viernes, 30 de octubre de 2020

Un buen tema desaprovechado


Desde siempre ha habido en Argentina cierta fascinación e interés por la presencia de los nazis que, una vez terminada la guerra, se refugiaron en ese país. No es extraño, lo verdaderamente raro es lo que pasa en España donde, lógicamente, se refugiaron también muchos dada la proximidad geográfica y en ese momento ideológica, y sin embargo es muy poco lo que se ha escrito sobre el particular.

Desde la ficción recuerdo el magnífico libro Wakolda  de Lucía Puenzo con el personaje de Joseph Mengele como protagonista. Magnus ha elegido a otro protagonista del régimen nazi, Adolf Eichmann, que además es uno de los pocos que fue descubierto, y en su caso secuestrado por el Mossad, llevado a Israel, juzgado y condenado a la pena de muerte. Existe mucha y muy conocida bibliografía sobre el personaje que también se hizo famoso gracias al libro que al juicio dedicó Hannah Arendt.

Magnus cuenta algunos momentos de los años que Eichmann pasó en Argentina. Al final del libro muestra las fuentes en las que se ha basado que son bastante numerosas. Se trata por tanto de un libro de ficción, pero en el que se pretende que lo contado recoja al menos una parte de lo que realmente sucedió.

Para ello se ha dividido el libro en siete capítulos: los cinco primeros recogen desde la llegada a Argentina hasta su detención y traslado a Jerusalén; en el sexto el teórico escritor de la novela recorre algunos de los lugares en los que vivió Eichmann y tiene un interesante diálogo con una señora mayor que habita en una de esas casas; en el último, de apenas dos páginas, se ofrece la información de lo que paso después con muchos de los personajes que aparecen en el libro, fundamentalmente su familia y algunos señalados nazis como, por ejemplo, Mengele.

Del diálogo que acabo de mencionar reproduzco un fragmento en el que se describe lo que piensa el novelista sobre cómo es su protagonista:

 

“- ¿Y cómo lo describe entonces. (Pregunta la señora mayor refiriéndose a Eichmann.)

 -No sé. Como un mediocre que llegó lejos. Un tarado bastante vivo. Un acomplejado con sed de venganza. Un antisemita de manual, aunque sin instrucciones de uso. Un sorete que aprendió a disimular su olor. Un fanático vencido por el egoísmo. Un cínico sentimental. Un valiente de la cobardía. Un pobre tipo rico en malevolencia. Un asesino tímido. Un desafortunado al que la suerte acompañó demasiado tiempo”. (p.252)

 

He reproducido el fragmento porque en él está la clave de lo que me ha pasado a mí con la lectura de este libro.

Por un lado, me ha interesado mucho el primer capítulo con ese Ricardo Klement -nombre que adoptó Eichmann al llegar a Argentina- recién llegado que tiene que tratar a sus hijos como si fueran sus sobrinos y también el capítulo, que bien podría haber sido el que cerrase el libro, en el que es secuestrado y mantenido en el país hasta que pudieron llevárselo a Israel. Sin embargo, en todo el núcleo central del libro me parece que Magnus va dando palos de ciego y no he terminado de entender muy bien qué es lo que me ha querido transmitir. Si su intención era mostrar esas características del personaje tal y como se las resume a la señora en la conversación reproducida, tengo que decir que desde luego yo no las he sabido ver. Puede ser un problema mío, algo que me ha pasado ya más de una vez con otros libros, pero me resulta extraño que se vea en la obligación de hacer esa especie de resumen final.

Por todo ello, el libro no me ha gustado; es más me ha defraudado porque el tema y el personaje dan para mucho y tengo la sensación de que Magnus lo ha desperdiciado.

No obstante dejo constancia de dos reseñas bastante favorables a la obra: la de Adrián Sanmartín en elimparcial.es y la deI.Letrado en distritojazz.com.

 

Ariel Magnus, El afortunado.

 


 

martes, 27 de octubre de 2020

Crónica de los últimos diez años

 




No hace aún dos años comentaba en el blog  La trampa de la diversidad, el anterior libro de Bernabé que tuvo bastante éxito y que me pareció muy interesante y con unas tesis que hacían pensar y replantearse algunas ideas.

Con estos antecedentes creía que este iría en una línea parecida y no es así, al menos con ese nivel de análisis y propuestas. Dice el autor en el último capítulo que actúa a modo de Epílogo:

Además de un ejercicio de crónica del pasado reciente. La distancia pretende ser una herramienta para averiguar por qué somos como somos, qué nos ha hecho llegar hasta aquí con los personajes, tendencia e ideas que conforman nuestro presente social y político: la arquitectura profunda de la actualidad solo se puede entender acudiendo a los planos de los años precedentes.” (p. 341-342)

 Esta idea de crónica creo que es la que mejor refleja el verdadero contenido del libro, porque de eso se trata, de dejar constancia de lo que ha pasado, nos ha pasado, en los últimos diez años. Evidentemente, no es solo una descripción aunque esta ocupe la mayor parte de las páginas. No podía serlo tratándose de un periodista como Bernabé que ya demostró en su anterior trabajo que tiene ideas claras y meditadas sobre cómo es nuestro país y sobre cómo debería ser una política de izquierdas.

Como mera crónica ya resulta muy interesante porque es habitual que a veces nos cueste situar los hechos del tiempo en el que vivimos. En ese sentido es un material muy útil hoy y, desde luego, mucho más aún para que las generaciones futuras puedan conocer qué pasaba en estos años. Esto por lo que se refiere a la mera descripción de los hechos.

Ahora bien, Bernabé no es un mero notario de lo que pasa, tiene sus opciones y sus opiniones que van apareciendo a lo largo del texto y que, en todo caso, están también claras a la hora de elegir a qué dedicar más espacio en el libro.

