lunes, 31 de octubre de 2022

ANDAMIO

Una entrada muy completa y también muy cercana a la anterior. En películas predominio casi absoluto de las producciones estadounidenses con un poco de todo en temas, calidad e interés. Desde luego, ninguna como la argentina. En serie mayor variedad de procedencias y de temas. Una media alta gracias a la española y la sueca.

 

Películas

 

Elvis. Producción estadounidense. Es un repaso de la vida y la música de Presley centrada en gran medida en  la relación con su peculiar manager, el coronel Paker que ni siquiera era coronel. Es muy entretenida aunque su duración es quizá excesiva, más de dos horas y media. Además, tiene momentos muy espectaculares, sobre todo con actuaciones de Elvis, pero también hay algunos excesos en el montaje de imágenes que no aportan nada a la historia. Nunca fui muy fan del cantante, pero sí conocía, y me gustaban, varias de sus canciones y, desde luego, reconozco el fenómeno de masas que fue y que la película creo que no termina de reflejar.

 

El hombre del norte. Producción estadounidense. Se trata de una película  “de época” en concreto del siglo X y con vikingos como protagonistas. He de advertir que no es un género que me guste y de hecho apenas he visto alguna en los últimos años. Esta tiene muy buenas críticas y por eso me animé. Me ha resultado tremendamente aburrida y no me ha interesado en ningún momento la historia de la venganza que, por otra parte, se ha visto ya tantas veces aunque en otro género, en el western.


El extraño. Producción australiana basada en un caso real: la desaparición de un niño en 2002 y la utilización de un infiltrado en 2010 para lograr pruebas que incriminen al principal sospechoso. Es un thriller que se sale un poco del tratamiento habitual en el género. Logra una atmósfera un tanto opresiva (para ello utiliza siempre muy poca iluminación) y hace que el espectador tenga problemas al principio para entrar en la historia. Una buena película de género.

 

Argentina, 1985. Una película argentina que narra la actuación del fiscal Julio César Strassera y su equipo en el juicio a los miembros de la Junta militar y de otros dirigentes del llamado “Proceso…”. Muy buen guion e interpretaciones. Hace años que no voy a Argentina, pero desde finales de los ochenta hasta el 2004 hice ocho viajes. Allí tenía y tengo amigos que son como mi familia. Todos estaban en contra de la actuación de los militares e imagino cuánto se habrán emocionado al ver la película. Desde luego a mí se me saltaban las lágrimas en el alegato final.

Creo que es una película que hay que ver y desde España envidiar por lo que fueron capaces de hacer a los dos años de restaurar la democracia, mientras que aquí aún estamos decidiendo sobre una ley de memoria histórica y corremos el riesgo de que se pueda ensalzar la figura del dictador.

 

Togo. Producción estadounidense basada en hechos reales. En Alaska en el invierno 1925 se produjo una epidemia de difteria. Para llevar las vacunas a poblaciones aisladas hubo que hacer relevos de trineos tirados por perros. La película narra la historia de uno de los perros, Togo, que era el líder de un trineo que tuvo que recorrer más de 400 kilómetros. Película para toda la familia lo que hay que agradecer porque no son muchas los que cumplen los mínimos para poder disfrutarlas todos.

 

The humans. Producción estadounidense. El autor de la obra de teatro del mismo título la escribe y dirige para la pantalla. Una familia compuesta por el matrimonio, la madre de él, sus dos hijas y el novio de una de ellas, se reúne en el día de Acción de Gracias en la casa de la joven pareja, un dúplex muy deteriorado y en el que apenas hay muebles pues aún no ha llegado la mudanza. Afloran algunas tensiones, pero sin llegar nunca a estallar de forma violenta. Está muy bien interpretada y muy buscado el ambiente un tanto cutre en el que se desarrolla.

 

El ángel de la muerte. Producción estadounidense. Un thriller basado en hechos reales. El título en castellano es demasiado explícito, aunque enseguida se ve de qué va la cosa. Muy bien interpretada y con el ritmo adecuado que la historia requiere. Un buen ejemplo de que no importa saber el final para que la película interese.

 

Series

 

Las de la última fila. Miniserie española de seis episodios de 45 minutos. Cinco treintañeras, que son amigas desde el colegio (allí por su apellido estaban colocadas en la última fila), se cortan el pelo al dos porque una de ellas tiene cáncer y  se van de vacaciones a la costa de Cádiz donde cada día tendrán que cumplir con lo que está escrito en un papel que, previamente, ha escrito cada una de ellas. Una serie totalmente coral, con un guion muy bien construido, unos magníficos diálogos, buenas interpretaciones y algunas escenas muy emotivas. Son pocas las series españolas que suelo ver, pero tengo que reconocer que las que voy viendo me van gustando bastante.

Netflix

 

The bear. Serie estadounidense de 8 capítulos de 30 minutos. Un chef de cierto renombre hereda el restaurante de bocadillos de su hermano y decide ponerlo en marcha y mejorarlo. De ahí surgen conflictos con el personal a los que se suma la deuda que ha dejado el hermano. Muestra de una forma muy realista algunos momentos de la tensión que se llega a vivir en un restaurante de tal manera que llega a provocar tensión también en el espectador. No es una maravilla de serie pero está bien.

Disney+

  

Los emigrantes. Miniserie sueca de tres episodios de 45 minutos. Narra la peripecia de una familia del mundo rural que decide trasladarse a Estados Unidos, a Minnesota, ante la situación de hambre y miseria que padecen (se inicia en 1849). Está muy bien contada desde cómo estaban en Suecia hasta cómo terminan instalándose en USA incluyendo el penosos viaje. Llama la atención el papel tan desagradable que juega la religión una vez llegados a su destino final. Una religión, la iglesia luterana sueca,  que pretende regir su vida en todos los aspectos.

