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jueves, 8 de febrero de 2024

Impactante



Hace apenas un año hice la entrada XXVIII de la serie que dedico a mis autores favoritos y era, precisamente, la correspondiente a Leila Guerriero. Tardó en entrar porque también tardé en conocerla ya que hasta 2018 no había leído nada suyo. Eso sí, desde entonces lo he leído todo, tanto lo escrito por ella como dos libros en los que figura como editora y en los que ha hecho la selección de los artículos.

Como periodista es realmente muy buena, tanto como para ser capaz de que un libro como Opus Gelber, en el que hace un extenso retrato de un pianista argentino de música clásica del que yo desconocía hasta su existencia, me atrapara desde el principio. Pero es que, además, escribe muy bien y tiene una gran capacidad para escuchar y a partir de ahí sacar lo mejor de los personajes.

En este retrato de la exmilitante montonera Silvia Labayru que ahora comento está una Guerriero creo que en la cumbre de su madurez como periodista y escritora. Se ha metido con un tema complicado y complejo y lo ha resuelto con gran maestría y dejando al lector con ganas de más después de leer 430 páginas.

Labayru formaba parte del equipo de Inteligencia de Montoneros cuando se produjo el golpe de Estado en 1976. Tenía veinte años y estaba embarazada. El 29 de diciembre de ese año fue detenida e ingresada en la ESMA donde fue torturada, violada y donde dio a luz a una niña que entregaron a sus padres (su padre era miembro de la Fuerza Aérea).

Guerriero ha entrevistado para hacer el libro a muchas personas, creo haber leído en algún lugar que unas 60. Entre ellas: dos de sus tres parejas, el primero y el actual, (el otro ya había fallecido cuando hace el libro) y un tercer hombre con el que tuvo relación en los ochenta; varias de sus principales amigas y compañeras de militancia y cautiverio; algunos amigos (Martín Caparrós entre otros), sus hijos, sobre todo su hija Vera, la que nació en cautividad, y, obviamente, un montón de horas con la propia Labayru a lo largo de casi dos años que empezaron en 2021.

Con estos mimbres monta un retrato realmente impresionante sobre la vida de esta mujer que, además de lo ya relatado, sufrió el rechazo de gran parte de sus compañeros de militancia tras su puesta en libertad. Cómo arma el retrato y cómo va dando voz a los diferentes intervinientes es algo que me parece la clave de este libro y lo que hacen de él un texto fundamental para entender muchas de las cosas que han sucedido en Argentina.

A mí particularmente es un libro que me ha impactado. Tengo muchos afectos aún en ese país y otros desgraciadamente ya nos han abandonado. He pasado muchas horas en Buenos Aires hablando y escuchando historias de esa época, he visto bastantes documentales y he leído libros de Bonasso (como el Recuerdo de la muerte que menciona Guerriero), Galimberti y Horacio Verbitsky entre otros. Me interesa y me preocupa todo lo que pasa allí. Con todo, jamás había visto una exposición tan clara y tan sincera de muchas de las cosas que sucedieron en los setenta y después. Obviamente, aquí no hay espacio para mencionarlas. Sí para decir que es un libro en el que hay muchos grises y pocos blancos y negros (estos últimos muy evidentes, claro). Un libro en el que se cuentan cosas tan chocantes como que Labayru fue violada por su torturador, algo “normal”, pero también por la mujer y en la casa del matrimonio, o que estando detenida en la ESMA pudo ver a su marido de entonces, Alberto Lennie, en Brasil, en Madrid y en México. En fin, un libro algo más que interesante, un libro impactante y que dice mucho sobre la condición humana, ( sobre lo peor sobre todo, pero también algo sobre lo mejor).

Otro apunte personal: Silvia Labayru tiene una casa en Valsaín, un pequeño  pueblo de Segovia que está en las estribaciones del puerto de Navacerrada, a la que acude con frecuencia porque es el lugar donde mejor se siente. En ese pueblo pasé muchos de los mejores momentos de mi infancia y juventud, y a él he vuelto varias veces en los últimos años para enseñárselo a mi mujer  y a mi hijo. A ambos les encanta.

