miércoles, 31 de mayo de 2017

En la Libia de Gadafi



Tercer libro que se publica en España de este escritor libio nacido en Nueva York, criado en Trípoli y El Cairo, y que vive principalmente en Inglaterra.
Se trata de un texto autobiográfico que cuenta la búsqueda del padre que había desaparecido en 1990 tras ser detenido y encarcelado por hacer oposición al régimen de Gadafi.
A lo largo de los primeros capítulos, Matar va relatando aspectos de su vida antes de la desaparición del padre como: la relación que ambos mantenían, los esfuerzos del padre en su oposición que llegaron a poner su dinero para formar milicias armadas, momentos de la infancia y adolescencia del autor, las relaciones con otros miembros de la familia (tíos y primos por parte del padre), etc. Además, aparecen momentos de la revolución que terminará arrojando del poder a Gadafi en la que participan primos del autor, alguno de los cuales morirá en los combates.
A partir de la mitad más o menos se centra en saber qué es lo que realmente pasó con su padre. Para ello tomará contacto con gente del parlamento británico y con uno de los hijos de Gadafi. Esta parte del libro está construida casi como un thriller manteniendo el suspense sobre qué fue lo que pudo suceder.
Reproduzco un fragmento de la crítica de Michiko Kakutani en The  New York Times que publica elcultural.com (la propia editorial recoge parte en la solapa del libro):

“En El regreso escribe tanto con el ojo de un novelista para el detalle físico y emocional, como con la percepción táctil de un periodista para el espacio y el tiempo. La prosa es precisa, concisa, cincelada; el relato elíptico, casi musical, avanza y retrocede en el tiempo entre el presente cercano, los recuerdos de la infancia del autor en Libia, y el relato, reconstruido a partir de fragmentos, de la labor de su padre como líder de la oposición y de su encarcelamiento.”

Ese detalle “físico y emocional” se correspondería sobre todo con la primera parte, y la “percepción de un periodista” más con la segunda.
Un libro muy bien construido y escrito que emociona en algunos momentos e interesa siempre. Un escritor al que merece la pena conocer. Leí su primer libro traducido, Solo en el mundo, y me gustó mucho su escritura, sin embargo, me perdí el segundo. Ahora habrá tiempo de recuperarlo.
Hay una buena reseña de Mercedes Monmany en abc.es.



Hisham Matar, El regreso, Traducción Javier Guerrero.

viernes, 26 de mayo de 2017

Una pena; final de la tetralogía Ferrante




Hago mía totalmente esta frase de Juan Marsé que la editorial ha puesto en la faja que adjunta a la novela: “Las novelas de Elena Ferrante me han tenido atado al sillón, leyendo y celebrando unas páginas donde la emoción nunca es banal.”
En poco más de un mes he leído las tres últimas entregas de la tetralogía  (dos en los últimos quince días). “Atrapado por Ferrante” titulaba mi comentario a la tercera entrega y he seguido así, atrapado, hasta acabar. Son novelas muy adictivas por muchas razones, pero sobre todo porque tratan de sentimientos y emociones que se reflejan magníficamente en unos personajes construidos casi a la perfección.
Como se dice en el blog entremislibrosyo.blogspot.com:

“Elena Ferrante derrocha oficio y pulso narrativo y hace, a través de sus personajes, gala de un profundo conocimiento de la psicología, especialmente de la femenina. Con un estilo brillante y una prosa directa, sin florituras, la autora es implacable con la historia que narra y es implacable con el lector al que muestra el drama de la vida sin concesiones a través de una saga intemporal porque, de una forma u otra, los problemas de entonces son, por desgracia, los problemas de hoy. Una saga sobre la amistad, sí. Pero, por encima de todo, una saga sobre la vida y las emociones y pasiones humanas (…).” (Remarcado en el original).

O como comenta también José María Guelbenzu en elpais.com:

“Es una novela realista que debe mucho al neorrealismo italiano, pero la tentación costumbrista queda completamente superada por la insuperable capacidad de Ferrante de extraer dramatismo de la cotidianeidad sin rozar siquiera el maniqueísmo. Esa es una virtud impagable.”

