jueves, 29 de junio de 2023

Autobiografía de infancia y juventud.



Leí en su momento los dos libros de la autora que publicó Tusquets en 2007 y 2009 de los que me ha quedado un buen recuerdo, aunque no aparecen en el blog porque este no existía aún.

Cuando comencé esta particular autobiografía de infancia y juventud empecé a desesperarme un poco. Iban apareciendo muchos personajes de su familia y yo iba bastante perdido y, siendo sincero, bastante aburrido y sin saber bien hacia dónde conducía la historia. Estuve a punto de abandonar la lectura, pero decidí darle una oportunidad cuando vi que a partir de un momento determinado comenzaba a centrarse ya en alguno de los personajes. Acerté.

Franck tuvo una infancia y juventud que no se pueden calificar de felices precisamente. Hablando de ella en tercera persona, algo que hace pocas veces en el libro, dice:

“(…) ya no se acuerda de cuándo la cogieron en brazos o la subieron a un regazo por última vez. Tuvo que ser hace años, si acaso en Berlín Este, aquel paraíso lejano. Y seguramente no fue su madre. No recuerda cuándo le dieron los buenos días o las buenas noches por última vez”. (p. 149)

O esta dura referencia a su madre:

“Anna defendía la igualdad en todas sus acepciones: nos trataba por igual, pero también le dábamos igual. Y todas éramos igual de libres”. (p. 158)

Y, desde luego, este resumen de sus estancias durante los primeros años de vida:

Tras habernos criado entre incubadoras, amigos varios, una familia de acogida, diversas guarderías, un hogar infantil y múltiples niñeras, es decir, fuera de un núcleo familiar tradicional formado por un padre y una madre, salimos de Berlín Este y fuimos a parar al centro de refugiados de Marienfelde, donde nos alojaríamos por un tiempo indefinido”. (p. 306)

 

La autora nació en la RDA y allí vivió hasta que su madre se trasladó en 1978 con sus cuatro hijas, por cierto de tres padres diferentes, a la RFA. Estuvieron cinco años entre un campo de refugiados y luego en una granja en el “norte profundo”. Una época tampoco muy feliz para la autora porque, además de lo visto en las citas, su madre era una fatal ama de casa y eran las hijas las encargadas de todo.

Franck conoció a su padre a los 15 años y este murió dos años después. En los últimos tiempos lo estuvo cuidando y luego acudiendo al hospital dos o tres veces por semana. No será su último disgusto profundo, pero es mejor no contar más de su historia.

Es un tanto sorprendente lo poco que habla de sus hermanas máxime teniendo en cuenta que una era gemela y que no le dedica un apartado hasta muy avanzado el texto.

Decía antes que el libro coge fuerza cuando se centra en algunos personajes, más en concreto en Inge, su abuela materna, y en Anna, su madre. Ambas son gente de fuerte y peculiar personalidad, y en el caso de la abuela con una historia llena de luces y sombras.

En fin, en un libro de 340 páginas se cuentan muchas cosas. Unas más interesantes y otras menos o casi nada, pero sí tiene la virtud de mostrar cómo es la vida de alguien que emigra a otro país, que diez años después será el mismo, vive de la asistencia social, termina limpiando casas y, aunque eso no aparece en el libro, finalmente será una escritora de prestigio. Por todo esto merece la pena la lectura de un libro que, por otra parte, está bien muy escrito.

 

Julia Franck, La extraña soy yo. Traducción Belén Santana.

  

miércoles, 28 de junio de 2023

Relectura obligada



Hasta la aparición de Los matarifes hace un año, había pasado mucho tiempo sin novedades de Márai, un autor del que leía todo lo que se publicaba ya que fue en su momento uno de mis escritores favoritos como se puede comprobar en la serie que dedico en el blog a ellos. Hace poco apareció en las librerías Los celosos del que se dice que es el segundo de una trilogía que se inicia con el que ahora comento. Esto me ha llevado a releerlo porque después de 14 años no tenía ni idea de su contenido y fue precisamente 2009, el año de su publicación, el momento en el que inicié este blog en el que no entró el comentario del libro. No sé, por lo tanto, ni siquiera la impresión que me causó. Sí puedo afirmar que en esta segunda lectura me ha decepcionado un poco.

El libro cuenta una historia que tiene como protagonista a un grupo de cuatro jóvenes, o cinco según el momento, que acaban de terminar sus estudios de bachillerato. Sucede en 1917, es decir, en plena Guerra Mundial en cuyo frente están, precisamente, los padres de dos de ellos, uno como médico y el otro como coronel. Los padres de los otros dos son zapatero y tendero, respectivamente. Es decir, son de diferente nivel social, pero tienen en común cierta desatención en su casa. Tienen mucho tiempo libre que emplean en diferentes actos de “rebeldía”. En un momento de la historia conocen a un actor y a partir de ahí habrá novedades.

El problema que tengo con el libro es que, a pesar de que hay un derroche de imaginación y de que, lógicamente, está muy bien escrito, no termino de entrar en la historia que me cuenta, ni de entender el comportamiento de esos jóvenes. Quizá si se tratase de que tenían que incorporarse al ejército, algo que se menciona de pasada, podría entenderse mejor, pero creo que no basta con esas situaciones familiares para justificar su comportamiento. No obstante, hay escenas muy logradas y buenos momentos, pero el conjunto no me ha gustado. Espero que no me suceda lo misma con la segunda de la trilogía.

