miércoles, 30 de agosto de 2023

Buena colección de cuentos



Esta escritora rosarina ha sido uno de mis grandes descubrimientos de este año.  Ya en el primer trimestre leí las dos novelas que la editorial Las afueras había publicado. Me impactaron por la gran fuerza narrativa que tienen y los temas tan poco habituales que trata. Por lo que se dice en la solapa de sus libros son varias las publicaciones de cuentos previas a sus novelas y, precisamente, hoy comento una de ellas, no sé si la última, pero sí la que se acaba de editar en España por la misma editorial.

No era muy aficionado a la lectura de cuentos o de relatos, pero es cierto que hace ya tiempo que poco a poco me he ido aficionando y ahora leo de vez en cuando alguna colección generalmente de escritores que me gustan por sus novelas.

Este es uno de esos casos. En esta edición se recogen cinco cuentos (no sé diferenciar bien el cuento del relato, pero eso no importa demasiado) todos con protagonistas femeninos. En todos se aprecian algunos aspectos del estilo de Travacio: las frases cortas e incluso muy cortas o esa tensión sobre qué está realmente pasando y, sobre todo, qué puede llegar a pasar. Más de uno de estos cuentos yo los catalogaría como de suspense.

Se abre el libro con un relato sobre una mala relación madre/hija; en el siguiente a una mujer le ha desaparecido el marido; y en los tres restantes hay un personaje que aparece en todos aunque no sea la protagonista nada más que en el primero cuando, tras enviudar, las amigas la animan a tener una relación romántica que tendrá un sorprendente final (algo que, por otra parte, sucede en otros también); en el cuarto reaparece también Elena, la mujer cuyo marido desapareció, en un cuento que se desarrolla en una isla del Tigre, algo que me ha traído muchos recuerdos de cuando estuve por allí; el último me ha parecido algo farragoso y me ha gustado menos.

En fin, mejor no contar más del contenido, pero sí insistir en la magnífica capacidad narrativa que tiene esta escritora que termina ejerciendo una cierta capacidad hipnótica sobre el lector. Creo que esto tiene mucho que ver con el planteamiento de cada relato y con la buena utilización tanto de la tercera persona como del monólogo, así como de un lenguaje muy cuidado y adecuado a cada personaje.

Hay buenas reseñas en dos medios argentinos: la de Verónica Boix en lanacion.com.ar y la de Inés Hayes en pagina12.com.ar.

 

Mariana Travacio, Me verás caer.

 

 

 

 

lunes, 28 de agosto de 2023

Memorias de un peculiar personaje

Un peculiar personaje. Efectivamente, McDermott se licenció en ciencias Política y Estudios Afroamericanos en la Universidad de Kansas. Luego cursó estudios de Derecho en la de Virginia que le permitieron trabajar en la Asistencia Jurídica Gratuita (es decir, abogado de oficio) en Brooklyn. También se inició como monologuista. Pero lo más relevante, lo que de alguna forma da origen a este libro, es el hecho de que padece un trastorno bipolar.

El libro lo inicia, precisamente, con un brote psicótico fruto de ese trastorno y tengo que reconocer que me costó entrar en la lectura porque tanto este primer capítulo como el siguiente me parecían muy desmadrados. Sin embargo, a partir de ahí entré en la historia y en el personaje y empecé a disfrutar de un libro diferente, de una memorias en las que se hace una crítica feroz de muchos aspectos del sistema judicial estadounidense así como de la atención psiquiátrica que se da en ese país (son nada menos que cuatro las instituciones psiquiátrica en las que McDermott estuvo ingresado en el periodo que trata en el libro). Pero unas memorias en las que también se manifiesta el amor del autor, el Gorila,  por su madre, el Pájaro. Una madre de la que explica cosas como la siguiente:

 

“Las cosas no habían sido  nunca fáciles para ella: primero un borracho por padre, luego un cocainómano por marido, luego un tirano por segundo marido. Pobre todo el tiempo, sin comprar nada para sí misma, invirtiendo cada dólar y cada gramo de energía en sus hijos. Macarrones con queso, margarina prestada, tres dólares de depósito de gasolina. Haciendo todo sola y con un dolor de cabeza y una ansiedad constantes por pensar cómo se las iba a arreglar”. (p. 161-162)

 

Alguien que siempre estaba dispuesta ayudar a su hijo Zack y quien este recurría cuando se veía en graves problemas. Una mujer que a pesar de tener una vida como la que refleja el fragmento, fue a la universidad aunque con diez años de retraso, obtuvo el título de maestra y se dedicó voluntariamente a dar clase en centros con un alumnado difícil. La visión que da del padre es muy diferente y nada positiva.