Hay una interesante entrevista con Carmen López en eldiario.es

 

Leila Guerriero, La llamada. Un retrato.

 

 


miércoles, 1 de noviembre de 2023

Memoria del horror


Aunque conozco bastante bien el tema de la represión que hizo la dictadura argentina a partir de 1976 por haber leído los libros de Miguel Bonasso o El vuelo de Verbitsky (citado por Bianchini) entre otros, además de haber visto la película Garaje Olimpo o La historia oficial junto con muchos documentales sobre el tema, a pesar de esto me ha interesado mucho este libro por dos razones: primero porque desconocía bastante el tema de los niños robados que luego han podido ser recuperados y después por lo bien que ha contado el autor la historia.

El libro está organizado de una forma un tanto fragmentaria de manera que el lector tiene que terminar de armarlo aunque es una operación que no resulta demasiado difícil, eso sí, yo he vuelto a leer la primera parte tras terminar la lectura de todo el libro. Precisamente este planteamiento algo complejo lo hace más interesante.

El texto está dividido en tres partes.

En la primer conocemos a Claudia, la protagonista, y algo a sus dos familias, la de “adopción” y la biológica, así como la desaparición de esta. También las leyes que los presidentes Alfonsín y Menem pusieron en marcha para intentar terminar con el “problema” de la represión en los años anteriores. Finalmente, vemos cómo su abuela inicia la búsqueda de la nieta desaparecida y de ahí su ingreso en el grupo primero de las Madres de la Plaza de Mayo y luego de las Abuelas.

En la segunda parte el autor reproduce fragmentos de las declaraciones que familiares y amigos hicieron a las abuelas de la Plaza de Mayo.

En la tercera, para mí la más novedosa y emotiva, se trata la relación que Claudia establece con su tío Fernando y cómo a partir de ahí, y con el paso de los años, va recuperando su verdadera identidad y la relación con su verdadera familia y alejándose de sus “apropiadores” (este es el término que se utiliza en el texto).

Testimonios emocionantes; personajes que, como la abuela, llaman la atención por su perseverancia y valentía o su padre, miembro del FLP (Frente de Lisiados Peronistas) porque había perdido las piernas en un accidente ferroviario, militante del que todos hacen encendidos elogios o el suicidio de la abuela materna, todo ello muy bien narrado, con un lenguaje muy preciso en el que no sobra nada, pero en el que tampoco nada falta.

Un libro no solo interesante sino un ejemplo más de hasta dónde puede llegar el ser humano, algo de lo que, desgraciadamente, estamos teniendo estos días multitud de ejemplos en Oriente Medio, muchos, además, por parte de una gente cuyos antepasados tuvieron que sufrir uno de los peores genocidios de la historia.

Una lectura muy recomendable incluso para quien conozca bien el tema e imprescindible si no es el caso.

 

Federico Bianchini, Tu nombre no es mi nombre. Historia de una identidad robada en la dictadura argentina.

  

domingo, 29 de mayo de 2022

La presencia del mal


Este gran reportero, una vez jubilado por la televisión pública, está dedicando una parte de su tiempo a transmitirnos sus experiencias pasadas, ahora como lectores. Si en la magnífica Habitaciones de soledad y miedo hacía un repaso a los diferentes conflictos a los que había asistido, o en Tierra de zombis relataba sus curiosas experiencias con el vudú en Haití, en este que ahora comento se ha centrado en sus experiencias de contacto con el mal.

El libro lo ha dividido en dos partes. En la primera, se centra en el Chile bajo la dictadura de Pinochet; la actuación estadounidense en la guerra del Vietnam; la revolución sandinista en Nicaragua; la Camboya de los jemers rojos y, finalmente, el terrorismo de Estado contra el terrorismo islamista. La segunda parte, que ocupa la mitad del libro,  está dedicada íntegramente a un país con el sugerente título de: Argentina, paradigma histórico de la represión. Como se ve, aunque no están todos los casos de presencia del mal a partir de la represión, los malos tratos, la tortura, los asesinatos, la utilización de agentes químicos para destruir, etc. sí son todos los que están.