Reproduzco a continuación dos fragmentos. En el primero hay una afirmación de mucho calado. No sé si influye que esta novela la escribió Márai con treinta años (aunque luego la revisó con 88). El diálogo del segundo deja constancia de los rechazos del grupo, pero sin explicar sus razones.

 

“Mi hijo se ha incorporado a la clase social privilegiada y, como es lógico, se convertirá en enemigo de todos los seres humanos de condición inferior, incluida su humilde familia”. (p. 27)

 

“- Aquí no participamos de sus asuntos. Detesto sus enseñanzas. No creo en lo que ellos creen. No respeto lo que ellos respetan. Hasta ahora he vivido aislado de su mundo, con mi tía. Solo sé que estoy harto de confraternizar con esa gente y comer su pan. Por eso estoy aquí. Porque aquí puedo contravenir sus leyes”.

-       - ¿De quiénes habla? Preguntó Ernö.

Todos exclamaron al unísono.

-       - Del os cerrajeros, por ejemplo.

-       -  O los abogados.

-        - Los profesores. Los panaderos. Da lo mismo.

-        - Todos sin excepción. (p. 90-91)


Un libro en cualquier caso recomendable sobre todo si se quiere conocer la trilogía. Desde luego se me ocurren muchos mejores para conocer la obra de Márai, un escritor de los mejores que ha dado la Europa Central, pero este no deja de tener su interés.

 

Sándor Márai, Los rebeldes. Traducción Marta Komlósi.

 

 

 

jueves, 22 de junio de 2023

Una crónica modélica


Este libro varias veces premiado viene a demostrar el carácter de todoterreno de este escritor/periodista capaz de narrar un viaje a las mayores depresiones de la Tierra, un recorrido en bicicleta por el País Vasco o contar un montón de historias y anécdotas del Tour de Francia y de hacerlo, además, ajustándose en cada caso a la forma narrativa que requiere el tema. (Menciono solo los que he leído porque tiene más también sobre temas muy diferentes).

Este libro lo tenía ya en cartera y ha sido en mi reciente viaje a Madrid para ir a la Feria del Libro donde lo adquirí en la caseta de la editorial.

Decía hace un momento que es un libro con varios premios y es que realmente estamos ante una magnífica crónica sobre las minas en Bolivia. Dice Izagirre en los agradecimientos que contó con la lectura y los comentarios entre otros de Martín Caparrós, es decir, de quien creo que es hoy por hoy el mejor cronista en castellano. Y se nota.

En uno de los últimos fragmentos del libro dice su autor 

“En cualquier caso, yo lo siento mucho por el relato épico de la minería, pero el Cerro Rico –emperador de todos los montes, pirámide de todos los minerales, ápice de todas las luchas- para mí es esto: una chica de 22 años con dos dientes rotos, un riñón muerto y un principio de silicosis, violada con impunidad y madre de una niña que venía condenada a la cojera por pura pobreza”. (p. 220)

Aquí están perfectamente resumidos dos de los temas principales del libro: el trabajo en las minas (que incluye el trabajo infantil) y la miseria que genera a pesar de su dureza, por un lado, y, por otra parte,  el abuso sexual que los propios mineros ejercen sobre las mujeres sin importar su edad.

Izagirre ha estado dos veces en el departamento de Potosí, en Cerro Rico y en Llallagua, lugares en los que actualmente se trabaja en la minería del estaño.

En ambos describe la vida de los mineros, la dureza de su trabajo, las malas condiciones del mismo que dan lugar a gran cantidad de accidentes y provocan una elevada mortalidad, la presencia casi universal de la silicosis y, por si esto no fuera suficiente, el escaso rendimiento económico. Un buen resumen en el siguiente fragmento:

“En 1985 el Estado abandonó todas las minas salvo una, despidió a 23.000 mineros, lo privatizó todo y permitió la ley de la selva. Ahora hay una explotación espantosa. Hay miles de mineros trabajando sin contratos, sin seguro médico, sin cotizar para las pensiones, cobrando una miseria, a menudo engañados porque no saben ni leer, y hay unos empresarios que se enriquecen gracias a este sistema”. (p. 21)

A lo que se une que “(…) en 2014 el gobierno boliviano cambió las leyes y permitió que los menores trabajaran a partir de los10 años”. (p. 60)

Para este trabajo Izagirre, además de la bibliografía que cita el final del libro, ha utilizado entrevistas con mineros; con Gregorio Iriarte, un cura progresista; y, sobre todo, la relación especial que estableció con una familia formada por Alicia, la chica de 22 años que se menciona en el fragmento reproducido, y su madre doña Rosa. Ambas le sirven para ejemplificar muchas cosas. Así, la madre era maltratada lo que le hizo perder dos hijos y viven en una canchamina (un patio en el que se recoge el mineral) en unas condiciones penosas.

