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lunes, 9 de enero de 2017

Sobre la guerra en Siria



Creo que lo primero que debo hacer es agradecer una vez más a la editorial Los Libros de la Catarata su permanente esfuerzo por poner a nuestro alcance buenos  análisis de los principales acontecimientos que suceden en el mundo.
En este caso se trata de una de esas guerras en las que la información es una de sus víctimas. Esta guerra es como el Guadiana pues tan pronto abre todos los telediarios, como pasa un tiempo sin que se sepa nada de ella. En los últimos tiempos, a raíz de los enfrentamientos en la ciudad de Alepo, hemos estado varios días con la presencia constante del conflicto.
El autor de este libro, el profesor de Estudios Árabes e Islámicos Álvarez-Ossorio, ha tenido la buena idea de ser sobre todo descriptivo y analítico sin entrar demasiado en valoraciones.
Yo dividiría los diez capítulos del libro en cuatro partes. Por un lado, explica breve pero muy claramente cómo era la Siria de los Asad. A continuación se centra en los primeros momentos de la revolución, esto es, cuando era obra principalmente de grupos laicos de ciudadanos sirios reclamando democracia y libertades. Luego, en la parte más complicada de entender por la enorme complejidad del tema, explica la militarización del conflicto y, a partir de ahí, la participación de multitud de grupos armados de variada ideología y procedencia, En esta parte estaría también el análisis de los intereses de las diferentes países en la región y su apoyo a los diversos grupos. Finalmente, describe las consecuencias desastrosas que está teniendo la guerra sobre la población siria y los millones de desplazados en el interior del país o hacia otros países.
Como se ve, se trata de un análisis bastante completo hecho de una forma breve, sin perder por ello aspectos esenciales, y sencilla, sin que resulte superficial.
Hace solo unos días hice una entrada en el blog comentando el libro Cuando la revolución termine de la periodista Leila Nachawati en la que novela los inicios de la revolución, es decir, que se correspondería más o menos con la primera parte de este libro que ahora comento. Quedé impresionado por la violencia del régimen. Además, al relatar solo los inicios, resulta fácil de seguir y entender ya que el conflicto ha ido ganando en complejidad a medida que transcurría. Ahora también me impresiona la violencia de la mayoría de los grupos que combaten en esa (in)civil guerra. Generalmente, la información que nos está llegando por los medios tradicionales es muy desfavorable para el régimen de al-Asad y sus apoyos, Rusia principalmente; la verdad creo que debe de estar, si no en un término medio, sí al menos en unas tonalidades más grises. El extraño papel de los Estados Unidos tal y como se plantea en el libro, el juego de las potencias regionales como Turquía o Arabia Saudí sin olvidar Qatar y, desde luego, el pobre y triste papel de la “comunidad internacional”, son elementos que demuestran la existencia de esas tonalidades grises.
De la complejidad de la situación actual puede ser un buen ejemplo el siguiente fragmento:

“En el campo de batalla de Alepo se enfrentaban las fuerzas del régimen y sus aliados (la aviación rusa, las tropas de Hezbollah, La Guardia Republicana iraní y el Haraka al-Nujaba iraquí) contra una heterogénea coalición de rebeldes integrada por algunas brigadas del ELS (Ejército Libre Sirio), Ahrar al-Sham, el Frente al-Nusra y el Frente de Levante, una coalición de grupos islamistas creada a finales de 2014 entre los que se encontraban los remanentes de la Brigada Tawhid, el Movimiento Nur al-Din Zenki, el Ejército de los Muyaidin y otros grupos menores. En el combate también tomaron parte las YPG (milicias kurdas)…” (p. 145)

Y todo esto ¡solo en la ciudad de Alepo!
En estas condiciones se entiende perfectamente lo difícil que es intentar aclararse en ese maremágnum de grupos de ideología opuesta y financiaciones no siempre claras en su procedencia y sus fines.
Por todo ello, se agradecen especialmente intentos como el de Álvarez-Ossorio por poner un poco de orden y facilitar información lo menos sesgada posible para, si no llegar a entender todo lo que pasa, sí al menos no tragarse todo lo que nos cuentan.



