martes, 31 de enero de 2023

Algo más que una novela policiaca


Creo que se podría decir que me he convertido en un adicto a la obra de Piñeiro pues este es el undécimo libro suyo que leo y, sobre todo, porque desde que me enteré por su Facebook de que había salido ya en Argentina he estado buscándolo aquí donde, por cierto, ha tardado un tiempo en llegar su publicación.

Verónica Boix, en la buena reseña que hace en lanacion.com.ar, cuenta que la protagonista, Inés, es la misma de la novela Tuya en la que terminó en la cárcel por matar a la amante de su marido (yo con mi penosa memoria agradezco la información porque explica algunas de las cosas que suceden). Ahora sale después de quince años y se dedica al control de plagas de insectos junto a La Manca, una amiga que hizo en la prisión. Había tenido una hija con la que perdió todo contacto al ingresar en la cárcel lo mismo que le sucedió con su madre. Por su trabajo entra en contacto con una señora, Susana Bonar, que le pide un veneno sin explicarle para qué lo necesita. Por aquí se entra en el tipo de trama que podemos considerar típica de gran parte de la obra de la autora.

Ahora bien, si en todas sus novelas hay aspectos y elementos que trascienden lo meramente policial, en esta casi me atrevería a decir que adquieren carácter de verdadero protagonismo. Me refiero sobre todo a los capítulos que bajo el epígrafe de Coro introduce de vez en cuando, y en los que deja constancia de diferentes debates que hay en el mundo del feminismo desde disquisiciones sobre el tipo de hombres, hasta la maternidad pasando por la actitud hacia lo trans e incluso sobre las jóvenes y la práctica del skate. En estos capítulos ofrece diferentes posiciones sobre esos temas y, sobre todo, muestra cómo ha cambiado el mundo en unos pocos años y qué importante papel ha adquirido el movimiento feminista.

También introduce una serie de capítulos con digresiones sobre el mundo de las moscas y de otros insectos que si al principio me sorprendieron, al final me han resultado muy interesantes y en algunos momentos hasta divertidos.

Piñeiro es una magnífica narradora y se permite además utilizar diferentes estilos en cada una de las partes. Así, desde el ensayístico con notas a pie de página en el tema del feminismo, al divulgativo cuando habla de los insectos y al empleo casi exclusivo del diálogo cuando están Inés y La Manca juntas.

También me ha resultado novedosa la técnica que utiliza a veces, que es muy típica de algunas series televisivas, de reflejar en fragmentos consecutivos lo que están haciendo los diferentes personajes.

Puede ser que en algunos momentos la trama quede un poco diluida con las “interrupciones” que suponen esos capítulos dedicados a temas tan diferentes, pero creo que en lo fundamental todo queda bastante claro.

Otra buena y muy entretenida novela de Piñeiro en la que, además, ofrece material para pensar y debatir sobre algunos de los temas de más actualidad también en nuestro país.

 

Claudia Piñeiro, El tiempo de las moscas.

 

 

 

 

jueves, 26 de enero de 2023

Interesante descubrimiento


 

Hay en mi casa bastantes libros de esta autora porque le gusta mucho a mi mujer. Yo hasta ahora no había tenido curiosidad por conocerla y bien que me arrepiento tras leer este magnífico libro que es, tanto por los temas que trata como por la forma en que lo hace, de los que siempre me gustan.

Dice Beatriz Garza en su recomendable reseña del libro  publicada en unlibroaldia.blogspot.com:

 

“Esta obra resulta muy recomendable por la implicación personal de la propuesta y su perfecta resolución en todos los aspectos, por la sutileza, por el equilibrio, por ese germen caótico que se materializa en un texto fluido, bello, doloroso e intenso, por el cuidadoso retrato del trastorno bipolar y por esas interesantes reflexiones acerca de lo que significa escribir sobre unos hechos con los que existe un fuerte vínculo emocional. La novela en sí es un acto de amor y Delphine de Vigan pasa a ser, desde este momento, una de mis autoras de cabecera”.

 

En este fragmento queda perfectamente resumido el libro. No obstante, comentaré algunas cosas.

De Vigan lo ha dividido en tres partes muy diferentes sobre todo en su contenido emocional. En la primera habla sobre la familia de su madre con un buen retrato de sus abuelos, Liane y Georges, de la infancia y juventud de sus numerosos tíos y sobre todo de ella, Lucile. En la segunda se centra en la azarosa y dura vida de esta relatando los diversos episodios psicóticos que la llevaron a estancias en hospitales psiquiátricos. También describe la compleja y ambivalente relación que tuvieron. De hecho esta parte está narrada en primera persona dado que la autora ya vivía. En la tercera, la más breve, describe los intentos de reconstrucción de la vida de su madre hasta que tuvo la enfermedad que la llevó al suicidio.

