miércoles, 23 de febrero de 2022

En la senda de Philip Kerr


Hay ya una cierta tradición de novela policiaca que se desarrolla en el período histórico en el que el nazismo gobernó Alemania. Que yo haya leído están, por un lado, Ben Pastor, una escritora italiana pero que ha vivido treinta años en Estados Unidos y, sobre todo, el recientemente desaparecido Philip Kerr, un escritor escocés cuyo personaje protagonista, Bernie Gunther, me ha hecho pasar muy buenos ratos de lectura.

Massimi está en la misma línea que ambos en el sentido de centrar sus historias en ese periodo y, además, también como ellos, hacer aparecer a personajes reales en la novela, en este caso, Heydrich y Göring principalmente.

El caso de esta novela se origina a partir del famoso incendio del Reichstag del que nunca quedó del todo aclarada su autoría. Esto le permite a Massimi elucubrar desde la ficción cuál habría podido ser esta. Para ello, construye una trama en la que un excomisario de policía va a Berlín buscando a su exmujer porque cree que va a tener participación en un atentado organizado por la resistencia contra Hitler. En la labor de búsqueda irán participando diversos personajes que en su mayoría pertenecen a la policía.

La historia está bastante bien construida y Massimi narra también con bastante agilidad, pero tiene el problema de su excesiva extensión, 461 páginas, que lleva a que en la parte central de la novela le cueste avanzar y la lectura se haga por momentos un tanto tediosa. Kerr, para mí el maestro de este subgénero, también escribe novelas muy largas, pero tiene la gran ventaja de que posee un gran sentido del humor y eso hace que rompa de vez en cuando la seriedad del relato con las salidas de su policía/detective protagonista.

Parece ser que esta es la segunda novela de una serie de la que la primera obtuvo más de un premio. Quizá en ella reflejó las principales características de algunos personajes, algo que yo echo en falta en esta. Siempre dice cómo visten y cómo es su físico, pero nada más. Los secundarios aparecen y desaparecen sin que algunas veces tengamos claro el porqué.

En fin, es un libro entretenido, pero que está lejos de los mejores ejemplos existentes en el género.

 

Fabiano Massimi, Los demonios del Reich. Traducción Xavier González Rovira.

 

jueves, 17 de febrero de 2022

Las maras salvadoreñas


Conocí hace poco a Óscar Martínez al leer su magnífico libro Los muertos y el periodista, el último que ha publicado en España. Me pareció que estaba ante un periodista comprometido y valiente, que entraba en los temas difíciles y que tenía una visión del periodismo que comparto plenamente. Lógicamente, como siempre me sucede en casos así, he comenzado a conocer otros textos y el primero es este que hoy comento en el que, además, ha contado con la colaboración de un hermano que es antropólogo cultural, algo muy importante para el tema que trata el libro que no es otro que las maras salvadoreñas.

Para este estudio los autores han utilizado todo tipo de materiales tal y como enumeran en el Prólogo:

“Escudriñamos en sus relatos y contrastamos con otro tipo de fuentes, como los informes policiales y archivos de hemeroteca, otros pandilleros y expandilleros, policías, jueces, fiscales, familiares, víctimas, forenses. Seguimos reuniéndonos con él cuando abandonó el débil resguardo que le daba el estado salvadoreño en su calidad de testigo protegido…” (p. 10)

Con estos materiales, y tomando como ejemplo y protagonista al exmiembro de la Mara Salvatrucha Miguel Ángel Tobar, el Niño de Hollywood, nos ofrecen una visión general del fenómeno de las maras en su país explicando dónde surgieron y por qué, cómo se trasladaron a El Salvador y cuál ha sido su actividad y su evolución posterior.