Ignacio Álvarez-Ossorio, Siria. Revolución, sectarismo y yihad

viernes, 16 de agosto de 2013

Interesante primera novela




Primera novela de este joven autor que aunque estuvo como soldado en la guerra de Irak y la historia se desarrolla allí, no parece tratarse de un relato autobiográfico. Bien construida, bien narrada, con un buen uso de los distintos espacios y tiempos, con cierto lirismo en unas ocasiones y brutalidad en otras.
Es cierto que no aporta gran cosa ni al conocimiento de esa guerra ni a la crítica de la guerra en general aunque, desde luego, se trata de una novela claramente antibelicista, pero está lo suficientemente bien escrita y ocupa el espacio necesario, 190 páginas, para hacer de ella un texto que merece la pena leer.
De las menciones que se hacen en la contraportada, coincido en que recuerda un tanto a Tim O’Brien aunque me gusta más la novela sobre Vietnam de éste y, no creo que llegue ni de lejos a los otros citados.
Dejo dos enlaces que me han parecido interesantes. Una crítica bastante favorable  y otra  un tanto dura si bien termina por recomendarlo.
 
Kevin Powers,  Los pájaros amarillos

viernes, 14 de septiembre de 2012

Todorov y la guerra

Muy buena reflexión de Todorov sobre la guerra y los medios de comunicación y, en el fondo, sobre la guerra y nosotros como espectadores.

martes, 7 de febrero de 2012

Algunas de las frases extraídas del libro de J.Glover


Jonatahn Glover, Humanidad e inhumanidad. Una historia moral del siglo XX


“Para los hombres, y en un nivel terrible, (la guerra) es lo que el parto para las mujeres: iniciación en el poder de la vida y la muerte. Es algo así como levantar un rincón del universo y mirar o que hay debajo”
William Broyles citado en


“Y ahora, ¿por qué un herrero francés o un zapatero francés querrían atacarnos? No, son simplemente los gobernantes. Nunca había visto a un francés antes de venir aquí, y o mismo le ocurre a la mayoría de los franceses con respecto a nosotros. A ellos no les pidieron más opinión que a nosotros”.
Erich Maria Remarque


Cuando una enfermedad terminal se ha convertido en una pesadilla, es probable quela familia del enfermo y los médicos dediquen una cuidadosa y a menudo dolorosa reflexión a la posibilidad de desconectar los aparatos que le mantienen con vida. La decisión acerca de la vida de una persona se toma muy en serio. Esto contrasta de modo flagrante con la escasez de reflexión que se dedica a cualquier decisión relativa a la guerra.
Esto sucede en parte porque, para la mayoría de la gente, el estallido de la guerra es una experiencia pasiva. Se produce de la misma manera que el estallido de un trueno. Sólo un reducido número de gobernantes participa en las decisiones.


En vez de dirigir la atención a la gente y a las consecuencias que la guerra tendría para su vida, se la orientó hacia la abstracción de la nación. Parecía que lo más importante era la supervivencia de la nación en la lucha evolucionista, la negativa a aceptar un insulto a la nación y el hecho de evitar una humillación o una deshonra a la nación. La nación como pueblo imaginario se puso por encima de los pueblos reales que la constituían.
(Se refiere a la Primera Guerra Mundial)


¡Si fuera todo tan sencillo! ¡Si sólo hubiera malas personas en algún sitio cometiendo malas acciones y bastara con separarlas del resto de nosotros y destruirlas! Pero la línea divisoria entre buenos y malos atraviesa el corazón de todos los seres humanos…sólo porque las cosas se dieron de una determinada manera fueron ellos los ejecutores y no nosotros
Alexander Solzhenitsin, Archipiélago Gulag citado en

Evitar el tipo de Creencia que estrecha el sentido de identidad significa mantener vivo el escepticismo. Significa no distorsionarlo todo para mantener una fe política o religiosa (…)