martes, 31 de agosto de 2021

ANDAMIO

Esta entrada ha quedado muy equilibrada por primera vez en mucho tiempo: 5 películas y seis series, pero sobre todo hay una grandísima variedad de procedencias: de Irán y Rusia a Eslovaquia y Suecia pasando por Dinamarca, Australia, Islandia y la India. Lo mismo sucede con los temas: comedia, comedia negra, drama de todos los calibres y solo dos policiacas.

En general hay bastante calidad.

 

Películas

 

Kandahar. Película iraní de 2001 muy apropiada para verla estos días. Una afgana que vive en Canadá vuelve a su país para evitar el suicidio de su hermana. En el camino hacia la ciudad se encontrará con una serie de situaciones que muestran cómo es el país bajo el control de los talibanes. Paisajes desolados, desasosegante, dura de ver, pero cumple su función.

 

Un mundo complicado. Coproducción India y Británica. Película de acción pero con un curiosos contenidos socio- políticos. En el mundo de la mafia en Londres se enfrentan un inglés, cuyo coche lleva en la matrícula “White power”, con un tamil que realmente se dedica a obtener dinero para pagar a los abogados de los inmigrantes que llegan al Reino Unido. En medio, un tamil recién llegado se ve envuelto en el conflicto y se convierte en protagonista. Racismo y xenofobia están detrás de todo aunque luego se desarrolle como una película de acción. Además, hay una par de magníficas escenas de canto y baile. Muy entretenida y bien realizada.

 

Queridos camaradas. Película rusa de Andrei Konchalovsky en blanco y negro y formato más cuadrado para contar la huelga de una fábrica de motores en 1962. Interesante el trabajo sobre los entresijos de la respuesta por parte de las estructuras del partido comunista y del estado. Quizá se centra demasiado en la peripecia individual de una mujer y su hija y poco en la huelga misma, pero está muy bien realizada y te traslada al momento y las circunstancias.

 

El informe Auschwitz. Una interesante película eslovaca basada en hechos reales. Dos judíos se fugaron del campo de concentración y elaboraron un informe sobre lo que sucedía que costó que fuese aceptado por la Cruz Roja y las autoridades eslovacas. Un buen guion y la oscuridad propia del tema. Aún sigue siendo necesario este tipo de películas.

 

Solo nos queda bailar. Producción sueca aunque la historia se desarrolla en Georgia, lugar de origen de los padres de su director Levan Arkin. Una historia tratada con gran sensibilidad y emoción sobre la relación homosexual entre dos bailarines de baile tradicional georgiano. Tiene muchos momentos magníficos y unas buenísimas secuencias de bailes tradicionales. Toca también aspectos sociales y de relaciones familiares. Una buena película que ganó muchos premios en Suecia, incluido uno para su protagonista.

 

Series

  

The investigation. Miniserie danesa de 6 episodios de unos 45 minutos cada uno. Reconstruye ficcionalmente la investigación que se llevó a cabo por la desaparición de una periodista sueca que había ido en un submarino construido por un industrial danés. Va mostrando todos los pasos y las frustraciones de los policías y del fiscal ya que no se encontraba el cuerpo de la periodista. Muy bien elaborado el guion, magnífica la puesta en escena y también las interpretaciones. Tiene un ritmo muy pausado tratándose de un tema así, pero creo que es la mejor forma de trasladar al espectador lo que significó esa investigación de varios meses.

 

Mr. Inbetween. Serie australiana de solo 6 episodios de menos de 30 minutos. Comedia negra con un protagonista muy peculiar que mata sin ningún problema pero es capaz de demostrar gran afectividad con su familia. Entretenida. Hay tres temporadas.

 

Cuando el polvo se asienta. Serie danesa de 10 episodios de casi una hora cada uno. Retrato de un conjunto de personajes antes y después de un atentado que sufrieron. Una visión bastante completa de algunos aspectos de la sociedad danesa desde el racismo hasta los problemas familiares, pasando por la pobreza y marginación hasta las indecisiones de los políticos. Unas interpretaciones muy buenas con un gran guion dan una gran verosimilitud a todo lo que sucede si exceptuamos un par de momentos. Una de las mejores series que he visto en los últimos tiempos y una demostración más de la gran potencia que es Dinamarca en las series a pesar de ser un país pequeño.

 

Stella Blómkvist. Miniserie islandesa de 6 episodios de unos 45 minutos. La protagonista es una abogada y son tres casos agrupados de dos en dos episodios con alguna conexión entre ellos. Un guion muy flojo sobre unas historias poco interesantes que llevan también a interpretaciones regulares. Es una pena porque el planteamiento, siguiendo un poco el estilo de alguna película de detectives norteamericana, parecía interesante. Prescindible.

 

Time (Condena). Miniserie británica de solo tres episodios de algo menos de una hora. Menos mal que dura eso porque se alcanzan momentos de una gran tensión emocional. Yo hacía tiempo que no me sentía tan implicado con lo que pasaba en la pantalla. Una serie magnífica con dos interpretaciones difíciles de igualar. De lo mejor que se podrá ver este año.