Para ello han dividido el texto en cuatro grandes apartados. En el primero, narran su surgimiento en Estados Unidos, más en concreto en California,  y su posterior llegada a su país. En el segundo, se centran en la figura de Tobar cuando está escondido como testigo protegido y tienen varias entrevistas con él. El tercero les sirve para resumir la historia del protagonista a través de epígrafes como: Traidor, Forajido, Tregua, Infierno y Muerte. En el cuarto y último, muy breve, acuden a ver su tumba en el cementerio.

Afirman también en el Prólogo que:

“Éste es un libro escrito en clave de periodismo narrativo. Pretendemos abrir ventanas para que se asomen. Eso sí, lo que hay del otro lado no es agradable.” (p. 11)

Dan así dos de las claves del libro. Su carácter más narrativo que ensayístico y, desde luego, lo poco agradable que resulta lo que se va leyendo. Hay mucha violencia implícita, pero también explícita, tanta que cuando leía lo que se narra en la página 167 tuve que cerrar el libro para darme un respiro, algo que no me sucedía desde que leí un libro sobre las matanzas en Ruanda.

Ese carácter narrativo es una de las grandes virtudes del libro. Los hermanos Martínez escriben muy bien, son capaces de transmitir con mucha claridad informaciones que no siempre son fáciles a pesar de que, como advierten: “Contar esta historia tiene ese riesgo: enredarse. La maraña. Tantas pandillas, tantos nombres, tantos deportados, tantas siglas, tantos apellidos 13, tanto recodo”. (p.97) Efectivamente, hay momentos en que un lector que no conozca el tema, mi caso, se pierde un poco, pero no es demasiado importante porque lo fundamental se sigue perfectamente y con la tensión de no querer dejar el libro para seguir conociendo los diferentes aspectos que van tratando.

Además de narrar la actuación de las maras y del propio protagonista, nos ofrecen informaciones realmente interesantes como son, por ejemplo: el funcionamiento de las “casas de seguridad del estado” que hay para los testigos protegidos, testigos que, por cierto, una vez testifican quedan totalmente abandonados a su suerte; la creación de cárceles específicas para pandilleros en las que, además, no se mezclan miembros de pandillas enemigas; la relación entre los evangélicos y los pandilleros o todo el capítulo titulado la Tregua en el que se muestra cómo triunfa la corrupción entre los políticos.

Libro fundamentalmente descriptivo de una realidad no solo incómoda, sino profundamente deshumanizada porque como dicen:

“Es una mafia, sí, pero sigue siendo una mafia de pobres. El secreto está en que su sueño no es hacerse ricos, sino ser alguien. Ser alguien distinto al que eran. Porque algunos de ellos, como Miguel Ángel, eran pobres desde siempre, pero también humillados, hermanos de niñas violadas, hijos de padres alcohólicos, nómadas. Eran basura.

Nadie en esta vida quiere ser Miguel Ángel Tobar.” (p. 113)

Sin conocer esos orígenes no se pueden entender muchos de sus comportamientos. Tampoco lo difícil que es salir aunque algunos lo consiguen. Así:

“Estos relatos los cuentan hombres y mujeres que los vivieron en carne propia. En su mayoría ya no están ligados a la pandilla más que por un lazo emotivo o a través de viejas amistades. (…) Algunos son maestros en escuelas primarias, otros son plomeros, hay quienes se dedican a predicar las virtudes de Dios desde sus iglesias pentecostales en los barrios olvidados de San Salvador o ciudad de Guatemala”. (p. 57-58)


Es un libro en el que nadie sale bien parado, desde las autoridades de migración estadounidenses, a los policías, jueces y representantes del estado salvadoreño, pasando, claro, por los propios miembros de las pandillas. Un libro duro que habla de cómo un padre deja a su hija para que sea violada por un mayor lo que lleva a su hermano, Miguel Ángel Tobar, de solo 11 años a vengarla; en el que se cuenta que ya como testigo protegido apenas recibe lo necesario para malcomer él, su mujer y su hija pequeña; en el que se dan cifras de los muertos en El Salvador realmente dramáticas, las más altas del mundo; un libro, en definitiva, en el que la pobreza, la violencia y la muerte están permanentemente presentes. Es decir, un libro que no deja indiferente.