Ojalá aquí se hicieran series sobre el mismo tema porque quizá ayudaría a cambiar un poco la visión tan negativa que algunos tienen de los migrantes, sobre todo teniendo en cuenta que son millones los españoles que emigraron tanto en el siglo XIX como en el XX.

Filmin

 

La profesora. Miniserie británica de 4 episodios de 45 minutos. Una profesora de inglés de un colegio privado se enfrenta a acusaciones de tener relaciones con un alumno. Resulta entretenida aunque el guion y sobre todo los diálogos podrían haber sido mejores. También he echado en falta algo más sobre la postura de sus compañeros.

Filmin

 

Iosi, el espía arrepentido. Serie argentina de 8 episodios de 45 minutos. Se desarrolla en dos tiempos distintos: entre 1985 y 1992 (momento del atentado real a la embajada en Israel en Buenos Aires) y 2007- 2008. El protagonista, Iosi, se mueve dentro del mundo de la comunidad judía argentina buscando una serie de informaciones para la seguridad del estado. Tiene un buen guion y está muy bien ambientada, interpretada y realizada. Quizá le falta dar alguna explicación más sobre algunos hechos, pero en general es muy entretenida.

Amazon

 

Conversaciones entre amigos. Serie británica de 12 episodios de 30 minutos. Es la adaptación de una novela de Sally Rooney. No hace mucho comentaba la adaptación de otra novela de ella, Normal people, que me gustó mucho porque me dejé llevar por la historia y los protagonistas. En esta me ha pasado al principio, pero creo que sería una serie mucho mejor si tuviera solo ocho episodios porque a partir de un determinado momento se hace muy reiterativa. También tiene buenas interpretaciones.

HBO max

domingo, 30 de octubre de 2022

Disección de una familia


La autora solo ha aparecido una vez en este blog a raíz de la lectura de su anterior libro, Un amor, al que los críticos le concedieron nada menos que el título de la mejor novela del año 2020. Como me gustó bastante he querido probar de nuevo con su última novela publicada.

A Mesa hay que reconocerle que desde luego es capaz de meter al lector en las historias que cuenta. En este caso, los protagonistas son los miembros de una familia compuesta por: Padre, Madre, (así se mencionan en el texto) y los hijos Damián, Rosa, Aquilino y Martina, la sobrina adoptada. También tiene una aparición relevante el tío Óscar, hermano de la madre.

Con estos mimbres, la autora hace una buena disección de una familia tipo que puede ser un buen reflejo de ciertas familias de hace unos años. No hay una referencia temporal precisa, aunque podemos imaginar que se inicia en los años setenta, cuando los hijos tienen entre 8 y 14 años más o menos,  y hay algunos capítulos en un tiempo posterior cuando alguno ha tenido ya descendencia.

El libro está dividido en 14 capítulos cada uno con su correspondiente título y es que, de alguna manera, la novela está construida a partir de un conjunto de relatos que, si al principio tienen un protagonismo coral, a partir de un determinado momento se van centrando en cada uno de los hijos aunque siempre en referencia a su historia familiar.

Mesa da un buen repaso a la figura de un padre autoritario, que trabaja en un bufete de abogados, que tiene sometida a toda la familia con la necesidad de la obediencia y la austeridad, todo, eso sí, desde unas buenas intenciones que le llevan a colaborar en proyectos solidarios y a mencionar constantemente la figura de Gandhi en defensa de sus ideas y sus prácticas.

Los diferentes capítulos irán mostrando las reacciones de los hijos ante esa situación desde el total sometimiento hasta la rebeldía pasando por quien se lo toma con sentido del humor.

La novela además de su indefinición temporal tampoco especifica el espacio en el que se desarrolla la historia. Sí lo hace, sin embargo,  con el ambiente social que es el de la clase trabajadora.

Una novela bastante recomendable, bien escrita y con una buena construcción de los personajes, si bien creo que falta en el caso del padre alguna información para poder entender del todo esa preocupación por lo social.

Hay una buena reseña de Belén Flores, en la que se comenta cada uno de los personajes, en anikaentrelibros.com

 

Sara Mesa, La familia.

 

 

viernes, 28 de octubre de 2022

Un libro diferente


Lo primero que tengo que hacer es agradecer una vez más a la editorial Capitán Swing por poner a nuestra disposición libros tan originales, curiosos e interesantes como este. Son ya bastantes los textos de esta editorial que están comentados en el blog, porque son también bastantes los que esta editorial ha publicado con las características mencionadas.

En este caso, el título deja muy claro el contenido: se trata de conocer lugares en los que, por unas u otras razones, ha desaparecido total o parcialmente la presencia humana.

Para ello, la escritora y periodista de investigación escocesa Cal Flyn se ha desplazado a un conjunto de lugares en los que se ha producido esa circunstancia. Lugares de Chipre, Estonia, Escocia, Ucrania, Estados Unidos (cuatro en este caso), Francia o Tanzania.

Una vez en ellos, Flyn nos describe lo que ve y nos cuenta cómo ha evolucionado ese territorio, qué aspectos positivos, la mayoría, y negativos ha tenido esa ausencia de la acción humana.

Estamos por tanto ante un libro que va mucho más allá de un libro de viajes ya que se convierte por momentos en reportaje y, sobre todo, en  ensayo para lo que utiliza, además de sus propios conocimientos, el apoyo de muchas fuentes y trabajos científicos. Por si esto no fuera suficiente, Flyn realiza también un notable trabajo literario que hace que la lectura resulte también muy gratificante por la forma.