 

Podría destruirte. Serie británica de 12 episodios de unos 45 minutos en los que Michaela Coel, guionista, intérprete y directora con Sam Miller, cuenta la agresión sexual que padeció o, mejor, basándose en ella, nos cuenta la forma de vida de un grupo de jóvenes cercanos a los treinta y alguno de sus problemas y peligros. Interesante y entretenida además de bien intepretada.

lunes, 30 de agosto de 2021

Buen descubrimiento


Últimamente he vuelto a leer de vez en cuando autores anglosajones. He ido dejando atrás cierta manía y la verdad es que lo agradezco. Esta novela, que es la primera que escribió Haruf, se acaba de publicar y creo que ha sido, precisamente, la última en hacerlo. Así que por esta vez empiezo a leer a un autor por orden. Y digo empiezo porque pienso seguir sobre todo después de leer la reseña hecha en leeresvivirdosveces.com donde se afirma:

“Lo que convierte a Haruf en uno de mis autores favoritos es su capacidad para narrar rutinas de vidas tranquilas de forma apasionante. Haruf ha sido capaz de mantenerme pegado al libro sin grandes aspavientos literarios, sin grandes giros de guion, sin personajes hiperbólicos, casi sin buenos ni malos. Haruf atrapa desde la cotidianidad, la rutina y la normalidad de unos personajes perfectamente reales. Porque la vida no necesita alicientes para ser narrada, la vida es tremendamente interesante. Solo hay que saber contarla. Y Haruf lo hace a las mil maravillas”.

Esto se dice mientras que, al mismo tiempo, se titula el comentario: “No ha cumplido las altas expectativas que tenía depositadas en el autor”.

Entiendo entonces que si para un lector que conoce su obra esta es una pieza menor, a mí que me ha gustado el resto me parecerá magnífica; al menos eso espero.

En esta novela, el narrador, que a su vez es uno de los protagonistas, le cuenta a un periodista, que ha acudido al lugar para investigar un posible homicidio, la historia de la familia en la que se ha producido la muerte y, relacionada con ella, la de su propia familia. El lugar es Holt, un pequeño e imaginario pueblo de Colorado a unos 100 kilómetros de Denver. Allí llegó en los años veinte esa familia procedente de Iowa y allí vivía ya la familia del narrador.

La narración se hace en 1976 y se remonta a los años veinte para centrarse luego en los cuarenta y en los sesenta. Hay mucho de esos valores que siempre se ponen como ejemplo de los pioneros: el trabajo, el orgullo, la voluntad, la independencia, etc. También hay algunos apuntes etnográficos, como la descripción que hace del ordeño de vacas o de algunos trabajos agrícolas, por ejemplo.

Ahora bien, lo central es la historia de esa familia y, sobre todo, del personaje de Edith, la hija. Creo que aquí está lo mejor de un libro que, quizá por ser una primera novela, es cierto que en algunos momentos se sale de la historia principal y pierde fuerza.

Haruf es un magnífico narrador que, aunque cuenta cosas que ya he leído o visto en películas más de una vez, es capaz de encontrar el ángulo interesante de los personajes, unos personajes muy bien caracterizados y trabajados.

En fin, me lo he pasado muy bien leyendo el libro y espero seguir disfrutando con otros del autor.

 

Kent Haruf, El vínculo más fuerte. Traducción Cruz Rodríguez Juiz.

 

 

jueves, 26 de agosto de 2021

Dura crítica del neoliberalismo


Hace poco más de un mes hice en el blog el comentario del libro La seducción del autoritarismo de Anne Applebaum, una intelectual liberal conservadora estadounidense que es un alegato contra el trumpismo y todo lo que ha pasado, y puede volver a pasar, en los Estados Unidos. En la misma línea, aunque con otro enfoque, se mueve el libro de Lassalle.

Conozco al autor por algunas intervenciones en tertulias radiofónicas y he podido comprobar que está bastante alejado del que fue su partido, el PP, con el que ocupó cargos de cierta relevancia como, por ejemplo, secretario  de Estado de Cultura. En el libro aparece el Lassalle profesor de Filosofía del Derecho y no el político en activo que ya no es.

El libro está dividido en 10 capítulos. En los primeros se dedica a diferenciar entre el liberalismo y el neoliberalismo con críticas constantes al segundo. Utiliza, tomándolo de otro autor, el término “democradura” para indicar la hibridación que están haciendo entre formas democráticas y elementos de dictadura. Estos capítulos son demasiado redundantes ya que se reiteran muchas veces las mismas ideas. En el capítulo 7 el autor “toma tierra” y lo dedica a comentar cómo ha funcionado todo esto en Estados Unidos con el trumpismo como momento final, por ahora, pero con los antecedentes de los neocon y del Tea Party que surgieron de las crisis de 2001y 2008 respectivamente. Este capítulo, Hacia la Ilustración oscura,  y el siguiente, Golpe de Estado 4.0, justifican sobradamente la lectura del libro. Los dos últimos los dedica a plantear las posibles alternativas y como sucede siempre en este tipo de libros, sea su autor de centro o de izquierda, es la parte  más floja ya que dar como solución que el estado controle más a las empresas tecnológicas o ir hacia un Humanismo liberal o un Humanismo moral no deja de ser algo más que utópico dada la situación actual que, además, ha dejado muy bien reflejada en el texto, máxime si plantea que sea la educación la encargada de ese trabajo.

