domingo, 29 de mayo de 2016

Artículos interesantes

Es inevitable en una semana como esta pasada hablar de Venezuela. De entre lo que he leído, el escrito de Ramón Lobo me parece el mejor y más templado. (infolibre.es)

También está muy de moda el tema de la famosa "pinza". Esteban Ordoñez da  un buen repaso al momento histórico y hace interesantes comparaciones.  (ctxt.es)

Cambiando de tema radicalmente, la entrevista a la periodista argentina Leila Guerriero ofrece buenas reflexiones sobre el periodismo. (ctxt.es)

viernes, 27 de mayo de 2016

Prescindible biografía de un gran desconocido



La reciente lectura del libro de Beigbeder, Oona y Salinger, me ha recordado que tenía pendiente desde su publicación, nada menos que en 1988, la lectura del libro de Hamilton. Aunque leí a Salinger hace muchísimos años y solo he releído después El guardián entre el centeno (por cierto que creo que es el libro que más he regalado en mi vida), me apetecía ver qué había sido del autor estadounidense antes y después de lo narrado por Beigbeder.
El resultado ha sido bastante descorazonador. Antes de dar un par de opiniones personales, voy a reproducir algunas frases de la durísima crítica que Leopoldo Azancot hizo del libro el 24 de diciembre de 1988 (también adjunto el escaneo del documento aunque no creo que se vea muy bien):


(…) se trata de uno de esos libros supuestamente desmitificadores que atienden a rebajar lo alto, a ajustar cuentas, desde la mediocridad, con lo grande.

(…) la apariencia de modernidad del libro de Hamilton, debida a la alternancia del plano de la investigación y del plano de los hechos, es totalmente espuria por cuanto no está justificada de manera alguna, ya que los hechos ya eran de dominio público y la investigación resultó un fracaso (…) y no se hace modernidad con la mezcla de dos naderías –los comentarios y las interpretaciones también lo son.
En cuanto a estos comentarios e interpretaciones sobre la figura y la obra de Salinger, sólo cabe decir, en efecto, que son de una ruindad, de una mezquindad, de una maldad absolutas y gratuitas.
Hamilton, que ha dado rienda suelta al resentimiento por haber sido objeto de pleitos perdidos (…) pretende pasar a la historia unido a Salinger mediante esta su deleznable biografía. No lo conseguirá afortunadamente.

Comparto plenamente esas ideas aunque reconozco que me empezó a gustar el planteamiento de ir relatando cómo se hacía la investigación hasta que me di cuenta de que, efectivamente, no llevaba a ninguna parte.
Además, ante la falta de documentación debido a que, por un lado, Salinger le ganó el pleito sobre unas cartas suyas que Hamilton había conseguido paro que no podía utilizar ni siquiera, como hizo en una edición, dedicándose a parafrasearlas y, por otro lado, recibió muy pocas contestaciones a las solicitudes que hizo a antiguos compañeros de estudios y de su época en el ejército; ante esa ausencia de documentación, Hamilton se dedica a contar muchos de los cuentos publicados en diversos periódicos y revistas intentando obtener o deducir qué elementos podían ser autobiográficos. Estas partes del libro resultan particularmente pesadas y en varias ocasiones me las he saltado directamente.
Así pues, un libro perfectamente prescindible que no aporta nada muy relevante para el mayor conocimiento de uno de esos autores de culto que dio el siglo pasado y de cuya única novela parece ser que se han vendido más de 120 millones de ejemplares.
Tengo pendiente aún la más reciente biografía publicada en 2014, pero se trata de un libro de 700 páginas que tampoco ha tenido unas críticas muy favorables.
Para finalizar, reproduzco uno de los pocos fragmentos del libro en los que aparece un texto de Salinger no literario. De hecho se trata de la dedicatoria que hizo de  su libro Franny y Zooey:


“Dedica este nuevo libro a la audiencia (…) a una audiencia incontaminada de todo profesionalismo literario:

Si todavía queda en el mundo un lector amateur – o alguien que sencillamente lee por leer-, yo le pido, con afecto y gratitud inexpresables, que comparta con mi mujer y mis hijos la dedicatoria de este libro.” (En cursiva en el original) (p.226)

Desde luego, mi identificación con la figura del lector amateur es total.