Creo que ambos textos dicen mucho mejor de lo que yo podría escribir lo que me ha parecido esta tetralogía.
Es cierto que quizá esta cuarta entrega es la que menos me ha gustado o, mejor dicho, la que menos me ha llegado, pero en cualquier  caso también la he disfrutado.
Me ha parecido que es en esta entrega final  en la que Ferrante ajusta más las cuentas, en lo bueno y en lo malo, con ese Nápoles al que vuelve la narradora. Como ejemplo de lo negativo valgan estos dos fragmentos:

“Todas las noches improvisaba con éxito partiendo de mi experiencia. Hablaba del mundo del que provenía, de la miseria y la degradación, de las furias masculinas y femeninas (…) Hablé de cómo desde que era niña había observado en mi madre y en las otras mujeres los aspectos más humillantes de la vida familiar, de la maternidad, de la sumisión a los Varones. Hablé de cómo por amor a un hombre una mujer puede verse obligada a mancharse de todas las formas posibles de infamia hacia las demás mujeres, hacia los hijos.” (p. 55-56)

“En los apartamentos oía los gritos de hombres, mujeres, niños, sobre todo por la noche. Me espantaban las venganzas entre familias, las hostilidades entre vecinos, la facilidad con que se llegaba a las manos, las guerras entre bandas de niños.” (p. 293)    

En lo positivo, los capítulos que dedica en el tramo final de la obra a describir los lugares más emblemáticos de la ciudad histórica.
En definitiva, estamos ante una obra que a lo largo de más de 2000 páginas nos cuenta muchas historias, nos pone en contacto con muchas realidades, nos presenta un gran conjunto de personajes secundarios y tiene, sobre todo,  dos protagonistas en las que se ve que la autora ha puesto toda su alma y su capacidad de creación, una obra que, insisto, emociona y demuestra lo que puede conseguir la, buena,  literatura.
Menos mal que quedan más novelas de la autora por leer.
Tengo que dar las gracias a la editorial Lumen por traducir la obra de esta escritora,  como lo he hecho recientemente al escribir sobre libros de otra gran escritora italiana,  Natalia Ginzburg



Elena Ferrante, La niña perdida. Traducción Celia Filipetto.

jueves, 25 de mayo de 2017

Citas últimas lecturas



Mujer

Me ha llamado muchas veces la atención ese comportamiento de Jeanne. Le gusta parecer sorprendida. Es alta. Para resultar femenina pese a todo, se esfuerza en parecer distraída, ingenua, sorprendida.
Emmanuel Bove, Armand


Edad

“Cuerpo hostil”, luego “adverso”, “sufriente·, “enemigo” y, por último, “condenado”: las etapas se suceden inexorablemente hasta la muerte. Dan fe de la hegemonía que el cuerpo, el cuerpo en decadencia, ejerce sobre el espíritu. Siempre podemos tranquilizarnos, como han hecho tantas civilizaciones, considerando al anciano como el individuo más sabio de la sociedad, lo que no impide que su supuesta sabiduría choque contra los límites de un cuerpo disfuncional, que le causa más penas que alegrías, más amargura que placer. El ser humano solo es un ser en paz durante una veintena, digamos que una treintena de años en la actualidad. Antes, y sobre todo después, lucha.
Philippe Claudel, Bajo el árbol de los toraya


Edad

He leído en algún sitio que los cincuenta son la vejez de la juventud y los sesenta son la juventud de la vejez
Philippe Claudel, Bajo el árbol de los toraya


Hombre, humanidad

¡Maldita ley! La mayoría de mis prójimos son la triste consecuencia de un aborto no realizado.
Karl Kraus, Dichos y contradichos


Nacionalismo

No hay nada más estrecho de miras que el chovinismo o el racismo. A mí todos los seres humanos me resultan iguales. Papanatas los hay por todas partes y a todos los desprecio por igual. ¡Nada de mezquinos prejuicios! 
Karl Kraus, Dichos y contradichos


Religión, patriotismo

La religión, la moral y el patriotismo son sentimientos que solo se manifiestan cuando son ofendidos.  El lenguaje cotidiano, según el cual  a alguien muy susceptible “le gusta” ofenderse, tiene razón. Aquellos sentimientos no aman nada tanto como su agravio y se animan poderosamente al quejarse del ateo, del inmoral y del apátrida. El gesto de quitarse el sombrero ante la custodia no los satisface tanto como arrancárselo de la cabeza a disidentes o miopes.

Karl Kraus, Dichos y contradichos

viernes, 19 de mayo de 2017

ANDAMIO

Siguiendo una costumbre reciente, dedicaré este Andamio a hacer un breve comentario sobre las series y películas vistas en los últimos tiempos con la única intención de sugerirlas a quien le pueda interesar.


SERIES

Bedrag. Serie danesa sobre delincuencia económica del mismo creador de Borgen. No está mal, pero inferior a otras de la misma procedencia.

The affair. Parece mentira, pero de una breve anécdota los guionistas han ido sacando una historia que es mejor cada temporada.

Pecky Blinders. Demasiado violencia en esta, seguramente, última temporada de esta serie británica original sobre todo por estar protagonizado por gentes de etnia gitana.

Apple Tree Yard. Una muy entretenida serie británica de policías y juicio.