No obstante, Lassalle ha escrito un texto valiente y muy combativo contra una ideología que es, hoy por hoy, la predomínate en su antiguo partido, aunque apenas si hace alguna referencia a lo que está sucediendo en Europa en general y en España en particular.

Los siguientes fragmentos pueden servir de ejemplo de los planteamientos del autor:

“Desde entonces (la época de Reagan y Thatcher) el neoliberalismo hegemonizó las políticas económicas de Occidente y fue presionando el propósito del liberalismo de definir la sociedad como una comunidad ética basada en el equilibrio entre la libertad y la igualdad. Presión ideológica que fue intensificándose a medida que las políticas neoliberales lograron que la atomización individualista de las sociedades occidentales rompiera la idea del bien común y el egoísmo economicista se impusiera como dinamizador de la convivencia social”. (p. 36)

” A partir de entonces (Bush y los neocons) el cálculo de los consensos fue sustituido por la lógica populista que prima el cálculo de los disensos y los conflictos como herramientas que han de inspirar la decisión de los gobiernos”. (p. 109)

La alianza entre el Tea Party y la cadena Fox “(…) Inició una estrategia novedosa de desinformación y propaganda que sintonizó acciones de movilización política con iniciativas empresariales de comunicación.

(…) Esta estrategia desinformativa que surgió en Estados Unidos fue posible por la derogación que hizo Ronald Reagan del principio liberal de imparcialidad informativa. Este exigía a las emisoras de radio y televisión dos cosas: mostrar puntos de vista diferentes al informar y asumir criterios de responsabilidad periodística sobre los contenidos que emitían.” (p 118)

“Este (el trumpismo) puede definirse como una extrema derecha que persigue la tradición, la familia y la autoridad, dentro de un mercado desregulado y volcado a maximizar de forma eficiente el laissez faire. Estaríamos ante una hipótesis paleoconservadora adaptada a la posmodernidad neoliberal y a la propagación del miedo entre las clases medias. Un poderoso relato antipolítico que ha encontrado en la realidad paralela de las redes sociales el filtro que impermeabiliza a sus seguidores de cualquier contraste crítico que rompa su burbuja de ficticia seguridad cognitiva” (p. 126)

Aunque son citas un poco extensas, he preferido que sean las palabras del autor las que reflejen el contenido del libro mucho mejor de lo que yo podría hacer.

Desde luego, lo que sí me queda claro tras la lectura de este libro es que si ese liberalismo fuese la oposición en el país otro gallo nos cantaría. No soy liberal ni siquiera de ese liberalismo que defiende Lassalle, pero sí creo que es una ideología con la que se puede llegar a acuerdos en multitud de temas de gran relevancia para la sociedad.

Además de lo comentado hasta aquí, quisiera también dejar constancia de algunas informaciones y reflexiones del libro que me parecen especialmente interesantes. Así: la idea de cómo la soberanía popular está siendo sustituida por la soberanía digital; la diferenciación entre librecambismo y liberalismo o la relación entre el tema de las armas de destrucción masiva en Irak y la introducción de los sentimientos en la política, entre otros.

Hay, sin embargo, otro aspecto que sí quisiera criticar. Me refiero al uso de un lenguaje bastante alambicado que oscurece por momentos lo que se quiere transmitir, hasta el punto de que se pueden leer fragmentos como el siguiente que he sido incapaz de entender:

“Y tercero, porque la metodología de gestión decisionista de los problemas reforzó la cadena lógica de linealidad utilizando criterios emocionales que, a medida que creció la interacción de aquellos y su hibridación en otros más difíciles de resolver binariamente, ha llevado a las instituciones a un descrédito generalizado por su incapacidad para dar respuestas eficaces” (p. 111)

Por todo lo dicho, y al margen de algunos aspectos muy mejorables, estamos ante un libro muy interesante sobre todo teniendo en cuenta quién es su autor. No debe de ser fácil elaborar un texto dirigido a hacer una enmienda a la totalidad de la política que lleva a cabo el que era hasta hace poco su partido.

Hay una entrevista con Íñigo Aduriz en el diario.es en la que sí se hacen referencias a España y en la que califica la campaña de Díaz Ayuso como “una hibridación de libertarismo y populismo”, que son, precisamente, los dos conceptos más criticados a lo largo del libro.

 

 

José María Lassalle, El liberalismo herido. Reivindicación de la libertad frente a la nostalgia del autoritarismo.

 

 

martes, 24 de agosto de 2021

Sociología de Alcampo


Soy un fiel seguidor de esta magnífica escritora francesa, tanto que compré y leí un libro en el que comentaban ella y su compañero unas fotos hechas por ellos mismos sobre cómo quedaba el lugar después de sus relaciones amorosas. No me gustó. Ahora he vuelto a las andadas de no dejar nada de ella sin conocer y he leído esta especie de diario sobre sus compras en el hipermercado Alcampo entre noviembre de 2012 y octubre de 2013. Quizá haya influido algo el que yo también compro algunos productos en ese híper.

