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jueves, 26 de septiembre de 2019

Figuras del jazz



Ante la escasez de libros que traten sobre una de las músicas más importantes del siglo xx se agradece la publicación de cualquier libro y más si, como es el caso, se trata de entrevistas a varios de los mejores  intérpretes y creadores de esta música.
Sidran, él mismo pianista y compositor, se dedicó a entrevistar para un programa de radio en la segunda mitad de los ochenta  a un buen plantel de músicos en el que están, entre otros: Miles Davis, Keith Jarret, Art Blakey, Wynton Marsalis, Paul Motian o Carla Bley.
A diferencia de otros libros en los que también se escribe sobre figuras del jazz, en este, aunque no hay ni contrabajistas ni guitarristas, sí que están bastante bien representados varios instrumentos con una mención especial a la batería con nada menos que cuatro participantes de un total de quince.
Hay músicos de diferentes tendencias, pero todos tienen en común que hablan casi exclusivamente de música y con un nivel que lleva en muchos momentos a que alguien profano como yo se pierda totalmente. Hay bastantes preguntas y respuestas que se centran en aspectos muy técnicos con alusión a las notas que se tocan y a la forma de hacerlo. Ahí yo no lo puedo seguir, pero no importa porque a continuación sí tratan otros aspectos muy interesantes. Así me gustaría destacar la enorme vitalidad que todos manifiestan, la riqueza de unas vidas dedicadas en exclusividad a la música, la cantidad de cambios de agrupaciones musicales en las que han participado y con ello de amistades que han forjado, la intensidad con la que han vivido, etc. Todo ello no deja de provocar una cierta envidia.
Evidentemente se leen muchas cosas interesantes y novedosas, al menos para mí, entre las que destacaría: todo lo que  explica Blakey sobre la batería,  lo que cuenta Motian sobre su época con Bill Evans (esto lo he leído con particular emoción dada mi absoluta predilección por este pianista), las explicaciones de Marsalis sobre los aspectos técnicos de la improvisación grupal y el papel de cada instrumento, la intervención de un ingeniero de sonido como Van Gelder hablando de la grabación o, desde otro punto de vista, ver la precocidad de gente como Carla Bley.
En definitiva, un libro que cualquier aficionado al jazz disfrutará y si tiene conocimientos de música podrá además aprender muchas cosas muy interesantes.
Hay dos buenas reseñas: una de Juan Alberto Crasci en artezeta.com.ar y la otra de Sergio Pujol en pagina12.com.ar. Como se ve ambas en prensa argentina seguramente porque el libro está editado en ese país.


Ben Sidran, Talking Jazz. Una historia oral. Traducción Ana Kauffmann y Nicolás Pasetti.