Además, de vez en cuando, en cada una de las partes introduce breves capítulos en los que va planteando el porqué escribir sobre su madre, los materiales que va conociendo, las entrevistas que mantiene con miembros de su familia y, sobre todo, las dudas que la asaltan sobre lo que debe o no contar e incluso sobre si debe continuar o no con el libro. Un buen ejemplo lo tenemos en el siguiente fragmento:

 

“¿Tengo derecho a escribir que Georges fue un padre nocivo, destructor y humillante, que alzó a sus hijos hasta las nubes, los animó, glorificó, aduló y, al mismo tiempo, los aniquiló? ¿Tengo derecho a decir que su exigencia para con sus hijos sólo podía igualarse a su intolerancia, y que mantenía con alguna de sus hijas relaciones cuando menos ambiguas?

¿Tengo derecho a decir que Liane nunca pudo o supo hacer de contrapeso, que le fue devota como lo era a Dios, hasta el sacrificio de los suyos?

No lo sé”. (p. 154)

 

Desde luego se trata de una familia poco habitual. Es una familia numerosa en la que un hijo muere a los seis años, otro adoptivo a los doce y un tercero se pega un tiro a los veintiocho. De esta forma muere también un amante de la madre a los veintiuno. Además, como se ve en el párrafo reproducido, con algunas tensiones especiales con el padre. Una familia y una madre que, claro, permiten que se pueda escribir un texto sobre ellos de 369 páginas.

Tengo que reconocer que me costó un poco entrar en el libro. Me parecía algo superficial al principio, no sabía por dónde podría ir, pero poco a poco me fui metiendo en la historia y, desde luego, en la segunda parte sobre todo puedo decir que hubo momentos en los que la lectura se convirtió en muy emotiva con pasajes de gran intensidad emocional.

Sé que este tipo de literatura está muy cuestionada por mucha gente en estos momentos, pero al mismo tiempo acaban de conceder el premio Nobel a Annie Ernaux que es quizá su mejor representante. (En este blog he comentado muchos libros de la premiada).

De Vigan escribe muy bien, narra con gran precisión y claridad los aspectos más complejos, se puede decir que de alguna manera se desnuda ante el lector mostrando sus sentimientos y sus dudas y, con ello, el lector se ve interpelado, al menos a mí me ha pasado, y me ha hecho rememorar algunos momentos de mi vida y de la relación con mi madre.

Ha sido una provechosa toma de contacto con una escritora a la que pienso seguir conociendo.

 

Delphine de Vigan, Nada se opone a la noche. Traducción Juan Carlos Durán.

 

lunes, 23 de enero de 2023

Buen descubrimiento



Los libros de este escritor, que por cierto empezó a escribir bastante tarde ya en la cercanía de los cincuenta años, los he visto muchas veces en los estantes de las librerías, pero no ha sido hasta que leí la reseña de Marc Peig en unlibroaldia.blogspot.com, tan buena y completa como todas las suyas, que me he decidido a leerlo.

 “(…) sus personajes auténticos y una voz influenciada por Capote y Fitzgerald” Se dice en el fragmento de la reseña de una revista estadounidense que reproduce la editorial en la contraportada. Y es que, efectivamente, no sé si porque coincide con alguna de las épocas sobre las que escribieron ambos y con los ambientes que reflejaron, pero es cierto que los recuerda mucho.

La historia, que la protagonista narra en primera persona, se desarrolla en los años 1937 y 1938 principalmente y en Nueva York, aunque quizá habría que concretar más y decir que realmente es en Manhattan. Katey Kontent, la narradora, trabaja como mecanógrafa en un bufete de abogados, tiene una gran amiga, hermana se dicen entre ellas, Eve, y juntas conocen a Tinker que queda descrito en el siguiente párrafo que es, además, perfectamente ilustrativo del estilo de Towles:

  

“A estas alturas, saltaba a la vista que aquel hombre era tan exquisito, elegante y pulcro como su abrigo. Su porte reflejaba una firme confianza, mostraba un interés democrático en cuanto lo rodeaba y la discreta presunción de cordialidad que sólo se encuentra en los jóvenes educados entre dinero y buenos modales. La gente como él no concibe que pueda ser mal recibida en un ambiente nuevo, y como consecuencia de ello rara vez lo es”. (p. 29)

 

Este trío protagoniza las dos primeras partes de la novela, quizá lo mejor de ella. Luego desaparecen Eve y Tinker y van apareciendo otros personajes secundarios hasta que Tinker reaparezca más adelante; para entonces Katye ya se ha introducido en el mundo editorial y de las revistas de lujo. (Quien quiera más y mejor información sobre el contenido de la historia puede leer la reseña mencionada antes.)