Solo me queda dar las gracias a los autores por ser capaces de enfrentarse a esa realidad de la forma en que lo hacen y de transmitirla de una manera tan brillante.

 

Óscar Martínez y Juan José Martínez, El Niño de Hollywood. Una historia personal de la Mara Salvatrucha.

 

 

martes, 15 de febrero de 2022

La realidad actual de Corea del Norte

  

Siguen siendo muy escasas las publicaciones que hablan sobre Corea del Norte pero, eso sí, las que lo hacen suelen ser particularmente interesantes. En este blog hay varias entradas con los pocos libros que he ido encontrando a lo largo del tiempo sobre un tema que me llama mucho la atención debido a lo hermético de su régimen; un régimen que en los distintos escritos o documentales a los que he tenido acceso siempre aparece como muy duro para sus habitantes tanto por el control político, y la represión subsiguiente de la mínima queja,  como por las dificultades económicas por las que suele tener que pasar su población.

En este contexto nos llega este magnífico trabajo de Fifield, una periodista neozelandesa que ha sido corresponsal en Tokio, Pekín y Seúl de diferentes medios estadounidenses y que, por lo tanto, conoce muy bien la zona. Además, entre 2004 y 2008 realizó diez viajes a Corea del Norte, país al que volvió en 2014.

Fruto de todo ello es este magnífico texto en el que, centrándose en la figura del actual dirigente Kim Jong Un, nos ofrece una visión bastante concreta de cuál es hoy la situación del país.

El libro está dividido en tres grandes apartados: El aprendizaje, La consolidación y La confianza. Apartados que e se corresponden respectivamente con el proceso de formación de Jong Un, con su forma de llegar al poder y los inicios en él y  con el funcionamiento habitual una vez consolidado.

En un libro de más de 350 páginas hay una enorme cantidad de informaciones relevantes para entender cómo ha sucedido todo y qué cambios se están operando desde la llegada de El Gran Sucesor. Ambos aspectos me parecen lo más interesante de un libro en el que todo lo es. En este sentido destacaría algunas de las cosas que Fifield cuenta. Así, por ejemplo, las exageraciones sobre la personalidad del Jong Un que se hicieron para preparar su liderazgo (algunas realmente inverosímiles); la combinación tras su llegada al poder de aumento de la represión (con la creación de más campos de prisioneros) con el desarrollo de una mayor libertad económica (apertura de peluquerías, talleres, etc); la aparición de “los amigos del dinero”, es decir, de un grupo de gente que se ha enriquecido con los cambios y, ya en el tramo final del libro, la peculiar relación de Jong Un con el exjugador de baloncesto Dennis Rodman y, sobre todo, con Donald Trump.

De los libros que he leído sobre el país es desde luego el más completo además de, obviamente, el más actual y el que explica mejor cómo está ahora el país. En los agradecimientos la autora menciona su deuda con Barbara Demick cuyo libro Querido líder, que comenté hace ya diez años, fue clave para conocer cómo era entonces.

Por otra parte, el libro está magníficamente escrito. Fifield es desde luego una gran narradora y consigue atrapar al lector desde las primeras líneas tanto por lo que cuenta como por la forma de hacerlo.

Creo que estamos ante un texto fundamental para conocer la realidad de Corea del Norte y ante un libro clave para todo interesado en el tema. Por cierto, una muestra más de la espléndida política editorial de Capitán Swing poniendo a nuestro alcance la obra de los buenos periodistas.

 

Anna Fifield, El Gran Sucesor. El destino divinamente perfecto del brillante camarada Kim Jong Un. Traducción Francisco J. Ramos Mena.

 

 

jueves, 10 de febrero de 2022

Mi primer escritor kirguiso



La verdad es que la literatura rusa es un saco sin fondo de buenos escritores. El año pasado descubrí al magnífico Serguéi Dotlátov y ahora acabo de hacerlo con este también magnífico escritor kirguiso. Ambos ya fallecidos, pero ambos también con una obra lo suficientemente extensa como para que podamos disfrutar bastantes veces con su lectura.

