lunes, 26 de diciembre de 2022

La guerra del Vietnam en vivo

 

La guerra del Vietnam ha tenido un fuerte impacto cinematográfico y le han dedicado magníficas películas directores como Coppola, Stone o Kubrick. También se han hecho muchas y muy buenas series documentales aprovechando la inmensa cantidad de material filmado y, seguramente, también se han debido de escribir bastantes obras de ficción sobre unos hechos que marcaron tanto a la sociedad estadounidense. Sin embargo, al menos en lo que yo conozco, son pocas las obras que se han traducido al castellano. En el blog, en una entrada de hace 11 años, aparece el comentario del libro de Tim O’Brien que es el único que recuerdo haber leído sobre este tema. Por eso me llamó la atención la publicación de este de Anderson  y, además, en la colección Al margen de la editorial Sajalín. El libro fue publicado en inglés en 1987, así que ha tardado tiempo en llegar hasta nosotros.

Su autor, Anderson, es un veterano de esa guerra y luego trabajó como policía. Con ese bagaje se ha dedicado a escribir varias novelas con el mismo protagonista de esta primera, Hanson, combatiente en esa guerra.

La novela está dividida en tres partes. La primera y la tercera centradas en las peripecias de Hanson y otro conjunto de personajes en la guerra, mientras que la segunda se dedica a enseñar el periodo de formación previo al envío a Vietnam. Esta parte está compuesta por un conjunto de situaciones que estamos muy acostumbrados a ver en las películas. Esos sargentos duros hasta casi la violencia, pero también comprensivos, unos entrenamientos que dejan exhaustos a los soldados, etc. Las otras dos también muestran muchas cosas ya conocidas gracias al cine, pero Anderson sabe narrarlas muy bien y hacerlas muy vivas.

El libro describe muy bien tanto los combates como las relaciones entre los soldados, no ahorra la crudeza aunque tampoco se ceba en ella y ofrece algunas novedades, al menos para mí, como es la presencia de los montagnards (habitantes de las montañas de Vietnam de los que habla muy bien) y los nungs (mercenarios de ascendencia china). Me ha chocado que la droga tenga una presencia casi testimonial teniendo en cuenta la importancia que siempre se le ha dado.

Anderson se muestra bastante crítico. Así, de forma puntual critica la visita que el presidente realiza a las tropas o ridiculiza los paquetes que envía la iglesia de Iowa a los soldados, pero a lo largo del libro va deslizando críticas más profundas. Por un lado, las que dedica a actitudes del ejército de su país. Algunos ejemplos:

 

“La atmósfera olía al máximo a terror y lujuria (…), al almizcle de las violaciones en grupo omnipresentes en Vietnam (…)” (p.204)

 

“El año anterior, la Tercera Mecanizada había acogido a más chavales sin acabar la secundaria que nunca. Cualquiera que tuviese dos dedos de frente estaba escondido en la universidad o en la Guardia Nacional. Acogían reclutas que eran criminales analfabetos y drogadictos incapaces de seguir órdenes.

Los aspirantes a oficial con graduación de la compañía no eran mucho mejores. Algunos de los nuevos subtenientes no tenían autoridad ni para llevar un 7-Eleven, no digamos ya una unidad de combate”. (p. 426)

 

Pero, por otro lado, son constantes las que se hacen a los miembros del ejército sudvietnamita, como se puede comprobar en los siguientes fragmentos:

 

“ -¿Sabes lo que me gusta de ellos? ¿Eh? Nada. Ni una puta cosa. No me gustan sus caras chupadas y huesudas, ni sus uniformes culiprietos, ni esos andares de bujarra, ni el aliento asqueroso a pescado que se gastan cuando se te plantan delante de la cara como si te fueran a dar un morreo para hablarte en ese idioma quejicoso de mierda suyo y te soplan esa peste a arroz y pescado entre los dientes podridos, solo que no saben hablar con una voz ni medio humana, joder, lo único que saben hacer es pegar chillidos. ¡Cómo odio cuando un amarillito de los cojones se me pone delante chillando y meneando esos brazos esmirriados”. (p.254) (Lo dice uno de los amigos de Hanson.)

 

Di Wee Tau era uno de tantos oficiales vietnamitas que habían comprado su rango en Da Nang. Llevaba siempre las botas bien abrillantadas con saliva por su criado y el uniforme bien ajustado por el sastre”. (p. 367)

 

Como decía más arriba, el libro está bien escrito, con una buena agilidad en la narración que apenas desfallece a pesar de alguna reiteración. Tiene una buena galería de personajes y la ventaja de ser de los pocos que se han traducido sobre el conflicto más importante de la segunda mitad del siglo XX.

Hay una reseña muy completa de Gema Monlleo en profesorjonk.com

 

Kent Anderson, Compasión por el diablo. Traducción Rubén Martín Giráldez.

 

 

 

jueves, 22 de diciembre de 2022

Un libro diferente (y militante)


Se recogen en este libro dos textos de narrativa de no ficción de un joven y bastante peculiar escritor francés, tanto que rechazó El Prix Goncourt du Premier Roman “por su repudio a la institucionalización de la escritura y la idea de competición literaria” (tal y como cuenta la editorial en la solapa del libro). Desde luego el contenido confirma ese carácter peculiar.