Para la escritura del libro, Romero recupera multitud de entrevistas que realizó a diferentes personajes, la inmensa mayoría represores, para sus programas de televisión o para diferentes medios escritos, fundamentalmente el diario Pueblo en el que se inició en la profesión periodística. También utiliza materiales de dos películas documentales que rodó junto al juez Baltasar Garzón para RTVE: El poder de las tinieblas y El alma de los verdugos (por cierto que ahora es inimaginable que se pudieran hacer), muy recomendables hoy pues a pesar del tiempo transcurrido siguen teniendo un enorme interés y, desgraciadamente, conservan bastante actualidad.

En el libro se relatan los suficientes horrores como para tener que leerlo poco a poco y cerrarlo en algunos momentos para tomar aire. La capacidad del ser humano para hacer sufrir a sus semejantes es infinita, como lo son los métodos que se han ido inventando a lo largo del tiempo para lograrlo. Hay muchos ejemplos en el libro. También hay muchos ejemplos de torturadores que no se han arrepentido nunca de lo que hicieron y que así se lo manifiestan con total naturalidad al autor. En este sentido destacan los casos de militares chilenos y argentinos que justifican sus actos porque en una guerra vale todo para derrotar al enemigo y ellos estaban en guerra contra los “terroristas”.

De la primera parte hay algunas cosas que me han llamado particularmente la atención como, por ejemplo: la impactante imagen de la gente rezando para que no muriera el represor chileno Contreras y así pudiera cumplir su condena; el curioso caso del también chileno Osvaldo Romo que de militante del MIR pasó a delator de sus compañeros para terminar denunciando a la DINA (la policía política de la dictadura); la inexplicable postura de Noam Chomsky sobre la “revolución” en Kampuchea; las cárceles secretas del ejército de Estados Unidos que son denunciadas incluso por la general Karpinsky que fue jefa de esas cárceles en Iraq; la terrible descripción de lo sucedido en My Lai que no por conocido resulta menos brutal y uno de los momentos en los que he tenido que cerrar el libro.

De la segunda parte tengo menos que decir. Desde el año 1986 hasta el 2004 he hecho ocho viajes a Argentina y he tenido ocasión de conocer bastante bien lo que sucedió en ese país durante la dictadura tanto por conversaciones con mucha gente como por haber visto multitud de programas de televisión y documentales. Asimismo he leído los principales libros que se han publicado sobre el tema, desde Miguel Bonasso a HoracioVerbinsky. Por eso me sorprende menos lo leído aunque me parece que Romero ha dejado constancia de su capacidad de aguante en unas entrevistas realmente magníficas con personajes que merecen el mayor de los rechazos. En eso demuestra su talla de gran periodista.

En fin, otro interesantísimo libro de Romero cuya lectura recomiendo encarecidamente a quienes por su edad no hayan vivido esas épocas y también a quienes sí las hayan vivido porque está muy bien reflejado todo y, sobre todo, porque hay entrevistas con los personajes más representativos de toda un época.

Hay una interesante entrevista de Rubén Arranz con el autor en vozpopuli.com.

 

Vicente Romero, Cafés con el diablo. El descenso a los abismos del mal.