También toca McDermott otros aspectos de la realidad de su país y así, por ejemplo, reproduce algunas opiniones ultras del diario de Wichita con una intención claramente crítica, como también lo hace con algunos comportamientos racistas.

Ya que menciono Wichita hay que decir que es el lugar originario del autor y donde se desarrolla uno de los momentos más hilarantes de una novela que tiene varios. Se trata de la cena de Nochebuena en casa del abuelo paterno. Creo que se podría hacer un corto solo con ese capítulo.

Puede resultar chocante, pero es cierto que en unas memorias con un tema en principio tan serio como es la enfermedad mental, el autor es capaz de utilizar el humor aunque a continuación se vuelva a poner muy serio.

Ha habido algún momento en el que me he sentido algo perdido por la fecha y los momentos, como también creo que me he perdido cosas en algunas de las muchas referencias que hace a música y lugares, pero no importa porque el núcleo de lo que cuenta y de lo que critica sí que queda bastante claro.

Además, tiene el autor un estilo muy directo y una gran facilidad para construir los diálogos.

Se trata de un libro muy recomendable pues además de los elementos sociológicos mencionados también se conoce lo que puede significar esa enfermedad en la vida de una persona.

Hay una buena reseña de Koldo CF en unlibroaldia.blogspot.com.

 

Una nota al margen. La traducción, por cierto muy buena, está hecha por alguien con origen al otro lado del Atlántico como muestran el uso de términos como mesero, dona o enterizo. Pues no, la propia Caula me aclara: es de Vallecas, que no es un mal sitio ni mucho menos.

 

 

Zack McDermott, El Gorila y el Pájaro. Memorias de la locura y del amor de una madre. Traducción Sandra Caula.

 

 

viernes, 25 de agosto de 2023

Una visión bastante completa de Rusia

Desde ya tengo que incluir a Alías en la lista de los buenos reporteros españoles junto a Ayestaran o Aldekoa, mis preferidos. De este último es precisamente la frase que la editorial reproduce en la portada: “Impecable. Un referente para cualquier periodista”.

El autor estuvo de corresponsal de TV3 en Rusia durante más de siete años a partir de su llegada en 2015. A pesar de su larga estancia avisa ya desde la Introducción: “Cualquier intento de explicar qué es Rusia puede conducir a un fracaso anunciado. Sí, hay gente que hará afirmaciones contundentes después de haber pasado allí un fin de semana. Pero a mí me parece un país demasiado complicado como para atreverme a analizarlo a la ligera”. (p. 21)

Y, efectivamente, más que explicarlo, lo que hace Alías a lo largo de los 62 capítulos en los que ha dividido las 433 páginas del libro, es contar una serie de situaciones vividas por él mismo que ayudan a entender algunos aspectos de la sociedad y la forma de ser de los rusos y, también, narrar algunas cosas relevantes, y en parte alucinantes, de esa sociedad.

Hay temas a los que dedica varios capítulos. Así: Chernóbil, la música y los compositores, los cosmonautas, el conflicto en Ucrania (el anterior) y, sobre todo, el frío. Pero también trata temas tan peculiares como, por ejemplo, el cambio de ubicación de edificios mediante su desplazamiento (una de las cosas más alucinantes del libro), el fútbol infantil o los escritores suicidas. Es decir, que al final del libro tenemos una visión bastante amplia de diferentes aspectos de la sociedad de un país que, a pesar de ser el más grande del mundo y de su importancia geopolítica y estratégica, suele ser relativamente desconocido en comparación con lo que sabemos de otros quizá menos importantes.