Este libro se compone de dos novelas cortas. En  la primera, de apenas 100 páginas, que se desarrolla en París en los años de la Primera Guerra Mundial Andras recorre la ciudad siguiendo los pasos de Ho Chi Minh o, para ser más exactos, de alguien que se mueve con diferentes nombres aunque se trate del que sería el gran líder de Vietnam del Norte. En esa época se trata de alguien que está en la fase de rebeldía que el autor valora muy especialmente. Así: 

“Nos enamora el díscolo, el eterno insurgente, la marginalidad y la libertad (…) Pero al revolucionario lo observamos como observamos el cigarrillo que le sostenemos a un amigo que ahora vuelve: sin saber qué hacer con él (…) Porque el hecho es que el rebelde desconfía de las revoluciones y estas fracasan siempre por falta de rebeldía.” (p. 84)

En esa búsqueda aprovecha para hacer una crítica radical de algunos aspectos de nuestra sociedad como, por ejemplo, el gran control existente:

“Y ahí está la ironía: a la larga, sería preciso una democracia liberal para instaurar eso que ningún régimen totalitario había logrado hasta ahora: el registro diario y exhaustivo de las actividades de todos sus ciudadanos. Pagar algo con tarjeta, adquirir un billete de tren, consultar una página web o abastecer de datos las redes sociales: la trepidante carrera del progreso. Por el camino no dejas de pensar en las cámaras que a todas horas te capturan a ti y al resto de los transeúntes (…) Dentro de nada los drones sustituirán a los últimos pájaros y el reconocimiento facial se extenderá sin la menor resistencia. Es un hecho de lo más banal: la comodidad funciona mejor que el látigo.” (p. 94)

O esta otra frase dedicada al periodismo:

“La inmundicia recibe en ocasiones el título de profesión”  (p. 68) 

Y, lógicamente, tratándose de la búsqueda de ese personaje no podía faltar la crítica del colonialismo:

“Y hoy en día seguimos mareando la perdiz para no tener que enfrentarnos a ella: Hitler es el mal, pero el mal era nuestra gloria cuando campaba por otras tierras. El alemán fue un pupilo diligente: llevó a cabo en nuestras narices la labor que nosotros reservamos a los confines del Imperio. Y jamás trató de ocultar su fuente de inspiración: volver a jugar indios y vaqueros y transformar parte de Europa, como reconocía sin ambages, en “lo que la India fue para Inglaterra”” (p. 76)

La segunda novela está dividida en tres partes y Andras hace la siguiente dedicatoria:

“Este tríptico está dedicado a los amotinados, a los desertores, a los saboteadores y a los pacifistas” (p. 175)

En las tres partes aparece como tema central el maltrato de los animales a partir de historias que se desarrollan en lugares y épocas muy diferentes. Así, Londres, California y París por un lado, y 1906, 1984 y 2014, por otro. En el primer caso es un perro el maltratado, un macaco en el segundo y una vaca en el tercero.

Como se puede deducir estamos ante un libro con textos muy comprometidos, que ponen en cuestión algunas de nuestras certezas, que está muy bien escrito y, como dice Jacques Lindecker en L’Alsace: “Sus palabras de un apasionamiento rabioso dan en el blanco; son palabras de un boxeador militante de gran talento.” ( reproducido en la contraportada).

En definitiva, un libro que se sale de lo habitual y que no deja indiferente de un escritor del que espero que se traduzca alguna de las otras dos novelas que ha escrito.


Joseph Andras, A lo lejos el cielo del sur & Así hacemos la guerra. Traducción Álex Gibert. 

martes, 20 de diciembre de 2022

Mis libros del año




Como todos estos libros están ya comentados en  el blog, aquí solo quisiera dejar un par de ideas para luego entrar en otra forma de relacionar las lecturas.

Lo primero es que estos son los libros que por alguna razón más me han gustado sin ser, seguramente, los mejores. Puede ser porque sus autores están entre mis preferidos como son los casos de Zweig, Offutt, Ernaux, Chirbes, Ulítskaia o Martínez; puede ser porque me han impactado  como el de Ovcina, Altmann y otra vez Martínez; puede ser porque su descubrimiento me ha parecido relevante como Lemebel que, además, es su único libro; o puede ser porque como es el caso de Aksiónov me haya tenido enganchado tanto tiempo debido a su extensión.

Sea por lo que fuere, de entre los más de cien libros que he leído este año estos son los que me parece que representan mejor mis gustos, motivaciones e intereses literarios, los que más me han emocionado y, en definitiva, con los que mejor lo he pasado.

Lo segundo sería insistir en que hay muchos más con los que he disfrutado y alguno con el que he aprendido mucho, pero a la hora de elegir al final hay que eliminar. Este año, eso sí, veo que me ha salido más ficción.

A continuación quiero repetir la experiencia del año pasado con una relación desordenada de algunos libros y/o autores. La hice para enviar al blog de libros que más sigo, unlibroaldia.blogspot.com, y me gustó el esfuerzo de memoria que tuve que hacer.

Autor del año (difícil elección). Chris Offutt (lo descubrí al principio y no he parado hasta leer todo lo traducido).

Descubrimientos. Lemebel, Brenda Navarro, Sylvia Aguilar, Douglas Kennedy.

Tocho del año: Una saga moscovita (Aksiónov).

Reincidente. Ernaux. (Lo hace cada año y este con la alegría por el reconocimiento oficial).

Recuperación. John Fante. (Otro estadounidense con el que me pasó lo mismo que con Offutt, cuando lo conocí no paré hasta leer todo lo traducido).

Periodismo (mi debilidad). Guillermoprieto, Guerriero, Izagirre, José Manuel Álvarez y, por supuesto, Martínez.

Originalidad. Cal Flyn, Islas del abandono; Doug Block Clark, Los últimos balleneros y William Atkins, El mundo inconmensurable.

Sugerente. Podría poner varios, pero me decido por Los rotos de Antonio Maestre por la cercanía en varios sentidos.

Duro de leer. Una historia de violencia de Óscar Martínez. 

Abandonados. Hay muchos más de lo que es habitual por causas muy diversas. Son: Terroristas modernos de Cristina Morales, Ejecutores, víctimas y testigos de Raul Hilberg, Años felices de Gonzalo Torné, La gallina ciega de Max Aub, Pánico de James Ellroy y El corazón perdido de Asia de Colin Thubron.

De los cuatro primeros autores he leído libros espléndidos que incluso han aparecido otros años entre los mejores, por ejemplo, Lectura fácil de Morales.

No comentados. Hay seis pero no los voy a mencionar.