Narcos. Segunda y última temporada de esta serie dedicada a Pablo Escobar. Entretiene pero habría sido mejor acabarla con la primera temporada.

Eyewitness. Miniserie estadounidense sobre dos jóvenes testigos de un asesinato. Interesante por el reflejo del mundo rural y muy entretenida.

Rectify. La serie de la temporada hasta el momento. Muy buena. Se inicia con una temporada de seis capítulos, pero termina teniendo cuatro temporadas y la última de diez capítulos. Eso sí, hay que estar dispuesto a ver una serie centrada en la relaciones entre personajes y realizada a un ritmo muy pausado.

Broadchurch. Tercera temporada de esta magnífica serie británica. Tiene menos interés que las anteriores, pero se deja ver.

Homeland. En la misma línea que el resto de la serie aunque esta vez se queden todo el tiempo en Estados Unidos. Muy entretenida.


PELÍCULAS

Manchester frente al mar. Un buen drama que se desarrolla en el mundo rural estadounidense con personajes de carne y hueso.

Moonlight. De lo mejor que he visto hace tiempo. Muy bien dirigida e interpretada partiendo de un magnífico guion.

Elle. Aburrida película aunque tenga buenas críticas. Difícil de entender el comportamiento de la protagonista.

El viajante. Estupendo drama iraní. Muy bien reflejados los comportamientos de los diferentes protagonistas.

El fundador. Entretenida e instructiva esta historia sobre cómo se creó McDonald’s.

Incierta gloria. La única película española que he visto y me arrepentí nada más salir. No entiendo las críticas tan buenas que tuvo.

Land of mine. Una buena película danesa que hace autocrítica sobre el trato dado a unos jóvenes prisioneros alemanes tras acabar la Segunda Guerra Mundial.

Stefan Zweig. Adiós a Europa. Interesante para seguidores del escritor (que es mi caso), pero no creo que se trate de una buena película para otro tipo de público.

La profesora. Curiosa película eslovaca (la primera que veo de esa nacionalidad). Muy interesante estudio de reacciones humanas ante un conflicto en un centro escolar.


Lady Macbeth. Espléndida historia e interpretación. 

jueves, 18 de mayo de 2017

Más, y mejor, Natalia Ginzburg




Esta novela está considerada por muchos como la mejor de la autora. Desde luego se trata de una obra magnífica. Desde que a principios de este año descubrí, es verdad que muy tarde,  a Ginzburg, este es el cuarto libro que leo en apenas cuatro meses. Todos me han gustado mucho y este es desde luego el más completo (también es el más extenso).
Los textos de esta autora, aparentemente sencillos, muestran la complejidad de las relaciones personales y familiares. Una vez que te metes en la historia quedas atrapado por ella entre otras cosas por la forma en que está narrada.
En palabras de la prologuista de este libro Elena Medel:

 “Qué sencilla la prosa de Natalia Ginzburg, con qué palabras nuestras –las de la conversación, las del secreto- entrelaza sus relatos. Qué compleja, a la vez, a la hora de hilar varias novelas diferentes –la emocional, la social- en una misma novela (…)” (p. 11)

En esta novela nos cuenta la historia de una serie de personajes pertenecientes a dos familias durante el período que va más o menos desde mediados de los años treinta hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Tanto el trasfondo del fascismo como el de la guerra están magníficamente presentados. Pocas alusiones, pero muy bien introducidas en la trama de la novela.
Aunque hay un personaje, Anna, que va marcando los principales momentos de la historia, la obra tiene un protagonismo colectivo y todos los miembros de ambas familias así como sus maridos y mujeres aportan aspectos relevantes.
A mí me ha recordado en algunas escenas el neorrealismo tan en boga en el cine italiano por aquellas fechas (el libro está escrito en  1952). También me han venido a la cabeza, sobre todo en la segunda parte de la novela,  cosas que cuenta Carlo Levi en su novela autobiográfica Cristo se paró en Éboli.
Una novela muy completa que tiene la gran virtud de que veamos cómo vivía la gente bajo el fascismo y durante la guerra sin que, al menos aparentemente,  ese sea el tema principal.
Un libro totalmente recomendable como todos los de la autora. Veo además que la editorial Lumen sigue publicando su obra por lo que no será este el último que aparezca comentado en el blog.
Por cierto, la traducción, como sucede con otros libros de esta autora, está hecha por Carmen Martín Gaite lo que la hace más valiosa aún. 
Muy buena reseña como siempre en devoradoradelibros.com. También hay una interesante entrevista con la autora del Prólogo, Elena Medel, sobre la obra de Ginzburg en letraslibres.com.