Además de lo expuesto hasta ahora, el libro ofrece también muy buenos apuntes sobre la evolución política y cómo esta ha afectado al trabajo en las minas. Vemos a Paz Estensoro en sus dos presidencias, tan diferentes en lo que hizo, a Barrientos, a Bánzer, etc., e incluso hay un breve espacio dedicado a la captura y posterior asesinato del Che.

En un libro así es muy difícil destacar algún aspecto, pero puestos a hacerlo yo lo haría, por una parte, con algo que me ha llamado mucho la atención que es cómo cuando las minas pasaron a convertirse en cooperativas la experiencia terminó en un absoluto fracaso (a este tema se dedica bastante espacio en el libro) y, por otra parte, el capítulo titulado El diablo en el que narra la situación que viven las mujeres con momentos realmente duros de leer.

Para acabar reproduzco un fragmento que me ha parecido algo más que interesante por la sinceridad que manifiesta aunque, evidentemente, eso pasa con todo lo que se escriba sobre determinadas realidades.

“Bolivia también es, desde hace décadas, uno de los países exportadores de historias sensacionales: periodistas, escritores, cineastas, fotógrafos, antropólogas y cuentacuentos venimos a buscar historias de miseria y violencia, que luego en nuestra casa nos lucen mucho y que a los protagonistas pocas veces les sirven de algo”. (p. 199)

Un libro algo más que recomendable. Un ejemplo de cómo se tienen que escribir las crónicas. Una muestra de compromiso del escritor con la realidad que narra.

Hay una buena reseña de Edurne Portela en lamarea.com

 

Ander Izagirre, Potosí.

 

martes, 20 de junio de 2023

La importancia de la familia

 

En enero de este año leí por primera vez a de Vigan; me impactó tanto por el tema elegido como por la forma de tratarlo. Desde entonces decidí seguir conociendo su obra y así llego a esta tercera lectura que, una vez más, me ha encantado.

Los protagonistas son dos adolescentes de doce años (no sé si tiene algo que ver en mi interés el hecho de que mi hijo tenga 13). Uno, Théo, con una familia bastante problemática. Padres separados: él con una fuerte depresión que le hace estar días y días en la cama; ella una mujer poco afectuosa. Otro, Mathis, que practica un cierto seguidismo de Théo también con una familia en la que la madre descubre que el marido tiene un especie de doble personalidad con una cuenta en las redes en las que se muestra homófobo, misógino y racista.

La historia está contada en primera persona por ambas madres y por Hélène, la profesora de los chicos, y en tercera cuando se narra lo que les sucede directamente a ellos.

Esta estructura resulta muy adecuada para entender mejor los diferentes comportamientos pues vamos conociendo aspectos de los diferentes personajes contados por ellos mismos. Además, y como se dice en el fragmento que la editorial reproduce de la crítica hecha en Télérama, se trata de:

 

“Una narración precisa, rigurosa, casi austera. De ahí nace la belleza áspera de esta novela conmovedora, concienzuda y contenida”.

 

Es difícil expresar mejor y con menos palabras las principales virtudes de esta magnífica y muy interesante novela. Creo que hay que destacar efectivamente la precisión y la contención con la que se expresa la autora que, por otra parte, son elementos que se pueden apreciar también en sus otros libros.

Habrá que seguir leyendo y conociendo más la obra de esta escritora.

Hay una buena reseña en anikaentrelibros.com

 

Delphine de Vigan, Las lealtades. Traducción Javier Albiñana.

 

jueves, 15 de junio de 2023

Fuerte crítica del régimen cubano


Hace más de seis años que leí La tribu. Retratos de Cuba del mismo autor. Le había perdido la pista y de repente me encontré con este libro que obtuvo el 4º Premio Anagrama/Universidad Autónoma de Nuevo León de Crónica Sergio Gonzálñez Rodríguez, concedido por un jurado en el que estaban nada menos que Juan Villoro, Leila Guerriero y Martín Caparrós entre otros. Una garantía.

El libro es la crónica, y algo más, del encierro que tuvo lugar entre noviembre de 2020 y enero de 2021 de un conjunto de personas en protesta por la detención del rapero Denis Solís.

Álvarez se desplazó desde Nueva York para participar en el mismo y tuvo problemas de todo tipo empezando por los tests dado que se desarrollaba en plena pandemia del Covid.

En el texto va alternando dos tipos de escritos: por un lado, la crónica de algunos aspectos del encierro, de los problemas que tuvo con la policía, junto con algunas reflexiones como, por ejemplo, la que hace en el capítulo que titula Dictadura  y revolución y, por otro lado, bajo el epígrafe de Vida breve, hace pequeñas biografías de 6 a 8 páginas de los encerrados. Estas son las que más me han interesado y me han enseñado porque, dada la variedad de esta gente, reflejan muy bien cuál ha sido la evolución de lo sucedido en la isla en los últimos veinte o treinta años. Variedad de orígenes geográficos y sociales, de profesiones (mayoría de artistas, pero también un científico, un profesor o un documentalista) y de evolución personal, pero con algo en común:

 

“Negros, pobres, desplazados, vivían en casas precarias rodeados de hoteles lujosos para turistas de pantorrillas blancas. Representaban todo lo que la revolución prometió reivindicar y terminó persiguiendo, cazándolos para ocultarlos. No solo ponían sobre la mesa la liberación de un rapero, sino que abrían el abanico de posibilidades para la forma de una república nacional negra”. (p. 54)

 

Evidentemente, tanto en un tipo de texto como en el otro, la carga crítica contra el régimen cubano es permanente. No en balde el encierro lo hacen gentes que están en contra del mismo a lo que han llegado, y eso es quizá lo más interesante, desde posiciones de partida muy diferentes ya que a alguno le viene ya de familia, pero la mayoría empezaron apoyando al régimen y participando en algunas de sus instituciones.