Esta Yamilia fue escrita en 1958, cuando el autor tenía treinta años. Se trata de una novela corta, apenas tiene 90 páginas en pequeño formato, pero que ofrece bastantes cosas al lector. La historia es muy sencilla: transcurre el año 1942 en una aldea seminómada kirguisa y Yamilia, casada con un joven que está luchando en la guerra, se termina enamorando de Daniyar, un soldado que llega a la aldea para reponerse de sus heridas. El narrador, Siet, es un niño que a su vez es el hermano menor del marido de Yamilia. Estos tres personajes le bastan a Aitmátov para, por un lado, contarnos una historia de amor, pero también para dejar constancia de la vida, las costumbres y los trabajos del campo de los habitantes de ese mundo rural. Esta segunda parte la convierten en una novela casi etnográfica, pero todo está contado con una gran sensibilidad y, en muchos momentos, con gran sensualidad. Evidentemente, sin olvidar la preciosa historia de amor que resulta bastante rompedora en ese ambiente y en esa época.

Aparece así uno de los grandes valores de esta novela que es su escritura concisa, precisa y con una gran riqueza de lenguaje (ha anotado hasta ocho palabras de la traducción que desconocía como, por ejemplo, duba, pingueras o tezadas). Una escritura que hace que dé gusto leer simplemente por el mero placer formal, algo que no siempre se consigue.

Tengo que reconocer que, además, las descripciones de las faenas agrícolas que se hacen me han recordado mucho las épocas que pasaba en el campo colaborando en tareas similares a finales de los 50 y principios de los 60.

Desde luego ha sido un gran descubrimiento y espero que Automática, gran especialista en publicar autores eslavos, publique algún otro texto de este autor.

Hay una buena reseña de Anabel Vélez en culturaca.com.

 

Chinguiz Aitmátov, Yamilia. Traducción Marta Sánchez-Nieves Fernández.

 

 

 

 

 

lunes, 7 de febrero de 2022

Cierre de la obra de una vida


Leo a le Carré prácticamente desde que empezó a publicarse su obra en nuestro país y creo que no se me ha pasado ninguno de sus libros sin leer. En el blog están comentados los que ha ido publicando en los últimos años, pero, claro, no hay referencias a sus mejores libros que son bastante anteriores. No ha habido y sigue sin haber otro escritor que haya tratado el tema del espionaje con la intensidad, el conocimiento y la habilidad con la que lo ha hecho este autor. Sus tramas y las atmósferas que logra en sus libros son siempre magníficas y tienen todas su personal sello. Es difícil leer unas pocas páginas de cualquiera de sus libros y no detectar enseguida de quién es.

Este que hoy comento no es el último que escribió. Estaba prácticamente terminado en 2014 y después ha publicado otros. Sin embargo, no quiso publicarlo, al menos en vida, y dejó encargado a su hijo menor, tal y como este relata en el Epílogo, que a su muerte revisase el material que quedaba sin publicar y que decidiese qué hacer con él. Según su hijo, la hipótesis más probable de la no publicación en su momento se debe al respeto que tenía el padre por el Servicio secreto británico, un Servicio que aquí no sale muy bien parado.

No es cuestión de hablar mucho sobre el contenido del libro por el miedo a hacer spoiler. Quien tenga interés en conocerlo más puede acudir a la completísima reseña de JoséMaría Sánchez Pardo en totalnoir.wordpress.com o también a la de Berna GonzálezHarbour que incluye además una entrevista con el hijo que firma el epílogo.

Por mi parte solo decir que esta vez los protagonistas son todos británicos y los principales, además, miembros del Servicio secreto. Es decir, es una novela sobre alguno de los entresijos del espionaje británico.