Más allá de la anécdota de los amores y las relaciones, lo relevante de la novela es la magnífica recreación del ambiente de esa época; los clubes de jazz, los restaurantes, el hipódromo, los hoteles, los clubes de tiro, etc. Evidentemente, de un ambiente muy determinado de la clase media alta, pues como afirma la narradora:

 

“Para mí, sin embargo, cenar en un buen restaurante era la máxima expresión del lujo. Era el colmo de la civilización. Pues ¿qué era la civilización sino el acenso del intelecto desde el estancamiento de la necesidad (cobijo, alimento y supervivencia) al éter de lo exquisitamente superfluo (poesía, carteras de mano y alta cocina)?  A tal punto se alejaba de la vida cotidiana aquella experiencia, que cuando todo estaba podrido hasta la médula, una buena cena podía levantar los ánimos”. (p. 172-173)

 

Por los fragmentos que he reproducido se ve muy bien el estilo y el tipo de personajes. Es una novela magníficamente escrita, narrada con gran ritmo y unos muy buenos diálogos. Lo que sucede a veces interesa más, como en la primera y la última parte, y otras menos, pero siempre se lee con gusto.

El libro se acompaña de un Apéndice en el que se reproducen las 110 “Normas de cortesía y comportamiento decoroso en compañía y conversación, del joven George Washington”.

Desde luego este autor me ha convencido y ya tengo entre los pendientes el que dicen algunos que es su mejor libro.

 

Amor Towles, Normas de cortesía. Traducción Eduardo Iriarte Goñi.

  

viernes, 20 de enero de 2023

El inicio de una gran carrera


Aunque es el último libro que leo y con el que completo toda la obra publicada de la autora, fue sin embargo el primero que publicó (en España en 2006), pero ha estado agotado hasta su reciente reedición.

Guerriero llegó a Las Heras en otoño de 2002. Este es un pueblo, o ciudad, que creció gracias al petróleo y a la empresa argentina YPF, aunque por esas fechas esos yacimientos los vendieron a Repsol.

En esa localidad se habían producido doce suicidios entre 1997 y 1999. “Once de ellos tenían una edad promedio de 25 años y eran habitantes emblemáticos de la ciudad, hijos de familias modestas pero tradicionales: el bañero, el mejor jinete de la provincia, el huérfano criado por sus tías y sus abuelos”. (p. 27) Aunque no hay lista oficial de muertos, ni los de 1997 fueron los primeros.

La autora nos va contando aspectos de la vida de algunos de estos suicidas, pero no se queda ahí y lo que obtenemos al final es una idea bastante aproximada de cómo podía ser la vida en una población del sur de Argentina con una dedicación exclusiva a la extracción de petróleo. Un lugar con importantes diferencias sociales y culturales. Así,

 

“(…) el pueblo, como todos los pueblos, tiene sus prejuicios y sus castas: nadie lo dice en voz alta, pero hay “ypefianos” y resto del mundo y los “ypefianos” comen en restaurantes como esos, viven en un barrio especial en casas especiales, tienen autos especiales y conservan el esquema familiar más tradicional que imaginar se pueda: esposa ama de casa, esposo que trabaja, hijos al colegio. Sus hijas no quedan embarazadas a los 12 años, los maridos no destrozan a golpes a sus esposas, sus hijos no se inyectan vino tinto”. (p. 108)

 

Hay varios ejemplos de abusos, malos tratos y de embarazos de adolescentes, entre otras razones porque como dice una coordinadora pedagógica que fue  para formar a gente en la resolución negociada de conflictos:

 

“Lo que encontramos entre los chicos fue falta de proyecto, apatía, problemas de violencia física entre ellos, situaciones conflictivas con los padres, prostitución y abuso infantil.

(…)

No hay urbanización que invite a un encuentro social, no hay una plaza, no hay confiterías. Qué hacen los chicos un viernes a la noche, no hay cine, no hay teatro. No hay nada”. (p. 172-173)

 

Guerriero utiliza la técnica, que luego ha sido marca de la casa, de dejar hablar a los distintos protagonistas y de que apenas se note la presencia de la periodista. Demuestra como siempre una gran empatía y sensibilidad. No entra en los aspectos que podrían resultar morbosos y tampoco intenta averiguar los motivos que llevaron a tan drásticas decisiones. (En el pueblo se hablaba mucho de que estaban causados por una secta).

Hay algunos personajes a los que dedica más atención como, por ejemplo, Naty, una mujer con una vida curiosa a la que realiza una peculiar entrevista, o Pedro Beltrán, un peluquero gay que le muestra ese ambiente que tan complicado resulta en un mundo tan machista.

En definitiva, un libro que merece la pena porque en él hay mucha vida y esta está muy bien contada, sin valoraciones ni condenas que quedan, en todo caso, en manos del lector.