El libro tiene 120 páginas que podrían ser un artículo extenso para una revista especializada, pero que, en mi opinión, no merecían ser publicadas como libro.

No obstante, Ernaux, como no podía ser de otra manera, tiene alguna buena reflexión. Pondré dos ejemplos, el primero más de índole sociopolítica y el segundo más personal (de mi persona):

“Evidentemente, aparte de unas lágrimas de cocodrilo, no hay que contar con nosotros, que nos aprovechamos alegremente de esa mano de obra esclava, para cambiar las cosas. La rebelión vendrá de los explotados, del otro lado del mundo. Hasta los parados franceses víctimas de las deslocalizaciones están encantados de poder comprarse una camiseta a 7 eutors”. (p. 46)

(Viene a cuento del incendio en Bangladeh de una fábrica textil en la que hubo 112 muertos que producía, entre otros, para Alcampo).

“Perversión del sistema de las cajas automáticas, la irritación que suscita una cajera considerada lenta se traslada al cliente”. (p. 53)

Creo que en ambos tiene el acierto de dar con el comentario oportuno sobre dos realidades muy diferentes y que dejan constancia de toda una sociología del consumidor.

Y ya que he hecho alusión a algo personal, no puedo dejar sin reflejar otro comentario que me parece bastante poco afortunado pues generaliza algo que creo que, aunque siga sucediendo en bastantes casos, está cambiando de forma acelerada. (Algunos, o muchos, no tenemos nada que cambiar y por eso me siento algo ofendido).

“Los súper y los híper siguen siendo una extensión del ámbito femenino, la prolongación del universo doméstico cuyo buen funcionamiento garantizan ellas, recorriendo los estantes con, en la cabeza, todo lo que falta en armarios y frigorífico, todo lo que deben comprar para contestar a la pregunta reiterada, qué vamos a cenar esta noche, mañana, la semana entera. Ellas, siempre más poseedoras que los hombres de una competencia culinaria que hace que escojan sin dudar los productos según el plato que hay que preparar, mientras que ellos, plantados, perdidos frente a una estantería, piden socorro, con el móvil pegado al oído “Oye, ¿Qué harina tengo que coger?”” (p.79-80)

Hay un comentario mucho más favorable de Diego Palacios en librosyliteratura.es. Lo acaba así: “Original, certero, distinto, reflexivo, analítico, social, agudo, a veces humorístico, pero sobre todo muy entretenido, ligero y fácil de leer. Observaciones con las que puedo coincidir a las que añadiría: prescindible a pesar de todo.

Annie Ernaux, Mira las luces, amor mío. Traducción Lydia Vázquez Jiménez.

 

 

lunes, 23 de agosto de 2021

Al fin una novela de esta autora


El año pasado apareció la autora en dos entradas del blog correspondientes a los dos tomos publicados de sus memorias. Ya decía entonces que esperaba que se editase alguna de sus novelas pues debían de ser interesantes. La misma editorial, Impedimenta, que publicó esos libros publica este que seguramente no será el último.

Las memorias de Condé, que por cierto leí en desorden cronológico, tienen mucha fuerza y la autora sabe reflejar muy bien la sociedad que le tocó vivir haciéndolo además de forma bastante crítica.

Esta novela creo que tiene mucho que ver con la historia de Condé aunque no sea realmente autobiográfica. Cuenta la historia de tres generaciones de mujeres de una familia. Nina, la mayor y la que aparece menos en el libro; Reynalda, nacida en 1945, que es la más compleja y la que de alguna manera origina y centra la acción; y su hija Marie-Noëlle, nacida en 1960, omnipresente a lo largo del relato ya que es su historia la que se cuenta.

La narración se desarrolla en varios escenarios: la isla de Guadalupe, París, Niza y Boston y todos tiene su relevancia en lo que se cuenta.

Condé es una magnífica narradora y contadora de historias. Lo hizo con la suya y lo hace con estas inventadas. Utiliza el tiempo con suma habilidad y avanza o retrocede sin que el lector deje de seguir el relato. Además, y creo que este es un aspecto clave de su producción, no deja de criticar el racismo (aquí incluso el de los propios guadalupanos que en París no se mezclaban con los africanos) y siempre mantiene una postura feminista teniendo en cuenta la zona y la época en que le tocó vivir. Por otro lado, en el libro hay un poco de todo: amores y desamores, odios profundos, búsqueda de identidad, variedad de ambientes económicos y sociales, y sobre todo un conjunto de personajes muy bien perfilados que, además, nos va mostrando poco a poco en sus virtudes y sus defectos.

Esta lectura me ha recordado en varios momentos los libros de Chimamanda Ngozi Adichie por el estilo, los temas y la agilidad narrativa.

Es un libro recomendable porque, aunque no se trate de una gran novela, tiene los suficientes alicientes para que merezca la pena.

Hay una entrevista interesante de Nuria Azancot con la autora en elcultural.com

Maryse Condé, La deseada. Traducción Martha Asunción Alonso.

