas ni, mucho menos en “sus fondos”.

En fin, un libro que me ha resultado entrañable y que recomiendo porque se pasa un buen rato, se aprenden cosas y se ve la vida funcionado de lleno con lo bueno y lo menos bueno que nos ofrece.

Posdata: Tanto hablar y no he dicho que el libro va de su familia y de la relación de la autora con ella.

Hay una extensa y muy interesante entrevista de Daniel Besteiro con la autora en infolibre.es.

 

 

Ángeles Caballero, Los parques de atracciones también cierran.

 

lunes, 23 de octubre de 2023

ANDAMIO

 

Una entrada con cosas muy interesantes sobre todo en las series, tanto de ficción como documentales.

 

Películas


Onoda. Producción japonesa basada en hechos reales. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, un pequeño grupo de soldados japoneses se quedó aislado en una isla de las Filipinas y no se enteraron de que había terminado. Poco a poco fueron muriendo hasta que en 1975 Onoda, el único superviviente, fue convencido de que había acabado el conflicto y tuvo que ir su superior durante la guerra para permitirle abandonar la isla. Buen ejemplo de cierta mentalidad japonesa. Está bien hecha, pero quizá le sobra algo de metraje ya que dura tres horas.

 

El mundo de ayer. Producción francesa con un título algo engañoso pues juega con el de las magníficas memorias de Stefan Zweig sin que realmente tenga nada que ver más allá de la cita que se hace al final de la película. Es interesante por el tema de fondo que plantea: la licitud o no de hacer cualquier cosa para evitar que gane las elecciones presidenciales en Francia la extrema derecha. Buenos diálogos y una sobria puesta en escena, unido a la duración justa hacen que se siga con interés.

 

El caso Padilla. Documental de coproducción Cuba-España. Reproduce gran parte de la autocrítica que hizo en 1971 Heberto Padilla ante un grupo de escritores tras pasar unos días siendo interrogado por la seguridad del Estado. Gran testimonio histórico que está narrado casi en forma de thriller. Hay también varias intervenciones de Castro. Un buen reflejo de una época y de un sistema. Al final provoca, al menos a mí, cierta tristeza.

 

Trenque Lauquen. Producción argentina de más de cuatro horas de duración. No sé si porque las críticas son realmente extraordinarias o por otra razón, el caso es que a mí me ha ido dejando cada vez más frío. Empecé con mucho interés y lo he ido perdiendo a mediada que las tramas y subtramas no terminaban de cuajar. Decepción.

  

Series

 

El abogado del Lincoln. Serie estadounidense de 10 episodios de 50 minutos. Basada en las novelas de Connelly, es la típica serie de abogados con sus investigaciones, juicios, etc. Un buen guion en el que, además, hay explicaciones interesantes de la función y el trabajo del abogado defensor y unas buenas interpretaciones hacen que sea muy entretenida y que merezca la pena.

Netflix

 

Waco. Miniserie estadounidense de 6 episodios de 45 minutos. Basada en los hechos reales ocurridos en 1993 con el asedio a la comunidad davidiana que vivía en esa localidad de Texas. La versión que ofrece es bastante desfavorable tanto para la ATF (policía que se dedica al alcohol, tabaco y armas) como para el FBI. Está muy bien hecha, mantiene la tensión en todo momento y deja un regusto amargo por el horroroso final. Todo lo que huela a sectas tiene un tufillo preocupante, pero también lo que implique a según qué personajes con poder (como algunos policías) también.

 

Waco: Apocalisis texano. Miniserie documental estadounidense de 3 episodios de 45 minutos. Es interesante ver estas dos series una a continuación de la otra porque hay matices importantes. Así, en este documental, además de muchas imágenes reales hay intervenciones de varios davidianos que se salvaron, de agentes del FBI y la ATF que intervinieron (incluido el negociador que escribió un libro sobre el tema) y de periodistas presentes en los acontecimientos. En esta serie se da una visión algo peor de los davidianos (preparaban armas de fuego, había abuso infantil, etc) y mejor de la policía. No obstante, en este segundo aspecto me quedo más con lo que se cuenta en la de ficción.

Netflix

 

The morning show. Segunda temporada de esta serie estadounidense. Tiene 10 episodios de 55 minutos. Me costó entrar en los primeros capítulos porque hay muchas referencias a lo sucedido en la anterior temporada y no me acordaba demasiado. Luego, poco a poco, se va centrando en los conflictos de los diferentes personajes y se habla ya muy poco de lo que es la televisión. Además, en los últimos episodios cada vez hay más monólogos muy extensos que  se hacen bastante pesados. Hay una tercera temporada, pero creo que no la veré.

 

Rurangi. Miniserie neozelandesa de 5 episodios de 20 minutos. Magnífica serie en la que en esos cinco cortos capítulos es expresa muy bien lo que significa “salir del armario” ante su familia, amigos y en una pequeña población para un transexual. Muy bien tratado el tema y muy bien interpretado. Merece la pena.

 

El cuerpo en llamas. Serie española de 8 episodios de 50 minutos. Basada en el llamado Caso de la Guàrdia Urbana, reconstruye desde la ficción lo sucedido. Un guion realmente magnífico que va mostrando, yendo hacia atrás y hacia adelante, los hechos, y unas interpretaciones muy buenas en las que destaca la protagonista Úrsula Corberó, hacen que sea una de las grandes series del año, al nivel de cualquiera de true crime de las que se hacen en Estados Unidos. Además, es muy adictiva. Altamente recomendable. (En mi caso contaba con la ventaja de que apenas sabía nada del tema).

Es interesante la sensación que queda sobre cómo están algunos cuerpos policiales (algo que se piensa pero que aquí se puede comprobar).

Netflix

 

El crimen de la Guardia Urbana. Miniserie documental de 4 episodios de 50 minutos. Dirigida por Carles Porta trata el mismo tema que acabo de comentar. Muy bien estructurada y con buenas intervenciones de los abogados, el fiscal y la policía. Procura la máxima objetividad y creo que lo consigue. Muy interesante.

Al igual que hice hace poco con Waco y en su día con El caso de la escalera creo que es mejor ver primero la ficción y complementarla luego con el documental.

Netflix

 

Oficina de infiltrados. Quinta y última temporada de esta serie francesa con 10 episodios de 50 minutos. Es una de las mejores temporadas de una serie que tiene una media notable. Sabe jugar muy bien con las tramas y dar los giros de guion necesarios. Como serie de este género es de lo mejor que he visto. Además, no han escatimado en la producción. La echaré de menos.

 

Los hombres del S.A.S. Serie británica de 6 episodios de 55 minutos. Basada en el libro de un historiador, cuenta la creación y primeras acciones de este grupo de militares en el norte de África durante la Segunda Guerra Mundial. El guionista es el mismo de Peaky Blinders y se nota tanto en la música como en el tono, muy alejado del habitual en el cine bélico.  No está mal, pero en algunos momentos me ha resultado demasiado oscura y en otros algo aburrida.

HBO Max