Alías cuenta todas estas cosas de tal forma que resulta muy entretenido y apetece leer y leer capítulos. Por otra parte, no duda en utilizar anécdotas y personas de su propia familia como Génia, su mujer rusa, o su suegra.

Hay historias muy impresionantes y aleccionadoras como la del disyóquey radiactivo; en otros casos describe personajes inolvidables como la de la mujer mayor que vive en las orillas del lago Baikal; hay temas con lo que se aprende mucho y también dan mucho miedo como los posibles efectos que pueden producirse en el permafrost por el cambio climático o, finalmente, por no ser exhaustivo, el enfoque tan peculiar que da a su presencia en los conflictos en Ucrania y Siria.

En fin, un libro que merece mucho la pena leer, con el que se aprenden muchas cosas y se empieza a tener una idea aproximada de una sociedad realmente compleja y, esto es también importante, en el que se habla muy poco de la política aunque esta esté presente en muchas de las cosas que se cuentan.

Hay una reseña completísima de Marta Medina en elconfidencial.com.

 

Manel Alías, Historias alucinantes de Rusia. Crónicas de un corresponsal en el país más grande del mundo. Traducción Albert Beteta Mas. 

jueves, 24 de agosto de 2023

Espectacular inicio



De Ryan ha publicado la editorial Sajalín tres libros que, como me pasa en otras ocasiones, he ido leyendo en sentido inverso  a la fecha de su publicación. Por eso, hoy comento el primero que escribió el autor, publicado en 2012 en Irlanda, un libro que obtuvo varios premios y nominaciones para otros.

Si los dos anteriores me gustaron mucho, hay constancia en los correspondientes comentarios en el blog, este lo ha hecho aún más. Me parece que describe de forma magistral la situación en la que quedan una serie de personas de un pequeño pueblo irlandés tras la crisis de 2008.

Ryan utiliza para ello el monólogo de más de veinte pequeños protagonistas que van desde el constructor que deja tirados a sus trabajadores, a la reacción de algunos de estos, pasando por algunas situaciones de miembros de las diferentes familias así como de algunos personajes peculiares de la localidad (por ejemplo, una prostituta que habita una urbanización en la que solo hay otra casa habitada pues las demás no se terminaron por la llegada de la crisis, un discapacitado mental o el policía).

Con este elenco y con una magnífica estructura en la colocación de los diferentes monólogos, Ryan nos va relatando cómo ha quedado la pequeña sociedad que constituye ese pueblo. Un lugar en el que, además, se producirán un asesinato y el secuestro de un niño, aunque de ninguna manera esto centre el relato que hace Ryan.

La crisis está presente a lo largo de toda la novela y en algunos momentos de forma explícita como, por ejemplo, en fragmentos como estos:

 

“Pero hubo siete años, siete años, en los que se podían construir casas con cartón y cinta adhesiva y aun así las vendías sobre plano. La gente se pasaba la noche haciendo cola para comprar casas de cartón, todas apiñadas como casetas para perros”. (p. 28)

(Josie, constructor y padre del que deja en la calle a sus trabajadores).

 

“Eso sí, un aspecto positivo desde que empezó la crisis es que la gente está dispuesta a trabajar por menos del salario mínimo. A ver, lo del salario mínimo es de chiste. ¿A santo de qué tiene alguien derecho a decirme lo que tengo que pagarle a mis empleados? “(p. 110)

(Kate, pequeña empresaria dueña de una escuela de preescolar)

 

Más allá de la crisis propiamente dicha, el autor nos muestra cómo es y cómo funciona la sociedad en una pequeña localidad rural irlandesa. Así, asistimos a algunos aspectos de la vida cotidiana de sus habitantes, sus cotilleos (hay un personaje al que llaman “la talibana de la tetera”), la presión social que se ejerce y se padece. Todo ello se ve de forma muy clara en las reacciones al asesinato y al secuestro, aunque no solo ahí.

Ryan crea un estilo, que luego mantendrá en sus siguientes novelas, basado en el uso de frases cortas, muy trabajadas pues suelen ser muy precisas para expresar lo que se quiere decir, y que, además, adapta muy bien el lenguaje que utiliza según quien sea el protagonista. También se aprecia aquí algo que también es una constante del autor como es su cuidado en la creación de personajes, algunos realmente entrañables.