En la mayor parte de los casos la visión de la autora se centra más, como advertía antes, en los aspectos positivos, tanto que, como ella misma es consciente, nos deja el siguiente aviso muy cerca del final:


“Este libro se ha centrado en líneas generales en lo positivo: en la hierba que crece en las grietas de la acera: Pero sería negligente por mi parte no mirar de frente lo que es un secreto a voces: los cambios irreversibles y catastróficos a nivel global como resultado de la acción humana”. (p. 267-268)

 

Esto lo hace después de referirse al cambio climático, con varios ejemplos,  y a la participación humana en él.

De un libro como este se pueden sacar multitud de cosas que resultan enormemente curiosas e interesantes. Solo dejaré constancia de algunas que me han llamado especialmente la atención: la existencia de “demarcaciones territoriales invisibles” (esto es, zonas no pobladas) entre las diferentes tribus de los indios americanos, pero también en el Amazonas, en Papúa e incluso la “zona colchón” en la isla de Chipre, lugares en los que se desarrollaba la vegetación y aumentaba la presencia de animales; el gran incremento de los bosques en Estados Unidos, China o España como consecuencia del abandono de la agricultura en algunas zonas; la existencia de “hiperacumuladores de metales” que plantea “otra fascinante posibilidad: las propias plantas podrían considerarse una especie de mineral orgánico; se las podría secar, quemar y extraer de sus cenizas los metales para su reutilización. De esta forma, un granjero podría cultivar y recoger una “cosecha de níquel”…” (p. 187); finalmente, el interesante debate sobre los “ecosistemas emergentes” debidos a la introducción de plantas exóticas.

En fin, un libro tremendamente original en su contenido y en su planteamiento, que descubre al lector -al menos a mí-,  un conjunto de lugares de los que en su inmensa mayoría no tendría seguramente noticia, y que está magníficamente escrito. Un libro además que deja con las ganas de conocer más a fondo algunos de los temas que aborda.

Se acompaña con una serie de fotos muy ilustrativas.

Existe una buena reseña de Koldo en unlibroaldia.blogspot.com.

 

 

Cal Flyn, Islas del abandono. La vida en los paisajes posthumanos. Traducción María Barahona.

 

 

 

miércoles, 26 de octubre de 2022

Decepcionante


Como decía en la entrada comentando el último libro leído de la autora, una vez que la conocí, gracias a la traductora y escritora Marta Rebón, busqué todo lo que se había traducido y disfruté mucho con su lectura. Recientemente la editorial Automática ha anunciado la publicación inminente de otro texto de Ulítskaya que espero con ganas. Mientras tanto, encontré en la librería el que hoy comento que es, precisamente, el primero que se tradujo, en 2003, y que ahora se reedita aprovechando la concesión a la autora del premio Formentor.

Pues bien tanta ilusión como puse al encontrarlo ha sido decepción al leerlo. De hecho, si no lo he abandonado ha sido por dos razones: un cierto respeto por la autora y, por qué no decirlo, porque no llega a las 200 páginas y pensaba que merecía una oportunidad. No obstante, me he dado cuenta de que había momentos en que estaba leyendo sin prestar apenas atención a lo que leía y tenía que volver a leer algunos fragmentos.

En definitiva, no he entrado en la historia. Una historia que, por otra parte, toca temas tan interesantes como la situación y la vida de los emigrados rusos en Estados Unidos o algunos apuntes sobre la evolución de la situación política en la Rusia de Gorbachov.

¿Cuál creo que es el problema? Hay demasiados personajes, la mayoría entran y salen sin que se sepa muy bien por qué, los capítulos en los que pretende explicar la historia de algunos entran de golpe y porrazo y hasta el protagonista, Alik, agonizante en la cama no despierta mi interés.

Desde luego, no puedo compartir los comentarios que se reproducen de algunas de las críticas que recibió el libro y que la editorial reproduce en la solapa excepto uno, el que dice que se trata de una novela extravagante y que tiene un ritmo rápido (frenético a veces diría yo).

En fin, espero que en la próxima vuelva a disfrutar como hice con las anteriores.


 Liudmila Ulítskaya, Los alegres funerales de Alik. Traducción Víctor Gallego Ballesteros.

 

 

 

 

 

martes, 25 de octubre de 2022

Algo más que antropología


Desde luego no es muy habitual encontrarse con textos como este que, en forma de reportaje, hacen un trabajo antropológico de primera magnitud. El autor es un periodista, escritor y fotógrafo que, como explica al final del libro, pasó cerca de un año en las seis visitas que hizo entre 2014 y 2017 al poblado de Lamarela situado al sur de la isla de Lembata que es una de las miles de islas que forman parte de Indonesia y que está a más de 1.500 kilómetro de Yakarta.

Los habitantes de este lugar se dedican a la caza de las ballenas, cachalotes principalmente, aunque también cazan mantarrayas, tiburones y peces voladores. Tienen, además, la particularidad de que lo hacen utilizando las técnicas tradicionales por lo que respecta a las embarcaciones, que son a remo,  y a los arpones, si bien últimamente han empezado a aparecer los motores fuera borda que, eso sí, solo los utilizan a veces para acercar las barcas a remo a los cachalotes.

Bock hace una descripción muy precisa de la vida de las gentes del poblado, el libro tiene más de 400 páginas, y para ello se centra en una serie de personas tanto jóvenes como mayores que convierten el texto en algo más que un reportaje meramente antropológico a la vieja usanza.

Hay momentos muy brillantes, como las descripciones que hace de la actividad de la caza y en particular la odisea que sufrió una tripulación tras perderse persiguiendo a un cachalote (esta es una historia que a él le contaron pues sucedió mucho antes de llegar él a la isla); también hay momentos muy emotivos y tiernos tanto en las relaciones personales como en las familiares (estos centrados en el cuidado de los mayores), y no faltan las reflexiones del autor sobre la evolución que están sufriendo y los conflictos que surgen entre la tradición y la modernidad.