Natalia Ginzburg, Todos nuestros ayeres. Traducción Carmen Martín Gaite.

martes, 16 de mayo de 2017

Sobre la crisis del socialismo




Josep Borrell es uno de los pocos miembros relevantes del PSOE que me merecen un cierto respeto político, intelectual y personal. En su día ya le tocó padecer las maniobras del aparato de su partido y ahora, desde otra posición, le ha vuelto a suceder.
En este libro muy largo, 180 páginas, para el escaso tiempo que le ha dedicado, -las vacaciones de la pasada Semana Santa, según él mismo reconoce en la Introducción-, intenta explicar la crisis del PSOE y enmarcarla en la crisis general de la socialdemocracia europea. Claro que, tal y como está el panorama interno y los duros enfrentamientos que se están produciendo, al final la mayor parte del texto lo dedica a describir y analizar los momentos clave de esos enfrentamientos, reunión del Comité Federal incluida.
En el capítulo 1 y bajo el título: El relato de la crisis y su desarrollo temporal,  aporta una cronología de los principales acontecimientos que me parece que es una de las mejores aportaciones del libro.
Evidentemente Borrell no tiene una actitud neutral sobre las causas de lo que está sucediendo ni sobre el papel que están jugando los distintos participantes. Él ha apostado por Pedro Sánchez, pero tengo que decir que de los escritos que he leído en los últimos tiempos es el que me parece más objetivo o, al menos, el que da la impresión de cargar menos las tintas a favor de lo que defiende.
Además, no tiene pelos en la lengua y es capaz de dejar por escrito afirmaciones como la siguiente:

“El problema es que la actual cultura política del PSOE se ha fraguado en una situación en la que los líderes que detentan el poder en sus territorios tienen instrumentos para repartir incentivos y, por ende, crear clientelas que les obedecen ciegamente por la cuenta que les tiene.” (p. 131)

Algo que cualquiera que esté mínimamente interesado por la política sabe y que, además, tampoco es privativo de ese partido aunque en él haya alcanzado cotas difícilmente superables. (¿Es necesario mencionar aquí el caso andaluz?)
También me ha gustado la referencia que hace al presidente de la Gestora, alguien que para muchos periodistas parece que está por encima del bien y del mal. Así, escribe:

“Según afirmó Javier Fernández en el Comité Federal del  14 de enero, ya como presidente de la Gestora, “la mayoría de los dirigentes de este partido sabíamos después del 3 de junio qué es lo que teníamos que hacer. Pero no sabíamos cómo ganar un Congreso después de hacerlo”. Es decir, hay que abstenerse, pero que cargue con el muerto el secretario general y para ello sometámosle a la adecuada presión orgánica y mediática.” (p. 103)

No me ha gustado, sin embargo, el siguiente fragmento:

“”El propio Errejón lo ha reconocido en los debates internos de Podemos, cuando dice que “no quisieron sentarse a negociar para que un socialista fuese presidente del Gobierno porque su estrategia era la negación obsesiva y el choque frontal con el PSOE (referencia sacada del libro de Jordi  Sevilla). Más claro, el agua.” (p. 100)

Creo que una cita textual y de ese calado, no se debe introducir de esa manera, sacándola de otro libro y sin ninguna referencia que nos permita conocer algún dato sobre su verosimilitud. (No niego que esas palabras se hayan dicho, es más, me atrevería a decir que es lo más probable al menos en su sentido, no tanto seguramente con esa formulación.)
Finalmente, reproduzco otro fragmento que creo que es clave para entender mucho de lo que está pasando; fragmento en el que me veo perfectamente reflejado:

“Uno de los politólogos asistentes me replicó que no perdiera el tiempo acusando a los populistas de hacer propuestas inaplicables porque Bruselas, porque la globalización, porque etc. Los que votan ya lo saben, me dijo, y no les votan por eso, están expresando un estado de ánimo y un rechazo del sistema. Lo otro ya veremos. Probablemente tenía razón.” (p 166)
(Borrell estaba participando en un coloquio sobre la emergencia de los movimientos populistas en el Centro de Estudios Europeos de Harvard.)

Un libro relativamente interesante. Un tanto superficial a veces, pero que cuenta bien las cosas y, creo, da una versión que debe aproximarse bastante a lo que ha sucedido.
Isabel García hace una buena reseña en nuevatribuna.es.