Como suele suceder en los libros de le Carré hay muchos sobreentendidos en sus diálogos y, si no se está muy atento, se pueden perder informaciones importantes. De nuevo logra esa atmósfera tan peculiar de sus libros y esos personajes que es capaz de retratar tan bien con unos pocos rasgos.

Sin embargo, a pesar de que veo que ha gustado mucho a la crítica, a mí me ha defraudado un poco. Lo he leído casi de un tirón y me parece que, a pesar de lo que dice su hijo, es un libro que no debía de estar del todo terminado. Hay algunos momentos en que parece que lo que está escrito lo está como recordatorio para luego desarrollarlo más. Por otro lado, aunque le Carré siempre es un tanto complicado en este texto me ha parecido que lo es algo más de lo habitual. Al menos a mí me ha costado terminar de entender el comportamiento de alguno de los personajes.

Sea como sea, desde luego merece la pena leer este libro publicado póstumamente porque será la última posibilidad de leer algo nuevo del gran maestro del género y de uno de los escritores que más me ha hecho disfrutar a lo largo de los muchísimos años que ha durado su trayectoria.

 

John le Carré, Proyecto Silverview. Traducción Ramón Buenaventura.

 

 

 

jueves, 3 de febrero de 2022

También gran biógrafo


Poco a poco voy completando la lectura de todo lo publicado en nuestro país de este grandísimo escritor, de hecho lo puse en primer lugar en la sección del blog dedicada a mis autores favoritos, un escritor que, además, es capaz de demostrar su valía en géneros tan diferentes como el ensayo, la biografía o la narrativa.

Me costó en su momento empezar a leer los libros que dedicó a biografiar a personajes interesantes y bien diferentes. No es un género que me llame mucho la atención, pero mi gusto cambió cuando leí el dedicado a Fouché y, sobre todo, tras la lectura de la biografía de María Antonieta. Zweig no se limita a la mera biografía, sino que da un verdadero cuadro de la época y sabe sacar lo mejor y también lo peor de cada biografiado.

Hoy comento otra espléndida biografía que es también la de un personaje que ha sido bastante discutido por el papel que jugó en su momento histórico. Precisamente por esa discusión, Zweig deja ya clara en su Introducción su posición ante el uso de los diversos materiales de que dispone:

 “(…)  a veces lo más honesto será anteponer un interrogante a su opinión y confesar que este o aquel hecho de la vida de María Estuardo se mantiene oscuro en lo que a su veracidad se refiere (…)

Por eso, en el presente texto se ha observado de forma estricta el principio de no valorar todos aquellos testimonios que fueron obtenidos en el potro de tortura o mediante otra forma de miedo o coacción: quien realmente busque la verdad no puede aceptar como plenas y válidas aquellas confesiones obtenidas por la fuerza. Asimismo, los informes de espías y embajadores (que eran casi lo mismo en aquel tiempo) solo se han empleado con extrema cautela, y se ha puesto en duda de antemano cualquier escrito….”. (p. 9)

Basta este párrafo para darse cuenta de lo en serio que se tomaba el autor la escritura sobre la vida de un personaje real.

A partir de ahí, y a lo largo de los 23 capítulos en los que ha dividido el libro siguiendo un estricto orden cronológico, Zweig nos narra la vida desde el momento en que se convierte en reina de Escocia a los seis días de nacer hasta que termina siendo ajusticiada más de cuarenta años después. En medio: reina también de Francia, dos esposos muertos, tres matrimonios, momentos de amistad y otros de enfrentamiento con la reina de Inglaterra (su prima Isabel) a cuyo trono aspiraba, discutida por unos sectores de la nobleza escocesa y apoyada por otros, sustituida por su hijo Jacobo (VI) en el trono escocés, acusada de participar en el asesinato de su segundo marido, y un largo etcétera.

Una vida realmente muy “completa” y llena de momentos de tensión.