Uno de los aspectos interesantes del libro es la presencia del catolicismo en una sociedad que rinde culto a los antepasados. Fruto de esa mezcla son momentos como el que se refleja en el siguiente fragmento:

 

“Marsianuns pidió a los fantasmagóricos Antepasados, reunidos para asistir a la ceremonia, que regresasen al cabo de dos días para el Llamado a las Ballenas, y seguidamente los instó a retirarse. Cuando la Cruz del Sur parpadeó en el firmamento dejándose ver entre las nubes de la tormenta seca, los balleneros rezaron un padrenuestro”. (p. 255)

 

Otras cosas que me han resultado curiosas son, por ejemplo: que Ben, un joven de una de las tres familias que protagonizan el libro, no pueda casarse pese a tener ya dos hijos con su novia al no poder ofrecer la dote que le pide la familia de ella; el hecho de que la tasa de intercambio en el mercado que se celebra para intercambiar, mediante trueque, productos con la gente de los pueblos agrícolas de la montaña, no ha variado en siglos; o los intentos de asimilación de las autoridades indonesias para integrar a estas gentes haciéndoles pagar impuestos.

En fin, es un libro muy interesante y muy entretenido que, además, está escrito con una gran agilidad. Un texto en el que el narrador apenas aparece ya al final cuando hace las reflexiones que mencionaba antes.

La edición se completa con un buen glosario, una útil relación de los personajes y sus familias y la posibilidad de acceder a un archivo de fotos que son muy buenas.

También se puede entrar en YouTube donde hay algunas grabaciones de la caza de las ballenas que ayudan a entender mejor lo que se lee en el libro.

Al principio asusta un poco la dificultad para seguir los nombres de los diferentes elementos que se utilizan para la caza e incluso los nombres de los habitantes, pero en poco tiempo se termina conociendo todo.

Hay una buena reseña de Ricardo Martínez en culturamas.es

 

Doug Bock Clark, Los últimos balleneros. Traducción Miguel Antón.

 

 

jueves, 20 de octubre de 2022

Otro buen escritor sudafricano


No es mucho lo que conozco de la literatura sudafricana: J.M. Coetzee, del que sí he leído casi todo lo traducido, y algunos libros de Nadine Gordimer, en este caso hace ya bastantes años, pero en ambos casos se trata de escritores que merecen mucho la pena. Eso me animó a comprar este libro de otro autor de la misma procedencia del que desconocía su existencia. También ha merecido la pena.

Galgut cuenta momentos de la historia de una familia formada por los padres, sus tres hijos y la hermana y el cuñado del marido. Una familia de afrikáners, blancos por supuesto, que tiene una criada, Salome. Antes de morir la madre hace prometer al marido que  le entregarán a Salome la propiedad de la casa en la que vive que es una vivienda aledaña a la casa en la que vive la familia. Esto es lo que da el título a la novela ya que es una promesa que recorre los treinta años en los que esta se desarrolla.

La novela está dividida en cuatro partes: Ma. Pa, Astrid y Anton que suceden cada una más o menos diez después de la anterior. Abarca aproximadamente el periodo 1985- 2015 que el autor suele marcar dando alguna información del contexto político como la asunción de un presidente, la entrega por Mandela de la copa del campeonato del mundo de rugby, etc.

Reproduzco un fragmento de la extensa y muy interesante y completa  reseña de Zoë Wicomb en afribuku.com:

 

“La Promesa es estilísticamente extraordinaria, con cambios fluidos entre el discurso y el pensamiento, y la focalización de los acontecimientos a través de un personaje cualquiera que se desplaza casi imperceptiblemente a otro, todo ello mediante un hábil uso del estilo indirecto libre. También está el «yo» autorreflexivo del narrador, que ocasionalmente se inmiscuye en el relato en tercera persona,…”.

 

Aquí está una de las claves del interés de esta novela. Me refiero a la forma de narrar los hechos que adopta Galgut, tanto por el estilo como por esa presencia del narrador. Dos breves ejemplos: 

 

“En realidad este interludio no viene a cuento de nada, podríamos haber prescindido de él….”. (p. 152)

“Permitámosle este breve momento…”. (p.158)

 

Evidentemente también es importante lo que cuenta y aquí destacaría cosas como: la evolución de los personajes de los hijos, las diferencias sociales en función de la raza, la crítica de la religión (en este caso la calvinista de la Iglesia holandesa) y el hecho de que cada una de las partes tenga como motivo casi central un entierro.

Esa crítica de la religión está presente a lo largo de toda la novela y por diferentes motivos. A continuación reproduzco un fragmento que pertenece a la primera parte y que, creo, es un buen ejemplo:

 

“Alwyn Simmers (el pastor de la Iglesia) se siente emocionalmente unido a su compatriota negro, le parece que a los ojos de Dios son iguales, aunque en el coche debe ocupar siempre asientos separados. Así lo ha decretado Dios, del mismo modo que ha decretado que Rachel debía morir a la hora que murió y que su casa se llenara de quienes la lloran, también es su deseo que en otros cuartos los hijos y las hijas de Cam  trabajen sin descanso en beneficio de sus amos y amas, cortando leña, sacando agua del pozo y, en general, haciendo más llevadera la vida de aquellos que cargan con el pesado yugo del liderazgo”. (p. 82)

 

En fin, una novela que sin ser una obra maestra tiene los suficientes alicientes tanto formales como de contenido para que merezca la pena leerla. Además, nos pone en contacto con una sociedad de la que no se suele saber demasiado.

Seguramente este no será el único libro que se traduzca del autor; al menos eso espero.

 

Damon Galgut, La promesa. Traducción Celia Filipetto.