 

miércoles, 18 de agosto de 2021

Otro buen descubrimiento


Mi afición a la literatura de viajes está de suerte últimamente. Hace poco dejaba el comentario de la última publicación de la estupenda viajera noruega Erika Fatland, a la que ya conocía por su anterior libro ,y hoy comento otro magnífico libro que supone el descubrimiento de otro gran periodista de aquí al que no conocía a pesar de que cuenta ya con bastantes publicaciones en las librerías.

Este libro se publicó en 2005 por primera vez y ahora se reedita. Los viajes que se cuentan los hizo el autor entre 2000 y 2001 con diferentes formaciones de un grupo de doce personas que participaron en el proyecto Pangea, viaje al fondo de los continentes, porque efectivamente se trataba de llegar a los lugares más bajos sobre el nivel del mar en todos los continentes con la excepción de la Antártida.

Viajaron al Valle de la Muerte en Estados Unidos, a la Laguna del Carbón en Argentina, al lago Eyre en Australia, al Mar Caspio en Rusia, al Lago Assal en Yibuti y al Mar Muerto en Jordania. De los 15 metros del Lago Eyre a los 411 del Mar Muerto, pero siempre, en principio, a los auténticos “sótanos” de cada continente.

Izagirre, y esta es una de sus grandes virtudes, no se limita a hablarnos solo del lugar objetivo del viaje sino que, muy al contrario, deja un conjunto de informaciones de todo tipo desde las meramente geográficas, a las sociológicas, políticas, históricas, etc,  además de conversaciones con gentes del lugar y sin que falte, obviamente, un montón de referencias a las propias vicisitudes de los viajeros como traslados dificultosos, lugares en los que pasar la noche,…(por cierto, hay que decir que en general las condiciones solían ser bastante penosas). La conjunción de todos estos factores es lo que confiere al libro el gran interés que tiene lo que, unido, desde luego, a la capacidad narrativa del autor, hacen que estemos ante uno de esos libros de viajes que hay que leer porque se disfruta de cada lugar y en cada página. Sin olvidar tampoco el peculiar sentido del humor que despliega a veces.

Sin entrar demasiado en los diferentes ”sótanos”, sí me gustaría, a modo de ejemplo, dejar constancia de algunas cosas que muestran muy bien cómo está confeccionado el libro. Así, por ejemplo, en el viaje al californiano Valle de la Muerte, dedica bastante espacio a la fiebre del oro desatada en el siglo XIX y también a la gran presencia de vascos en la zona como pastores. En Australia se centra mucho en las expediciones que se hicieron el siglo XIX al interior del continente que es un tema realmente apasionante, también explica el racismo histórico y el maltrato dado a los aborígenes  incluyendo el tema de la “generación” robada de la que tanto se ha hablado últimamente. Leyendo este capítulo me han venido a la mente muchas imágenes de los libros del gran escritor australiano Kenneth Cook del que he leído en menos de un año varios libros centrados precisamente en el outback del que tanto habla Izagirre. En Argentina hay poco de aventura y mucho sobre los argentinos. En Rusia, el capítulo más corto,  bastantes críticas a los rusos que viven en la zona y varias conversaciones. Y termina en Yibuti en el capítulo más duro climatológicamente hablando, dentro de un viaje en la que el clima siempre es muy extremo, y también en el que las condiciones de vida de los habitantes son las peores.

Hay una reseña de Diego González en fronterasblog.com que aunque es baste corta tiene el interés de que muestra fotos de algunos de los lugares del libro. Precisamente la única crítica que yo haría a esta edición del libro es la falta de un apartado bibliográfico y, sobre todo, de un pequeño reportaje fotográfico de unos lugares que tiene que ser realmente espectaculares.

Cuando al final del año haga mi lista de los mejores libros leídos, no faltará este como tampoco el ya citado de Erika Fatland. Ambos llevan la literatura de viajes a gran altura.

Obviamente, después de conocer a Izagirre he comenzado otro libro suyo esta vez dedicado al Tour de Francia. Por lo leído hasta ahora observo que es capaz de desenvolverse muy bien en otros registros. Gran periodista.

 

Ander Izagirre, Los sótanos del mundo.

 

 

domingo, 15 de agosto de 2021

ANDAMIO

 

En esta entrada vuelven a predominar las series tanto en número como en interés. Ninguna de las películas es especialmente buena. Cosa rara hay dos series españolas, eso sí,  muy diferentes; temporadas de continuación de otras dos, una francesa y otra estadounidense; y otra noruega bastante original.

Muy variado todo en general, pero no está entre lo mejor que he visto últimamente.

 

Películas

 

Volver a empezar (Herself). Una película irlandesa sobre la violencia de género y, al mismo tiempo, la solidaridad. No es nada original, pero creo que este tipo de películas resultan útiles para ir cambiando poco a poco determinados comportamientos y, sobre todo, determinada mentalidad social. Bien interpretada y dirigida.