 

 

lunes, 19 de diciembre de 2022

Mis mejores películas y series del año

Al repasar las películas que he puesto observo la gran variedad de procedencias y la gran presencia del cine nórdico. En series también hay una variada procedencia pero con más presencia de las producciones estadounidenses.

Por temas, en ambos casos hay de todo.

 

Películas

 

Argentina, 1985Una película argentina que narra la actuación del fiscal Julio César Strassera y su equipo en el juicio a los miembros de la Junta militar y de otros dirigentes del llamado “Proceso…”. Muy buen guion e interpretaciones. Hace años que no voy a Argentina, pero desde finales de los ochenta hasta el 2004 hice ocho viajes. Allí tenía y tengo amigos que son como mi familia. Todos estaban en contra de la actuación de los militares e imagino cuánto se habrán emocionado al ver la película. Desde luego a mí se me saltaban las lágrimas en el alegato final.


Creo que es una película que hay que ver y desde España envidiar por lo que fueron capaces de hacer a los dos años de restaurar la democracia, mientras que aquí aún estamos decidiendo sobre una ley de memoria histórica y corremos el riesgo de que se pueda ensalzar la figura del dictador.


Cinco lobitos. Magnífica película española. Es la primera de la directora y se nota que está muy trabajada. Tiene un guion muy bueno, una gran puesta en escena en un espacio tan reducido como son las viviendas reales de la clase de los protagonistas y unas interpretaciones que no son las habituales en el cine español. Trata el tema de la maternidad desde un realismo que tiende al naturalismo tanto en la relación de la protagonista con su hija como con su madre.

 

 West side story. El gran Spielberg se marca esta repetición de uno de los grandes clásicos del siglo pasado y, desde luego, uno de los mejores musicales de todos los tiempos. Es una de las películas de mi juventud y una de las que más he visto, por eso esta versión me interesaba especialmente. Me ha parecido magnífica prácticamente en todo, desde la puesta en escena a la coreografía, pasando por el casting. Un verdadero acierto que llega a mejorar el original en varios aspectos.

 

Compartimento nº 6. Coproducción de varios países con un director finlandés. Se desarrolla en su mayor parte en un tren que se dirige a Múrmansk desde Moscú y en el que viaja una joven finlandesa que estudia arqueología en la universidad de Moscú y va a Múrmansk para ver unos petroglifos. En el tren conoce a un ruso que tiene el mismo destino pero para trabajar en una mina. Una comedia romántica pero tremendamente diferente a las que estamos acostumbrados y que tiene como principal valor la gran interpretación de los dos protagonistas. Magnífica película.

 

Never rarely sometimes always. Película estadounidense con el tema del aborto como eje aunque es algo más. Con un lenguaje muy visual y una protagonista extraordinaria te mantiene atento a la pantalla y no te da ningún respiro: Refleja muy bien las posturas que sobre el aborto existen en ese país y lo hace, además, a partir de unas magníficas escenas. Merece mucho la pena.

 

Jinetes de la justicia. Una película danesa que toca varios géneros y que lo hace muy bien. En parte thriller, pero también, y sobre todo, comedia con mucho humor negro. Muy buenos intérpretes, un buen guion  y una estupenda puesta en escena. Otra demostración de la calidad del cine que se hace en ese país, un país que cuenta con magníficos directores.

 

La peor persona del mundo. Película noruega candidata a los Oscar como mejor guion original y mejor película extranjera. Está dividida en un prólogo, doce capítulos y un epílogo. A lo largo de ellos asistimos a diferentes momentos en la vida de una joven veinteañera que en uno de los capítulos cumple ya los treinta. Sus problemas para encontrar el camino profesional, el amor, su indefinición ante la maternidad, etc. Magníficamente interpretada por la protagonista capaz de trasmitir muy bien los diferentes estados de ánimo. Se mueve entre la comedia de los primeros capítulos (en algunos momentos recuerda a Woody Allen hasta en la elección de la música) y el drama de los últimos. Una buena e interesante película.

  

Belfast. Película británica escrita y dirigida por Kenneth Branagh y claramente autobiográfica. Narra la situación en la ciudad, más en concreto de su barrio,  cuando tenía unos nueve años y lo hace desde los ojos de ese niño. Conflictos “religiosos” y sociales que llevaron a que, al final, su familia se fuera del país a Inglaterra. Un buen guion, gran interpretación del niño y una espléndida fotografía en blanco y negro la convierten en una muy buena película.

 

 Better days. Película producida en Hong Kong sobre el tema del acoso escolar y algo más. Magníficamente dirigida e interpretada consigue meterte en la historia y las dos horas y cuarto de duración pasan volando.

Se desarrolla en un ambiente bastante marginal de jóvenes sin estructura familiar, pero con una chica protagonista que quiere pasar con buen número el durísimo examen de selectividad. Tiene momentos muy duros y otros muy emotivos. Una magnífica película.

 

Series

  

La muerte de Yugoslavia. Miniserie documental británica de 6 episodios de 50 minutos sobre los sucesos que tuvieron lugar a finales de los noventa del siglo pasado que terminaron con ese estado. La serie es de 1995 aunque yo no la conocía. Está magníficamente realizada y montada. Hay intervenciones de todos los protagonistas e imágenes reales en las que se incluyen muchos momentos de las reuniones que hubo entre los políticos para intentar llegar a acuerdos que evitasen el derramamiento de sangre. Una serie realmente excepcional y, además, bastante imparcial teniendo en cuenta lo que fue ese conflicto en su día.

 

The staircase. Serie estadounidense de 8 capítulos de 55 minutos. Lleva a la ficción unos hechos reales sucedidos en 2001 de los que ya se había hecho una serie documental por una productora francesa, serie que por cierto estoy viendo a continuación de esta de ficción. La serie tiene un guion muy bueno y unas espléndidas interpretaciones. Plantea muy bien los hechos y las investigaciones sobre la muerte de la mujer del protagonista.