 

 

lunes, 17 de octubre de 2022

ANDAMIO

 

Tres buenas películas muy diferentes entre sí, pero las tres muy interesantes. En las series hay también tres muy interesantes y otras dos que están muy bien. Una buena cosecha para iniciar el otoño.

 

Películas


Mass. Película estadounidense. Refleja una situación que debe de ser relativamente habitual en ese país. Se trata del drama de los padres de los asesinados, y de los asesinos, en las matanzas que tan a menudo se producen en los centros escolares. En este caso la película se centra en la reunión de dos matrimonios, los padres de un joven muerto y los del que lo mató. Una habitación, un magnífico guion y unas grandes interpretaciones son elementos suficientes para hacer una buena película.

 

Un héroe (Ghahreman). Película iraní del director Asghar Farhadi del que ya he visto varias películas. Tiene su habitual realismo y también el centrarse mucho en los hechos de la historia que cuenta dando relevancia a los diálogos. Aquí es un problema de deudas que llevan a la cárcel al protagonista que tiene que buscar la manera de saldarlas. Farhadi logra que sufras con los problemas que le va causando esa búsqueda. Muy buena y muy interesante.

 

Nitram. Película australiana basada en hechos reales. En 1996 tuvo lugar en Port Arthur, Tasmania, una matanza llevada a cabo por un joven. La película se centra en contar cómo era la vida de ese joven, sus relaciones familiares y la peculiar relación que estableció con una mujer mayor bastante rica. Además, hay una crítica a la facilidad que había, y que según se dice al final de la película, vuelve a haber para comprar armamento de todo tipo. Buen guion, buena recreación de los noventa y buenas interpretaciones.

  

Series

 

Perni. Segunda temporada de esta serie noruega que tiene 6 episodios de 30 minutos. Sigue la protagonista, una trabajadora social, con los mismos problemas personales, familiares y laborales. Una serie que muestra de una forma muy realista unas situaciones bastante habituales. No es gran cosa, pero me gusta.

Filmin

 

Después del huracán. Miniserie norteamericana de 8 episodios de 50 minutos. Basado en hechos reales, en concreto en lo que sucedió en un hospital en el que murieron más de cuarenta pacientes después del Katrina. Muy interesante por los dilemas morales que plantea. Bien hecha e interpretada.

Apple TV+

 

La muerte de Yugoslavia. Miniserie documental británica de 6 episodios de 50 minutos sobre los sucesos que tuvieron lugar a finales de los noventa del siglo pasado que terminaron con ese estado. La serie es de 1995 aunque yo no la conocía. Está magníficamente realizada y montada. Hay intervenciones de todos los protagonistas e imágenes reales en las que se incluyen muchos momentos de las reuniones que hubo entre los políticos para intentar llegar a acuerdos que evitasen el derramamiento de sangre. Una serie realmente excepcional y, además, bastante imparcial teniendo en cuenta lo que fue ese conflicto en su día.

 

Buenos días Verónica. Serie brasileña de 8 episodios de 45 minutos. Un típico thriller que tiene de interés el centrarse bastante en el tema de la violencia de género y en la denuncia de la corrupción a todos los niveles (aunque esto lo hemos visto ya en muchas series de este género). Está bastante bien realizada y no tan bien interpretada quizá porque hay algún personaje que está un poco forzado. Hay alguna escena bastante dura. En general resulta entretenida siempre que se esté dispuesto a aceptar algunas cosas un tanto inverosímiles.

Netflix

 

Pachinko. Serie estadounidense de 8 episodios de 55 minutos. Se desarrolla en dos momentos temporales muy distintos. Por un lado, al final de los años veinte y principios de los treinta y, por otro lado, en 1989. Cuenta la realidad de la dura vida de los coreanos en Corea tras la invasión japonesa y también la de los que emigraron a Japón. Está basada en una novela de una escritora coreana y, quizá por eso, los personajes están muy bien caracterizados y la historia es bastante completa. También es muy buena la ambientación.

Apple TV+

 

Detective Harjunpaa. Serie finlandesa basada en las novelas policiacas de un escritor de ese país. Tiene 8 episodios de entre 30 y 40 minutos. Dedican dos episodios a cada uno de los casos que tiene que resolver el protagonista. Los primeros casos están bien en la medida en que reflejan situaciones reales y hay una cierta crítica social, pero tanto los guiones como la puesta en escena e incluso las interpretaciones son muy flojos. Serie totalmente prescindible.

Sundance TV (En Movistar)

 

La lección. Miniserie israelí de 6 episodios de 40 minutos. Una serie que plantea temas muy interesantes y, lo que es más importante, los desarrolla sin maniqueísmo. Un profesor de educación cívica discute en clase con una alumna sobre lo que hay que hacer con los árabes, y a partir de ahí se desata un conflicto con y en  las familias y con el resto de los alumnos. Buen guion con muchos matices en los diferentes conflictos. Es de esas series que apetece que duren algo más y que se profundice en los temas. Muy interesante y, además, entretenida.

Filmin

 

 

El tiempo de la felicidad. Segunda temporada de esta serie noruega que tiene 8 episodios de 45 minutos. Es una buena continuación de la anterior. Se desarrolla a mediados de los setenta en una pequeña ciudad en la que el petróleo cambia la vida de su gente. Surgen problemas en la plataforma petrolífera y también en algunas relaciones entre los protagonistas. Es una serie que atrapa por su sencillez y el planteamiento de los problemas tanto sociales como personales.

Filmin

 

 

jueves, 13 de octubre de 2022

Algo más que una novela policiaca


Padura es un escritor muy prolífico. Solo en la editorial Tusquets tiene publicados diecisiete libros, más de la mitad de la serie que tiene como protagonista a Mario Conde, ese policía que abandonó el cuerpo y pasó a dedicarse a la compra venta de libros aunque con intervenciones en diferentes casos policiacos. Otra característica del autor es la extensión que suelen tener sus obras. (La que ahora comentaré, por ejemplo, tiene 440 páginas en formato grande).