Especial mención merece el capítulo en el que Álvarez narra su detención porque, además, emplea un estilo diferente al del resto del libro.

La crítica abarca todos los temas que nos podamos imaginar, desde las carencias de todo tipo hasta la brutalidad policial, aunque hay una especial incidencia en el aspecto cultural dado el tipo de personas que protagonizan el encierro.

Un ejemplo que puede ser un buen resumen

 

“Estanislao Zuleta habló de “la sobrevaloración de imágenes como indicadores de esencias”. A un edificio destruido se le oponía una niña sonriente en una escuela. A una fila para comprar huevos, un médico con su bata auscultando a un paciente. A un policía repartiendo palos, una playa con sol y una mulata zalamera. A los veinte dólares del salario mensual promedio, las tasas mínimas de mortalidad infantil por cada mil nacidos vivos”. (p. 71)

 

En definitiva, un libro muy interesante e instructivo sobre la situación de aquel país o, al menos, de cómo la ve la gente que no está de acuerdo con el régimen. El tema de Cuba siempre es motivo de acaloradas polémicas en nuestro país. Más allá de algunos matices que introduciría en alguna de sus reflexiones, tengo que decir que en lo fundamental me creo lo que cuenta Álvarez y, además, también me fío mucho de los que le han concedido el premio.

 

Carlos Manuel Álvarez, Los intrusos.

 

miércoles, 14 de junio de 2023

Pequeña gran novela


Cuando al comentar hace poco más de un mes Permafrost, la anterior novela de la autora, decía que la leía sobre todo porque era el inicio de un tríptico del que me interesaba sobre todo la segunda, Boulder, no sabía hasta qué punto me iba a gustar esta. Desde luego había leído y escuchado muchos elogios y eso siempre es peligroso, pero en este caso estaban más que justificados.

Dice Javier Rodríguez Marcos en un extracto de su reseña en Babelia que la editorial reproduce en la solapa:

“Maneja los sentimientos como material radioactivo, es decir, como algo que nos mata y nos ilumina”.

Porque eso es esta novela, un estudio, o si se prefiere una descripción, de sentimientos muchas veces encontrados en los que el lector se  puede ver reflejado porque seguro que se ha visto en más de una de las situaciones de la protagonista que es a su vez la narradora.

El libro tiene apenas 116 páginas, pero gracias a unas elipsis muy bien construidas, asistimos a diferentes momentos en la vida de Boulder. Primero como cocinera en un barco en el sur de Chile. Allí se enamora de Samsa, una geóloga islandesa con la que inicia una historia amorosa que la llevará a vivir en Reikiavik donde trabajará en un restaurante chino, en una taberna y finalmente montará un food truck, pero lo más importante, una relación en la que Samsa se convertirá en madre y, a partir de ahí, todo cambiará porque la narradora no tiene una visión muy optimista ni positiva de la maternidad como se puede comprobar en los siguientes fragmentos:

 

“A mí los niños no me van. Por encima de todo me desazonan, los veo como variables imprevisibles que cuando topan con mis escollos se embarrancan en ellos con toda la fuerza de su locura innata. Son angulosos, descontrolados, intermitentes”. (p. 30-31)

 

“Por ejemplo, el amor que siente por Tinna (la hija de ambas) es desatado y vinculante, lo vive como si fuese un amor ya escrito, lo cumple como si fuera legendario. A mí me parece  un parásito que la ha mediatizado y la cabalga para exhibirse. (p. 89)

 

Además del interés y de lo bien plasmadas que están las dudas y las inseguridades de la protagonista, algo que llama mucho la atención es la escritura de Baltasar. Frases cortas, pero tremendamente expresivas y por momentos muy poéticas (no en balde la autora ha recibido varios premios por sus poemarios). Una escritura que te pega a la historia que te está contando, que te mantiene expectante, que en definitiva te atrapa y, eso sí, que te invita a una lectura pausada para disfrutar de cada fragmento.

Desde luego ha resultado que tenían mucha razón los que alababan tanto esta pequeña gran novela que, no tengo ninguna duda, será de lo mejor que leeré este año.

Por cierto, el original está en catalán en el que se apreciará seguramente mejor la poética de la autora.

Hay una espléndida y muy completa reseña de Marc Peig en unlibroaldia.blogspot.com.

Nota: Es curioso que en la anterior novela que he comentado en el blog el desencadenante del conflicto sea también la maternidad. Eso sí, se trata de un conflicto diferente.