jueves, 8 de marzo de 2018

Concepto e historia del jazz



Hay que agradecer la reedición actualizada y ampliada de este libro que fue publicado por vez primera en 1978. El autor, un barcelonés arquitecto y músico de jazz, ha tenido la buena idea de volver a retomar el texto después de cuarenta años un alejamiento que según dice en la nota a esta edición: “ aumenta la panorámica general y permite valorar y ponderar de forma más ajustada y matizada la naturaleza y la importancia de los acontecimientos, la trayectoria de los músicos, el contenido y el sentido de los sucesivos estilos, etc.”
El libro se divide en nueve capítulos. En los tres primeros se centra en aspectos más generales como los antecedentes y las características de esta música llegando incluso a elaborar su propia definición: “El jazz es la forma de interpretar música creada y desarrollada por el pueblo negro norteamericano, la cual se identifica por un tratamiento determinado del sonido (o técnica instrumental) y por un determinado tratamiento del ritmo (llamado “swing”).” (p. 24)
Esta definición la usará a lo largo del libro para ir matizando lo que es  y lo que no es realmente música de jazz. Así, ya desde el principio plantea que no lo son: el dixieland, el jazz sinfónico, la third stream, el cool, el progresivo, el free, el jazz-rock, etc. Mis conocimientos del tema no me permiten ningún comentario sobre este aspecto del libro. Sí me parece un tanto extremo Gili en estas y alguna otra de sus apreciaciones, pero eso no es demasiado importante e incluso algunas termina matizándolas en la parte final.
En los capítulos del 4 al 7 hace un buen repaso por la historia del jazz clásico, ese que es para él realmente el jazz que podríamos decir puro o canónico. Lo hace dedicando cada capítulo a una década.
Los dos capítulos que cierran el libro los dedica al tercer y al último cuarto del siglo XX.
Son muy interesantes las introducciones que hace en cada capítulo dedicado a la historia, porque en ella plantea los cambios que se producen debidos en parte a los cambios en la sociedad y en la economía de los Estados Unidos. También hay muy buenas informaciones sobre algunos intérpretes que han sido fundamentales en la creación de esta música. Quizá encuentro un tanto excesiva la información que da sobre las orquestas ya que, en algunos casos, recoge multitud de cambios de componentes que se fueron produciendo.
Completan el libro una discografía, una bibliografía y un buen índice onomástico.
Creo que es un libro muy adecuado tanto para simples aficionados sin grandes conocimientos, como es mi caso, como para conocedores más profundos de esta música ya que encontrarán suficientes elementos para el debate y el contraste de opiniones, así como una información muy detallada y completa.
Es una suerte contar con editoriales como Ma Non Troppo que pone a nuestro alcance libros de un género que es hoy por hoy bastante minoritario.

Ricard Gili, Puro jazz.

domingo, 18 de febrero de 2018

Artículos interesantes

Esta semana hay una variedad de temas mayor de lo habitual.

Ignacio Sánchez-Cuenca, del que esta semana comentaré su último libro en el blog, se despacha con un curiosos e interesante artículo sobre los pianistas de jazz. Dado que el jazz es la música que escucho a diario y el piano mi instrumento favorito, se explica bien que lo recomiende. (ctxt.es)

El artículo sobre política más interesante que he leído me parece, como es algo más que habitual, el de Josep Ramoneda. (elpais.com)
(Hago la aclaración de que no es que lea ese diario sino que busco los artículos de este intelectual.)

El gran tema de la semana que, en el fondo, lo ha sacado el PP con dos motivos bien espurios ambos, es la idea de aprovechar el 155 para que los padres puedan elegir la lengua vehicular de enseñanza de sus hijos. Esos dos motivos son: por un lado, intentar recuperar  la iniciativa ante Ciudadanos y de paso mostrarse fuerte ante los que defienden que se aplique la estaca en Cataluña.

Sobre el tema de la inmersión lingüística hay un magnífico escrito por lo clarificador que resulta y lo documentado que está de Eduard Vallory. (politikon.es)

Desde otra perspectiva también ha entrado en el tema Elisa Beni. (eldiario.es)

También trata sobre la enseñanza, pero en este caso sobre la función dentro del capitalismo la entrevista de Eduardo Azumendi con Christian Felber. (eldiario.es)

jueves, 1 de febrero de 2018

Para iniciarse en el jazz



La escasez de publicaciones sobre jazz existentes hace que cada vez que se edita un libro sobre el tema los aficionados nos hagamos con él, independientemente de su mayor o menor valor e interés.
La editorial Blume en su página web promociona el libro con las siguientes frases:

·        Para los no aficionados, el jazz puede resultar resbaladizo y difícil de captar. El jazz, que carece de una forma identificable y de un formato rígido, y que está gobernado en gran parte por la improvisación, puede dejar perplejos a los «principiantes», sin saber cómo escucharlo y preguntándose: «¿Cómo saben lo que tienen que tocar?».
·        Este libro nos lleva desde las raíces afroamericanas del jazz hasta la mezcla global de estilos, intérpretes y artistas del panorama actual. 
·        Se revisan la forma, el estilo y los instrumentos del género; algunas personalidades y grabaciones fundamentales dentro del canon del jazz, y lo que cabe esperar en el futuro próximo de esta forma musical diversa.