 

The staircase. Esta es la serie documental francesa a la que me refería antes. Consta de 13 episodios de 50 minutos. Los ocho primeros se desarrollan en 2003 y 2004 cuando se produjo el juicio. Los otros son de 2011 y 2016-7. Es una serie a la altura de The jinx o Making a murderer. Magníficas entrevistas, un montaje muy bien hecho y, claro, una historia y unos personajes que permiten hacer una serie así.

Solo pondré un ejemplo de cómo es. Cuando llega el momento de la sentencia, que ya conocía por la serie anterior, me produjo una gran ansiedad ver al protagonista y a su familia. Eso no es fácil de conseguir y el documentalista lo hace. Una serie para el recuerdo.

Ambas las hemos visto en unos pocos días. Son tremendamente adictivas.

 

Te quiero, muérete. Miniserie documental estadounidense de solo dos capítulos de una hora. Un joven de dieciocho años se suicida en 2014 y su novia es acusada de impulsarlo a ello. Tenían una relación basada casi exclusivamente en mensajes que estaban todos a disposición de los investigadores. Magníficamente organizada la narración del proceso judicial como ya es habitual en los documentales hechos en ese país. Tiene al interés añadido de ver cómo son algunas relaciones entre la gente joven y qué problemas se plantean. El espectador puede ver perfectamente cuáles son las posturas de la fiscalía y la defensa y adoptar su propia posición.  Muy interesante.

 

La ciudad es nuestra. Miniserie estadounidense de 6 episodios de 50 minutos. Basta decir que el creador es David Simon y que es como un final para algunos aspectos de The wire para saber que es una magnífica serie. La corrupción policial y la ineficacia política como temas. Qué envidia da ese país capaz de aguantar unas críticas tan feroces como las que hacen gentes como Simon. No me imagino nada ni mínimamente parecido hecho aquí. Unas interpretaciones a la altura del guion y con unos diálogos tan inteligentes como no siempre fáciles de seguir (marca de  la casa). Muy buena.

 

Cara a cara. Serie danesa de 8 episodios de unos 25 minutos. Siendo un thriller es original ya que cada capítulo consiste en el diálogo entre un policía, padre de una joven cuya muerte se ha declarado un suicidio por parte del forense, y otro personaje que había tenido relación con la joven. Las entrevistas se desarrollan a lo largo de un mismo día. Los actores son todos muy conocidos pues se han elegido entre lo mejor de la cinematografía de ese país y está muy lograda también la puesta en escena. Una serie interesante.

 

800 metros. Miniserie documental española de 3 episodios de una hora sobre los atentados de 2017 en Barcelona y Cambrils. Muy bien realizada, con un guion bien construido y buenas intervenciones que van desde policías a víctimas pasando por expertas de los servicios sociales de Ripoll y hasta un juez. Es un intento de comprender por qué se radicalizaron esos jóvenes que parecían bien integrados. Hay imágenes de ellos muy interesantes.

 

Dopesick. Serie estadounidense de 8 episodios de unos 50 minutos. Basada en hechos reales cuenta la historia de los terribles efectos que produjo un medicamento que, vendido como analgésico, contenía la suficiente cantidad de opiáceos para provocar una fuertísima adicción que, en muchos casos, terminó con la muerte de los que lo tomaban. Un guion muy bien construido hace que sigas perfectamente los diferentes momentos en que se desarrolla la historia y que, una vez más, sientas envidia de cómo son capaces en ese país de abordar estos temas. Una gran serie.

 

Laëtitia o el fin de los hombres. Miniserie francesa de seis episodios de algo menos de una hora. Basada en los hechos reales que investigó y narró Ivan Jablonka en el libro del mismo título. Este libro lo he puesto en mi lista de los mejores del año. La serie reproduce con bastante fidelidad lo narrado en el libro y, por lo tanto, es una serie no tanto sobre un asesinato sino sobre la situación de unas niñas, y luego unas jóvenes, que sufrieron el abandono de su madre, que era maltratada por el padre, y luego también fueron maltratadas y abusadas. También el asesino tiene una historia llena de abandonos y maltratos. Dura de ver en muchos momentos, pero muy interesante.

Viajando por siete desiertos


En apenas un año he tenido ocasión de leer tres libros sobre espacios y lugares muy peculiares que tienen en común el hecho de ser territorios inhóspitos. Me refiero a Los sótanos del mundo de Ander Izagirre; Islas del abandono de Cal Flyn y este de Atkins dedicado a “Viajes por lugares desérticos”, que es como se ha subtitulado la edición en castellano.

Evidentemente, Atkins va a los diferentes lugares que menciona en el libro, pero no se trata de un libro de viajes o, al menos, de uno tal y como suele ser habitual en el género.

En el libro se recogen los viajes a siete de los grandes desiertos del mundo desde el Victoria en Australia, al Oriental en Egipto, pasando por el del Gobi, el Aralkum, el Cuarto Vacío en Omán o los de Sonora y Black Rock en Estados Unidos. Y lo más relevante del libro es que cada uno recibe una forma de acercamiento diferente.

Así, en el de Sonora se centra en los problemas con la migración desde el sur; en el Victoria en las pruebas nucleares; en el Oriental en el origen y desarrollo de los monasterios y de las órdenes monásticas que luego se trasladaron a occidente; en el Black Rock en la curiosa fiesta del Burning Man que se celebra todos los años y que congrega a miles de personas que llegan al lugar creando una auténtica ciudad; o en el Aralkum explica muy bien cómo ha ido disminuyendo el mar de Aral.

En todos ellos acompaña las peripecias de su viaje, que por cierto no suelen ocupar demasiado espacio, con descripciones que hicieron viajeros del siglo XIX o del XX. Estas en algunos casos ocupan la mayor parte de lo que cuenta del desierto correspondiente. En algún caso, sobre todo al principio, puede costar llegar a entrar en el contenido por el exceso de información y de personajes que se citan, pero pronto el lector se acostumbra y se alegra de que se den esas informaciones.