Ian Hamilton, En busca de J.D.Salinger. Una vida de escritor

jueves, 26 de mayo de 2016

Revisión novelada de los años setenta argentinos



Hace unos días volví a ver, creo que por cuarta vez, el documental Cazadores de utopías sobre la historia de los Montoneros y también vi por vez primera  el documental y docudrama Norma Arrostito, la Gaby. Es decir que estaba muy motivado con el tema, algo que me pasa de tanto en tanto, y recordé que había leído hace tiempo un libro de Caparrós en el que hacía una crítica bastante fuerte, y por momentos demoledora, de aquellos años. He vuelto a leerlo.
En el documental mencionado tiene Caparrós una breve intervención, pues en su día fue dirigente del movimiento de estudiantes de secundaria, lo que indica que, de alguna manera, es alguien medianamente representativo de la época. Además, es coautor de una monumental obra documental, La Voluntad, sobre los movimientos y los sucesos de los setenta.
El título de este libro parece tomado del inicio de una instancia oficial, pero a mí se me ocurre que también se podría asimilar a ese dicho tan castellano de que “cada palo que aguante su vela”.
Desde luego se trata de un texto comprometido al máximo, sin miedo a la polémica que seguro que se suscitó en su país en 2008 que es cuando se publicó,  que critica a tirios y troyanos ya sea su generación, la Iglesia, los militares o la sociedad argentina en su conjunto. Escribe sobre la tortura, la violencia, la inseguridad, la venganza (su ausencia), la caída, el sacrificio, los “mártires”, y un largo etcétera. Es una crítica que tiene muchos elementos de autocrítica, pero que en mi opinión, hay que ser argentino y tener una determinada edad para poder comentar, compartir o discutir. Yo tengo algunas opiniones formadas en mis muchas conversaciones a lo largo de los diferentes viajes que he hecho al país, pero no creo que sea este el lugar ni el momento de darlas.
El libro es verdaderamente muy sugerente. Está muy bien escrito, con un lenguaje muy adaptado a los diferentes contextos, con un acertado uso de la 1ª y la 3ª persona, con una mínima trama casi policiaca que simplemente le sirve de pretexto para introducir algunos temas y salir un poco del carácter casi ensayístico que tienen la mayor parte de los capítulos del libro.
A continuación dejo una serie de fragmentos ilustrativos de alguna de las cosas que acabo de comentar:

“Somos una manga de poetas, una banda de fracasados charlatanes. Nunca supimos hacer nada pero lo hemos dicho con tanta aplicación –y a veces, incluso, con alguna elegancia. De eso que no falte: nadie sabe revolcarse en la derrota con la elegancia de nosotros los argentinos.” (p. 18)

“_ Mirá, muy en  síntesis, te diría que es una generación que entregó todo, que dejó por el camino a su mejor gente pero ahora por fin puede hacer algo de lo que se propuso.” (p.21) (Esto lo dice un personaje que es ministro del gobierno peronista y antiguo militante montonero)

“Es humillante –y triste y fastidioso_ pensar que “los tiempos felices de mi vida” sucedieron cuando estaba embarcado en un error tremendo.” (p.92)

“Nuestro Espantoso Error fue Sobrestimar al Gran Pueblo Argentino Salud.” (p.140)

“Nuestra pretensión era patética: entregamos todo para salvar a millones de personas que no tenían el menor interés en que las salváramos.” (p.142)

“A los tibios, a los que nunca hicieron nada, a la gran masa estúpida, les resulta más fácil recordar una matanza, la maldad de los malos, el famoso genocidio, que pensar las complejidades de un enfrentamiento por el poder de definir el modelo social. Y a nosotros, a mediano plazo, empezó a convenirnos porque nos convirtió de equivocados en víctimas, de derrotados en víctimas – y no hay papel más generoso que el de víctimas, (…)” (p.177) (Esta me parece una de las frases más duras del libro, y seguramente de las que más polvareda levantaron en su día.)

“Los que murieron no fueron los mejores –ni los peores. Tuvieron menos suerte. Yo llegué unos pocos minutos después que la patota. ¿Habría sido mejor –yo, digo, mejor persona, mejor hombre- si hubiese llegado media hora antes y me hubiesen secuestrado, torturado, matado como a vos (se refiere a su esposa desaparecida), si te mataron, y a todos los demás? (p263)

Creo que con lo visto no hace falta recomendarlo explícitamente.
Dejo dos enlaces: la excelente reseña que se publicó en 2008 en Página 12 y que tiene por lo tanto el valor de estar hecha donde sucedió todo,  y la del escritor español David Pérez Vega. En ambas se explica muy bien el contenido del libro y en la primera se discuten algunas posiciones de Caparrós.



Martín Caparrós, A quien corresponda

miércoles, 25 de mayo de 2016

Más Montalbano y van...



Otra entrega de la serie dedicada al comisario Montalbano que he leído en su totalidad. En la nota final el autor hace una curiosa aclaración: se trata de una novela escrita hace unos años (parece que en 2008), pero publicada ahora por “las artimañas secretas de los planes editoriales.”
Sea como sea, se trata de otra investigación del comisario con los ingredientes habituales de cualquiera de la serie: una trama bien construida, los errores típicos de Catarella, copiosas comidas con prácticamente los mismos ingredientes de siempre, choques con la superioridad, desencuentros telefónicos con Livia y, como no podía ser de otra forma, acertada resolución final.
En esta entrega aparece al principio una fuerte crítica a los medios de comunicación que me hubiera gustado ver luego más desarrollada. También insiste, como suele ser habitual en sus libros, en el extenso poder de la mafia y su relación con los políticos y, en este caso, también con los jueces.
En resumen, no hay especiales novedades y tengo que reconocer que las tramas empiezan a parecerme un tanto agotadas así como los personajes. No obstante, le sigo guardando fidelidad porque me entretiene y por momentos me hace reír.