Es una buena ocasión para conocer a Guerriero. Estoy seguro de que quien la lea por primera vez no parará hasta encontrar más libros suyos.

Hay una interesante entrevista de Enrique Planas con la autora en elcomercio.pe

 

 

Leila Guerriero, Los suicidas del fin del mundo. Crónica de un pueblo patagónico.

 

 

miércoles, 18 de enero de 2023

Más viaje que geopolítica


Hacía tiempo que no leía nada de Kaplan, de hecho no hay en el blog ningún libro suyo comentado, aunque es un autor que siempre resulta interesante leer a pesar de que, o precisamente por ello, muchas veces se esté en desacuerdo con lo que dice ya que se trata de un realista puro y duro en política internacional con todo lo que implica eso en su país. Es un periodista, viajero y analista político cuyas opiniones suelen tener bastante influencia en ciertos círculos. (Por cierto, en un momento dado muestra su arrepentimiento por haber apoyado la invasión de Irak).

De este libro me llamó la atención su subtítulo que, por cierto, no existe en la edición original que se limita al nombre del mar. Sobre el contenido del libro el propio Kaplan tiene sus dudas como demuestra en el siguiente fragmento:

 

“Y así, me preocupa que el libro que estoy escribiendo no encaje en ninguna categoría. No es estrategia militar, ni ciencia política, ni historia archivística, ni periodismo de formato largo tradicional, ni literatura de viajes clásica, ni memorias ni crítica literaria. Al fin y al cabo, ¿qué tiene que ver la poesía de Ezra Pound con la actual postura de Occidente y Rusia en Montenegro?”. (p. 289)

 

Lo reproduzco extensamente porque en mi opinión este es el principal problema de este libro. Yo esperaba buenos análisis geopolíticos y he tenido que esperar muchas páginas, y leer muchas descripciones que no me interesaban nada de edificios significados por su arte, y muchos comentarios demasiado extensos de libros que tampoco eran de mi interés, para en los últimos capítulos encontrarme con lo que ofrece el subtítulo.

Este extenso libro, tiene más de 400 páginas, está dividido en 8 capítulos que se corresponden con los lugares que va atravesando el autor para partiendo de la ciudad italiana de Rímini concluir su viaje en la isla de Corfú. Un viaje en el que pasará entre otros muchos lugares por Venecia, Trieste, Liubliana, Zagreb o Tirana. Dicho así parecería que estamos ante un libro de viajes, pero, como dice el propio Kaplan en el texto reproducido antes, solo lo es en parte y, al menos para lo que yo esperaba, precisamente la menos interesante. Hay demasiadas referencias históricas, literarias y artísticas en las que el autor demuestra una gran erudición, pero que no siempre están expresadas con la suficiente claridad y, desde luego, en las que se extiende demasiado.

Por todo lo dicho podría parecer que no merece le pena leer el libro. No es exactamente así. Kaplan es un buen escritor y se lee con gusto al margen del interés que despierte lo que cuenta. Además, hay algunos temas que me han gustado mucho como puede ser, por ejemplo, todo lo que cuenta sobre Montenegro, quizá por mi desconocimiento enciclopédico de ese país, o las explicaciones sobre identidad y pertenencia en Croacia.

 

Robert D. Kaplan. Adriático. Claves geopolíticas del pasado y el futuro de Europa. Traducción Isabel Murillo.

 

 

 

 

 

lunes, 16 de enero de 2023

Buen descubrimiento


Una buena demostración de que con unas pocas páginas, 166 que son realmente bastantes menos,  se pueden contar historias interesantes.

Travacio es una escritora argentina de Rosario que aunque no es especialmente joven cuenta con solo dos novelas; eso sí, tiene premios por sus cuentos y relatos. Esto quiere decir que de alguna manera está especializada en obras de poca extensión.

La novela está dividida en dos partes, Relatos en la terminología de la autora, bastante diferentes. En la primera vemos cómo Lina decide abandonar la quebrada, en la que vive con su esposo Cruz, porque la vida se ha hecho muy difícil allí. Tienen un hijo, Tala, al que se llevó hace años el hermano de ella para que viviera en un lugar mejor. Cruz no quiere irse porque eso supone abandonar a los muertos. Esta parte está narrada en primera persona por ambos miembros de la pareja alternándose en los capítulos. Al final, Cruz vende lo que tienen, mete en dos cajones los restos de sus padres y con un burro y una carreta va a la búsqueda de Lina. La segunda parte, bastante más corta que la primera, la narra un tercer personaje y se centra en Lina, que ha llegado a un lugar en el que ha encontrado trabajo, y Tala.

En fin, es mejor no contar más porque es bueno que el lector vaya descubriendo las cosas poco a poco.