 

Eva Baltasar, Boulder. Traducción Nicole d’Amonville Alegría

 

 

martes, 13 de junio de 2023

Más entretenimiento de calidad


Quinto libro, y me temo que por ahora último, que leo de este autor. Último porque que yo sepa no hay más traducidos. Además, ha sido en poco más de un año y es que son libros que me resultan enormemente entretenidos. Como ya he dicho comentando alguno de sus libros, no es un escritor al que le darán el Nobel de Literatura, ni creo que pase a la historia de esta, pero sí que se trata de un escritor capaz de contar muy bien historias que pueden interesar a determinado tipo de lector. Es un gran narrador, un buen creador de personajes y alguien que escribe diálogos perfectamente verosímiles.

En Una relación especial la historia es muy sencilla y la trama aún más. Dos periodistas se conocen en El Cairo; él es un corresponsal inglés y ella una joven estadounidense. Se enamoran, a él le reclaman desde Londres para ocupar un puesto en su diario, y allí se trasladan ambos, ella por cierto, embarazada. A partir de ahí la novela se centra en el embarazo y, sobre todo, el posparto que resulta totalmente traumático para ella de tal forma que tras una serie de sucesos problemáticos la relación se acabará y terminará con un juicio sobre la custodia del hijo.

Lo realmente impresionante en mi opinión es que con una trama tan sencilla Kennedy sea capaz de mantener la atención del lector, al menos de un tipo de lector, durante nada menos que 440 páginas.

Hay, como siempre en las novelas de este escritor, algunos temas colaterales. En este caso es sobre todo la diferente forma de ver las cosas que tienen las gentes de ambos lados del Atlántico (Kennedy es un neoyorkino que ha vivido muchos años en el Reino Unido). También es interesante la aparición de diversos miembros de la profesión médica y, sobre todo, de abogados contra alguno de los cuales carga de manera inmisericorde.

Un detalle poco importante, pero que tengo que reconocer que me ha gustado, es que cuando la narradora, la periodista estadounidense, quiere relajarse con música pone Sunday at the Village Vaguard de Bill Evans, quizá el disco que más he escuchado en mi vida y que más me emociona.

Desde luego es un libro que recomiendo aunque sé que habrá lectores que pensarán que es un tipo de lectura demasiado mainstream, pero como ya he dicho antes, también es un tipo de lectura que entretiene estando además bastante bien escrita.

 

 

Douglas Kennedy, Una relación especial. Traducción Esther Roig.

 

 

jueves, 8 de junio de 2023

Erupciones volcánicas y sociales



Lo primero que tengo que decir es que debo la lectura de este interesante libro a la gentileza de la autora que me lo remitió desde Atlanta, donde ahora reside. El libro está editado por Debate pero en México y, al menos que yo sepa, no está disponible en España en papel, sí en ebook.

Este libro es fruto de una estancia de la autora en Nicaragua  y de la concesión de una beca de Crónica Viajera por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano. Este periodismo, que poco a poco voy conociendo, me parece no solo muy interesante, sino que está compuesto por profesionales que son también magníficos escritores. Los ejemplos más recientes son: Óscar Martínez (que tiene libros en la misma editorial), Juan Miguel Álvarez, Carlos Manuel Álvarez (del que estoy leyendo estos días Los intrusos) y la misma Sabrina Duque. Claro que tienen detrás gente como Alma Guillermoprieto, Martín Caparrós o Leila Guerriero que están entre mis escritores favoritos.

Pero volvamos al libro de Duque. Está compuesto por doce crónicas que se inician con visitas a diferentes lugares del país en los que destaca siempre la presencia de algún volcán. Ahora bien, a partir de la mitad más o menos la autora introduce en sus crónicas otro tipo de “erupciones”. Desde abril de 2018 se inicia una gran conflictividad social contra el gobierno de Daniel Ortega y su mujer Rosario Murillo que poco a poco se había convertido en una auténtica dictadura.

En palabras de la autora:

 

“Comencé a escribir sobre un país lleno de volcanes activos. Y algunos dormidos. No me di cuenta de que el verdadero volcán dormido era el país”. (p. 104)

 

Aquí el libro adquiere una nueva intensidad y un renovado interés. Si antes podíamos leer interesantes fragmentos como el siguiente:

 

“En Nicaragua instalarse en una casa es elegir su catástrofe preferida en un menú de peligros naturales (…)

En el Mapa Interactivo de Vulnerabilidades de Google “hay ocho mapas, cada uno con un peligro que se corre en el país: terremotos, huracanes, tsunamis, erupciones, inundaciones, deslizamientos, sequías e incendios forestales”. (p. 34-35)

 

Ahora hay capítulos dedicados a la intervención de algunos sacerdotes intentando evitar las masacres que hacían la policía y los paramilitares. Masacres indiscriminadas que costaron cientos de vidas. Quiero hacer una especial mención al capítulo titulado Un hombre y una ciudad que no se dejan borrar porque está dedicado al descubrimiento de una ciudad, León Viejo, pero sobre todo a un personaje, Carlos Tünnermann, que fue rector de la UNAN, participó en el primer gobierno tras la revolución sandinista y estaba apoyando a los estudiantes levantados contra Ortega. Un personaje de gran talla intelectual y moral.