Andrea Camilleri, Una voz en la noche

martes, 24 de mayo de 2016

Viajando en tren por América




Paul Theroux no solo es un gran escritor de novelas, también es un gran viajero que, además,  sabe contar magníficamente sus viajes. Este es el cuarto libro que leo sobre el tema  y el segundo que escribió. Recoge un viaje en tren, hecho en 1979, desde Boston hasta la Patagonia recorriendo por lo tanto la mayor parte del continente americano de norte a sur.
Como en todos sus libros de viajes, Theroux hace espléndidas descripciones de los lugares por lo que pasa; introduce algunas conversaciones con gente  con la que se cruza y que le resulta curiosa o interesante; cuenta en algunos casos, pocos, detalles históricos que ayuden a comprender algún aspecto de lo que narra; se permite algunas reflexiones y generalizaciones sobre los lugareños; y no oculta en ocasiones sus propios sentimientos e incluso padecimientos.
Dejo a continuación algunos ejemplos que ilustran bien lo dicho:

 “La repugnancia del costarricense por los dictadores no le permite tolerar a los sacerdotes. (…) Sólo el campesinado pobre cree que se convertirá en un burgués en el cielo. Una clase ascendente desea sus comodidades en la tierra y no dispone del tiempo ni la inclinación para ser religiosos: este fenómeno es obvio en Costa Rica.” (p.317)

“Partimos a la puesta de sol y, de pronto, sentí la necesidad imperiosa de bajar del tren. Ya me sentía incómodo, y el viaje no valía esa incomodidad. Los niños gritaban en brazos de sus madres y, nada más dejar la estación, la gente empezó a quejarse ruidosamente de las luces fundidas, el hacinamiento y el calor.” (p.383)

“Un viajero francés con dolor de garganta es un espectáculo maravilloso, pero hace falta algo más que una amigdalitis para impedir que un francés fanfarronee.” (p.389)

“_No tienes que juzgar a la gente por el país –me dijo una mujer-. En Suramérica es siempre sensato juzgar a la gente por la altitud.” (p.433)

“Llevaba en América Latina el tiempo suficiente para saber que había un estigma de clase asociado a los trenes. Sólo los semiindigentes, los descalzos, los indios y los montañeses medio chiflados tomaban los trenes o sabían algo de ellos. Por esa razón, constituían una buena introducción a los sufrimientos sociales y los esplendores paisajísticos del subcontinente.” (p.448)

En un libro de 630 páginas me resulta muy difícil destacar algo, pero  si tuviera que hacerlo serían cosas como: una divertida conversación con una vegetariana extremista, otra conversación con dos vendedores sobre el número de palabras que hay en el inglés y en el español, todo lo que cuenta explica sobre el canal de Panamá (que yo desconocía totalmente) o la parte final en la que narra sus encuentro con Borges en Buenos Aires en el que se dedica, a petición del argentino, a leerle relatos en inglés en las varias visitas que le hace.
Pero como decía, el libro tiene muchos momentos interesantes, divertidos y hasta emocionantes. Además, Theroux es un magnífico narrador y sabe contar las historias manteniendo permanentemente el interés del lector. En este libro quizá, y por poner alguna pega,  ha abusado en exceso de las descripciones de los paisajes sobre todo al atravesar América Central.
Solo me queda recomendar no solo este, sino cualquiera de sus novelas o de sus libros de viajes. Es uno de mis escritores favoritos y así consta en la serie que tengo en el blog.


Paul Theroux, El viejo Expreso de la Patagonia

lunes, 23 de mayo de 2016

Entretenida biografía





“Tal como preguntaba Régis Debray en 2012: “¿Nos gusta Jorge Semprún  por lo que fue o por lo que hizo de lo que fue?”. A pesar de enfrentarse a circunstancias difíciles, llegó a vivir muchas vidas y consiguió alcanzar el éxito, la fama, el reconocimiento y el poder con los que había soñado de niño. Tenía talento y dones de los que partir, pero el mayor de ellos fue la capacidad para inventarse a sí mismo, para reaccionar y sacar partido de los contextos culturales y políticos que le tocaron vivir. Fue, en este sentido, un genio camaleónico, y escribir sobre él ha sido una experiencia llena de sorpresas y jamás aburrida. No dudo que aún guarda secretos en la manga.” (p.303)

Con este largo párrafo termina Soledad Fox su muy entretenida biografía de Semprún. Lo reproduzco a pesar de su extensión por dos razones: me parece muy sugerente la cita de Debray y me parece un buen resumen de su personalidad. Además, si la autora no se ha aburrido con la investigación y la escritura del libro, el lector, como acabo de decir, también disfruta con el texto.
Semprún ha aparecido varias veces en el blog y, desde luego, dentro de la serie de mis autores favoritos, por eso cualquier publicación sobre su vida u obra me interesa. En este caso, sin que haya encontrado en el libro aportaciones especialmente novedosas, sí que tiene algunas cosas que me han interesado más. Así, los dos primeros capítulos que dedica a los orígenes familiares y a sus primeros años en Francia antes de su detención me han enseñado un Semprún que conocía poco y alguna cosa sobre su abuelo, Antonio Maura, también llamativa. Asimismo, de toda la época de militancia en el PCE, aunque más conocida, también aporta la autora algunas informaciones curiosas.
Para la biografía Fox ha utilizado archivos, en algún caso  inéditos hasta la fecha, y muchas entrevistas que reproduce extensamente  y que predominan cuando habla de su actividad política final como ministro de Cultura. Me ha llamado la atención la cantidad de materiales que utiliza de su hermano Carlos que no son precisamente favorables al biografiado.
Me imagino que el apellido Maura de la autora significa que tiene alguna relación familiar con Semprún, pero en el texto no se menciona nada en este sentido y yo tampoco he encontrado nada en internet. Evidentemente no es algo relevante sino mera curiosidad: Por cierto que el libro está escrito originalmente en inglés ya que la autora es catedrática en Estados Unidos.
Un libro muy recomendable para quien se interese por la obra del biografiado, pero también para quien quiera conocer algunos aspectos importantes de la historia española de la segunda mitad del siglo pasado.
Corta y buena reseña en lavanguardia.com.