Además de esa historia peculiar con unos personajes tan apegados a la tierra y llenos de espíritu de supervivencia, la novela ofrece una magnífica escritura en la que es muy importante el lenguaje que utiliza cada uno de los narradores y en la que hay descripciones tan sintéticas y buenas como esta de Lina sobre la pobreza en la quebrada:

 

“Ni los yuyos crecen como antes. Salen secos, apenas nacidos, y se agotan antes de dar las primeras hojas. Dan pura espina, y así quedan, tan duros que hasta el viento se queja cuando se encuentra con ellos”. (p. 29)

 

O esta otra de Cruz sobre  el burro que le acompaña en su búsqueda:

 

“Qué arroyo es ese, Jumento, que no aparece por ningún lado. Y el burro me escuchaba atento, y me miraba con esos ojos compresivos que tenía y seguía andando. Buen burro, me dieron. Muy escuchador. Y muy perseverante”. (p.62)

 

Es una lectura para disfrutar cada página y para ir descubriendo que hay gente buena y solidaria por todas partes, incluso en los lugares más apartados, aunque también hay otro tipo de gente. En definitiva: muy recomendable.

Obviamente, tendré que buscar otros textos de la autora.

Hay una buena reseña de Santi en unlibroaldia.blogspot.com

 

Mariana Travacio. Quebrada.

 

miércoles, 11 de enero de 2023

Biografía y relación paterno-filial.


Este libro ha tardado seis años en publicarse en España, en Perú lo hizo en 2015, algo que me parece un tanto extraño porque tuvo muy buena acogida e incluso algunos premios.

El libro es una especie de reconstrucción de los momentos más importantes de la vida del padre del autor, un muy conocido militar peruano, y también de alguna manera un intento de (psico)analizar la relación que tuvo con él.

Aunque está dividido en 12 capítulos, realmente se compone de tres partes bastante diferenciadas. En la primera se cuentan los momentos de formación del padre en Argentina, su primer amor y los que vinieron a continuación con su primer matrimonio y la vida conyugal que luego tuvo con la madre del autor. La segunda está dedicada en su integridad a la vida política de El Gaucho, como se conocía a su padre; una vida muy intensa pues llegó ostentar entre otros cargos los de ministro de Interior y de Guerra este, además, en los momentos de mayor actividad de Sendero Luminoso. Esta parte está narrada casi en forma de crónica utilizando para ello bastantes entrevistas en diarios y revistas e incluso alguna hecha para la televisión. En la tercera cambia radicalmente y ahora es el hijo el que va rememorando una serie de momentos de la vida de su padre hasta la enfermedad que acabó con su vida en 1995 cuando Cisneros tenía solo 18 años.

El título del libro da ya la pista de que el autor se separa bastante de las ideas, y sobre todo de la forma de llevarlas a cabo, de su padre. Este mantuvo muy buenas relaciones con gente como Pinochet, los argentinos Viola y Videla o el mismo Kissinger. Con eso ya se ve de forma clara cuáles podías ser esas ideas y qué política defendía.

Un buen ejemplo de esas relaciones es el siguiente fragmento:

 

“En esas imágenes están todos o casi todos los militares que años después serían enjuiciados por genocidas (…) En esas fotos mi padre es uno más del grupo. Es uno de ellos. Está vestido con un terno oscuro, igual que ellos, y sonríe como ellos y hay en su mirada un brillo tan peculiar y siniestro como el de los demás”. (p. 201)

(Se refiere a los militares argentinos.)

 

Ahora bien, y esto es algo que tratará sobre todo en la tercera parte, esas ideas no evitan que tenga una vida privada más o menos normalizada. Así la siguiente consideración:

 

“Fue sin duda un padre tierno aquel 17 de abril. Cinco días antes había mandado desaparecer a Maguid”. (p. 191)

 

Por otra parte llama también la atención que se oponía de forma radical a las relaciones prematrimoniales y al aborto, cuando había practicado ambas cosas. Digo que llama la atención aunque se ha dicho muchas veces que es algo bastante habitual entre los que se oponen a ambos temas.

 

La tercera parte es la más emotiva porque narra la relación más personal que pudo llegar a tener en algunos momentos con su padre. Así, cuando le enseñó a nadar o cuando le preparaba los textos para intervenciones en el colegio. Particularmente emotiva, y a mí me ha resultado dura de leer, es la narración de la enfermedad, un cáncer de próstata, que acabó con su vida.