Efectivamente, todo eso está en el libro expuesto a través de los textos de diferentes especialistas en cada uno de los apartados. Esto, que siempre debe ser una ventaja, en este caso se convierte en un inconveniente porque el libro resulta muy irregular en el interés y dificulta la comprensión. Además, sobre todo en el tramo final, se produce una auténtica avalancha de nombres de intérpretes actuales que, creo, no tiene demasiado sentido en un libro de estas características.
En cualquier caso, de un libro sobre jazz siempre se aprenden cosas. Hay que destacar también que en las páginas impares, y a lo largo de todo el libro, se reproducen una serie de fotomontajes, realmente buenos en muchos casos, con grandes artistas de la historia del jazz.
Como curiosidad, destacar que el libro está impreso en China por lo que su precio, 16 euros, resulta bastante asequible para una edición con estas fotos impresas a todo color.

Dave Gelly (ed.), 50 Conceptos cruciales del jazz. Estilos y artistas.

miércoles, 30 de agosto de 2017

Para mejorar el conocimiento del jazz




No es muy habitual encontrarse con libros de jazz y mucho menos si son de publicación reciente en su versión original. En este caso, el libro se publicó el año pasado. Además, mucho más raro es todavía si el tema del libro no es meramente la historia del jazz o de alguna de sus figuras más importantes sino, como es el caso, mostrar elementos para una mejor comprensión y audición de este tipo de música, pues como dice el autor: ”Mi objetivo… (es)  ayudar al lector a desarrollar el oído y crear estrategias de audición que le acerquen a la esencia de la obra de cada artista.” (p. 197)
El libro se compone de tres partes bien diferenciadas: los tres primeros capítulos, que suponen la mitad del texto, en los que nos enseña a escuchar mejor y para ello habla del ritmo, la estructura, el swing, el compás, etc.; en la segunda parte, capítulos IV y V, hace un resumen de la historia del jazz; y en la tercera, concreta alguna de las ideas centrándose en la obra de una serie de figuras históricas desde Parker a Davis, pasando por Ellington o Coltrane.
En cualquier caso, el enfoque de cada una de las partes es siempre el mismo: hacer que el lector sea capaz de lograr una mejora en su capacidad para apreciar este tipo de música.
Desde mi posición de aficionado al jazz desde hace unos cuantos años, pero al mismo tiempo gran desconocedor de los verdaderos intríngulis de esta música, tengo que decir que este libro me ha abierto bastante los ojos, y espero que los oídos, para buscar algo más que la mera escucha e intentar fijarme en determinados aspectos. Así, en palabras de Gioia:

“Conforme vaya  desarrollando el lector su habilidad auditiva, intente calibrar qué tendencia está en ascenso.  ¿Los músicos tocan las notas con precisión, casi como si estuviesen leyendo la música de una partitura platónica ideal, o las tratan bruscamente, torturándolas para que digan la verdad?”  (p. 51)

El autor, del que ya leí en su día su libro dedicado a la historia del jazz, es un verdadero especialista tanto como estudioso como incluso como intérprete y tiene la capacidad de transmitir ideas un tanto complejas de forma que se puedan llegar a entender. Creo que ha escrito un libro que no aportará grandes cosas para los buenos conocedores del jazz, aunque sea una valiosa síntesis de algunos aspectos relevantes, pero sí será útil para gente que, como es mi caso, disfrutan escuchando jazz pero apenas son capaces de distinguir más allá de qué instrumentos suenan. Para nosotros está escrito este libro y así lo recomiendo.
Hay una frase que me ha llegado especialmente porque la comparto con referencia al tercer nombre que cita. Dice Gioia: “Cuando alabo la maestría de, digamos, un Charles Mingus o un Lester Young o un Bill Evans, lo hago entre otras cosas porque su música me ha aportado cierta relación con ellos.” (p. 57)
Efectivamente, en mi caso creo que he llegado a establecer una cierta relación con Evans. Esto no me había pasado nunca con ningún músico de ninguna época ni estilo.