Soledad Fox Maura, Ida y vuelta. La vida de Jorge Semprún

viernes, 20 de mayo de 2016

Una novela corta pero dura




Hace menos de un mes comentaba en el blog un libro de relatos de Dazai que era lo primero que leía de este autor y ya avisaba de que tenía encargado otro. Acabo de leerlo y me confirma en lo que ya observé en sus relatos: vida dura, pesimismo, bebida, cierta desesperación, soledad, etc.
Desde luego se nota el carácter autobiográfico de muchas de las cosas que le suceden al protagonista, entre ellas su afición al sake y la morfina, que le llevan a la autodestrucción. En este sentido, me recuerda algunos libros leídos en los últimos tiempos cuyos protagonistas también tienen vidas difíciles en gran medida por el abuso del alcohol y las drogas; me refiero  a las autobiografías de Art Pepper y Dan Fante.
Dazai se aplica a sí mismo términos como: “Conciencia de delincuente”, “marginados”, “sentimiento de culpa” (p.45-46)
Además tiene fragmentos tan duros y desesperanzados como:

“Por lo general, las personas no muestran lo terribles que son. Pero son como una vaca pastando tranquila que, de repente, levanta la cola y descarga un latigazo sobre el tábano. Basta que se dé la ocasión para que muestren su horrenda naturaleza. Recuerdo que se me llegaba a erizar el cabello de terror al pensar en que este carácter innato es una condición esencial para que el ser humano sobreviva. Al pensarlo, perdía cualquier esperanza sobre la humanidad.” (p.17)

También ofrece una particular visión de la mujer:

“Comprender los sentimientos de cualquier mujer es más complicado y desagradable que estudiar las emociones de una lombriz. Según mi experiencia, que viene de cuando era niño, cuando una mujer se pone a llorar de repente, lo mejor es ofrecerle algún dulce y enseguida mejora su humor.” (p.34)

O confiesa:

 “No es que tuviera celos; nunca fui posesivo. Es cierto que a veces he sentido pena al perder algo, pero nunca la suficiente como para enfrentarme a los demás por este motivo, hasta el punto de que años después vi como violaban a mi esposa sin hacer nada para evitarlo.” (p.57)

Como se ve, se trata de una novela que aunque muy corta, 124 páginas, es lo suficientemente fuerte para lograr impactar en el lector.
Una reseña muy buena en.mi-estantería.


Osamu Danzai, Indigno de ser humano

martes, 17 de mayo de 2016

Una historia de alumnos y profesores



Publicada en 1930 cuando su autor tenía 22 años, esta novela tiene que tener mucho de autobiográfico. Dice en una nota al comienzo que la escribió en 1929 en cuyo invierno y en solo una semana tuvo noticia de diez suicidios de estudiantes.
El protagonista, Kurt Gerber, está en el último curso de bachillerato pero tiene graves problemas con Kupfer,  el profesor de matemáticas del que se dice en la novela que:

“Cuando ordenaba, era obedecido. Cuando llamaba, era respondido. Cuando decía: ”¡Silencio!”, se hacía el silencio. Cuando hablaba, lo rodeaba un halo de resplandeciente autoridad y de reluciente perfección. El Dios Kupfer.” (p.23)

Parte de la trama estará dedicada a describir el comportamiento de este profesor y de otros del mismo centro así como la respuesta que dan los alumnos. No tiene el autor muy buena opinión del trabajo de los profesores de los que llega afirmar:

“¿Quién merecía escuchar esas palabras ásperas, pronunciadas con seguridad y gravedad: ”Eres insuficiente”? ¿Quién había otorgado a los miembros del profesorado el derecho a clasificar a seres humanos a lo largo de tantos siglos, a tomar una decisión única e irrevocable que empuja a uno hacia un futuro adonde se dirigirá con paso firma, convencido de que nada puede ocurrirle, mientras que el otro se derrumba y se agacha, náufrago en una isla desierta. Rodeado por el murmullo del mar de la desolación….? (…)
Pero ¿quién valora las aptitudes? ¡Sólo usted, señor profesor! Y quién  sabe qué decisión habría tomado usted, señor profesor, si ese día hubiera optado por la clemencia, hubiera solucionado su estreñimiento o su esposa no le hubiera traído el café quemado.” (p.188)

Como ha sido profesor durante veinticinco años, puedo compartir alguna de las críticas que hace aunque creo que solo una minoría de los profesionales se puede incluir entre los criticados.
También dedica muchas páginas, que en mi opinión son las menos afortunadas, a la en el fondo frustrante relación del protagonista con Lisa, una alumna que abandonó los estudios el año anterior.
Hasta aquí el tema o temas de la novela. Su desarrollo resulta enormemente irregular y junto a capítulos interesantes y bien construidos, hay otros de los que no queda muy clara su función en la historia. Me figuro que en parte se debe a la gran juventud del autor y a que, además, está escribiendo prácticamente al mismo tiempo que está viviendo alguna de esas situaciones.
Aunque en ningún momento he sentido la tentación de abandonar su lectura, sí que es cierto que tampoco cogía el libro con demasiada ilusión. Hay fragmentos que me han gustado mucho, principalmente aquellos que se desarrollan en el centro escolar, y otros, sobre todo los que tienen que ver con la historia amorosa, que he leído por encima.
Del mismo autor leí hace una par de años un magnífico y divertidísimo libro de anécdotas que está comentado también en el blog y que demuestra que superó felizmente los problemas de juventud.