Por otra parte, el estilo de Atkins es más literario que periodístico. El libro está muy bien escrito e, insisto, se sale de la norma habitual en el tratamiento de los libros de viajes.

Además, como recoge la editorial en dos de los fragmentos de críticas que reproduce en la solapa: “Si el objetivo de la moderna literatura de viajes es enseñar a los lectores algo nuevo sobre el mundo, este libro lo logra con creces”. The Times Literary Supplement, y “Atkins es uno de los mejores artífices de la palabra”. Olivia Laing.

En definitiva, un texto que merece la pena porque nos traslada a lugares poco conocidos y lo hace con una prosa rica y muy trabajada.

Solo se me ocurre un pero: no hay fotos, algo que hubiese sido enormemente ilustrativo.

 

William Atkins, El mundo inconmensurable. Traducción Luis Murillo Fort.

 

 

jueves, 15 de diciembre de 2022

Magnífico acercamiento a un interesante personaje


Caparrós es uno de los escritores que más he leído en los últimos años. En el blog queda la constancia de muchas de esas lecturas. Además, aparece también en la serie de Mis autores favoritos. Es cierto que el Caparrós que más me interesa, y el que más he leído, es el periodista. Libros como Lacrónica, El hambre o Ñamérica creo que son lecturas indispensables para quien esté interesado en el periodismo actual. Sin embargo, también me he interesado por al menos una parte de su obra narrativa, desde Amor y anarquía hasta Echeverría, que también tiene una gran calidad literaria e interés por los temas que trata.

En este libro nos presenta a Sarmiento en su etapa presidencial de 1868 a 1873 y lo hace a partir de unas memorias escritas en primera persona pero redactadas realmente, siempre en la ficción,  por Aurelia Vélez Sarsfield, su amante en gran parte de su vida, subterfugio que emplea el autor como queda patente a  través del apartado De mis notas que coloca al final de cada uno de los seis capítulos en los que ha dividido el texto.

Desgraciadamente no conozco lo suficiente la historia de la República Argentina para sacar todo el provecho informativo y valorativo de un texto como este. Leí hace años muchos libros sobre esa historia, pero no es mucho lo que recuerdo actualmente. Sin embargo, al menos desde un punto de vista, no creo que sea necesario ese conocimiento para disfrutar de esta lectura. Caparrós es capaz ya desde la primera página de introducir al lector en el ambiente de la época y hasta me atrevería a decir que en la mente del mismo Sarmiento. Un ambiente en el que están presentes conflictos como el que enfrenta a unitarios y federales; en el que está planteado el tema de civilización o barbarie (utilizando el lenguaje del propio Sarmiento); y en el que siempre está la pugna por el poder con gente como Mitre (Bartolo en el libro), Urquiza, Alberdi, etc.

Sarmiento opta por los unitarios y por la civilización como afirma en el siguiente fragmento:

 

“Es cierto: no creo en este pueblo que he gobernado y con quien vivo. Querría que fuera otro, y a eso dirigí buena parte de mis esfuerzos. Todo mi intento consistió en civilizar al argentino. Convertir esa raza de pobres gauchos rebeldes perezosos en ciudadanos de provecho, para ellos y para la sociedad.”(p. 151)

 

Para esa tarea civilizadora menciona recurrentemente la necesidad de la educación, tema al que dedicó energías y dinero. Curiosamente se muestra no solo reacio sino incluso adverso a la presencia de la religión, no en balde era masón aunque abandonó la logia durante el periodo de su mandato presidencial. Una religión de la que decía cosas como:

 

“Así que llevo muchos años de alejamiento de esos señores tan orondos, tan seguros de sí. No solo por sus intolerables pretensiones de organizarnos la vida, ni por su éxito en manejar la de tantos incautos, ni por ese grito de “Religión o Muerte” tan caro a don Facundo. Religión o muerte es una falacia: la  y sería más apropiada. (p.193)

Más de una vez a lo largo del texto insiste en su humilde origen. Así:

 

“(…) siempre fui, sigo siendo, el hijo de una arriero y una tejedora de un pueblo de provincias. Siempre fui, sigo siendo, de otra raza que los que gobiernan”. (p 27)

 

Y, a pesar de ello, no puede evitar el elitismo tan general en el mundo en esa época y afirma lo siguiente sobre el derecho al voto:

 

“¿Es, en cambio,  democracia dejar que una runfla de analfabetos decidan cosas que les perjudicarían aunque ellos no lo sepan? ¿Habría que respetar, entonces, la prepotencia del número por sobre la solidez del conocimiento y la dedicación? El sufragio debe ser universal, por supuesto, solo hay que definir qué es el universo”. (p. 152)

 

Sé que estamos ante un personaje polémico, pero ¿qué personaje de la historia de ese país no lo es?. Da la sensación de que Caparrós nos muestra las mejores facetas de Sarmiento, de que en el fondo comparte bastantes de sus puntos de vista (no me refiero exactamente a los que acabo de mostrar) o al menos su visión general.

Para terminar quiero reproducir una frase del presidente que me ha llamado mucho la atención:

 

“La presidencia es para hombres casados. Sin eso, se transforma en una cárcel célibe. ¿Cómo tener mujeres, aventuras, cuando estás en el lugar más público? (p. 148)

 

Y digo que me ha llamado la atención por la cantidad de casos de los que he oído hablar en los que sucede todo lo contrario, esto es, la cantidad de aventuras que han tenido presidentes de ese país y, por supuesto, de otros.

Un libro muy recomendable. Muy bien escrito como es marca de la casa y con mucho interés también por lo que nos cuenta.

Hay una larga e interesante entrevista de Julieta Roffo con el autor en infobae.com y una buena reseña de Nicolás Mavrakis en lanacion.com.ar. En ambas se  puede obtener mucha información sobre el contenido del libro.

 

Martín Caparrós, Sarmiento.

 

 

 

 

 

domingo, 11 de diciembre de 2022

Trumpismo y más.