Como se ve, aunque estamos ante un libro no muy extenso, pues apenas pasa de las 170 páginas, sí tiene variados elementos para llamar la atención del lector, tanto en su parte más descriptiva, en la que por cierto hay también interesantes aportaciones históricas, como en la que trata la situación política del momento.

El libro cuenta con un buen Prólogo de Sergio Ramírez (otro escritor que ha aparecido varias veces en este blog) y una Playlist en la que un conjunto de artistas nicaragüenses cantan un mix de Mejía Godoy. Eso sí, he echado en falta alguna fotografía que dejase constancia de la belleza de alguno de los lugares que Duque describe.

Un libro muy recomendable que descubre aspectos físicos e históricos poco conocidos del país y nos vuelve a conectar con un país que fue portada en todos los medios hace ya más de cuarenta años.

Hay una buena reseña de Diego Fernández Romeral con entrevista a la autora en pagina12.com.ar.

 

Sabrina Duque, Volcánica. Crónicas desde un país en erupción.

 

 

 

  

martes, 6 de junio de 2023

Analizando el fenómeno Ayuso



Este es uno de esos libros que me ha costado leer. Como madrileño de nacimiento, y además en el barrio de Chamberí, aunque lleve ya más años en Mallorca de los que viví allí (35) siempre me afecta lo que pasa en esa ciudad y en esa comunidad. En ella me formé, estudié en la universidad, tuve mis primeros trabajos y mis primeras participaciones en la política. Y si me afecta lo que pasa ni que decir tiene lo que me puede afectar que la máxima representante sea esta señora de nombre Isabel.

No obstante, que el libro lo escriba Alicia Gutiérrez ha hecho que me sobreponga a ese rechazo. Es una muy buena periodista, seria y siempre bien documentada como he tenido ocasión de comprobar por sus artículos en infolibre.es o sus participaciones en tertulias en la televisión.

El libro es otro buen ejemplo de su hacer. Se trata de una crónica de la llegada de Ayuso hasta el poder y de algunos de los problemas que ha tenido que afrontar como el asunto de su hermano con las mascarillas o, sobre todo, la gestión de las residencias cuando la epidemia. También de un intento de caracterizar lo mejor posible al personaje; alguien por el que bastante gente desde la izquierda siente cierto desprecio hacia sus capacidades, aspecto este que Gutiérrez intenta contrarrestar en fragmentos como los siguientes:

“De hecho, yerran quienes se aferran a que Rodríguez es el verdadero y único cerebro de una política discursiva, la de Díaz Ayuso, dirigida a seducir al electorado con mantras donde libertad se equipara, por ejemplo, con irse de cañas”. (p. 63)

 “En resumen, la acción de Ayuso se ajusta como un guante a lo que Miguel Ángel Rodríguez ya recomendaba a Aznar muchísimos años antes: hablar sin complejos ni pelos en la lengua, transmitir una imagen de autenticidad, empatizar con la población. Y mandar de verdad”. (p. 69)

Este segundo fragmento podría parecer que entra en contradicción con el primero, aunque yo creo que lo complementa de alguna manera porque la autora plantea que Ayuso se aplica a la construcción y transmisión de esa imagen.

De todas formas, creo que esta ausencia de dependencia de Rodríguez no queda suficientemente acreditada. Además, quienes hemos tenido ocasión de ver alguna de sus intervenciones en la Asamblea de Madrid o en otros foros públicos, hemos podido comprobar cómo sin el papel es alguien que difícilmente es capaz de transmitir algo más que alguna frase de cierta chulería, o como ahora se dice: “de ir de sobrada”.

En este sentido tengo que reconocer que me ha costado mucho leer la cantidad de frases que Gutiérrez reproduce en las dos primeras partes del libro. Si eso es autenticidad y empatizar, prefiero otra forma de actuar más educada y respetuosa.

Por otra parte, no me ha quedado demasiado claro el currículum no sé si porque su exposición ha quedado un tanto desordenada, o soy yo que me he perdido un poco en algún momento.

Desde otro punto de vista, hay algunos temas que me parece que están muy bien traídos como, entre otros: la reproducción de los 30 conceptos “sanchistas” que la CAM ha recurrido de la ley de educación y que son un magnífico resumen de la ideología de esta política; el dejar constancia de los porcentajes de gasto que la CAM dedica a sanidad, educación y dependencia y su comparación con otras comunidades; la curiosa historia de una empresa catalana cercana al independentismo que Ayuso contrató para que hiciese un informe fiscal y, finalmente, todo el espacio que dedica a la gestión tanto de la sanidad como de las residencias.

Desde luego, al terminar el libro se sale con una visión bastante completa de quién es y cómo actúa la presidenta de la CAM. Una visión que, al menos en mi caso, lleva al cabreo, la indignación y cierta desmoralización por pensar en el Madrid actual y lo diferente que es de aquel que abandoné en 1984.

En todo caso, un texto recomendable porque la autora es una garantía de que los temas están bien tratados y sin soflamas de ningún tipo; no hacen falta.

Hay una interesante entrevista de Olivia Carballar con la autora en lamarea.com.