Friedrich Torberg, El alumno Gerber

domingo, 15 de mayo de 2016

Artículos interesantes

Dos artículos sobre el poder judicial y el cuarto poder me han parecido no solo interesantes, sino también un tanto preocupantes. Ambos poderes son claves para una democracia y ambos están bastante "tocados" en nuestro país.

Elisa Beni da muchos datos sobre los amiguismo entre los miembros del sistema  judicial. (eldiario.es)

Rosa María Artal hace un buen repaso sobre el uso que se hace de los verbos en los diferentes medios. (eldiario.es)

Mario Vargas Llosa hace un encendida defensa de lo que está haciendo Macri en Argentina basándose en que: "No es necesario recurrir a sondeos y estadísticas para demostrarlo: el cambio está en el aire que se respira, en la manera de hablar de la gente sobre el momento actual, el alivio y el optimismo con que a la mayor parte de conocidos y desconocidos les oigo comentar la actualidad política". Claro que entre mis conocidos la opinión es muy diferente, pero siempre viene bien qué dice el neoliberalismo. (elpaís.com)

viernes, 13 de mayo de 2016

Mis autores favoritos XXV: Rafael Chirbes



Desde que a finales de los ochenta leí la primera novela de Chirbes, Mimoun, no he dejado que se me pasara ninguna sin leer. No ha sido un autor muy prolífico pues publicaba cada más o menos cuatro años, pero sí ha sido un autor que trabajaba mucho y muy bien cada nuevo texto. Si los temas eran siempre muy interesantes, lo era más aún su magnífica escritura que, además, fue mejorando con el paso de los años de tal manera que sus dos últimas entregas, Crematorio y En la orilla, merecieron grandes halagos y el Premio de la Crítica ambas más el Nacional de Narrativa la segunda. La publicación póstuma de París-Austerlitz ha vuelto  a demostrar la enorme capacidad creativa y literaria de uno de los mejores escritores españoles de los últimos cincuenta años.
Estoy enormemente agradecido a Chirbes porque me ha hecho disfrutar como pocos con la lectura de sus libros y, además, me ha hecho reflexionar también en más de una ocasión con su visión de lo que pasaba en el país; una visión muy crítica, lúcida y que no se casaba con nada ni con nadie.
He lamentado su prematura desaparición además de por las razones evidentes en estos casos, por la más egoísta de haber perdido la posibilidad de encontrarme con el autor en más libros.


Me ha gustado lo escrito por Marta Moreira en abc.es.

jueves, 12 de mayo de 2016

Shostakóvich y el estalinismo




Hace unos años un gran escritor británico, Martin Amis, escribió Koba el Temible, su particular ajuste de cuentas con Stalin. Ahora, otro escritor británico de la misma generación aprovecha la historia del músico Dmitri Shostakóvich para criticar ese régimen y para algo más, pues como se afirma en la contraportada del libro: “En esta breve novela, tan hermosa como terrible, Julian Barnes reconstruye la vida del músico –los recuerdos de su infancia y su convulsa vida íntima, las relaciones con sus esposas, sus amantes y su hija-, pero sobre todo aborda las dolorosas decisiones que tuvo que tomar en unos momentos históricos sombríos, e indaga en el miedo y la culpa, en la dificultad de comportarse con honestidad en tiempos de barbarie, y en la difícil supervivencia del arte en esos años aciagos.”
En tres capítulos aborda sucesivamente tres aspectos de esa vida y sus repercusiones íntimas: el miedo, la cobardía y la culpa.
Que el miedo estaba justificado, sobre todo en el caso de personalidades relevantes, lo resume muy bien Barnes en este fragmento:

“En aquella época había dos frases –una era una pregunta y la otra una afirmación- que hacía sudar a la gente y cagarse en los pantalones a hombres fuertes. La pregunta era: “¿Lo sabe Stalin?” La afirmación, aún más alarmante, era: “Stalin lo sabe”.” (p.136)

La cobardía y la culpa quedan también reflejadas muy bien en este otro fragmento:

“Ni siquiera se trataba de que le faltase el valor de comprar y tragarse las pastillas. Era más bien que ahora, en aquella tesitura, carecía incluso del respeto a sí mismo que exigía el suicidio.” (p.171)

Una novela muy interesante y muy bien escrita, pero que a mí no ha terminado de llegarme seguramente por el momento en el que la he leído y, también en parte, porque creo que está escrita con demasiado alejamiento y me atrevería a decir que con cierta frialdad. Después de haber leído bastantes textos, sobre todo memorias, sobre la época estalinista, este de Barnes, siendo excelente y mostrando algunas historias muy interesantes, me ha dejado un poco frío.
Creo que tendré que darle pronto otra oportunidad porque el autor, el tema y el músico protagonista lo merecen.