Ted Gioia, Cómo escuchar jazz. Traducción Inmaculada Pérez Parra.

lunes, 13 de junio de 2016

Ultimas adquisiciones de jazz





Hacía bastante tiempo que no adquiría música. He aprovechado el viaje a Madrid para echar un vistazo. Este es su consecuencia.
Inevitablemente si hay novedades de Bill Evans no las puedo dejar pasar. Reconozco que es ya una obsesión de coleccionista, pero en este caso está justificada porque el CD con Gomez y Dejohnette es realmente magnífico y con una muy buena grabación. El otro, aunque no lo he escuchado aún, es de su época de sideman y tiene muy buena pìnta.

Los otros dos recogen 4CD cada uno de dos grandes instrumentistas de instrumentos que siempre me han gustado mucho aunque no sean de los más habituales en el jazz: la flauta, de la que Herbie Mann es un consumado artista, y el clarinete que también tiene en Buddy De Franco una de sus principales figuras históricas. Ambas colecciones están compuestas con grabaciones de los años cincuenta y son bastante variadas.

domingo, 1 de mayo de 2016

Artículos interesantes

Ignacio Sánchez Cuenca insiste en su crítica hecha en La desfachatez intelectual, pero abre un poco más el foco hacia los medios de comunicación. Sugerente lectura. (ctxt.es)

Muy interesante la reflexión de Josep Ramoneda sobre la desigualdad y la necesidad de tener en cuenta no solo la económica. (elpaís.com)

Defensa del jazz en el día internacional dedicado a esa música que tanto amo.  Al llegar el final del artículo veo que lo escriben dos especialistas que casualmente son miembros de Podemos. (infolibre.es)

lunes, 28 de marzo de 2016

Una vida impresionante



“Ese personaje (el narrador de la historia, esto es, Pepper) es un héroe que ha dimitido de la virtud, un títere sin cabeza que exhibe sus polvos y sus lodos con la fruición de un pornógrafo, sus fechorías con el orgullo de un santo, sus chutes con la añoranza de un sibarita, sus cárceles con el realismo de un cirujano, sus disparates con la inocencia de un párvulo, sus viejos amores con la piedad de una hiena, su música con la pasión de un amante incansable y siempre perplejo…No hay pelos en la lengua.”

Es una de las pocas veces que utilizo en mi comentario lo puesto en la contraportada por la editorial, pero es que es una de esas veces en que refleja casi a la perfección lo que es el libro.

A pesar de sus 550 páginas con letra pequeña y formato grande he leído este libro de corrido, sin leer ningún otro al mismo tiempo como suelo hacer, dedicado en cuerpo y alma a penetrar en la vida de este personaje del que desconocía casi todo incluida su música. Siendo el jazz la música que más escucho apenas conocía a Pepper; sin embargo, mientras leía el libro lo ponía como fondo y me ha sorprendido muy favorablemente. Quizá mi desconocimiento anterior se deba a que el instrumento que toca, el saxo alto, no es de los que más me gustan.
Su libro, o mejor, el libro escrito por su tercera y última mujer transcribiendo cintas grabadas por Pepper, no deja indiferente. Es la vida de alguien que la vivió con una intensidad inusual en lo bueno y en lo malo; así: una infancia muy desgraciada, la iniciación muy temprana en el alcohol y las drogas, los amores bastante problemáticos, sus cuatro estancias en la cárcel, incluidas dos en San Quintín, varios años en un centro de rehabilitación y, al mismo tiempo, grabar discos, actuar con varias orquestas o en grupos más reducidos, ser uno de los intérpretes de jazz más valorados. ¿Cómo se puede compaginar todo esto? Reconozco que después de leer el libro sigo sin terminar de entenderlo, pero fue así.
Dos breves fragmentos pueden ser un buen ejemplo de esa vida:

“Me daba cuenta de que a partir de ese momento iba a ser, si queréis que usemos esa palabra, un yonqui. Era la palabra que por entonces se utilizaba. Es la palabra que se sigue empleando. En eso me convertí entonces. Eso es lo que sigo siendo. Y así voy a morir.” (p.110)


“Andaba arriba y abajo por las calles, entraba a robar, en las tiendas también, sin coche ni nada, y tenía que llevarme el botín arrastrándolo por la calle –televisores, ropas, electrodomésticos-,…“ (p.280) (en los años 60-61)