 

 

 

lunes, 25 de abril de 2016

Una investigación con ritmo de thriller



Hay en Argentina una larga tradición de este tipo de periodismo y muy buenos practicantes. Desde el Rodolfo Walsh de Operación Masacre, pasando por Verbitsky o Marcelo Larraquy (sus interesantes trabajos sobre López Rega o Galimberti, por ejemplo) e incluso algunos de los libros de Miquel Bonasso como el dedicado a la presidencia de Héctor Cámpora. Hablando, claro, de libros que he leído, porque si no la lista sería inmensa.
Son todos ellos libros basados en amplias investigaciones que suelen incluir tanto documentos como entrevistas tanto a los protagonistas directos como a gentes de su entorno. Además, otra característica común es lo bien narrados que suelen estar de tal manera que aquello que aparece novelado encaja perfectamente en la obra.
En este caso, O´Donnell se ha enfrentado a un caso que fue muy famoso en su momento y del que quedaban algunos cabos sueltos. Ha contado para ello con varias horas de entrevistas con Jorge Born, uno de los dos hermanos secuestrados, con lo que se enriquece mucho la información sobre algunos aspectos del secuestro, aquellos que se refieren a la vida cotidiana. Así, por ejemplo, me han llamado la atención cosas como: el uso de rayos ultravioleta para dar un cierto color al prisionero tras una estancia tan prolongada sin luz solar o que fuese el propio Jorge el que calculase cuánto podían ocupar los sesenta millones pedidos por su rescate (por cierto, un gran espacio con el que no contaban los secuestradores). Desde otro punto de vista, también me ha sorprendido enterarme de que tanto Montoneros como los Born financiaron la campaña presidencial de Carlos Menem. Seguramente alguna vez lo habré leído pero no lo recordaba.
El libro está magníficamente estructurado y va graduando perfectamente todo lo sucedido tanto durante el secuestro, como cuando  posteriormente se cuenta la búsqueda de una parte importante del dinero recibido. En muchos momentos adopta la forma de un thriller.
De los muchos personajes que salen en el libro, aparte de la figura y el actuar de Jorge Born, a mí me ha interesado lo que se dice de  Mario Firmenich y Rodolfo Galimberti. Del primero, máximo responsable de Montoneros, porque habiendo visto y leído varias entrevistas con él, me sigue costando formarme una opinión sobre el personaje y su actuación política en la época. Del segundo porque me sigue pareciendo inexplicable que un tipo así fuese el máximo responsable del secuestro al serlo de la Columna Norte de Montoneros, encargada del mismo.
María O´Donnell ha escrito un libro notable por la información que maneja y por lo bien que está contado todo el proceso. Además, como buena periodista, maneja el lenguaje con precisión y claridad y no le ha sucedido, como a veces les pasa a otros colegas, perderse en los detalles siendo demasiado prolija.
El tema del grupo Montoneros me sigue resultando apasionante como apasionante es casi toda la historia de Argentina. Ese país que tiene la gran particularidad de que en un mismo partido puedan coexistir, a veces incluso de forma simultánea: la extrema derecha,  la extrema izquierda, el neoliberalismo o el populismo.
Un buen comentario sobre el libro lo hace Carlos Cué en elpaís.com y hay una entrevista muy completa en perfil.com.



María O´Donnell, El secuestro de los Born

domingo, 1 de noviembre de 2015

Artículos interesantes

Entrevista con Owen Jones cuyo combativo  libro, El Establishment, he comentado en el blog.  Aunque aún no la he leído, el conocimiento y la actitud de su autor garantizan informaciones y opiniones interesantes. (ctxt)

El artículo-diatriba de Vargas Llosa sobre las elecciones en Argentina y los innumerables males que el peronismo le ha hecho al país, resulta interesante para saber qué piensan los liberales y cómo usan también la demagogia sin ningún rubor. ¿Qué pasa don Mario, que siempre han hecho trampas en las elecciones para haber ganado casi todas desde el restablecimiento de la democracia? (El País)
 
Fernado Krakoviak da una visión bastante diferente de la situación en Argentina. (ctxt)

Buen análisis de Josep Ramoneda sobre el momento que se vive en Cataluña. (El País)
 
Ramón Lobo defiende una forma de periodismo partiendo de lo que se cuenta en la película La verdad. (infolibre.es)

sábado, 2 de noviembre de 2013

Sobre la situación argentina.

Interesante visión de Martín Caparrós sobre la situación política en Argentina. No demasiado sesgada hacia ningún lado aunque eso sea casi imposible en la actual situación del país.