 

Aquellos que desean mi muerte. Película estadounidense sobre la persecución de un niño que ha sido testigo del asesinato de su padre a manos de lo que parece ser un grupo de la seguridad del estado o algo así porque no se aclara mucho a lo largo de la película. Se termina escondiendo con unos familiares en una zona boscosa de recreo hasta donde llegarán los perseguidores. Muy convencional y previsible, aunque a pesar de todo resulta entretenida para una tarde calurosa de verano.

 

El silencio de los espías. Un thriller canadiense que no tiene por dónde cogerse. Un guion bastante complicado en el que nada se explica y en el que cualquiera pude hacer cualquier cosa. Ni siquiera resulta entretenida.

 

Series

 

Maricón perdido. Serie española de 6 episodios creada por Bop Pop y basada en su propia vida y en alguno de sus libros. Tiene muy buenos momentos, sobre todo en el relato de su juventud, pero también resulta un tanto reiterativa cuando llega a la época de veinteañero. Llama la atención el papel reservado a los padres. De él, violento y desagradable, ni siquiera se muestra el rostro y ella aparece como alguien totalmente superficial y nada cuidadosa de sus hijos. Un guion bastante desigual y un magnífico casting sobre todo en los dos actores que representan al protagonista como adolescente y como joven. Los capítulos apenas llegan a los 25 minutos.

 

Baron noir. Segunda temporada de esta serie francesa de 8 episodios de casi una hora cada uno. Aunque me gustó bastante la primera temporada, esta segunda me ha decepcionado. Es cierto que está muy bien hecha e interpretada en algunos papeles (la actriz que hace de presidenta no se caracteriza precisamente por la cantidad de registros que tiene), pero al mismo tiempo tiene aspectos que no me gustan: Uno es la dificultad de seguir a veces la trama por la cantidad de nombres que salen en las muy rocambolescas estrategias que elabora el protagonista, y otro son precisamente esas tramas que dejan una visión de la política ciertamente muy negativa, más aún de lo que ya suele pensar el ciudadano común.

De todas formas, tiene cierto carácter adictivo porque, como pasaba con House of Cards, siempre estás esperando a ver qué nueva estrategia se les ocurre.

 

Bienvenidos a Utmark. Serie noruega de ocho episodios de unos 45 minutos cada uno. Es una demostración más de que los nórdicos hacen algo más que thrillers. Es una serie difícilmente clasificable. Se desarrolla en una pequeña población del “norte del norte” donde habita un conjunto de personajes bastante solitarios y no muy felices. Un pastor de ovejas con su mujer y su hija, otro de renos sami que además trafica con alcohol que le llega de Rusia ilegalmente, su hermanastro, un peculiar comisario de policía, un enterrador que ejerce también de “médico”, un proxeneta que acaba de enviudar y que compra dos prostitutas albanesas para dar servicio al pueblo, etc. De todos ellos es la hija la que demuestra más sentido común y mejor disposición para la vida.  Una serie muy curiosa y entretenida.

 

El cuento de la criada. Cuarta temporada. Sigue la estela de las anteriores tanto en la temática como en la estética y la fotografía. El problema que tiene esta temporada es la reiteración de las situaciones y la excesiva intensidad de muchos momentos de la protagonista. No sé si en esto tendrá que ver que la actriz sea también productora y además directora creo que de tres episodios, pero lo cierto es que a mí, a pesar de que es una magnífica actriz, me ha resultado en varios momentos pesada y de hecho tenía ganas de que terminase. No obstante, los dos últimos capítulos recupera la fuerza y el sentido. Seguramente habrá más temporadas aunque no creo que me anime a seguir la serie. Lo que tuvo de rompedor estética e ideológicamente no da para más. Eso sí, tengo que reconocer que me siguen “poniendo” las expresiones religiosas que utilizan; están muy conseguidas y ayudan a mantener el ateísmo y el desprecio hacia la religión a gentes como yo.

 

El sabor de las margaritas. Serie producida por la televisión de Galicia que consta de 6 episodios de más de una hora. Es la primera que veo de esa procedencia. Se trata de un policiaco al estilo de los que hacen sobre todo los británicos pues se desarrolla en una pequeña comunidad rural. Tiene un guion bastante bien construido y con giros inesperados. Ahora bien, tanto la realización como la interpretación son manifiestamente mejorables. Tras ver el primer capítulo dudé si seguir viéndola por lo poco creíbles que me parecían algunas escenas en lo que no sé si tiene algo que ver el hecho de que estén dobladas al castellano. Poco a poco te vas acostumbrando y te dejas llevar por la historia aunque no mejoren ni la dirección ni las interpretaciones.

sábado, 14 de agosto de 2021

Gran descubrimiento de escritora mexicana


Como decía en una entrada reciente, una de las maneras de conocer obras o autores es a través de informaciones que oigo en la radio. Así he conocido a esta escritora mexicana pero no precisamente por esta novela sino por Páradais, la última que ha publicado. Lo lógico hubiera sido, como hago tantas veces, empezar por esta y luego si me interesaba ir leyendo libros anteriores, pero como pude adquirir el que ahora comento al mismo tiempo he preferido seguir el orden cronológico de la publicación. No sé qué tal será la última, quien la comentó en la radio la puso por las nubes, pero sí puedo anticipar que esta Temporada de huracanes es una de las mejores novelas que he leído en los últimos tiempos.