Según la parte que fuese leyendo me iba recordando el libro de memorias de Edward Bunker o el de Dan Fante o Let's Get Lost, el impresionante documental sobre Chet Baker. Con los tres comparte muchas cosas que seguramente tienen también que ver con toda una época sobre todo en los Estados Unidos.
 En este libro todo es remarcable, pero me quedo especialmente con: su peculiar relación con los negros, la vida en la prisión de San Quintín, las escenas con su segunda mujer, sus tribulaciones para pillar droga, sus actividades como ladrón y, desde luego, sus reflexiones sobre la música y su propia música aunque me hubiera gustado que dedicara más espacio del libro a este aspecto.
Además de las memorias propiamente dichas se incluyen entrevistas con familiares y amigos que completan, confirmando o desmintiendo, algunas de las cosas que se cuenta. También se van intercalando varias críticas de revistas especializadas sobre alguno de sus discos y entrevistas al músico.
Completa el libro un Epílogo de Laurie Pepper escrito para la edición de 1994, la primera edición se hizo en 1979 viviendo aúnArt. En él entre otras cosas interesantes cuenta el proceso de elaboración del libro que fue largo, unos siete años, y complejo. Casi al final del Epílogo hay un par de momentos muy emocionantes en los que se me ha hecho un nudo en la garganta. Hay también una buena y muy representativa colección de fotos.
Un libro muy recomendable y no solo para aficionados al jazz. Asistimos a una vida realmente diferente contada además con una agilidad narrativa sorprendente para quienes no son profesionales de la escritura.
Lógicamente salgo de la lectura con el deseo y el compromiso de escuchar más la música de uno de los grandes del jazz.



Art y Laurie Pepper, Una vida ejemplar

domingo, 12 de julio de 2015

Artículos interesantes

Cuatro dirigentes de la extrema izquierda de los setenta analizan de forma crítica  a Podemos. No entiendo muy bien por qué han elegido en El País a estos políticos para ese análisis, pero me han resultado curiosas en unos casos e interesantes en otros las cosas que dicen.

No está mal la reflexión de Soledad Gallego sobre el comportamiento de la Unión en el caso griego.

Chema García Martínez hace en Babelia un repaso por los nuevos valores del jazz en España. Ya era hora de que se traten estos temas en un diario.

viernes, 3 de julio de 2015

El jazz según sus protagonistas




 
Davis, Evans, Monk, Ellington, Armstrong, Getz, Gordon, etc.,  son algunos de los autores de esos aforismos que constituyen auténticas lecciones de jazz, micro por su tamaño, pero grandes por su significado. Leyéndolas se comprende que esta música tenga tantos adeptos, en muchos casos verdaderos adictos y apasionados (por cierto que mi buen amigo Joan Carles, uno de estos apasionados, comenta el libro en su magnífico blog Jazz Recordings).
Frases para disfrutar, para aprender, para conocer un poco mejor lo que constituye la esencia de esta música dichas, además, en su gran mayoría por compositores e intérpretes del mejor jazz de todos los tiempos.
Desde luego es un verdadero libro de cabecera, de esos que muchas veces estarán entre mis manos, que repasaré de vez en  cuando y del que estoy seguro seguiré aprendiendo cosas en cada lectura.
Dejaré algunos ejemplo para abrir boca; no son ni los mejores ni los más significativos, pero sí creo que son una buena promoción para este original libro.
 