Josep Borrell, Los idus de octubre. Reflexiones sobre la crisis de la socialdemocracia y el futuro del PSOE.

lunes, 15 de mayo de 2017

Otro interesante escritor francés




No es este el primer libro que se publica en España de Rolin, pero yo desde luego no lo conocía. De hecho los anteriores libros traducidos están o agotados o descatalogados.
La editorial ha puesto en la contraportada una referencia a la reseña del diario francés Libération en la que compara al autor con P.Deville y E.Carrére. Ambos están entre mis autores favoritos de los últimos años y he leído todo lo que se ha traducido de ellos, así que nada más leer esa referencia lo compré y lo he leído enseguida.
Efectivamente, tiene en común con los citados la buena escritura y la elección de temas interesantes, aunque en mi opinión más con Deville que con Carrére. Da igual, lo importante es que se trata de otro magnífico escritor y de otro ejemplo de que la literatura francesa está aportando una interesante forma de contar historias.
Rolin explica en la primera parte de las cuatro en las que divide el libro por qué eligió de forma realmente casual a este personaje para escribir sobre él. Era meteorólogo y creador del Servicio Meteorológico de la URSS.
Además, lo caracteriza así en los dos fragmentos siguientes:

“(..) él, Alekséi Feodósievich, no es un rebelde. No es propio de su temperamento ni de su educación. (…) Preferiría que hubiera sido inflexible, preferiría admirarlo, pero no era admirable y tal vez sea eso lo interesante, es un tipo medio, un comunista que no se hace preguntas o, mejor dicho, que entonces se ve obligado a empezar a hacérselas, pero ha sido necesario que lo sometan a una violencia extraordinaria para que así sea, tímidamente.” (p. 96)

“No era ni un genio científico ni un gran poeta, en algunos aspectos era un hombre común, pero era un inocente. (…), un hombre en una palabra, que valía como tantos otros, un hombre como cualquier otro, con su  honradez, su fidelidad, su parte de conformismo y de credulidad.” (p. 172-173)

Es decir, alguien totalmente normal que, como tantos otros miles o millones, sufrió la represión del período estalinista, primero siendo detenido en 1934 y trasladado a las islas Solovkí, para tres años después acabar con su vida.
Al tiempo que estuvo en las islas dedica Rolin la segunda parte del libro en la que, utilizando la correspondencia que mantuvo con su familia, va relatando la vida del preso en esa lejana parte del mundo. Es la parte central del libro y la más interesante.
En la siguiente explica el descubrimiento en 1997 de lo que sucedió con muchos de los prisioneros de las islas para, finalmente, en la que cierra el libro contar de dónde viene su interés por Rusia (y por la URSS).
Casi al final del texto  hace esta declaración que se puede compartir tras la lectura no solo de este libro, sino de todos los que se pueden leer sobre tan nefasto período histórico. (Casi se podría hablar en estos casos de una suerte de justicia poética):

“La única y mínima satisfacción que procura el estudio de aquellos tiempos salvajes es la de comprobar que casi siempre los fusiladores serán fusilados. No por obra de una justicia popular, internacional o divina, sino por la tiranía a la que sirvieron hasta la abyección; pero, aun así, fusilados, y sienta bien saberlo.” (p. 167)

Un libro magnífico, muy bien estructurado y muy bien escrito. Otra aportación al conocimiento de los horrores de esa gran lacra del siglo pasado.
Al final del libro se reproducen un conjunto de dibujos y adivinanzas que el protagonista envió en las cartas para su hija  Eleonora.
Ahora solo falta esperar que se reedite o se traduzca algún libro más de este interesante autor.



Olivier Rolin, El meteorólogo. Traducción Miguel Aguayo

viernes, 12 de mayo de 2017

Para conocer los países nórdicos




“(…) espero haber arrojado luz sobre alguno de los aspectos positivos de Escandinavia: la confianza, la cohesión social, la igualdad económica y de género, el racionalismo, la modestia, los sistemas económicos y políticos equilibrados, etc. En estos momentos, Occidente busca una alternativa al capitalismo desenfrenado que ha asolado nuestras economías, un sistema que quizá evite los extremos del socialismo soviético y del neoliberalismo no regulado estadounidense. En realidad, en lo que a mí respecta, solo hay un lugar donde fijar la mirada de un modelo ejemplar desde una perspectiva tanto social como económica, y no es Brasil, Rusia ni China. La respuesta la tienen los países escandinavos.” (p.462)

“De cara al futuro, los países nórdicos también se enfrentan a varios desafíos muy serios: población envejecida, estados de bienestar chirriantes, la integración continuada de las poblaciones inmigrantes y una desigualdad cada vez mayor. Pero no deja de ser Escandinavia. No deja de ser el lugar envidiablemente progresista, armonioso, pacífico y rico  que es desde hace mucho tiempo.” (p. 461)