En conjunto se trata de un libro que merece la pena leer. Por un lado, está el interés que supone conocer la actuación tanto pública como privada de alguien que tuvo una intervención tan relevante en la política de su país, una intervención además con muchas más sombras que luces, y, por otra parte, es muy interesante el planteamiento del hijo a la búsqueda de su padre muchos años después de muerto. Búsqueda dolorosa como dice en el penúltimo párrafo del libro:

 

“Del mismo modo que hay incomodidad y dolor en el relato de los hijos de los perseguidos, los deportados, los desaparecidos, cuyas historias sintetizan la frustración e indefensión de millones y activan una rebeldía colectica ante la impunidad, también hay incomodidad y dolor en el relato del hijo de un militar represor que hizo aseveraciones telúricas y no tuvo reparos en ordenar el encarcelamiento o el secuestro o la tortura de gente que después contaría su historia con la dosis de heroicidad que corresponde. Aunque no parezca, los villanos también están hechos de heridas. Mi padre fue un villano uniformado. Su uniforme era una costra. Debajo  estaban las llagas que nadie veía, que nunca mostró. Si expongo esas  llagas es para cicatrizar a mi padre. Porque mi padre es cicatriz, no es herida. Ya no. “(p.384)

 

Para finalizar reproduzco el extracto de la crítica de Alberto Fuguet que la editorial ha reflejado en la solapa porque creo que resume muy bien lo que es el libro:

 

“Este libro es de esos que se sienten verdad y que nacen de una compulsión y dejan la ficción cotidiana como mero entretenimiento. Cisneros optó por desnudarse, abrirse, investigarse a través de su padre (…) Una biografía de otro y de sí mismo. Una crónica familiar que es política y que termina siendo plural, continental”.

 

Renato Cisneros, La distancia que nos separa

 

sábado, 7 de enero de 2023

ANDAMIO

 

Vaya final de año e inicio de 2023. En películas es difícilmente mejorable. Gran variedad de temas y orígenes, pero en todas hay mucha calidad. Es de lo mejor que he visto últimamente. En series pasa prácticamente lo mismo aunque aquí hay predominio británico. Que siga la fiesta.

 

 

Películas

 

 

El baile de los 41. Una producción mexicana. En la época de Porfirio Díaz se produjo la detención de 41 homosexuales que tenían un club en el que se relacionaban con total libertad. De hecho eran 42 los miembros del club, pero parece ser que al que no detuvieron era yerno del propio Porfirio. La película narra la peripecia de este yerno, de cómo se casó con la hija del presidente y cómo se enamoró perdidamente de otro hombre. Muy bien contada y con una espléndida fotografía. Una película diferente.

 

También en el cielo. Producción danesa basada en una novela. Se desarrolla a finales del siglo XIX o principios del XX. Se centra en dos temas: el fanatismo  religioso y la situación de la mujer. Es una película de lento pero muy intenso transcurrir. Bastante desasosegante. Una de las claves de su éxito es la interpretación de la protagonista. Muy buena aunque hay que verla con buena disposición de ánimo.

 

Al descubierto. Producción estadounidense sobre los abusos sexuales de Harvey Weinstein o, más exactamente, sobre la investigación periodística que se hizo en el New York Times. El guion está hecho por las periodistas que lo investigaron y cuenta muy bien cómo fueron avanzando paso a paso hasta conseguir las pruebas y las “confesiones” necesarias para dar validez a la denuncia. Muy bien interpretada. Una película muy interesante para ver cómo funcionan algunos poderosos y, desde luego, para darse cuenta de lo importante que es tener una prensa con la fuerza y el coraje necesarios para desenmascararlos.

 

Aftersun. Producción británica. Centrada en la relación, pasada, entre un padre y su hija de 11 años. La relación es vista –recordada- después de veinte años y, por lo tanto, hay recuerdo y nostalgia por un padre del que apenas sabemos nada ni entonces ni ahora. La visión se hace desde la niña y todo transcurre durante un viaje de vacaciones en Turquía. Muy original y con un ritmo pausado que a veces me ha parecido que se centra en algunas imágenes a las que hace durar demasiado. Una buena película que, sobre todo, se sale de lo habitual y habla de sentimientos y emociones.

 

Almas en pena en Inisherin. Producción británica. Se desarrolla en una isla frente a la costa de Irlanda en 1923, mientras que en la “isla grande” tenía lugar la guerra civil. Es la historia de una amistad entre dos personajes peculiares y también un reflejo de cómo era el mundo rural en la época con sus cotilleos, el pub como centro de la vida social, el gran consumo de alcohol, etc. Muy buenas interpretaciones y una narración hecha con gran sensibilidad en el tratamiento de los personajes y unas magníficas vistas de la isla. Una buena película.

 

El acusado. Una producción francesa sobre el tema de la violación. Una película realmente magnífica por  muchas razones, pero sobre todo porque expone muy bien los diferentes puntos de vista y lo hace sin ningún tipo de maniqueísmos. Tiene un guion construido al milímetro y unos discursos en el juicio que se siguen con total interés porque reflejan los diferentes puntos de vista con mucha claridad. Muy recomendable.