Hay en el blog tres entradas con los comentarios a los correspondientes libros de Ramonet todos dedicados al análisis crítico de la prensa y los medios de comunicación en general. Sigo al  autor desde que dirigía la edición en español de Le Monde Diplomatique y siempre me ha parecido un buen analista desde unas posiciones de izquierda.

En este libro ya queda claro desde el título y el subtítulo cuál es su objeto de análisis. Para ello lo ha dividido en ocho capítulos y una conclusión, capítulos con títulos tan sugerentes como: El malestar identitario (el 2), Del terraplanismo al Pizzagate (el 5) o La conspiración QAnon (el 6).

Hay que advertir que en todos los temas tratados en el libro Ramonet no aporta grandes novedades sobre todo para quien conozca las últimas publicaciones con libros como Extrema derecha 2.0 de Steven Forti, ¿Por qué las fake news nos joden la vida? de Marc Amorós o, sobre todo, Antisocial de Andrew Marantz, por citar solo los que se relacionan más directamente con el contenido de este libro. Ahora bien, lo interesante del análisis de Ramonet es que hace una magnífica síntesis de lo que está sucediendo y lo expone con la claridad tan característica de su escritura.

En particular, me parece especialmente relevante su análisis de la situación de la clase media blanca que hace en apenas dos páginas, pero que basta y sobra para a partir de ahí darse cuenta también de su necesidad de explicación y, posteriormente, de identidad. El siguiente fragmento es significativo.


“En situaciones de crisis grave, como la que viven hoy las clases medias blancas estadounidenses, en las que una explicación clara y racional de lo que les ocurre no resulta evidente, la teoría de la maquinación ofrece respuestas. Da una sensación de control. Procura una suerte de contrapeso psicológico al vértigo de la incomprensión. Propone una narrativa congruente para darle sentido a un mundo que, de pronto, parece estar desposeído de lógica”. (p. 73-74) 


También me ha interesado mucho el espacio dedicado a QAnon, algo de lo que se habla bastante en otros contextos pero sin pasar de vagas generalidades.

Desde otro punto de vista, hay una cita de una socióloga, Zeynep Tüfekçi, que aunque tampoco da una idea muy novedosa, sí me parece que tiene interés que nos recuerden esta idea de vez en cuando porque todos podemos caer fácilmente en esa situación:


“(…) el sentido de pertenencia a un grupo es más fuerte que los hechos.

(…)

En las redes, estamos conectados con nuestras comunidades y buscamos la aprobación de nuestros compañeros de ideas afines. Nos vinculamos con nuestros equipo gritando o insultando a los fanáticos del otro”. (p.91)


En fin, un buen libro en el que en menos de 200 páginas se pueden encontrar muchas claves de lo que pasa actualmente en los Estados Unidos y pronto, si no está sucediendo ya, en el resto del mundo.

 

Ignacio Ramonet, La era del conspiracionismo. Trump, el culto a la mentira y el asalto al Capitolio

 

sábado, 10 de diciembre de 2022

ANDAMIO

Otra vez hago una entrada sobre este tipo de material cuando hace poco que hice la anterior. Llevo unos días que leo algo menos y veo más películas y series.

De las primeras destaco la producción española por su calidad y la franco-belga por lo original del planteamiento.

En las series tengo que destacar también la española (curioso que ambas tengan la rapa en el título) por lo bien hecha que está y la francesa, otro thriller tremendamente original.

Por lo demás hay variedad en origen y temática, aunque cierto predominio del género policiaco.

 

Películas

 

As bestas. Una producción española dirigida por Rodrigo Sorogoyen lo que ya es un buen presagio. La película tiene una anécdota mínima: en una pobre aldea gallega una empresa de energía eólica ofrece un dinero para poder instalar molinos a lo que se opone, sobre todo, un matrimonio francés que se dedica a su huerto y a arreglar casas que luego regalan. Con estos escasos mimbres, el director mantiene la tensión en el espectador durante dos horas y cuarto, a pesar de que parece claro qué es lo que va a pasar, cuál va a ser el desarrollo de la historia. Eso es posible gracias a un muy buen guion, una dirección muy precisa y unas interpretaciones realmente magníficas. Cine del bueno.

 

El prodigio. Una coproducción entre Irlanda y el Reino Unido. Está basada en una novela. Se desarrolla en 1862 y trata del caso de una niña que se alimenta únicamente del “maná del cielo”, es decir que, aparentemente, vive sin comer nada. Una comisión encarga a una enfermera y una monja la vigilancia de la niña para ver si se trata o no de un engaño. Tiene un buen guion y un ritmo pausado muy adecuado para la historia. Es una muestra del fanatismo al que puede llegar la religión. Merece la pena verla aunque quizá le sobre algo de metraje.

 

Causeway. Producción estadounidense. Una joven militar vuelve a su ciudad para tratarse unos problemas cerebrales tras un accidente en Afganistán. Mala relación con su madre y dificultades de relación en general. Solo con un mecánico afroamericano logra establecer cierto contacto y algo parecido al afecto amistoso. Dos buenas interpretaciones aunque también le sobra algo de metraje. Se deja ver.

 

Un  escándalo de estado. Una producción francesa basada en una novela. Trata del narcotráfico y la forma de enfrentarlo a través de un infiltrado y con unas actuaciones policiales discutibles. La trama se desarrolla a partir de una investigación periodística. Tiene un guion manifiestamente mejorable. Es muy difícil seguirla y está llena de extensos parlamentos dichos a toda velocidad. El tema es muy interesante, pero así tratado no. Perfectamente prescindible.

 

La noche del 12. Producción franco-belga basada en hechos reales. Es una película policiaca en la que ya de entrada avisan de que se trata de uno de ese 20% de casos sin resolver que comentan al empezar. Sin embargo, no se pierde el interés porque vemos cómo funciona la policía y algunos aspectos interesantes de la vida en una ciudad de provincias en Francia. Una policía, por cierto, que es quizá la más real que he visto en mucho tiempo.