Julian Barnes, El ruido del tiempo

miércoles, 11 de mayo de 2016

El abandono del terrorismo




Ana Terradillos, a quien conozco sobre todo por sus intervenciones en la SER y últimamente como tertuliana en la televisión, se ha atrevido con un tema muy difícil: la situación de los expresos de ETA que abandonaron la banda terrorista utilizando la llamada vía Nanclares. Y es difícil porque en este país todo lo que toque a ETA corre el riesgo de enfurecer bien a los miembros de la izquierda abertzale, bien a las víctimas de la banda. Creo que ha logrado tratar el tema de forma tal que aunque no guste a ninguno de esos sectores, seguramente tampoco provoque reacciones demasiado adversas. (He buscado comentarios del libro y no he encontrado apenas nada lo que me lleva a pensar lo anterior.)
El libro es realmente muy interesante pues a partir de una serie de entrevistas personales o a través de cuestionarios, la autora va relatando el porqué se llega a tomar la decisión de abandonar la banda terrorista, cómo se vive en la cárcel y/o en la calle después de hacerlo, qué represalias han padecido, qué problemas de reinserción social y laboral tienen, cuál ha sido su relación con las víctimas (y aquí se incluye información sobre los encuentros restaurativos), y un largo etcétera. Como se ve temas todos muy sugerentes y con cuestiones que cualquiera que haya seguido algo del proceso se ha planteado en algún momento.
A mí personalmente hay algunas cosas que me han llamado mucho la atención como son: el control del EPPK (Colectivo de presos de ETA) que ejercen en las cárceles hasta el punto de decir lo que se tiene que comer; el papel transmisor de consignas de los abogados de los etarras; las  grandes dificultades laborales al salir de los que han renunciado a ETA en comparación con los que no lo han hecho; la gran importancia que se da a que quienes renuncian a la organización compensen económicamente a las víctimas aunque sea con cantidades muy pequeñas (las hay de 20 euros al mes); los casos de Pertur y de la escisión de los polis-milis; etc. Pero, por encima de todo, lo que me ha transmitido mejor y me ha aclarado más mis ideas previas es la descripción que hace del ambiente en el que se tendrán que mover los acogidos a la llamada vía Nanclares, un ambiente de gran presión aunque estén fuera de la organización pues como dice la autora:

“(…) intentaba excusarse (se refiere a Ibon Etxezarreta) explicándome que yo tenía que tener en cuenta que el discurso que los disidentes seguían empleando era un discurso dirigido a su mundo.” (p.179)

Se entiende así mejor el tema de la negativa de la mayoría a usar para ellos el término arrepentido en el sentido político; a nivel personal sí están dispuestos varios.
Un libro, repito, muy interesante al que quizá criticaría que no se utilicen más las respuestas literales de los entrevistados, y la no muy clara separación por capítulos que lleva a que a veces sea difícil recordar qué hizo el que está hablando porque se ha explicado en un capítulo anterior.
El libro se complementa con dos buenos apéndices. En el  primero, muy extenso, se hace una pequeña biografía de cada participante y las penas que le fueron impuestas. En el segundo, muy curioso, se reproducen algunos de los escritos presentados para entrar en la vía Nanclares.




Ana Terradillos, Vivir después de matar

martes, 10 de mayo de 2016

Curioso librito




Se traduce por primera vez esta carta que le escribió a Jorge Semprún su amiga y profesora de liceo Edmonde Vinel (el verdadero nombre de la escritora). Parece ser que Semprún la llevaba siempre consigo cuando estaba en España para cumplir sus misiones políticas. (Es un pequeño ejemplar de 52 páginas en  formato bolsillo.)
Reconozco que salvo unas cuantas frases no he seguido bien el texto pues pone multitud de ejemplos de la literatura francesa que desconozco totalmente. Incluso el muy citado Balzac, del que he leído varios libros, me parece otro desconocido. Sin embargo, merece la pena leerlo porque está extraordinariamente bien escrito (y, desde luego, traducido).
Dejo el enlace con un comentario muy completo e interesante de Manuel Hidalgo en elcultural.com que creo que resume muy bien las principales aportaciones del librito.



Claude-Edmond Magny, Carta sobre el poder de la escritura

lunes, 9 de mayo de 2016

Citas últimas lecturas


Guerra

La guerra supone una escuela de maniqueísmo.
Tzvetan Todorov Insumisos


Hombre

“El hombre es un ser que se acostumbra a todo. Creo que esa es su mejor definición.”
Fiódor Dostoievski citado en
Anne Applebaum, Gulag. Historia de los campos de concentración soviéticos



Religión

En el interrogatorio de La Habana abundan, por lo tanto, los inocentes. También el sacerdote se cuenta entre ellos. Su lugar no está junto a la ametralladora., sino junto a la pila bautismal. La matanza la deja en manos de sus muchachos. Aprueba y santifica sus actos. Todo lo demás no le importa lo más mínimo. La división del trabajo alcanza así su máxima perfección.
Hans Magnus Enzensberger, El interrogatorio de La Habana y otros ensayos



Religión

A Hackett no le quitaba el sueño la Iglesia, pero admiraba su implacable determinación para obtener poder y, una vez que lo conseguía, su tenacidad en conservarlo.
Benjamin Black, Órdenes sagradas



Amor

Sabía el significado del amor. El amor era no crear problemas, no ponerse en situación de crearlos. Era no dejar a una mujer porque se ha puesto el pensamiento en otra. Era no llegar nunca a estar donde se juró que nunca se estaría. Y no era vivir aislado, estar solo. Eso nunca. Nunca.
Richard Ford, Rock Springs



Nacionalismo

En estos últimos años he pensado mucho en la legitimidad del sentimiento nacional. En la era del átomo, la radio y el avión, quizá no sea más que una hermosa idea fantasmal. Es posible. Sin embargo, hasta que llegue la hora de las grandes uniones nacionales, más allá de razas y lenguas, todos tenemos derecho a ella, aunque se hayan superado los pasos fronterizos entre naciones. Lo que vemos hoy en día es la expresión más repugnante del sentimiento nacional: el nacionalismo imperialista.(…)
Así pues, mientras la humanidad no logre realizar los ideales de una coexistencia social supranacional, creo tener derecho a aferrarme a la idea de la nación húngara.