He regresado hace unos días de una estancia de quince días en una pequeña localidad del sur de Irlanda que hoy está dedicada fundamentalmente al turismo. Una de las cosas que más me ha llamado la atención es la elevada edad que tenían algunos trabajadores como, por ejemplo, los cajeros de supermercados. Da la sensación de que la crisis de la que Ryan habla en el libro ha dejado secuelas importantes en la sociedad de ese país.

Un libro muy recomendable. De hecho yo lo tengo ya como uno de los mejores que he leído este año. También son muy recomendables los otros dos publicados.

Hay dos interesantes reseñas: Carlos Andia en unlibroaldia.blogspot.com y José ÁngelBarrueco en elplural.com.

 

Donal Ryan, Corazón giratorio. Traducción Celia Filipetto.

 

miércoles, 23 de agosto de 2023

Lección de periodismo


A quienes hayan leído No digas nada, este libro no les sorprenderá porque ya conocerán la capacidad de investigación y narración de Keefe y aunque no he leído El imperio del dolor, sé que en él vuelve a demostrar sobradamente ambas capacidades.

En este que comento se recogen 12 artículos que el autor escribió en la pasada década salvo el primero que es de 2007. En ellos se tratan un conjunto de temas que como el propio autor afirma en el Prefacio: “Son estas unas historias disparatadas, pero todas ellas verdaderas y escrupulosamente contrastadas por mis brillantes colegas del New Yorker.” (p. 16)

Además de esa contrastación hay que decir también que Keefe dispone de los medios necesarios en tiempo y dinero para investigar los diferentes temas, para alguno de los cuales él mismo afirma que llega a entrevistar a 50 personas y leer miles de páginas de documentos, tal y como queda reflejado en la completa reseña de Carmen López en eldiario.es.

De la relevancia y el interés de los temas que trata dejo constancia en la siguiente relación no exhaustiva: coleccionismo y falsificación de vinos; información privilegiada en las finanzas; un caso de asesinatos en la universidad que es tratado como un documental de true crime; el caso del Chapo Guzmán, uno de los mejores artículos del libro; el que versa sobre un productor que llevó a Trump al estrellato en la televisión y que es muy útil para conocer mejor al futuro presidente (el artículo es de 2014) ; Falciani y el HSBC; sobre el tráfico de armas (en este aparece hasta Villarejo); el caso sobre el autor del atentado de Boston muy bueno para conocer el sistema judicial de USA y, finalmente, la abogada especializada en casos de posible pena de muerte, uno de los artículos más impactantes e interesantes del libro.

Si a este reparto de interesantísimos temas le unimos que: “Maleantes es un volumen de lectura ágil y plagado de suspense. Keefe es un narrador virtuoso, capaz de crear gran tensión al describir cómo se llevaron a cabo todos estos crímenes”, como se dice en el fragmento que la editorial reproduce en la solapa de la crítica hecha en The Washington Post, tenemos una visión bastante completa y favorable de un libro que es absolutamente recomendable, escrito por uno de los mejores especialistas en los reportajes extensos y documentados, alguien que los lleva hasta el límite como demuestra en los dos libros mencionados al principio.

La única pega que le puedo poner es que a veces no me ha resultado fácil seguir el hilo por lo exhaustivo de la investigación y los recovecos por los que circula en algunos pasajes.

 

Patrick  Radden Keefe, Maleantes. Historias reales de estafadores, asesinos, rebeldes e impostores. Traducción Pablo Hermida Lazcano.

 

 

domingo, 20 de agosto de 2023

Cierto cansancio


Apenas ha pasado un año y este es el sexto libro que comento de Kennedy, una señal de lo que me gusta este escritor o, al menos, de los buenos ratos que me hace pasar. Lo he dicho ya en los comentarios a sus anteriores libros, pero tengo que repetirlo porque ahí está la clave de su éxito, evidentemente, no solo conmigo: Es un buen creador de personajes y de historias que, además, cuenta muy bien, sin altibajos, con una narración que va fluyendo de forma tan natural que hace que al lector le cueste abandonar la lectura.