La novela comienza con unos niños que encuentran un cadáver en un río, pero no se trata de una novela policiaca ni de un thriller. A partir de ese hecho, en los siguientes seis capítulos vamos a conocer aspectos de la vida de la muerta, La Bruja, y de los diferentes personajes que han tenido que ver con su muerte. La novela funciona así como un conjunto de relatos que tienen en común la participación más o menos activa en esa muerte.

Un elemento fundamental de la historia es el lugar en el que se desarrolla: un pequeño pueblo en el estado de Veracruz. Una población de gente bastante pobre, desarraigada y cercana a la marginalidad. Un mundo de gran dureza y por momentos extrema violencia en el que el machismo y la homofobia son la norma y no la excepción; en el que el sexo y las drogas son dos de las formas de escapar y la prostitución una forma de supervivencia económica. Un mundo donde el aborto se practica con brebajes que están a punto de acabar con la vida de quien lo practica y donde existe el “promotor del voto”.

Pues bien, la gran virtud de Melchor es, además de imaginar ese conjunto de historias y de personajes, ser capaz de dar con el lenguaje adecuado para cada uno de ellos. En el libro no hay ningún punto y aparte y apenas puntos. Está construido a base de frases larguísimas que, sobre todo al principio, no siempre son fáciles de seguir máxime si el lector no es mexicano puesto que emplea gran cantidad de modismos de los que  muchos se entienden por el contexto y otros, aunque no se sepa muy bien lo que quieren decir, no importan demasiado para entender la historia.

Estamos ante una novela en la que lo que importa no es la trama, sino la narración y la forma en la que la autora ha construido la historia para hacernos ver una realidad que, por la forma en que la refleja, supone también de alguna manera una crítica a cómo las instituciones del país dejan que algo así exista. Y, desde luego, ante una novela que va directa al hígado del lector que no puede permanecer indiferente ante las situaciones que se narran. (Menos mal que solo tiene 200 páginas).

Como dice en su reseña para elclaustro.edu.mex Silvia Andrea Castelán:

“Con cada relato embadurnado de un diferente hedor rasposo, Fernanda Melchor entierra un embudo por el que traspasa en un dos por tres un licuado de imágenes palpables y sumamente potentes directamente a nuestros cogotes. La autora no pasa por alto la oportunidad de echar un poderosísimo laxante que es el de retratar con toda la fidelidad que su pluma le permite la realidad de un país enquistado en la violencia e impunidad. Y vaya que el laxante funciona”. 

A mí esta lectura me ha recordado la también bastante reciente de Panza de burro de la escritora canaria Andrea Abreu tanto por el ambiente en el que se desarrolla como sobre todo por la importancia que se da al uso del lenguaje. Abreu ha hablado de hiperrealismo para describir tanto su obra como la de otras autoras entre las que sin duda debe estar Fernanda Melchor. Por cierto que comentando esto en casa, mi mujer, profesora de lengua y literatura, me ha dicho que algo así es lo que siempre se ha llamado naturalismo.

Ahora dejar pasar un poco de tiempo para leer ese Páradais que tanto promete.

Hay también otra interesante reseña de Selene Mazón en gatopardo.com.

Fernanda Melchor, Temporada de huracanes

 

viernes, 13 de agosto de 2021

Leídos pero no comentados



 

Aunque no es muy habitual sí sucede cada cierto tiempo que hay algún libro que leo y del que no hago el comentario en el blog. Más raro es lo de esta vez que coinciden nada menos que cuatro en un corto período de tiempo. Las razones para actuar así suelen ser muy variadas si bien la principal es que no se me ocurre cómo comentarlos. Si alguien ha leído alguna entrada de este blog verá que hago comentarios muy personales y carentes de cualquier tipo de análisis más o menos técnico, pero sí suelo hablar de su autor/a, de otras obras relacionadas, a veces cuento algo del contenido y siempre de las sensaciones que me ha provocado, los conocimientos que me ha dado, etc. Eso sí, tengo muchas más dificultades para escribir sobre libros de ficción que sobre otro tipo de escritos.

De los cuatro que aparecen en esta entrada o he aprendido algo, Maravall, o me han gustado, los otros tres, pero no se me ocurre qué decir de ellos bien porque su corta extensión me lo hace difícil, Zambra, bien porque al tratarse de una novela policíaca presenta la dificultad añadida de no destripar el argumento.

Los cuatro me parecen recomendables y por eso hago esta entrada muy diferente de las habituales.

sábado, 7 de agosto de 2021

Recuperando los inicios de Carrère


Lo que más me ha interesado y gustado en los últimos años desde que lo descubrí con esa maravilla que es El adversario. He leído prácticamente todo lo que la editorial Anagrama ha publicado y tengo que felicitar además a la editorial porque sigue poniendo a nuestro alcance obras anteriores a las que le hicieron más famoso. Reconozco que a mí personalmente el Carrère que más me gusta es el que practica la “literatura del yo” o la “no ficción”, pero su obra de mera ficción también tiene su interés.