Sándor Márai, Lo que no quise decir

viernes, 6 de mayo de 2016

Sobre la crisis de Grecia




Si algo caracteriza a Estefanía es el intento de  explicar de la forma más clara posible los problemas económicos que padecemos. En sus últimos libros ha hecho esfuerzos notables con muy buenos resultados. Ahora se enfrenta, junto con la también periodista Ana Cañil, al problema de la crisis griega que, al menos en formato libro, ha merecido poca atención por estos lares. Para ello han elaborado un texto que resulta enormemente interesante y  novedoso en alguno de sus planteamientos, pero que tiene el defecto de carecer de unidad y, sobre todo, de un capítulo final que recogiese las principales conclusiones que se pueden extraer de sus análisis y descripciones.
El libro está dividido en tres partes netamente diferenciadas. En la primera se analiza de forma breve, apenas 40 páginas,  la crisis económica griega dando sus cifras, sus posibles causas y algunas de las consecuencias más dolorosas. Está escrita con claridad y rigor (se ve la mano de Estefanía detrás). En la segunda, que forma el núcleo central del libro con sus más de 140 páginas, está lo más novedoso porque se describe la historia de una familia desde sus orígenes tras la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad. El matrimonio formado por Penélope y Manolis Tyrakis y sus diez hijos son los protagonistas.  Empezaron en la más absoluta miseria:  “Mi ajuar, (dice Penélope), se componía de tres toallas, una cacerola y seis platos. El colchón lo llenamos de ropa vieja, de los harapos que la gente se había ido quitando de encima tras tantos años duros.” (p.53) Desde ahí se inicia un periplo que les llevará, dada la profesión de cura ortodoxo de Manolis, desde diversos lugares de su Creta natal hasta Estados Unidos y Buenos Aires pasando por Atenas para concluir de nuevo en Creta. Durante esos años irán ampliando permanentemente la familia. Este recorrido está contado por la madre y por cada uno de los hijos que da su propia perspectiva y enriquece la información, aunque a veces se produzca cierta confusión temporal y espacial. Esta parte me ha parecido muy interesante aunque creo que no cumple con el objetivo de ayudar a entender la crisis. La mayor parte de lo que cuentan se refiere a épocas anteriores y son muy pocas las referencias a la situación actual. En la tercera parte dedican otras 40 páginas a tratar el tema de los refugiados en general, pero  con alusiones también a las repercusiones que está teniendo en Grecia su masiva presencia.
En suma, un libro que en cada uno de sus apartados ofrece informaciones y/o análisis interesantes, pero al que le falta cierta unidad y una buena síntesis que facilite el entendimiento de la profunda crisis del país.
Hoy mismo he oído que están convocados dos días de huelga general para protestar por las medidas de política fiscal. Precisamente al libro le falta también algo más de información sobre el actual gobierno de Syriza más allá de un par de comentarios que hace una de las hijas.
Creo, en suma, que se le podía haber sacado más jugo a la familia, pero en todo caso me parece que los autores han hecho un meritorio esfuerzo.
Hay una entrevista con los autores en eldiaro.es sobre el libro, aunque se centra sobre todo en el tema de los refugiados.





Ana R. Cañil y Joaquín Estefanía, Los Tyrakis. Una saga familiar para entender la crisis de Grecia

jueves, 5 de mayo de 2016

Una faction sobre J.D.Salinger




“Cuando le preguntabas a Diana Vreeland si sus recuerdos más extravagantes eran factuales o ficticios, ella respondía: “It´s faction.”
Éste es un libro de pura facción. Todo en él es rigurosamente exacto: los personajes son reales, los lugares existen (o han existido), los hechos son auténticos y las fechas son todas verificables en biografías o manuales de historia. Lo demás es imaginario, y por este sacrilegio ruego a los hijos, nietos y bisnietos de mis protagonistas que disculpen la intrusión.”(p.11)