Zweig nos introduce en la historia desde la primera página y costará dejar la lectura hasta llegar a la página 414 en que finaliza la aventura. Conozco pocos escritores con la capacidad narrativa de Zweig, una capacidad que combina además con un lenguaje y una expresividad muy notables y, sobre todo, muy característicos del autor. La historia va fluyendo sin prisa pero sin pausa y el escritor nos va mostrando los diferentes vericuetos de los conflictos que van surgiendo, así como la influencia en ellos de la personalidad de los diferentes personajes. Si de la obra narrativa de Zweig se ha dicho que se trata de “novela psicológica”, en esta biografía podemos encontrar muy buenos ejemplos de esa forma de presentar y analizar a los personajes. En este sentido, tanto en María como en Isabel, hay permanentes alusiones a su carácter y a su forma de ser, y de ambas hace un retrato muy completo. Del carácter de los conflictos da una idea el hecho de que Zweig mencione en varias ocasiones que quizá pudieron servir de inspiración  a Shakespeare para obras como Hamlet o Macbeth.

Al tratarse de una biografía, lo principal son, lógicamente las personas, pero también se obtiene una buena visión de toda una época. Así, hay una magnífica descripción de las ideas de John Knox con su radicalismo religioso o asistimos también  a las maniobras de los reyes de España (Felipe II) y Francia en el conflicto  que enfrenta a las dos mujeres, sin olvidar el papel, bastante indigno por cierto, de gran parte de la nobleza escocesa.

Zweig también aprovecha la historia para de vez en cuando dejarnos alguna reflexión personal como, por ejemplo, las siguientes: 

“Pero la razón y la política raras veces transitan por los mismos caminos: quizá el dramatismo de la Historia Universal surja siempre de las posibilidades desperdiciadas”. (p. 55)

“Aquellos que dicen pelear por Dios siempre son los hombres menos pacíficos de este mundo; como creen oír el mensaje celestial están sordos a toda humanidad”. (p. 71)

“Pero ¿cuál es la tarea del político, más que construir en situaciones delicadas pretextos y evasivas, hacer de algo nada y de nada algo?” (p. 300)

En fin, un libro que merece mucho la pena porque aunque en principio no apetezca mucho el personaje, a mí no me interesaba especialmente, es tal la capacidad del autor que quedas atrapado desde el principio y al final te das cuenta de que has asistido a una historia realmente apasionante gracias a la magia de un grandísimo escritor. Por cierto, hay que decir también que se trata de una traducción muy buena.

 

Stefan Zweig, María Estuardo. Traducción Carlos Fortea.

 

 

martes, 1 de febrero de 2022

ANDAMIO

 

Mucha variedad en esta entrega. Dos magníficas películas británicas y un gran clásico francés en las películas. Entre las series ninguna muy destacable, pero una buena media.

 

Películas

 

Rififi. De vez en cuando hay que ver algún clásico y este me lo sugirió una lectura. Es realmente una película magnífica sobre todo por su dirección, ambientación y una fotografía en blanco y negro espectacular. Lógicamente hay escenas y algunos momentos de las interpretaciones que han quedado muy envejecidas, pero en la película en general no. El ritmo es muy bueno, la historia está muy bien contada y sale el París de 1955, casi solo con ver las escenas de la ciudad estaría justificado ver la película.

 

Belfast. Película británica escrita y dirigida por Kenneth Branagh y claramente autobiográfica. Narra la situación en la ciudad, más en concreto de su barrio,  cuando tenía unos nueve años y lo hace desde los ojos de ese niño. Conflictos “religiosos” y sociales que llevaron a que, al final, su familia se fuera del país a Inglaterra. Un buen guion, gran interpretación del niño y una espléndida fotografía en blanco y negro la convierten en una muy buena película.

 

Hierve. Una película británica muy original tanto por el tema como por la realización que consiste en una sola secuencia a lo largo de los noventa minutos. Se desarrolla en la cocina de un restaurante y en el comedor y muestra diferentes tipos de conflictos. Es muy intensa y tan dinámica que viéndola en casa tuve que pararla unos instantes para tomar aliento. Muy buenas interpretaciones.