Conocí a Padura por su magnífico libro sobre el asesinato de Trotsky, El hombre que amaba a los perros,  y luego he leído alguno más, pero creo que menos de los que me hubiera gustado porque con todos he disfrutado.

Personas decentes pertenece a la serie de Mario Conde, un hombre ya de sesenta años al que un policía solicita colaboración para resolver un par de casos de asesinato ya que la policía está muy ocupada ante la visita del presidente Obama y el concierto que van a dar los Rolling Stones en La Habana. Pero ahí no acaba la cosa porque Padura va alternando capítulos en los que refiere otros asesinatos que se produjeron en 1910, como el de Alberto Yarini, un proxeneta real al que investigó en su día Padura para dos reportajes que publicó en 1987, tal y como él mismo cuenta en su Nota del autor al final del libro. Nota en la que comienza diciendo que esta novela es “quizás, la más policial de las tramas que he escrito”. No conozco su obra para rebatir esa idea, pero sí puedo asegurar que no es esa trama, estando bien construida,  lo que más me ha interesado de la novela.

Las dos partes que mencionaba más arriba son muy diferentes en los temas que trata y en la forma de hacerlo. En la que se desarrolla en 1910, el ambiente es el de la prostitución y está narrado en primera persona por un policía que tiene una buena relación con Yarini, el protagonista como principal “empresario” del gremio. Está muy bien reflejado el ambiente e incluso las breves referencias a la situación política (Yarini quiere presentarse como candidato por los conservadores). Sin embargo, los capítulos que protagoniza Conde, narrados en tercera persona,  tienen más elementos que son bastante característicos de la obra de Padura, al menos de la que yo conozco; me refiero a la crítica del régimen cubano, país en el que, por cierto, vive el escritor desde siempre. En este caso, uno de los asesinados, Reynaldo Quevedo, fue en su día un furibundo  represor de escritores e intelectuales. Creo que las mejores páginas del libro son las múltiples referencias que se hacen a este tema.

Padura tiene una forma de escribir que cuesta un poco al principio, pero que te va atrapando poco a poco con su lenguaje. Además, es un magnífico creador de personajes que quedan bien definidos con unos pocos rasgos.

La novela es muy entretenida, pero a la vez es muy interesante. Me comprometo conmigo mismo a leer más textos de este buen escritor cubano.


Leonardo Padura, Personas decentes.

 

 

miércoles, 12 de octubre de 2022

Inicio de sus memorias



Siguiendo con la lectura desordenada que estoy haciendo de la obra ya traducida de Offutt, le toca el turno al primer libro de los tres que dedica a sus memorias. El tercero lo leí hace menos de dos meses. Además, es sorprendente que sea su segundo libro, publicado inmediatamente después de los relatos recogidos en Kentucky seco, tratándose de un libro de memorias que escribe alguien con 34 años. Pero eso es Offutt: alguien personal y literariamente bastante peculiar.

En esta primera entrega de sus memorias el autor se centra principalmente en dos momentos: por un lado, en su periplo a través de diferentes partes de los Estados Unidos desde que a los diecinueve años se marchó de su casa y, por otra parte, en el proceso de ser padre que se inició cuando a los treinta y pocos conoció a Rita, su mujer. El libro empieza con unas cuantas páginas dedicadas a su infancia y primera juventud en los Apalaches y a partir del momento en que abandona ese lugar va alternando los capítulos entre el periplo mencionado y la historia de su paternidad.

Aparecen muchos aspectos que serán recurrentes en su obra como, por ejemplo, la presencia de la naturaleza (en este caso sobre todo los animales), el sentido del humor o una escritura que huye de las florituras y se centra muy bien en lo que quiere contar utilizando, además, un lenguaje muy adecuado a cada circunstancia.

Hay momentos que resultan especialmente divertidos como: las páginas que dedica a su aprendizaje sexual o a  la búsqueda del embarazo, los tipos estrambóticos que le llevan en auto-stop atravesando el desierto y las lecturas prenatales que hace.

A lo largo del libro encontramos a un personaje decidido, valiente,  capaz de (sobre)vivir con lo mínimo, tierno, emotivo, de buenos sentimientos  y siempre dispuesto a trabajar en lo que le salga ya sea en un circo o como guía turístico en los Everglades.

Un par de fragmentos que pueden ejemplificar alguna de estas cosas:

 

“La gente era abierta con los extraños, quizá porque no veía muchos. En lugar de mirarme con ese ceño fruncido del oeste o con la desconfianza sureña, me identificaban como lo que era: más o menos un tonto de cojones”. (p. 92)

 

“Quería que me hablara, que me lo contara todo. Pronto, lo que había experimentado, aún reciente, quedaría enterrado, solo presente en pesadillas. Nos miramos durante varios minutos, intercambiando información desconocida por el conducto de su visión inicial. Lloré y le canté. Nueve meses de miedos se esfumaron en espiral. Su nacimiento era mi renacimiento. El terror paternal era simple ignorancia. El bebé sabía cuanto tenía que saber”. (p. 251) (Se refiere al momento en el que le ponen a su hijo en los brazos.)

 

Al margen de todo lo dicho quiero reproducir otro fragmento porque recoge una experiencia que yo también tuve, creo que sobre los siete u ocho años, en la Feria del campo de Madrid que se me quedó grabada y que he contado muchas veces no sabiendo ya si me estaba inventando algo; Offutt me confirma que, efectivamente, lo que he estado relatando era cierto:

 

 “Entre otras cosas exponían una vaca viva con un cristal de plexiglás en un costado. La habían despellejado, le habían quitado la carne, y pude ver los meneos de su sistema digestivo, las regurgitaciones y cómo la comida se desplazaba de un estómago a otro”. (p. 54)

 

En fin un libro yo diría que algo más que recomendable y que no es un mal comienzo para luego seguir leyendo el resto de su obra.