 

El triángulo de la tristeza. Producción sueca dirigida por el polémico y muy crítico director Ruben Östlund. Como corresponde se trata de una comedia en la que se pone en solfa desde el mundo de la moda a los influencers pasando, sobre todo, por las clases sociales. Para ello divide la película en tres partes de las que la segunda es un verdadero desmadre con ese crucero de lujo en el que los ricos terminan vomitando y… Quizá le sobra a la película algo del metraje tanto en esta parte como en la tercera porque queda muy claro enseguida de qué va la cosa. Ha sido elegida como la mejor película europea del año. No puedo opinar porque no he visto las suficientes para hacerlo. Desde luego es buena e interesante.

 

 

Series

 

 

No me gusta conducir. Miniserie española de 6 episodios de 30 minutos. Su creador es Borja Cobeaga lo que ya da idea de que estamos ante una comedia. Es un buen divertimento y, quizá lo más importante, se puede ver en familia; de hecho mi hijo de 12 años es el que más veces se rio al menos en los primero capítulos. Buenas interpretaciones. Una serie que cumple lo que promete.

Movistar +

 

The Crown. Quinta temporada de esta serie británica. Tiene 10 episodios de 59 minutos. Esta temporada está centrada en Carlos y Diana terminando cuando ella va a conocer a Dodi Al-Fayed. Está en la misma línea de calidad que las anteriores y luego depende del interés y/o el conocimiento que cada uno tenga de lo que pasó. Debido a mi mala memoria, casi todo me ha parecido nuevo y me ha entretenido mucho. Por otro lado, me han gustado especialmente las escenas en las que aparece John Major.

Netflix

 

The England. Miniserie británica de 6 episodios de 50 minutos. Yo creía que se trataba de una serie sobre Boris Johnson, pero es más bien una serie sobre la gestión que hizo el gobierno británico de la COVID-19, gestión evidentemente dirigida por Johnson. A mí me ha servido para ver de forma cronológica cómo pasó todo dadas las similitudes en muchas cosas con el caso español, fundamentalmente con lo que sabemos de la gestión que se hizo en la Comunidad de Madrid. Sin embargo, creo que a la serie le sobran si no dos capítulos enteros, sí al menos gran parte de ellos que se dedican a mostrarnos demasiados casos de enfermos prácticamente iguales. Resulta difícil de ver en esos capítulos como ya advierten los productores al inicio. Seguramente es una serie que se debe ver a pesar de todo.

Movistar+

 

El marginal. Serie argentina de 13 episodios de 50 minutos. Esta es la primera temporada de una serie que ha tenido cinco. Es un drama carcelario en el que no falta ningún elemento del género desde los diferentes grupos que pugnan por el poder hasta los funcionarios corruptos aderezado con grandes dosis de violencia. Buen guion, pero sobre todo unas magníficas interpretaciones que hacen creíbles sus personajes. El único problema es que hay muchos momentos, particularmente con algunos actores, en lo que es muy difícil entender lo que dicen porque a un vocabulario complicado se une una escasa vocalización. Es una buena serie, pero echa un poco para atrás seguir viéndola por este problema.

Netflix

 

Manayek. Serie israelí de 10 episodios de 45 minutos. Es una especie de Line of duty, pero con más policías y fiscales implicados en la corrupción aún que en la serie británica. Un guion bien construido, con muchos giros y muchos personajes que, por la dificultad de los nombres, cuesta seguir al principio. Tiene la calidad que suelen tener las series que se hacen en ese país que hace que muchas luego tengan su remake en Estados Unidos.

Filmin

 

The english. Miniserie británica de 6 episodios de 45 minutos. Una western a la antigua usanza con todos los tópicos del género y alguna pequeña novedad. Una inglesa va a los Estados Unidos para vengarse de un hombre por hechos sucedidos en Londres. Allí entra en contacto con un indio, sargento del ejército que se ha licenciado al terminar la guerra, que la ayudará en su cometido. Un drama con momentos muy conseguidos y algún otro en el que me ha parecido que había demasiado “texto”. Es original la presencia de muchos ingleses más o menos recién llegados al oeste. Por cierto, los paisajes son todos de Castilla que es donde se ha rodado la serie que cuenta con una magnífica fotografía.

HBO Max

jueves, 5 de enero de 2023

Novelón



El verano pasado descubrí a este escritor estadounidense nacido en Nueva York y leí casi seguidos dos de sus libros. He querido dejar pasar algo de tiempo para no quedar demasiado enganchado porque es de esos autores que procuran “Una lectura compulsiva”, debido a que “es un maestro de la narrativa” y a que se trata, en este caso, de “Una historia espléndidamente contada”. Todos los entrecomillados corresponden a fragmentos de críticas que la editorial reproduce en la contraportada y que comparto plenamente.

Desde luego Kennedy no obtendrá el Premio Nobel de Literatura, pero me imagino que cuenta con muchos lectores que, como yo, siguen su obra porque es capaz de contar historias interesantes creando además un conjunto de personajes creíbles y con los que resulta fácil identificarse.