Así empieza este libro que se inscribe en esa corriente actual en la que el escritor participa bastante de una acción en el que se cuentan historias “verdaderas” mezcladas con otras inventadas o recreadas. Dice Beigbeder que Truman Capote inventó la expresión non-fiction novel para este tipo de novelas.
En este caso el autor ha cogido una breve historia de amor aunque, eso sí, entre dos personajes  que por diversas razones fueron muy populares en la segunda mitad del siglo pasado: Oona O`Neill, la hija del dramaturgo que también fue mujer de Ch. Chaplin con el que tuvo ocho hijos, y J.D.Salinger, el autor de El guardián entre el centeno, un libro del que dice que se han vendido más de 120 millones de ejemplares, quien desapareció de la escena pública después de la publicación de esa obra.
Ambos tuvieron una relación de verano intensa, pero al mismo tiempo inconclusa sexualmente hablando. Oona tenía 15-16  años y Salinger 20. Luego él se iría a la guerra y ella se casaría con Chaplin. Cruzaron una serie de cartas que Beigbeder, al no obtenerlas de la familia del escritor, ha inventado y forman parte importante de la novela.
Siendo una novela de “facción”, el autor no aparece demasiado, aunque sí hace de vez en cuando una serie de reflexiones e incluso cuenta al final cómo se enamoró y casó con una mujer mucho más joven que él. Antes ha dejado una curiosa lista de parejas conocidas con gran diferencia de edad entre sus miembros (lo saca a colación porque Oona con 18 años se casa con un Chaplin que tiene 58).
El libro está compuesto por capítulos muy variados y bastante independientes entre sí. Hay unas buenas páginas sobre la guerra que incluyen un listado de horrores y “lo que no se cuenta a los franceses sobre el desembarco”. También me ha gustado la estructura paralelística que usa al final del libro para mostrar a Jerry (así aparece nombrado Salinger) en la guerra y a Oona en su vida más bien festiva en Nueva York. El posible reencuentro de los protagonistas en 1980 da lugar a una de las mejores escenas del libro; una escena muy cinematográfica por otro lado.
En diferentes momentos aparecen también personajes como: Orson Wells, E. Hemingway, T.Capote y, lógicamente, Ch.Chaplin.
Como lector hace ya muchos años de todo lo publicado por Salinger, cogí con mucho interés este libro y confieso que me ha sorprendido la capacidad de Beigbeder para dar vida a un tipo tan raro como debió de ser el escritor norteamericano. He disfrutado mucho leyendo esta faction y pienso leer las dos biografías que tengo desde hace tiempo de Salinger. También me animaré a buscar algún escrito más del autor francés.
Últimamente me estoy aficionando a este tipo de literatura que practican tan buenos escritores como Carrére, Cercas o Vásquez.
Dejo el enlace con la curiosa  reseña de Rosa Belmonte en abc.es.



 Frédéric Beigbeder, Oona y Salinger

martes, 3 de mayo de 2016

Recuerdos y reflexiones de un periodista



Conozco a Martí Gómez desde hace muchos años pero siempre por sus intervenciones en la radio. No había leído nunca nada suyo, ni tan siquiera conocía su imagen. Eso sí, su voz me resultaba totalmente inconfundible así como su peculiar entonación cuando leía e incluso cuando hablaba. Tan peculiar es que al principio de leer el libro lo oía en mi interior como si me lo estuviese leyendo el propio Martí.
Es un libro tremendamente entretenido y muy interesante para los que disfrutamos con el periodismo. Cuenta multitud de anécdotas y traza gran cantidad de perfiles con esa facilidad que tiene para decir y expresar mucho con pocas palabras. Hay políticos, muchos, como: Pujol, Tarradellas, Carrillo, Fernández Ordoñez o Lluch; intelectuales y escritores como: Vázquez Montalbán, Alfonso Carlos Comín, Juan Marsé o Jorge Semprún; y también gente de la calle como los que recoge en el último capítulo. Además, dedica el capítulo 9, el más extenso con casi 100 páginas, a hablar de “géneros y profesiones” y así aparecen: sucesos, policías, los jueces estrella, el jurado, los abogados, la entrevista, el reportaje, etc.
Se cierra el libro con una conversación entre el autor, Javier del Pino, Jordi Évole y Josep Ramoneda que me ha parecido el mejor cierre que podía tener y con la que he disfrutado muchísimo ya que admiro profundamente a todos los que intervienen.
En un libro así, me resulta difícil destacar algo en particular porque todo es interesante y además muy variado. Puestos a hacerlo quizá destacaría: la entrevista con la viuda de Azaña, el capítulo que dedica a su estancia en Gran Bretaña y sus ácidos comentarios sobre cómo está la justicia en España.
Finalmente, es un libro en el que el autor no se ensaña con ningún personaje de los muchos que salen, pero eso no quiere decir que no se comprometa. Recojo dos muestras significativas de esto:

“Hombre discreto (se refiere al mediador en las negociaciones entre el gobierno y ETA) podía haber dicho, sin faltar a la verdad, que les dejaron colgados. Al PP le interesaba que ETA siguiera golpeando y a Mayor Oreja también porque eso le daba un plus como candidato a suceder a Aznar en la presidencia del Gobierno.” (p.172)

“¿Cuál ha sido el momento más difícil como ministro de Defensa? –le preguntó a Alberto Oliart un amigo mío.
-El día que vino a verme el teniente general Manglano que dirigía el CESID, para informarme de que iba a ir a La Zarzuela a poner firmes al rey por sus devaneos amorosos.” (p.195)

Un libro muy recomendable sobre todo para quienes sean aficionados al buen periodismo. Está escrito con el mejor estilo periodístico, es ágil, ameno, interesante, entretenido y ofrece ángulos de visión sobre protagonistas de  nuestra historia reciente que no son los más conocidos.



José Martí Gómez, El oficio más hermoso del mundo. (Una desordenada crónica personal)

domingo, 1 de mayo de 2016

Artículos interesantes

Ignacio Sánchez Cuenca insiste en su crítica hecha en La desfachatez intelectual, pero abre un poco más el foco hacia los medios de comunicación. Sugerente lectura. (ctxt.es)

Muy interesante la reflexión de Josep Ramoneda sobre la desigualdad y la necesidad de tener en cuenta no solo la económica. (elpaís.com)

Defensa del jazz en el día internacional dedicado a esa música que tanto amo.  Al llegar el final del artículo veo que lo escriben dos especialistas que casualmente son miembros de Podemos. (infolibre.es)