A mí, en particular, todo el tema de la paternidad tengo que reconocer que me ha recordado muchas cosas porque, además, lo tengo relativamente reciente.

Hay una magnífica reseña de Carlos Télez en unlibroaldia.blogspot.com.

 

Chris Offutt, Dos veces en el mismo río. Traducción Ce Santiago.

 

jueves, 6 de octubre de 2022

Premio Anagrama de Crónica.


Este libro mereció el Premio Anagrama de Crónica otorgado por un jurado en el que estaban, entre otros, Martín Caparrós, Juan Villoro y Leila Guerriero. Esto ya nos indica que estamos ante un libro, y un periodista, que merece la pena.

Desde que leí Los malos, esa recopilación de artículos de periodistas centro y sudamericanos que editó Leila Guerriero, descubrí la cantidad de buenos profesionales del periodismo que allí había y que, desgraciadamente, son muy poco conocidos en España. En poco tiempo he tenido ocasión de leer todo lo publicado aquí por uno de ellos, Óscar Martínez, que me parece que hace un trabajo no solo valiente y de gran mérito por las dificultades que existen en El Salvador, sino también de una gran calidad.

Algo parecido debe de ser el caso de Álvarez pues escribe sus crónicas también en un país de grandes convulsiones. Las recogidas en este volumen fueron publicadas entre 2014 y 2021.

La mayoría tiene como protagonista, de una forma u otra, la guerra en la que ha estado envuelto el país durante un largo periodo de tiempo. Nadie sale bien parado en sus relatos: ejército, policía, paramilitares, estado, políticos, guerrilla. Hay muchos asesinatos, torturas, secuestros, maltrato a los campesinos, etc. con diferentes responsables según sea el caso.

Álvarez suele contar en sus crónicas con personajes reales con los que ejemplifica el tema que trata y eso da un gran valor a sus informaciones y deja mayor y mejor constancia de los hechos que narra.

Todas las crónicas son realmente muy buenas, pero a mí me han gustado especialmente dos: El asesinato de un pintor en la que, además de la relevancia del tema, me parece que consigue transmitir muy bien la información a partir de los extractos de entrevistas con personajes de todo tipo con las que reconstruye muy bien lo que sucedió y, además, es una buena síntesis de la situación del mundo rural, y Los positivos del cabo Mora una crónica narrada como un auténtico thriller.

En más de una crónica aparece un concepto, “los falsos positivos”, que creo que es una de las mayores barbaridades que se pueden cometer pues se trata de un eufemismo para justificar el trabajo de miembros del ejército eliminando a gente que no tenía nada que ver. También la “limpieza social” una práctica de exterminio que utilizaron tanto la policía judicial como los narcotraficantes.

Desde otro punto de vista me ha interesado mucho todo lo que cuenta de las comunidades negras ya que desconocía totalmente el tema y la importancia que tienen en algunas zonas del país. También deja muy claro, con opiniones de gente que conoce bien el tema, el caso de los asesinatos de líderes sociales que aunque en España sí se mencionan de vez en cuando, no conozco ningún artículo que trate de explicar las diferentes causas por las que se puedan producir.

Tengo que reconocer que hay algunos momentos en los que no me ha resultado fácil seguir alguna crónica por el desconocimiento de las instituciones colombianas, pero sucede en pocos casos.

Un magnífico libro de un periodista que, además, es un estupendo escritor y un gran narrador. Habrá que estar atento a si este premio anima a publicar otras obras de Álvarez.

 

Juan Miguel Álvarez, La guerra que perdimos.

 

 

miércoles, 5 de octubre de 2022

Reflexiones sobre el trabajo de periodista


Creo que este comentario no puede comenzar de otra manera que no sea agradeciendo a la revista 5W la idea de esta colección que, para los que somos aficionados al periodismo, está siendo un verdadero regalo. En cada uno de los hasta ahora publicados se encuentran reflexiones, ideas, críticas, etc. muy interesantes y, desde luego, diferentes enfoques de algunos aspectos del periodismo aunque siempre desde el denominador común de la profesionalidad y del respeto a la realidad y al lector.

El que ahora comento me ha gustado especialmente. Guerriero es una de mis escritoras favoritas. He leído todo lo que ha publicado en España excepto Los suicidas del fin del mundo, un libro totalmente agotado y, precisamente, del que más se habla en esta conversación. A Izagirre lo conocí no hace demasiado tiempo por su original y muy interesante libro Los sótanos del mundo. Luego leí el dedicado al Tour de Francia que me pareció realmente curioso y una demostración de cómo se puede hacer buen periodismo con el deporte, algo por cierto poco habitual.

En resumen, los dos periodistas que dialogan en este libro son dos personas que admiro, admiración que aumenta leyendo las reflexiones que hacen sobre su profesión.

Creo que de los siete libros que componen la colección es en el que más tiempo y espacio se dedica a describir y a analizar la forma de trabajo de ambos. Se inicia la conversación explicando cómo llegaron al periodismo (Guerriero, por ejemplo, tiene estudios de turismo), pero enseguida entran en sus métodos de trabajo que ejemplifican a partir sobre todo de dos de sus libros: el ya mencionado de Guerriero Los suicidas del fin del mundo y Potosí de Izagirre. Desgraciadamente no he leído ninguno de los dos, pero no es necesario para ver cuál es su forma de enfrentarse a su trabajo, un trabajo en el que derrochan sensibilidad, profesionalidad, humanidad, perfeccionismo, autocrítica, respeto por el lector y un largo etcétera.