Alicia Gutiérrez, Porque me da la gana. Ayuso, la nueva lideresa.

viernes, 2 de junio de 2023

Explicando su evolución


Cuando no hace ni dos meses terminaba Para acabar con Eddy Bellegueule, el primer libro que escribió Louis, la impresión que me quedó es la de cómo alguien con esa historia (en el libro narra su terrible infancia y adolescencia en un pueblo del norte de Francia) podía haber llegado a escribir y publicar un libro con apenas 22 años, qué le habría tenido que suceder para poder avanzar a esa velocidad y cómo podía haberse alejado de esa familia y de ese pueblo. Pues bien, a todo esto y algo más contesta Louis en este su último libro (entre ambos ha publicado nada menos que tres). Da la sensación de que él también tenía necesidad de explicar el fenómeno de su evolución o, como reza el título, de su gran cambio. Un cambio que se puede resumir muy bien con estos dos fragmentos del libro:

“(…) no había tenido una infancia, sino una infancia de clase”.

(p. 49)

“Hacer lo que yo estaba haciendo era adentrarme en una realidad radicalmente opuesta a la clase social de mi infancia, al pueblo; era romper para siempre con el entorno que había compartido contigo, con su odio y su asco por la mera hipótesis de la existencia de una imagen como aquélla (se refiere a tener un hombre en la cama junto a él). Hacer el amor con un hombre, dejar que me penetrase, o aprender a hablar sin acento del norte e ir al cine, eran resultados de una misma voluntad, de un mismo proceso, el de huir lejos del pasado.

Al hacer el amor con un hombre, rechazaba todos los valores de mi entorno, me convertía en burgués”. (p. 135) 

Es decir, a lo que asistimos a lo largo de las 284 páginas del libro es al proceso de desclasamiento del autor o, si se prefiere, a su ascensión social. Louis sigue utilizando la primera persona como en su primer libro, pero ahora lo que hace es dirigirse a su padre en la primera parte y a su amiga Elena en la tercera con el subtítulo de “explicaciones ficticias”.

La historia de ese gran cambio que se produce en la vida de Louis, un cambio que le lleva desde cambiar el nombre a evitar el acento del norte o a aprender las formas educadas de comer o vestir; la historia de ese cambio decía es la historia de las diferentes relaciones que va estableciendo. Al principio serán mujeres quienes le ayudarán como su amiga Elena y, sobre todo, la familia de esta que le acoge, le enseña normas de comportamiento y le fomenta el gusto por la lectura. También, por ejemplo, la que le acepta para trabajar en el teatro como vigilante y acomodador cuando realmente no le necesitaba. Todo esto sucede ya en Amiens donde se desplaza para seguir los estudios.

Luego serán diferentes hombres los que, sobre todo cuando se traslade a París, le ayudarán llegando a facilitarle un apartamento e incluso pagándole las facturas del dentista.

En resumen, un cambio que fue posible gracias a la colaboración, parece que siempre desinteresada, de diferentes personas que, eso sí, él supo aprovechar y, por ejemplo, una vez que le facilitan la preparación para la entrada en la famosa y muy elitista Escuela Normal Superior de París, dedicarse al estudio y la lectura de forma casi compulsiva.

En este proceso lo que desaparece de su vida es su familia. Primero porque cuando estudia en Amiens solo va al pueblo algunos fines de semana, y luego porque apenas menciona alguna visita esporádica. El desclasamiento es total. Eddy Bellegueule se convirtió en Édouard Louis de forma oficial, es decir, formalizándolo legalmente.

En medio, trabajos de panadero, acomodador y hasta una época parisina en la que ejerció la prostitución porque necesitaba dinero ya que llegó un momento en que apenas tenía para comer.

Todo esto nos lo cuenta el autor con una capacidad narrativa notable que hace que sea difícil abandonar la lectura porque el lector asiste al espectáculo de transformación real de una persona en otra.

Me parece un libro muy recomendable. Hay momentos de gran crudeza y otros muy emotivos aunque, por lo general, Louis es un narrador que en este libro da la impresión de que busca principalmente informar de la forma más aséptica posible.

 

Édouard Louis, Cambiar: Método. Traducción Encarna Castejón.

 

 

 

jueves, 1 de junio de 2023

ANDAMIO

 

Pocas películas pero interesantes. Muchas series y muy variadas en temas y procedencias. La media no está mal aunque no hay ninguna espectacular, algo cada vez más difícil de encontrar.


Películas

 

Goliath. Producción francesa. Cine social y político basado en hechos reales, en este caso en los efectos del uso de pesticidas en la agricultura. Bien contada aunque quizá demasiado “didáctica”. Los malos son muy malos (lo cual, por otra parte, suele ser así) y los buenos también lo son un poco demasiado. De todas formas, está bien que se hagan estas películas.

 

El club del odio. Producción independiente de Estados Unidos. Una historia sobre el supremacismo blanco que se desarrolla en tiempo real durante una hora y media. Esto que está muy bien lastra un poco algunos momentos porque alguna escena queda demasiado forzada. Desde luego, después de leer hace unos días Jesús y John Wayne sobre el mismo tema, es un buen ejemplo de aplicación de esas teorías demenciales. La película está muy bien y ojalá se hicieran más así.