Creo que ambos textos del autor en el Epílogo resumen muy bien cuál es en el fondo su visión de la zona que, desde luego, no queda bien reflejada en el subtítulo del libro.
Booth es un periodista británico que vive desde hace años en Dinamarca casado con una danesa. Siempre le ha interesado explicarse el porqué los países escandinavos tenían tan buena prensa. Para conocerlos mejor ha ido realizando a lo largo del tiempo viajes a cada uno de ellos en los que, además de aplicar sus grandes dotes de observación, se ha entrevistado con expertos de cada país  en diferentes materias desde sociología a antropología, desde economía a filosofía.
Además, ha leído una serie de libros que menciona a lo largo del texto aunque es una pena que no haya hecho al final un apartado dedicado a la bibliografía.
Fruto de todo ello es un libro tremendamente interesante, salpicado de todo tipo de informaciones, anécdotas, chistes, descripciones de fiestas y de formas de vida, etc., sin que falten tampoco análisis y valoraciones. En principio, Booth parece el típico liberal británico pero, como se ve en las frases antes citadas, en el fondo está convencido de las virtudes de los sistemas que funcionan en los países nórdicos.
En un libro tan extenso, 470 páginas, hay de todo, pero todo es aprovechable. En algunos momentos te lleva a la sonrisa e incluso a la risa pues tiene el típico humor y la socarronería británicos que a mí tanto me gustan, pero unos párrafos más allá te hace pensar y replantearte algunas ideas preconcebidas. Es capaz de reírse de casi todo y de tomarse muy en serio también casi todo.
A mí particularmente me ha parecido enormemente interesante el capítulo que dedica a explicar, y criticar, el modelo sueco implantado por la socialdemocracia y mantenido durante una gran parte del siglo XX. Además, contrarresta su propia crítica con la conversación con un intelectual sueco que defiende el sistema.
Son infinidad las cosas que se podrían decir de este magnífico ensayo que tiene también muchos elementos de reportaje, pero creo que lo mejor es animar a la gente a leerlo porque, además, se pasa un buenísimo rato gracias a la agilidad de Booth para contar las cosas y a su sentido del humor.
Bernabé Sarabia hace una buena reseña en elcultural.com.
Antes de terminar creo que es obligado agradecer a la editorial Capitán Swing la labor que está haciendo poniendo a nuestra disposición textos tan variados e interesantes. En este blog hay varias entradas comentando algunos de ellos.


Michael Booth, Gente casi perfecta. El mito de la utopía escandinava. Traducción Lucía Barahona.

jueves, 11 de mayo de 2017

Atrapado por Ferrante

 


Tercer volumen de la tetralogía que Ferrante ha dedicado a esta historia de la relación entre dos mujeres a través de la cual nos muestra la vida en Nápoles, y en general en Italia, en este caso en el tramo final de los años sesenta.
Novela adictiva donde las haya; te atrapa la historia; vives con pasión lo que les pasa a muchos de sus personajes; te reconoces en comportamientos, pensamientos y actitudes (las protagonistas nacieron en 1944 y yo en 1949).
La novela trata de la vida y sus problemas, de la dificultad de las relaciones, de las clases sociales y sus luchas, del amor, del matrimonio, de la maternidad y paternidad, del sexo, de la pasión, del compromiso, de la persistencia de los odios, de las diferencias regionales en Italia, de la dificultad de ser escritor, de los choques entre padres e hijos, etc., etc., etc.
Es decir, habla de cosas que le pueden pasar o le han pasado a cualquiera de los lectores y, además,  lo hace con una naturalidad y una agilidad narrativa que a mí me tiene realmente asombrado.
Habrá momentos en los que te sientas más implicado y otros que te parezcan un poco reiterativos y hasta algo fuera de lugar, pero el conjunto supone una obra realmente notable. Tanto que no creo que deje pasar mucho tiempo para leer el cuarto y último libro de la saga.
Me resulta muy difícil destacar momentos de esta tercera entrega. Por mi historia personal, me ha interesado mucho todo lo que escribe sobre los acontecimientos del 68 al 70 vistos a través de la familia de su marido, una familia burguesa de izquierdas. Obviamente Ferrante no profundiza en el tema, pero las líneas que le dedica me parece que están tremendamente acertadas y que da una visión clara de este tipo de actitudes. También me ha parecido muy bien tratado todo lo relacionado con los problemas laborales de Lila, una de las dos protagonistas.
Claro que, hablando de protagonistas, las dos mujeres que ha creado la autora me parecen lo mejor de la novela. Entendamos mejor o peor algunos de sus comportamientos, son seres de carne y hueso que mantienen el interés por sus vidas a lo largo de todo el libro. Además, vamos viendo cómo evolucionan a través de los momentos más importantes. El conjunto de personajes secundarios es también muy bueno  y completan esa visión de la época y de los comportamientos humanos.
Creo que cualquier mujer que lea esta tetralogía sacará un gran partido porque, sea quien sea que se esconda tras el pseudónimo de Elena Ferrante, parece conocer muy bien el mundo de las mujeres.
En fin, un libro absolutamente recomendable. La reseña que hay en  devoradoradelibros.com es no solo magnífica, sino muy completa y en ella se pueden encontrar muy bien contados los temas y los personajes.