Este Fuera de juego es una de sus primeras novelas. La escribió cuando tenía treinta años y solo tiene algo que ver con lo que vendría después en algunos pequeños detalles.

El libro cuenta la historia de Frédérique, una profesora de secundaria que trabaja a tiempo parcial, que mantiene una buena relación de amistad con Jean-Pierre, su exmarido con el que tiene un hijo, pero al mismo tiempo no está del todo satisfecha de la vida que lleva. En los primeros capítulos vemos diferentes momentos de esta relación y también con su hermana y su cuñado. En ellos están la mayor parte de las reflexiones que se hacen en el libro. Así, dedica un capítulo a una discusión sobre los nombres que se ponen a los niños que aprovecha para hacer sociología sobre la burguesía parisina; también hay otro en el que se centra principalmente en la educación y en el papel de alumnos y profesores. Ahora bien, a partir de un determinado momento, la protagonista empieza a jugar a la ruleta en los casinos y la novela se convierte en ver cómo la protagonista va cambiando radicalmente su vida.

Carrère demuestra una gran habilidad para mantener la atención del lector, incluso de alguien tan alejado del juego como yo, gracias a un cierto suspense por ver hacia dónde va a continuar la historia. Eso sí, se produce cierta desilusión con el final elegido.

El libro está bien escrito aunque, no sé si por estar así en el original o por la traducción, hay veces en que el uso de las subordinadas parte tanto la oración  principal que hay que leerla un par de veces.

Novela recomendable sobre todo para seguidores del autor. Para quien no lo conozca demasiado es mejor leer cualquiera de sus libros de los últimos años.

 

Emmanuel Carrère, Fuera de juego. Traducción Ana Mª Moix y Chantal Delmas.

 

Gran descubrimiento danés

Creo, y espero, que me va a pasar con esta escritora lo mismo que me sucedió con otro escritor nórdico, Per Olov Enquist. De este leí primero sus memorias que me causaron tanta impresión que luego fui leyendo todo lo que se publicaba. En el caso de Ditlevsen, las memorias muestran también a un personaje tan interesante como el de Enquist y, desde luego habrá que estar atento a la casi segura publicación de alguna de sus novelas.

En esta edición se publican conjuntamente los tres libros que la autora dedicó a contar una parte importante de su vida. Los dos primeros, Infancia y Juventud, se publicaron por separado en 1967, y el tercero, Dependencia, en 1971. Por lo tanto fueron escritos cuando tenía ya cincuenta años (había nacido en 1917). El título ya indica con bastante claridad de qué tratan los primeros; la dependencia que anuncia el tercero se refiere a las drogas o, más exactamente, a medicamentos de los que se convirtió en adicta (por cierto, gracias a las recetas de su tercer marido que era médico).

Dice Elvira Lindo en su reseña endivagancias.com:

“(…) hipnotizada desde las primeras páginas por una prosa entre descarnada e irónica, sintética, bella en su falta de retórica (…) Tras la lectura de estas memorias hipnóticas, a veces macabras, irónicas, dolorosamente verdaderas, se queda una durante días atrapada en el universo Ditlevsen”. 

Me parece difícil resumir en menos palabras lo que se siente con la lectura de este libro. Un libro que se convierte en adictivo casi desde las primeras líneas gracias a una escritura que dice todo lo que tiene que decir con esa prosa directa y esa sinceridad que no repara ni tan siquiera en reflejar como positivo un intento de abuso sexual cuando era muy joven porque era una forma de ver que interesaba a los hombres.

Sobre el contenido concreto y mucha información sobre lo que se cuenta en el libro remito a la completísima y magnífica reseña de Marc Peig en unlibroaldia.blogspot.com.

A mí me gustaría solo comentar algunas cosas tanto de la forma como del fondo. Sobre lo primero, además de lo ya destacado, me ha parecido realmente buena la manera de introducir los diálogos en el texto que hacen que este fluya con gran agilidad. Sobre el fondo me han parecido interesantes, más allá de los avatares de una vida muy complicada tanto material como psicológicamente, algunos apuntes sobre la sociedad danesa de la época, años 20 a 40 fundamentalmente, como la precocidad de las mujeres en tener hijos (la mayoría antes del matrimonio); los abusos de las empresas evitando contratar a trabajadores sindicados; o la escasa preocupación por la invasión nazi en los ambientes en los que se movía (con excepción de su segundo marido que sí se planteó entrar en la resistencia).

Por otra parte, no deja de resultar sorprendente que alguien con una vida como la que se refleja en el libro tuviera el tiempo y el ánimo para escribir. Y, además, para hacerlo tan bien como para que le publicasen tanto sus poemas como sus obras en prosa. Una escritora, por cierto, que no tuvo acceso a la enseñanza secundaria por falta de medios.

En fin, estamos ante un magnífico libro, desde luego uno de los mejores que he leído este año. Ahora solo queda esperar que alguna editorial se anime con alguno de sus otros escritos. 

 

Tove Ditlevsen, Trilogía de Copenhague. Traducción Blanca Ortiz Ostalé.