 

Suro. Producción española. Es una ópera prima y no lo parece gracias a un buen guion, en el que participa el director, y a una buena puesta en escena. Una mujer hereda una masía y se desplaza allí con su marido abandonando la cooperativa de arquitectos en la que trabajaban en Barcelona. Varios temas se tratan en la película: esa marcha al mundo rural de gente de la clase media, las relaciones de poder en la pareja, la inmigración o el racismo. Todo eso hace que la película tenga más interés que el de un simple thriller. Además, dos magníficas interpretaciones de los protagonistas. Una buena película.

 

 

Series

 

 

1923. Serie estadounidense de 8 episodios de 45 y 60 minutos. Es la precuela de la serie Yellowstone de la que hablaba en la anterior entrada. En esta son protagonistas Harrison Ford y Helen Mirror nada menos. Seguramente tendrá más temporadas ya que se desarrolla en ese año y poco más. Está rodada en plan superproducción con movimientos de grandes ganados de vacas y ovejas y con escenas en la sabana. Tanto en esta como en las montañas de Montana hay magníficos paisajes. Es muy entretenida y los malos lo son como suelen serlo en los western. Espero que sigan con la historia.

Sky Showtime

 

Stonehouse. Miniserie británica de 3 episodios de 45 minutos. Cuenta el caso real de un diputado laborista inglés, que también llegó a ser ministro en un gobierno de Harold Wilson, que desapareció en 1974, se fue a Australia y allí estuvo hasta que lo encontraron. Había hecho algunas prácticas ilegales por lo que terminó en la cárcel. Es un caso realmente curioso, como también lo es el personaje al menos tal y como lo muestran en la serie. Es difícil imaginar cómo pudo llegar alguien así a tan altos puestos. Es muy entretenida.

Filmin

 

La diplomática. Serie estadounidense de 8 episodios de 50 minutos. Muy actualizada ya que trata de un posible enfrentamiento de Gran Bretaña y Estados unidos con Rusia a cuenta de un atentado contra un buque británico. Las múltiples reuniones de los políticos de ambos países, la embajadora de USA en Londres, etc. narradas de forma no demasiado clara e incluyendo una historia de la embajadora y su marido bastante pesada. Prescindible.

Netflix

 

Tulsa King. Serie estadounidense de 8 episodios de 40 minutos. La protagoniza Stallone y desde luego está hecha a su medida. Un mafioso sale de la cárcel después de 25 años y la “familia” le ofrece montar su negocio en Tulsa. Es bastante entretenida y con buen sentido del humor a pesar de los muchos muertos que hay.

Sky Showtime

 

La enfermera. Miniserie danesa de 4 episodios de 45 minutos. Es un thriller basado en hechos reales que es, quizá, lo que la hace más interesante. Bien narrada, con el ritmo preciso, y bien interpretada. No es apasionante, pero resulta entretenida.

Netflix.

 

Noticia de un secuestro. Miniserie de coproducción chileno-colombiana. Consta de seis episodios de 50 minutos. Basada en el libro homónimo de García Márquez, cuenta el secuestro de varias personas en la segunda mitad de los noventa del siglo pasado. Bien realizada y dando palos tanto a los narcos como al gobierno y la policía. Es una pena que cueste tanto entender lo que dicen porque, entre los susurros de unos y la dicción de otros, hay algunas escenas en las que no he sido capaz de saber nada de lo que decían. No obstante es interesante.

Amazon Prime

 

Las buenas madres. Miniserie italiana de 6 episodios de 55 minutos. Basada en hechos reales. Es un magnífico retrato de cómo funcionan las familias de la mafia calabresa y del papel de la mujer en ellas. Una fiscal logró que alguna mujer aceptase dar información y convertirse en testigo protegido. Tenían hijos (de ahí el título de la serie) lo que supuso importantes problemas. Muy buena serie, muy interesante y de gran intensidad emocional.

Disney+

 

Perry Mason. Producción estadounidense de 8 episodios de 50 minutos. No es exactamente un remake, pero sí que se trata del mismo personaje cuyos juicios se hicieron famosos en los cincuenta y sesenta del siglo pasado. En esta temporada vemos cómo se convierte en abogado. La serie está muy bien ambientada en el año 1932 y muy bien interpretada. Resulta bastante entretenida y, creo, que incluso mejorará en la segunda temporada que ya está disponible.

HBO Max

 

Yellowstone. Segunda temporada de esta serie estadounidense de 10 episodios de 45 minutos. Es más de lo mismo solo que los malos son aún mucho peores. Yo no vi Dinastía en su momento, pero por lo que oía esta debe de parecerse bastante. La verdad es que me resulta muy entretenida aunque esté llena de tópicos y sea ideológicamente discutible.

Sky Showtime

 

Sherwood. Miniserie británica de seis episodios de una hora. Algo más que un thriller. Se desarrolla en la actualidad en un pueblo que fue minero y en el que en 1984 tuvieron lugar unos conflictos que marcaron a algunos de sus habitantes. Está basado en hechos reales. Es muy típica serie británica en un pueblo pequeño con los conflictos entre los vecinos además, claro, del correspondiente asesinato. Está bastante bien.

Filmin