En esta En busca de la felicidad se centra en los años cincuenta del siglo pasado, en la época del macartismo, pero para llegar a ese momento presenta antes a un personaje, Kate, que cuenta en primera persona su historia actual para ir poco a poco llegando a conocer a Sara, la auténtica protagonista de la novela, que contará también en primera persona todo lo que le sucedió en esos años cincuenta. Además de estas dos mujeres hay otros personajes importantes: Eric, el hermano de Sara, un escritor y guionista a través del cual veremos actuar lo peor del macartismo y de la represión en esa época; o Jack protagonista de la gran historia de amor con Sara que es la base de la novela.

Con estos cuatro personajes perfectamente trazados y algunos secundarios también interesantes, Kennedy escribe un auténtico novelón de 600 páginas que se leen no diré que de un tirón, pero sí con ese carácter un tanto compulsivo que se dice en uno de los fragmentos reproducidos antes.

Además de un magnífico creador de personajes, Kennedy es también un gran narrador que hace que la trama tenga los giros suficientes y los momentos de tensión necesarios para mantener viva la atención del lector en todo momento gracias, sobre todo, a que lo que cuenta resulta muy creíble hasta en aquello que puede resultar un poco folletinesco, que lo hay. En esa verosimilitud juegan un importante papel los diálogos que son, además, un elemento clave para lograr la agilidad narrativa que tienen todos sus libros.

Por otra parte, también suele introducir en sus historias críticas a distintos aspectos de la realidad. Si en uno de los anteriores lo hacía con los antiabortistas, aquí se centra en los republicanos, a raíz del macartismo,  y en algunos comportamientos de la Iglesia católica.

En fin, un libro que se lee con fruición sobre todo para quien esté dispuesto a disfrutar con historias normales contadas de forma tradicional. Evidentemente, no estamos ante un creador que busque nuevos caminos para la literatura ni nuevas formas de expresión, pero para eso ya hay otros que también merece la pena leer. Creo que lo más importante cuando se lee es ser capaz de disfrutar e incluso de sentir con lo que se nos cuenta y eso se puede lograr con muy diferentes formas de escritura.

 

Douglas Kennedy, En busca de la felicidad. Traducción Esther Roig.

 

 

martes, 3 de enero de 2023

Esta vez sí: el último Montalbano



Este sí que parece ser que será el último libro que se publicará de la serie que el autor dedicó al comisario Montalbano. En el blog he hecho el comentario de casi todos los que componen la serie y en los últimos empecé a apostillar que serían eso, los últimos, pero nunca lo eran. Ahora creo que sí se puede decir con propiedad.

Este libro tiene una peculiar historia tal y como la cuentan el editor y el propio Camilleri en dos notas al final del libro. Este lo escribió en 2005 como el último de la serie, pero no se publicó. En 2016 hizo una nueva versión, manteniendo la trama pero corrigiendo aspectos del lenguaje, que tampoco se publicó porque Camilleri lo entregó con la condición de que no se publicase hasta que no acabase la serie, así que al final se ha hecho póstumamente.

El libro es Camilleri en estado puro en este caso con alguna novedad. Evidentemente no falta el sentido del humor -en los primeros capítulos me hizo reír a carcajadas-, tampoco sus referencias a los políticos, a la mafia y a los curas. Sin embargo, nunca hasta ahora había utilizado el juego de espejos de hacer intervenir al Autor en la obra. De vez en cuando Montalbano dialoga en conversaciones telefónicas con el que está escribiendo las historias que al comisario le están sucediendo realmente, hasta el punto de que incluso le plantea una forma de resolver el caso que le ocupa en esta novela. Es un juego curioso que da lugar a diálogos como el siguiente:

 

"     - Piénsalo bien. El otro Montalbano, cada vez que sale por la tele, tiene millones y millones de personas que lo miran y se ponen de su parte, mientras que tú, cada vez que sale una nueva novela, como muchísimo llegas a los cincuenta mil lectores.

-        - ¿Precisamente tú razonas así? ¿Para ti solo cuentan los números, los tirajes, los audímetros? Queda claro que no se equivocan los que aseguran en la prensa que no eres ni siquiera un escritor de género, sino un producto mediático.” (p. 167)

 

En fin los que conozcan la serie disfrutarán como siempre y para los que no la conozcan es una buena manera de iniciarse en ella. Por cierto, una serie con más de treinta libros publicados.

Una despedida que está a la altura del gran Camilleri, un autor que tiene una obra muy extensa y del que, afortunadamente, aún me quedan novelas que leer del otro género que también cultivó con gran éxito: la novela histórica.

 

Andrea Camilleri, Riccardino. Traducción Carlos Mayor.