No toques lo que ya existe, toca lo que no existe. Miles Davis
 
Complicar lo que es sencillo es habitual; hacer que lo complicado resulte sencillo, increíblemente sencillo, es creatividad. Charles Mingus
 
La práctica lleva a lo perfecto. Lo imperfecto es mejor. Paul Bley
 
El riesgo es la esencia del jazz. Cada nota que tocamos es un riesgo. Steve Lacy
 
Nunca ensayo con la guitarra… De vez en cuando me limito a abrir la funda y tirar un trozo de carne dentro. Wes Montgomery
 
Un músico de jazz es un malabarista que utiliza armonías en lugar de naranjas. Benny Green
 
No hay nada que entender, no se trata de entender. Si no ¿ qué harías después? Sólo hay que escuchar, escuchar las voces y esperar que no se cansen nunca de llamarte. Federico  Fellini
 
Me molesta cuando alguien intenta analizar el jazz como si fuera un teorema intelectual. No lo es: es puro sentimiento. Bill Evans


El jazz es mi otra vida. Cuando toco no soy bajito, ni llevo gafas, ni siquiera soy judío. Woody Allen
 
 
Filippo Bianchi y Pier Paolo Pitacco, 101 microlecciones de jazz

jueves, 12 de marzo de 2015

Jazz a partir de una biografía




 
No hay demasiadas publicaciones sobre jazz traducidas y por eso cuando encuentro alguna que me pueda interesar la compro aunque, como es el caso, no sea Monk uno de los intérpretes que más conozca. El libro está publicado en España en 2007 y originalmente en 1996 por alguien que, a pesar de su juventud, conocía mucho el jazz, música que además, interpretaba, y lo sigue haciendo, como pianista.
El libro es mucho más que una biografía. De hecho yo no lo catalogaría como tal. Es un libro sobre el jazz centrado en la figura de Thelonious Monk,  ante el que el autor se muestra totalmente rendido.
El club como lugar de aprendizaje, describiendo momentos del Nueva York de la época; los diferentes elementos de la producción de un disco; la importancia que pueden tener las discográficas en la producción de un músico centrándose en Blue Note, Riverside o Columbia; son algunos de los temas que más me han interesado de este libro aparte, claro está, del conocimiento de algunos aspectos de la vida y, sobre todo, de la obra de una figura tan importante como Monk.
El problema es que para un lector profano como yo el autor, que por cierto demuestra ser muy buen escritor, escribe cosas tan técnicas como:
 
“A Monk siempre le interesó esta zona gris de la música donde las cosas parecen decidir por sí mismas. Escuchen estas notas de melodía “frotadas”, sólo a una distancia de un semitono y tocadas al mismo tiempo, de manera que el oído no sabe si decidirse por una o por otra; estos acordes que contienen en sí la tensión armónica y a la vez su resolución; su expresión rítmica, siempre a caballo entre la corchea y la corchea con punto: mostrando por una parte una seguridad absolutamente intransigente, por la otra se regodea en dejar suspensa la duda…..” (p.195)
 
Lógicamente, no entiendo nada, pero no me importa demasiado pues lo he pasado muy bien en otros pasajes menos complicados y, a lo mejor, en algún momento termino entendiendo algo de música, aunque siempre he creído que con la música, como con el arte en general, lo importante es disfrutar. (Evidentemente, también creo que cuanto mejor se conoce algo mejor se aprecia, pero no hay tiempo para todo.)
 
Laurent de Wilde, Monk

viernes, 6 de marzo de 2015

Últimas adquisiciones de música





Cada visita a Barcelona supone ampliar mi discografía. En este caso con dos clásicos del saxo, una cantante desconocida y un disco de Eliane Elias muy diferente de lo habitual en ella.
Una vez escuchados me llevo la decepción con Getz que es, por otra parte, el saxofonista que más escucho y que más me gusta; una alegría con Coltrane pues es de la época y estilo  que me gustan de él; el de Elias es muy desigual con composiciones suyas y de Marc Johnson su marido y contrabajo de los últimos tríos de Bill Evans y el de Souza apenas lo he escuchado pero tiene cosas que prometen.