Elena Ferrante, Las deudas del cuerpo. Traducción Celia Filipetto.

lunes, 8 de mayo de 2017

Aprovechando las lecciones de la historia




Hace algo más de un año leí Tierras de sangre libro en el que Snyder describía la brutal represión llevada a cabo por Stalin y por Hitler. Es un gran estudioso de esa época y quiere aprovechar ese conocimiento para ponernos en guardia, pues como afirma en el Prólogo: “No somos más sabios que los europeos que vieron cómo la democracia daba paso al fascismo, al nazismo o al comunismo durante el siglo XX. Nuestra única ventaja es que nosotros podríamos aprender de su experiencia. Ahora es un buen momento para hacerlo.” (p. 14)
Con esa intención Snyder ha escrito este breve texto, apenas 150 páginas, en el que en veinte capítulos nos va recomendando diferentes formas de actuar. Cada una de ellas viene acompañada por el correspondiente ejemplo histórico sacado principalmente de los dos períodos que mejor conoce el autor: el nazi y el estalinista, pero también utilizando en varias ocasiones a personajes actuales como  Putin y Trump (obviamente en ambos casos en un sentido negativo).
Reproduzco algunos de los títulos de los capítulos que dan una clara idea de la pretensión del autor: No obedezcas por anticipado, Defiende las instituciones, Desmárcate del resto, Contribuye a las buenas causas o Sé todo lo valiente que puedas. Como se aprecia fácilmente, no se trata solo de saber sino sobre todo de actuar, de tener una actitud atenta y activa ante lo que pueda significar un ataque a la democracia.
Las siguientes citas me han parecido especialmente interesantes y de aplicación en muchas circunstancias de la vida normal de una persona cualquiera:

“Los autoritarios necesitan funcionarios obedientes, y los directores de los campos de concentración buscan empresarios interesados en la mano de obra barata.” (p. 43)

“Si los abogados hubieran cumplido la norma de que no puede haber ejecución sin juicio, si los médicos hubieran aceptado la regla de que no puede practicarse una operación sin consentimiento, si los empresarios hubieran acatado la prohibición de la esclavitud, si los burócratas se hubieran negado a realizar el papeleo que tuviera que ver con el asesinato, el régimen nazi habría tenido muchas más dificultades para cometer las atrocidades por las que lo recordamos.” (p. 46)

“Es fácil hacer lo mismo que todo el mundo. Puede resultar extraño hacer o decir algo diferente. Pero sin esa incomodidad, no hay libertad.”(p. 61)

“Comprende las cosas por ti mismo. Dedica más tiempo a los artículos largos. (…) Asume la responsabilidad de la información que intercambias con los demás.” (p. 83)

Hay otra que también me parece muy relevante por lo que está ocurriendo en más de un lugar:

“Cuando las fuerzas paramilitares partidarias de un líder se entremezclan con la policía y las fuerzas armadas oficiales, ha llegado el final.” (p. 49)

En definitiva, se trata de un libro que merece le pena leer con detenimiento y estando siempre dispuestos a la crítica y, sobre todo, a la autocrítica.
Hay una entrevista con Jan Martínez en elpais.com en la que habla sobre todo del presidente Trump, pero tiene su interés.


Timothy Snyder, Sobre la tiranía. Veinte lecciones que aprender del siglo XX. Traducción Alejandro Pradera

viernes, 5 de mayo de 2017

Gran novela aunque...




Esta novela fue el debut literario de su autor a los 62 años. En 2011 obtuvo el premio Booker Ruso a la mejor novela de la década. Chudakov había muerto en 2005.
La novela abarca casi todo el siglo XX de Rusia de una forma bastante peculiar. Narrada desde el personaje de su nieto en tercera persona y en ocasiones en primera, se convierte tan pronto en una novela costumbrista y casi etnográfica, como en un anecdotario, un análisis de la cultura en sus diversas manifestaciones e incluso en una crítica política.
Así, dedica espacio a describir temas como: la educación, los baños públicos, los trabajos del campo, los mercados de los domingos, las canciones populares, etc. y, también, a hablar sobre la magia, la música o la literatura.
La novela se estructura en un gran número de capítulos que en muchos casos suponen relatos casi independientes del resto de la narración y ese es, en mi opinión, el principal defecto de la obra o al menos lo que ha hecho que no me termine de gustar. Se pierde bastante el hilo de la narración y no siempre lo que cuenta en algunos capítulos tiene el mismo interés que la historia principal.
Toda la obra supone un retrato, eso sí  bastante fragmentario, de la realidad rusa en el siglo o, mejor dicho, de la realidad de un sector de población que vivó “exiliada” en su propio país. El pueblo en el que vive toda la familia está al norte de Kazajstán.
Hay personajes realmente notables desde el abuelo y la abuela (habla en francés y usa una cubertería de 9 piezas), a alguno de los tíos  y familiares políticos. Además, hay pasajes en los que muestra un gran sentido del humor (en uno de los capítulos  reconozco que me reí a gusto).
Es curiosa y significativa esta caracterización del abuelo:

“Había dos castigos que aplicaba el abuelo: no pienso acariciar tu cabeza y no te daré el beso de buenas noches.” (p. 89)

Asimismo en la última página también es significativo este fragmento que pone en boca del abuelo:

“- Ellos nos quitaron nuestro jardín, nuestra casa, a mi padre, a mis hermanos. Nunca lograron privarnos de Dios, porque el reino de Dios está dentro de nosotros. Pero nos quitaron Rusia. Y en mis últimos días no tengo sentimientos cristianos para ellos. Es un pecado. No puedo encontrar en mi alma el perdón para ellos. Grande es mi pecado.” (p. 538)

Finalmente, la siguiente cita da una idea de un aspecto que atraviesa la novela aunque no lo haga de forma explícita:

“El mundo de mi infancia distaba del de mi nieta el mismo lapso de medio siglo que me separaba del mundo del abuelo. Su mundo –sin radio, sin electricidad, sin aviones- era extraña y terriblemente curioso para mí; la misma curiosidad desde mi punto de vista, debería despertar en mi nieta mi mundo, un mundo  sin televisión ni magnetófonos, con sus gramófonos, sus locomotoras y sus bueyes, aunque solo fuera por su exotismo. Pero le era inútil e innecesario.” (p. 323)

Como decía  antes, se trata seguramente de una magnífica novela, pero en mi caso pasada la primera mitad empezó a dejar de interesarme, y solo de vez en cuando he logrado meterme en las diferentes historias. Una novela demasiado fragmentaria para mi gusto.
Magnífica la traducción y muy útiles  las notas a pie de página.
Hay dos críticas bastante completas y favorables: Ricardo Martínez en culturamas.es y en el blog caminosquenollevananingunsitio.blogspot.com..



Aleksandr Chudakov, El abuelo. Traducción Yulia Dobrovolskaya y José María Muñoz Rovira.

martes, 2 de mayo de 2017

La situación de la energía



Conozco al  autor por haberlo visto varias veces en la televisión. Siempre me ha llamado la atención por lo claro que habla y lo bien que explica cosas no demasiado fáciles. Al saber de la existencia del libro, y aunque no es un tema que me interese especialmente en la actualidad (otra cosa sucedía cuando me dedicaba a la enseñanza), no he tardado en hacerme con él y leerlo.
El título puede resultar un tanto engañoso porque el libro habla de la energía en general y de sus diversas fuentes y no solo del petróleo. Precisamente esto es lo que lo hace más interesante.
A lo largo de sus 19 capítulos, Morales va explicando, con esa capacidad pedagógica que antes mencionaba, la situación de la energía en el mundo actual. Analiza cómo el petróleo va perdiendo la batalla frente a otras fuentes alternativas por muy variadas razones. Insiste sobre todo en el papel actual, pero sobre todo futuro, que tienen y tendrán las energías renovables. Evidentemente, en este aspecto se podría decir que “arrima bastante el ascua a su sardina” porque es vicepresidente de la Fundación Renovables y miembro de la Junta Directiva de la asociación patronal fotovoltaica española (UNEF).
A pesar de esa parcialidad, creo que los datos que aporta y la situaciones que plantea son bastante reales y seguramente acierta en cómo evolucionará el sector en los próximos años. Claro que yo también soy muy partidario de las renovables aunque soy consciente, y Morales así lo plantea, de que también tienen sus problemas.
El libro me parece pues muy recomendable por lo instructivo y por tratarse además de un tema crucial para el futuro de la humanidad, tanto por la necesidad que siempre habrá de energía, como por los problemas de cambio climático que ya parecen estar entre nosotros. A mí desde luego me ha aclarado muchas dudas y me ha enseñado muchas cosas sobre la energía.
Hay una buena entrevista de José Bautista en lamarea.com.



Jorge C. Morales de Labra, Adiós petróleo. Historia de una civilización que sobrevivió a su dependencia del oro negro.