 

Brexit. Una guerra incivil. Interesante película británica sobre todo si, como es mi caso, no se siguió el proceso del famoso referéndum. Además, hay dos o tres momentos que son muy importantes para entender también qué pasa en nuestro país y cómo se determina lo que sucede en la política. No es una gran película, quedan demasiados temas sin apenas abordarlos o lo hace de forma un tanto superficial, pero como aproximación está muy bien.

 

Series

 

Por qué matan las mujeres. Aunque la crítica está muy dividida, yo me lo he pasado en grande viendo esta serie estadounidense de 10 capítulos de unos 45 a 50 minutos. Tres historias que suceden en tres momentos, 1963, 1984 y 2019, pero en la misma mansión. Sus protagonistas tres mujeres: un ama de casa, la copropietaria de una galería de arte y una abogada junto con sus maridos. Las historias se van alternando en cada capítulo y vemos los conflictos en las tres parejas. Comedia en estado puro en la que no falta una parte final un poco más seria. Hay adulterios, homo y bisexualidad, SIDA, violencia de género, muchas mentiras, … Unos guiones muy bien construidos con un capítulo final realmente original.

 

Un escándalo muy británico. Miniserie británica de 3 episodios de casi una hora cada uno. Cuenta la historia real del matrimonio y posterior divorcio de los duques de Argill. Es muy interesante para ver cómo funciona la clase alta británica. Dos magníficas interpretaciones y una puesta en escena típica de los productos de esa procedencia hacen que sea una serie que merezca la pena ver. Falta quizá algún dato para entender mejor algunos comportamientos, pero tampoco importa demasiado.

 

Dr. Death. Miniserie estadounidense de ocho capítulos de unos 45 minutos. Basada en el caso real de  un neurocirujano que provocó varias muertes y dejó a muchos pacientes inutilizados. No recomendable si alguien se tiene que operar de algo relacionado con la columna porque resulta a veces un tanto desagradable. Un buen guion y unas magníficas interpretaciones. Además, se obtiene una visión bastante buena de cómo funcionan algunas cosas en la sanidad de ese país que, parece ser, que es la que quieren importar en lugares como Madrid.

 

Manhunt. The night stalker. Miniserie británica de 4 episodios de 45 minutos. Es la segunda entrega de esta serie que bajo el epígrafe Manhunt se dedica a narrar las investigaciones realizadas sobre casos criminales reales. En este caso se trata de un acosador sexual y ladrón que actuó en el sureste de Londres entre 1992 y 2009 en casas de personas mayores. Muy bien contada la investigación basada en el libro que escribió el que la dirigió.

 

Young and promising. Serie noruega de seis episodios de 30 minutos. Hay cuatro temporadas, pero yo comento ahora la primera. Las protagonistas son tres jóvenes veinteañeras de Oslo y sus problemas para encontrar el camino tanto en el mundo laboral como en el amoroso. Es interesante para conocer cómo se plantean determinadas cuestiones en una sociedad como esa. Es muy entretenida y está muy bien interpretada.

 

En la ciénaga. Segunda temporada de esta serie polaca. Esta vez son 6 episodios de casi una hora. Se desarrolla en 1997, es decir, ya fuera del mundo comunista en el que lo hacía la temporada anterior. Sigue siendo un thriller, pero también un cierto retrato de una época. Muy bien ambientada. No tiene una intriga como las británicas o las nórdicas, pero va enganchando a medida que avanza.

 

Ozark. Primera parte de la cuarta temporada de esta serie estadounidense. Tiene siete episodios de unos 50 minutos y da la impresión de que finalizará definitivamente con la segunda parte. Aumenta la acción con la droga ya muy explícita y siguen los problemas familiares. Serie curiosa por ver cómo una familia muy normal termina convirtiéndose en traficante y blanqueadora de un cártel mexicano. Muy entretenida.