viernes, 6 de febrero de 2015

Gran libro sobre jazz




“Muchas escenas nacen de episodios legendarios o famosos: por ejemplo, que le saltaran los dientes a Chet Baker. Tales episodios pertenecen al repertorio habitual de anécdotas e informaciones, en otras palabras, son standards, de los cuales doy mi propia versión, expongo los hechos esenciales con mayor o menor brevedad y luego improviso a partir de ellos, en algunos casos, alejándome del todo. Así quizá no sea fiel a la verdad, pero, una vez más, me mantengo fiel a las prerrogativas formales de la improvisación. Algunos episodios ni siquiera nacen de hechos reales: estas escenas inventadas pueden considerarse composiciones originales (aunque en ocasiones incluyan citas a los músicos aludidos)” (p.10)
Verdadera declaración de intenciones de Dyer. en el Prefacio que luego va cumpliendo a rajatabla en este libro por tantas cosas magnífico.
He leído unos cuantos libros sobre el jazz y sus intérpretes, pero ninguno me ha emocionado tanto y al mismo tiempo me ha hecho pasarlo mal como este.
“Tan maravilloso   que duele (…) Evoca las vidas de los músicos de tal manera que puedes saborear el whisky, oler las colillas pisoteadas, oír el suave chasqueo de las válvulas, las toses y los pies que se arrastran entre toma y toma”. (Jonatahn Lethem en la solapa)
Efectivamente, dolor es lo que se siente en algunos momentos porque los fragmentos de vida y las escenas que ha compuesto Dyer tienen muchas veces el alcohol, las drogas, la frustración, la cárcel e incluso la violencia como protagonistas.
Lester Young en la cárcel militar o ciego de sustancias; Thelonious Monk capaz de estar horas y horas en silencio o días y días caminado, capaz también de ir a la cárcel por no delatar a Bud Powell; este mismo Powell destruido ya a los veinticinco años por un golpe recibido en el cráneo; Ben Webster viajando por Europa con su lágrima fácil y su alcohol; Charles Mingus comiendo a todas horas y haciendo dietas, o abroncando a sus músicos y al público; la ternura de Chet Baker quien siempre “parecía estar yéndose” (por cierto qué documental más maravilloso sobre su vida, Let’s get lost), y finalmente, qué duro resulta leer las páginas dedicadas a Art Pepper.
Estos son los seis músicos sobre los que escribe Dyer aunque en el libro salgan algunos más. Además, hay un Epílogo, Tradición, influencia e innovación,  en el que pretende teorizar y dar algunas explicaciones que resultan también muy interesantes.
“El único libro de jazz que le recomendaría a mis amigos” (Keith Jarret en la portada del libro). Desde luego, en mi caso, no sería el único, pero sí el primero que recomendaría. He disfrutado mucho.
Por cierto, si alguien ha visto la película Whiplash recientemente estrenada y que también recomiendo encarecidamente le sonará a conocida la siguiente cita del libro:
 
(…) Mingus buscaba músicos que dieran una versión de él en diferentes instrumentos. Descontento siempre con los baterías, acababa de humillar públicamente a su percusionista cuando conoció a un chaval llamado Dannie Richmond, que solo hacía un año que tocaba la batería. Mingus le obligó a tocar exactamente como él quería, lo moldeó a su imagen.
-No toques esas virguerías de mierda, tío, es mi solo.
Dannie se quedó con él veinte años y encontró su identidad musical sometiéndose a la de Mingus. (p.111)
 
Geoff Dyer, Pero hermoso. Un libro de jazz

martes, 12 de agosto de 2014

Espléndida música

Magnífico pianista y compositor noruego. Sensibilidad y placidez. Para escuchar y dejarse llevar. Una gozada.



sábado, 19 de julio de 2014

Últimas adquisiciones de jazz



Dos espléndidos CD de uno de los grandes pianistas vivos. Uno con la clásica formación de trío y standards tan conocidos como Autumn leaves o Someday my prince will come; el otro es un conjunto de duetos con otra gran pianista como es Hiromi  incluyendo una original versión del Concierto de Aranjuez.