En todos sus libros suele tocar algún tema para dar sus opiniones generalmente de forma crítica. En este caso se trata del régimen de la extinta RDA. Para ello sitúa la historia en el Berlín de 1984 adonde llega Thomas Nebitt, un joven escritor de libros de viajes estadounidense que ha publicado con cierto éxito un libro sobre Egipto por lo que le encargan otro sobre esa ciudad. Para poder mantenerse económicamente logra un trabajo de colaboraciones esporádicas en Radio Liberty donde conoce a Petra Dussman, recientemente huida de la zona oriental. Con ella establece una historia de amor tremendamente romántica, algo, por cierto, bastante habitual en los libros de Kennedy.

No debo contar más porque el libro tiene también algunos elementos de thriller que es mejor no desvelar.

Este autor escribe por lo general novelas bastante extensas, algo por otra parte habitual en muchos escritores de la misma nacionalidad. En este caso creo que esto perjudica a una novela que tiene 574 páginas, demasiadas para lo que se está contando. Muy interesante la parte dedicada a la represión del régimen de la RDA y de la la Stasi en particular, pero menos la reiteración de escenas de la relación entre Thomas y Petra que se hacen un tanto pesadas, algo poco habitual en las novelas de este autor. Tampoco me ha convencido el cargar tanto las tintas con uno de los personajes que además de malo es repugnante en todos los aspectos.

Una novela muy entretenida como es marca de la casa, pero que, por lo dicho, hay momentos en que se hace un tanto pesada. (Creo que es la primera vez que me sucede algo así con Kennedy).

 

Douglas Kennedy, El momento en que todo cambió. Traducción Claudia Conde.

  

viernes, 4 de agosto de 2023

Suspense conseguido


La autora, nacida en 1938, tiene una obra muy abundante tanto de novela, medio centenar,  como de ensayo, poesía o teatro. Gran parte ha sido traducida al castellano, sin embargo, este es solo el tercer libro que leo de ella y del primero hace ya más de siete años. Todo eso a pesar de que para muchos críticos es una seria candidata el Nobel de literatura.

No sé muy bien cuál es la razón de haberle prestado tan poca atención a alguien que aparece a menudo en los estantes de las librerías, pero si tengo que ser sincero, tampoco sé muy bien por qué compro algunos libros y por qué no lo hago con otros.

Sea como sea, el caso es que he leído este “ladrillo” de 497 páginas. En mi comentario al anterior libro que leí de Oates ya llamaba la atención sobre la extensión del mismo, algo que, por otra parte, suele suceder con otros autores estadounidenses y también hacía alusión a lo que está pasando con la ampliación de la duración de las películas.

Sin embargo, si algo le tengo que reconocer a la autora es que, a pesar de tal cantidad de páginas y de que creo que le sobran muchas, es capaz de mantener la atención y la tensión del lector por saber lo que está pasando e intentar averiguar lo que puede venir a continuación.

La historia es simple y a la vez compleja. Por un lado, está Hannah, la protagonista absoluta de la novela, que cansada de su matrimonio inicia una relación esporádica con un amante. Por otro lado, hay un asesino en serie que secuestra y asesina a niños blancos. Parece que se trataría entonces de una novela policiaca, pero yo la catalogaría mejor como una novela de suspense, más al estilo de Hitchcock.

Además, y esto es una constante de la autora, aprovecha la historia para hacer una fuerte crítica del racismo (incluido el policial), la violencia sexual, la pederastia y en general de la posición subordinada de la mujer en esa sociedad (la de Detroit en el año 1977).

De una novela así evidentemente no se debe contar mucho más. Solo se me ocurre decir que la relación de Hannah con ese amante no me termina de parecer muy creíble.

Hay que destacar la forma que tiene Oates de narrar la historia que es para mí uno de los grandes logros del libro y que es parte del atractivo que crea esa atención del lector a la que aludía antes. Párrafos bastante cortos, a veces de apenas una línea, con un lenguaje muy directo y con pocos diálogos.

Una novela que resulta entretenida aunque, como ya he dicho, creo que podría haber contado y criticado lo mismo con bastantes páginas menos evitando la reiteración de situaciones similares.

 

Joyce Carol Oates, Babysitter. Traducción Núria Molines Galarza.