 

 Series

 

Desde dentro. Miniserie británica de cuatro episodios de una hora. Se desarrolla entre Gran Bretaña y una cárcel en Estados Unidos. Tiene un guion muy original y bien construido, pero difícil de resumir. Hay cambios constantes de ubicación y algunas cosas sorprendentes empezando con los protagonistas: un pastor anglicano y un preso condenado a la pena de muerte. Bastante entretenida y relativamente verosímil.

Netflix

 

Esto te va a doler. Miniserie británica de siete episodios de 50 minutos. Basada en un libro autobiográfico de Adam Kay que es el nombre del protagonista de la serie. Refleja muy bien la situación de un médico en la sección de ginecología de un hospital público y los múltiples problemas que debe afrontar con, además, muy poco descanso. Es una visión poco complaciente del sistema y dedica también un capítulo a hacer una crítica feroz de la sanidad privada con una enferma a la que, cuando tiene problemas graves, terminan llevando al hospital público porque carecen hasta de los medicamentos más básicos. Interesante, con un buen guion y que va de menos a más.

Movistar +

 

The old man. Serie estadounidense de 7 episodios de unos 50 minutos. Es una drama de acción basado en una novela lo que, de alguna manera, lastra un poco esa acción. Es interesante el planteamiento de ir contando alternativamente lo que sucede en el momento actual con lo que sucedió unos treinta años antes que es lo que explica lo actual, pero creo que seguramente se ciñe demasiado a la novela con unos diálogos muy extensos que son realmente monólogos entre dos. Además, muchos de ellos no aportan nada a la historia. Es entretenida pero muy irregular alternando momentos conseguidos con otros un tanto tediosos.

Disney +

 

Las mariposas negras. Serie francesa de seis episodios de 50 minutos. Un thriller con un guion muy trabajado contando una historia de asesinatos de una manera bastante original. Hay varios giros de guion bastante bien llevados. De las series de este género que he visto últimamente ha sido la que más me ha gustado.

Netflix

 

Rapa. Miniserie española de seis capítulos de 50 minutos. Un thriller que no tiene nada que envidiar a los que hacen británicos y nórdicos. Un buen guion en el que priman los personajes sobre la trama; la denuncia del caciquismo, la corrupción y la violencia de género; unos exteriores espectaculares;  más unos magníficos protagonistas, dan como resultado una serie perfectamente exportable a cualquier lugar. Es el mismo equipo que hizo Hierro y se nota en la calidad de la producción

Movistar+

miércoles, 7 de diciembre de 2022

Buen escritor congoleño


No son muchas las traducciones que se hacen de escritores del África subsahariana y, además, la mayoría de las veces se trata de autores que se han trasladado a occidente y suelen dar clases en alguna universidad. Este es el caso de Mabanckou que actualmente da clases en la UCLA y vive en Santa Mónica. En el blog se pueden encontrar otros ejemplos parecidos.

Sin embargo, bien sea por los temas que tratan, bien por la forma de hacerlo, lo cierto es que suelen ofrecer visiones que resultan interesantes para un lector occidental.

En este libro Mabanckou aborda un momento clave de la historia de su país, la República del Congo, como fue el asesinato de Marien Ngouabi, el presidente que intentó implantar un régimen marxista-leninista.

El libro está dividido en tres partes que se corresponden con tres días: 19 de marzo de 1977, el día en que fue asesinado, 20 y 21. A pesar de lo dicho hasta ahora no se trata de una novela estrictamente política, ni mucho menos de una crónica de lo sucedido. Hay, sí, una fuerte crítica del colonialismo, pero también de la corrupción tras la independencia, de los “capitalistas negros” o de las diferencias entre el norte y el sur del país. Ahora bien, todo eso lo muestra a través de los ojos de un niño que vive todos los conflictos por lo que ve hacer a sus padres y a sus tíos. El autor hace gala también de un buen sentido del humor.

De los muchos fragmentos que la editorial ha reproducido de las críticas recibidas por el libro destaco el siguiente de la revista Lire:

“Combinando historias pequeñas e historias en mayúsculas, el escritor aborda de un modo incisivo el imperialismo y los callejones sin salida del continente negro”.

Efectivamente, de esa mezcla sale un texto muy variado en el que yo destaco sobre todo algunos capítulos que se alejan del acontecer político como, por ejemplo, en el que vemos a Michel, así se llama el niño, en el colegio y enamorado. Esto no quiere decir que el resto interese menos, no desde luego para quien, como es mi caso, tiene un desconocimiento enciclopédico de la historia de ese país, sino que desde un punto de vista más literario es cierto que me ha llegado más. Por otra parte, hay algunos momentos en que no me ha resultado fácil seguir los conflictos por ese mismo desconocimiento.

Sea como sea, se trata de un libro que se puede leer con gusto y aprovechamiento.

 

Alain Mabanckou, Las cigüeñas son inmortales. Traducción Regina López Muñoz.

 

 

lunes, 5 de diciembre de 2022

Sobre el fanatismo religioso


Hace medio año que hice una entrada en el blog sobre el autor comentando Buena suerte, el primer libro que leía de Butler. Me gustó por lo mismo que me ha gustado este que ahora comento: por los personajes que crea.

Al menos en estos dos libros el autor no construye una historia compleja, ni tan siquiera con muchos hechos relevantes.

En este caso se limita a las relaciones de un señor de sesenta años con su nieto, su mujer, la hija adoptiva de ambos y unos pocos amigos. En una Nota del autor al final del libro dice que se ha basado en un hecho sucedido en 2008, pero que, al mismo tiempo, es bastante habitual o, desde luego, mucho más de lo que se supone. Obviamente, no puedo, o no debo, decir de qué se trata.