domingo, 5 de enero de 2014

Últimas adquisiciones de música




 
Hay que empezar bien el año, y para ello nada mejor que buena música y si es de jazz mejor.
Como es habitual de los seis CDs la mitad corresponden a pianistas. El casi inevitable Bill Evans, esta vez compartiendo con un gran flautista. Los otros dos son dos estadounidenses de muy diferente edad y concepción: tradicional la de Pasqua, mucho más original y novedosa la de Parks.
Un guitarrista, Jim Hall, muy completo en dos formaciones de trío muy diferentes.
Una joven clarinetista israelí que saca interesantes sonidos a uno de los instrumentos que más me gusta escuchar y que no es demasiado habitual en el jazz.
Para terminar, una fusión muy clásica como es la del jazz con la Bossa Nova. No soy muy aficionado a las fusiones, pero en este caso, gracias a Stan Getz, no es así. El cofre contiene 9 CDs con músicos de jazz tan importantes como el propio Getz, Coleman Hawkins, Dave Brubeck  o Zoot Sims entre los de jazz, y Joao Gilberto o Jobim entre los provenientes de la bossa.
Agradezco desde aquí al blog de un buen amigo la sugerencia del disco de Jim Hall y el haber conocido la existencia de Aaron Parks.


jueves, 7 de noviembre de 2013

Un documental, excepcional, de música


Siempre me ha gustado mucho Keith Jarret, sin embargo llevaba bastante tiempo sin escuhar sus discos. Hace poco adquirí, como consta en otra entrada del blog, los CDs: Yestersdays, Somewhere y Tokyo’96, y el DVD The Art of Improvisation. Los Cds son magníficos. De hecho el del concierto de Tokyo  creo que fue el primer disco que tuve de Jarret (advertencia: soy bastante reciente en el jazz) y, seguramente, uno de los discos que más he oído quitando los de Bill Evans, claro.
Ayer vi por fin el DVD que tenía en la zona de pendientes desde ha que lo compré. Me impresionó, me impactó, me hipnotizó. Ha aprendido más de música con este documental que con varios libros. Desde ayer Keith Jarret, del que por cierto se habla siempre de su carácter poco simpático, me parece otra persona. Hasta ahora me gustaba su música, a partir de ahora también me interesa su persona.


 

viernes, 9 de agosto de 2013

Últimas adquisiciones de jazz


 Las tres de piano, mi instrumento favorito.
Por un lado, el casi inevitable Bill Evans del que salen conciertos inéditos de debajo de las piedras. Esta vez con la particularidad de ser un directo de piano solo que, hablando de memoria, es el único editado hasta ahora.
Por otro lado, dos pianistas alemanas que también resulta algo bastante original. Una tocando standards en los cincuenta del siglo pasado y la otra sus propias composiciones este año. De Julia Hülsmann hay otros dos discos que me parecen interesantes: The end of a Summer e Imprint, ambos en el sello ECM.



jueves, 25 de julio de 2013

Mis temas recurrentes IV: El Jazz




Como sabrá cualquiera que siga un poco el blog, la música de jazz es la que más escucho en los últimos años. Lógicamente, he ido adquiriendo y leyendo algunos libros sobre el tema porque, aunque defiendo el disfrutar de las artes sin necesidad de saber sobre ellas, también es cierto que a veces algunas informaciones te ayudan a comprender o a escuchar mejor.
De los libros que he puesto, la mayoría son biografías, autobiografías o están centrados en algunos aspectos de los músicos, y sólo tres dan una visión más general de la música de jazz. Una de las razones de esta predilección es que varios de los libros traducidos son difíciles de leer para alguien que, como es mi caso, desconozca los rudimentos de la música. De hecho cuando los he ojeado en las librerías y he visto las notas en el pentagrama me he asustado.
El de Berendt es realmente completísimo. Aparecen la mayoría de los que han significado algo en el mundo del jazz y los comentarios son breves y, en mi opinión, muy atinados. Además, tiene un espléndido índice alfabético. Yo manejo la edición de 1986.
El de Joia es muy interesante y cuenta muchas historias. Tiene también buenos índices.
La biografía de Evans ha sido, para un seguidor del pianista como soy, una fuente de satisfacciones.
El librito dedicado a Coltrane me ha resultado apasionante por lo mucho que se puede decir en tan pocas páginas sobre un autor y su contexto social.
En fin, los aficionados al jazz conocen estos y otros muchos libros, pero espero que quien se esté iniciando o quiera hacerlo, encuentre en alguno de los quince textos material interesante para adentrarse en esta gran música.