Ambos se han dedicado a la crónica, pero también, sobre todo Guerriero, al perfil e incluso a la edición. En el libro Plano americano se recoge una selección de perfiles hechos por ella que son un ejemplo de cómo se tiene que tratar a los personajes. Además, ha hecho un libro de muchas páginas trazando el perfil de un pianista argentino, un libro del que dice Izagirre:

 

“¿Y con Opus Gelber? ¿También es un artículo que al final se convierte en historia? Hay un momento, que me parece maravilloso, en el que dices que Gelber te va atrayendo a su telaraña. Eso es lo que le va pasando al lector de tu libro: al final, la historia de este tipo, que a mí no me importa nada, me ha atrapado en una telaraña”. (p. 43)

 

Reproduzco este fragmento porque es exactamente lo mismo que pensé cuando estaba leyendo el libro porque siendo un personaje que no conocía y que, en principio, no me interesaba especialmente, cada día me tenía más enganchado. Lo mismo me pasó con muchos de los perfiles que traza en el otro libro citado.

En fin, un libro, realmente un librito de apenas 140 páginas en tamaño bolsillo, que no me perdería sobre todo si se está interesado por una profesión que hoy está siendo bastante denostada (y con razón en muchos casos), pero en la que quedan gente como los autores de este libro o Martín Caparrós, Óscar Martínez, Xavier Aldekoa o Mikel Ayestaran, por citar solo a algunos de los que más he leído.

No tiene nada que ver, pero desde aquí animo a suscribirse a la revista 5W donde trabajan algunos de los citados y que es una magnífica revista.

 

Leila Guerriero & Ander Izagirre, En el fondo la forma.

 

 

lunes, 3 de octubre de 2022

Novelón



Este libro lleva más de diez años en uno de los estantes de libros pendientes. La razón es muy sencilla. Tiene 1.185 páginas en un tamaño grande y con una letra bastante pequeña. Para lo que yo suelo leer es un libro que me asusta(ba). Sin embargo, en algún momento debía atreverme y, además, la experiencia ha sido tan gratificante que me abre el camino para enfrentarme de una vez por todas al que llevo también un montón de años mirando sin atreverme: Guerra y paz, el hermano mayor.

Se da además el hecho curioso de que mi primera referencia sobre Afsiónov la tuve a partir del libro Vértigo de su madre, Evgenia Ginzburg que hablaba de él cuando aún era un niño. Cuando compré el que hoy comento no sabía que este Vasili era el mismo del que hablaba Ginzburg.

En fin, vamos con el libro. Está dividido en tres partes de similar extensión y cuyo título indica bien su contenido: 1. La generación del invierno, 2. Guerra y prisión, 3. Prisión y paz. En cada una de ellas, junto a los capítulos que van narrando la historia, aparecen de vez en cuando lo que el autor llama Entreactos, uno dedicado a dejar constancia de algunas noticias de la prensa del momento y otro en el que despliega su imaginación desbordante y “reencarna” a algunos protagonistas en animales.

Tomando como eje la familia Grádov, una típica familia burguesa moscovita, Afsiónov va mostrando la evolución del país desde 1925 hasta 1953. (El título de las tres partes deja clara la cronología que abarca cada una).

La familia está compuesta por Borís Nikitovich, Borís III, el patriarca, un cirujano que tendrá varios problemas con el poder, su esposa y sus tres hijos: Nikita, el mayor, militar que participó en el aplastamiento de la revuelta de Kronstadt; Kiril, el menor, marxista y gran defensor del régimen, al menos al principio; y Nina, poeta que participa en diversos movimientos de la oposición. A medida que va pasando el tiempo, se producirán varios cambios ideológicos y se irá ampliando la familia con la tercera generación de los nietos, sobre todo con Borís IV, el hijo de Nikita y su mujer Verónika. Junto a estos personajes a los que también habría que sumar algunos miembros de la familia georgiana de Mary, la esposa de Borís, hay que llamar la atención sobre los personajes reales que tienen intervenciones muy directas y explícitas en varios momentos entre los que hay que destacar a Stalin y Beria.

Obviamente, de un libro de esta extensión no se puede, ni se debe, hacer ningún resumen. Si acaso dejar constancia de algunas cosas que más me hayan podido llamar la atención. Así: la presencia explícita del narrador que, de vez en cuando, se deja notar como diciendo que es él quien nos está contando esta historia; la crítica radical del periodo estalinista desde las colectivizaciones a las purgas, pasando por los asesinatos y el control total de los medios; el retrato de un personaje como Beria que te lleva a odiarlo como pocas veces se llega a odiar a personajes de una novela; lo bien que están resueltas las escenas en las que dialogan personajes reales con ficticios; aunque hay pocas, alguna reflexión interesante sobre la literatura y, por encima de todo, la enorme capacidad narrativa del autor que hace que la novela no desfallezca en ningún momento.

Si tuviera que elegir, yo me quedaría sobre todo con la primera parte en la que vamos conociendo a los diferentes personajes con una dinámica narrativa espectacular y, también, con varios capítulos de la tercera tanto los protagonizados por Borís IV como aquellos en los que vemos a Kiril en Kolimá y Magadán.

En fin, un libro inolvidable que además, como decía antes, quita un poco el miedo a enfrentarse a textos de esa extensión. La pena es que ha coincidido su lectura con la invasión rusa de Ucrania que creo que en algún momento me ha influido en la visión del pueblo ruso.

La edición se completa con una lista de personajes al final del libro y, como suele ser habitual en las traducciones de Rebón, con unas magníficas notas que ayudan a comprender mejor algunos pasajes.

Hay una interesante reseña de Javier Aparicio en letraslibres.com.

 

Vasili Aksiónov, Una saga moscovita. Traducción Marta Rebón.