Si la historia no tiene demasiadas aristas ni demasiados conflictos, sí que tiene muy buenos diálogos y, sobre todo, esa capacidad de narrar que hace que el lector siga lo que se le cuenta con interés y disfrutando de lo bien contado que está todo. Además, como decía antes, tanto el personaje del abuelo como el de sus amigos y el de los dos pastores que aparecen están muy bien caracterizados. Dos pastores que tienen mucho que ver con el título porque la novela tiene dos grandes temas: por un lado, una exaltación de la amistad y la solidaridad y, por otro, una denuncia del fanatismo religioso hecho, además, desde una posición alejada del maniqueísmo en el que es tan fácil caer al tratar este tema (yo caería fácilmente por mi ateísmo y anticlericalismo militante).

Si a estos temas se le añade la facilidad narrativa de Butler, tenemos una novela que se disfruta desde el principio siempre que no se espere una pieza con novedades estilísticas. Es una novela totalmente tradicional en su estructura y su escritura, pero que puede gustar a un variado tipo de lector.

Nickolas Butler, Algo en lo que creer. Traducción Álvaro Marcos.


viernes, 25 de noviembre de 2022

Buen descubrimiento

Esta escritora italiana debe de ser bastante conocida en España porque en la misma editorial han publicado ya varios libros suyos. Sin embargo, no he tenido hasta ahora la curiosidad de acercarme a su obra y si lo he hecho ha sido incitado por la lectura de los Diarios de Rafael Chirbes en los que habla de ella en términos muy elogiosos, no de este libro en concreto pues se publicó cuando Chirbes ya había fallecido.

Este desconocimiento no creo que haya que justificarlo, claro, pero es una consecuencia lógica de la gran cantidad de libros que llegan cada día a las librerías y de la dificultad de estar atento a todo. En cualquier caso es una pena no haberla conocido antes aunque es algo fácilmente subsanable a partir de ahora.

Hablando ya del libro Estoy contigo, vaya por delante que me parece un libro muy necesario en estos momentos, en Italia desde luego, pero también en España y espero que también se haya traducido a otros idiomas.

El tema central y único es la inmigración, para lo que la autora, en lugar de hacer un análisis global o centrarse en una serie de casos, elige solo uno y relata exhaustivamente todo el proceso seguido por la protagonista desde su país de origen hasta que consigue una situación mínimamente estable en Italia.

Como dice en el Post Scriptum:

 

“Esta es la verdadera historia de Brigitte, tal y como ella me la contó a mí y yo os cuento a vosotros. Todas las personas que aparecen, actúan y hablan existen realmente. He cambiado sus nombres tan solo para proteger su identidad…”. (p. 277)

 

Daré solamente algunas informaciones para situar la historia. Brigitte es una enfermera de 38 años en 2103, ciudadana de la República Democrática del Congo donde montó dos pequeñas clínicas en su ciudad natal. Viuda desde 2006 y con cuatro hijos. Detenida por problemas políticos, fue torturada y violada en la cárcel. Logró huir gracias a la ayuda de un político amigo de su hermano que la acompañó hasta Roma donde la dejó en la estación Termini con lo puesto y un billete de veinte euros. No sabía nada de italiano, pero sí hablaba francés.

El libro se inicia con los días pasados en esa estación malviviendo de la basura y durmiendo a la intemperie, hasta el momento en que un sacerdote la lleva a un centro de acogida. A partir de ahí se inicia todo el periplo para la obtención de los papeles de asilo y su estancia en diferentes centros privados y/o públicos. Mazzucco va contando todo este proceso y, al mismo tiempo, va alternando capítulos en los que también cuenta cómo era su vida en el Congo y su posterior detención, estancia en la cárcel y liberación.

En Roma recibe la ayuda de muchas personas desde abogadas hasta asistentes sociales pasando por psicólogos y psiquiatras y más de un religioso (de hecho la primera casa de acogida fue fundada por los jesuitas). De todos ellos recibe un trato no solo profesional sino, lo que seguramente es muy importante en esos momentos, también afectuoso. Mazzucco presenta  una serie de personas entregadas a su labor, pacientes (hay que decir que Brigitte tiene un fuerte carácter y, además, estaba acostumbrada a una buena vida con servicio doméstico incluido) y solidarios. De hecho los momentos más emotivos del texto surgen en la relación con algunas de estas personas.

El libro está contado con mucho detalle y extraordinariamente bien narrado tanto lo que sucede en Roma como la historia anterior.

Decía antes que ojalá se haya traducido a otros idiomas porque me parece que Mazzucco ofrece un texto para que tomemos conciencia de todo lo que supone el hecho de migrar a un país extranjero y de las vicisitudes por las que tienen que pasar los que lo hacen. Es más, creo que la persona elegida no es demasiado representativa de lo mal que se puede llegar a pasar y, sin embargo, tanto a su llegada como cuando busca trabajo pasó verdaderas dificultades y momentos muy penosos.

Briggitte llegó a Roma en 2103, Mazzucco la entrevista en 2015, publica el libro en 2016 y se traduce en 2019.

Para acabar reproduzco otro fragmento del Post Scriptum porque creo que deja constancia de lo que ha pasado, y sigue pasando, después con la política migratoria:

 

 “La política y la jurisprudencia sobre el derecho de asilo están en constante evolución y algunos trámites en vigor en2013, cuando Brigitte presentó su solicitud, hoy en día han sido revocados o han cambiado: según los datos del Ministerio del Interior, si en 2013 se denegaron un veintinueve por ciento de las peticiones, en los seis primeros meses de 2016 fueron denegadas entre el sesenta y uno y el sesenta y ocho por ciento de las examinadas y también tienen menos posibilidades de ser aceptados los recursos de apelación.

 (…)

La política es tan clara como un trago de agua. Algunos países levantan barreras de alambre de espino, otros prefieren muros de papel. Ni unos ni otros frenarán la marcha de la historia”. (p. 277-278)

 

Un libro magnífico y, como decía al principio, absolutamente necesario.

 

Melania G. Mazzucco, Estoy contigo. Traducción Xavier González Rovira.