Algunos ejemplos de sus opiniones pueden ser:

“El simpático dibujo, uno entre cientos, destacaba lo que significaba todo aquello: no una puesta en marcha de una clase social organizada e ideologizada para obtener unos objeticos políticos, sino la esperanza de una ciudadanía que quería votar a unas personas que parecían inteligentes, decentes y hasta amables.” (p. 187)

(Esto es a propósito de los dibujos hechos por ilustradores y diseñadores en las redes para la campaña de Carmena o Colau.)

 O también cuando considera que en 2013 se daban los requisitos para una situación prerrevolucionaria pero:

“La rabia tuvo una naturaleza mucho más nostálgica que propositiva. No se buscaba ir a ninguna parte, tan solo se manifestaba un rencor importante por lo que se había perdido. Cuando más necesitábamos a la ideología, más vaporosa se había vuelto. Cuanto más necesitábamos a las organizaciones de izquierda, más débiles estaban. Cuanto más nos necesitábamos a nosotros mismos, había dejado de existir un nosotros. Y así, sin sujeto político y sin factor subjetivo, ninguna objetividad, por muy dramática que sea, conduce a ninguna parte.” (p. 116)

Esto son solo dos muestras donde se manifiestan las opciones del autor y alguna de sus críticas a la izquierda (obviamente, críticas hechas desde la propia izquierda).

Además de estos aspectos que me parecen muy interesantes porque, como en su anterior libro, ayudan a repensar ideas, hay otras cosas del libro que me han llamado la atención como son: lo bien que está contada la corrupción del PP destapada en 2013 (es la primera vez que me entero de verdad del tema); los entresijos del problema en Madrid entre Podemos e IU; el concepto de “ciudadanismo” o el magnífico repaso que hace del inicio de la pandemia en el que reproduce un interesantísimo artículo suyo sobre la llegada a España del virus. Evidentemente, hay muchas otras cosas, pero esto es quizá lo que me ha resultado más novedoso.

Desde otro punto de vista tengo que destacar también un par de ideas:

"Parte de la izquierda, a la cual me sumé en su momento, creyó ver en la independencia de Cataluña el último clavo en el ataúd del llamado Régimen del 78, cuando no fue más que el electroshock que lo devolvió a la vida y que, además, trajo un nuevo actor a esta historia: la ultraderecha.” (p. 247)

Independientemente de que no termino de compartir el planteamiento que hace Bernabé sobre el tema catalán, sí que es cierto que me ha costado llegar a reconocer la idea que se plantea en la cita. Yo también pensé en ese final del régimen, aunque no era la única razón que me movía a apoyar al independentismo, y no quise reconocer las nefastas consecuencias, obviamente no buscadas, que nos iba a traer.

En esta misma línea y aunque el autor se refiere a la pandemia, creo que lo siguiente se puede extrapolar a fenómenos como el surgimiento (o la organización) de la extrema derecha:

“Vivimos en una sociedad que solo entiende de certezas, no de potencialidades, lo que provoca que casi nadie parece entender que, aunque el peligro no sea seguro de darse, no significa que no se vaya a dar.” (p. 350)

En fin, estamos ante otra útil aportación al conocimiento sobre nuestro país pues, si bien es básicamente un relato de hechos, hay las suficientes informaciones, análisis y opiniones para provocar debates interesantes. Quizá yo hubiese preferido más análisis y menos informaciones, pero entiendo la opción más periodística del autor.

Un libro muy recomendable que no dejará indiferente a quien lo lea.

Daniel Bernabé, La distancia del presente. Auge y crisis de la democracia española (2010-2020).

 


miércoles, 21 de octubre de 2020

Biografía de un grande



Leí este libro cuando se editó por primera vez en 2008. Ahora, aprovechando el centenario del nacimiento de Benedetti, se ha reeditado y, sin acordarme de que ya lo tenía, algo que ya me ha pasado otras veces, lo he vuelto a comprar y leer. No me ha importado en absoluto. Como lector desde hace muchos años del autor incluso me he alegrado. Benedetti, además, es de los pocos autores de los que soy asiduo relector como se puede comprobar con la entrada que hice hace unos días comentando su novela Andamios.

Campanella, que en la actualidad es la Presidenta de la Fundación Mario Benedetti, ha escrito una biografía muy interesante y completa. A lo largo de sus 378 páginas en formato grande, divididas en 29 capítulos, va pasando revista a los momentos más importantes de su vida y de su trayectoria tanto personal como profesional.

Obviamente, dedica gran parte del texto a glosar su obra y, dentro de esta, principalmente su poesía. Aunque es uno de los pocos poetas que he leído, porque es un género que nunca me ha terminado de atraer, no conozco nada más que una mínima parte de su muy extensa producción, y por ello hay bastantes páginas del libro que aun leyéndolas con gusto no termino de captar bien su sentido por desconocimiento de los textos en los que se apoyan. Por el contrario, dedica poco espacio a comentar su obra narrativa y dentro de ella aún menos a sus novelas que es, precisamente, lo que mejor conozco.

Esto que parece un inconveniente, se puede convertir también en una ventaja porque supone un acicate para volver a tomar contacto con su  poesía de la que, además, gracias a mi mujer, hay muchos ejemplares en nuestra biblioteca.

Desde el punto de vista meramente biográfico me ha interesado más las primera parte en la que se narran sus primeros trabajos profesionales y sus inicios publicando en diferentes revistas. En los tramos finales me parece que la autora dedica demasiado espacio a enumerar presentaciones de libros, participaciones en jurados o en una gran variedad de actos, algo que no tiene demasiado interés como no sea el de mostrar el reconocimiento que logró Benedetti en su última época.

En todo caso, la autora demuestra un grandísimo conocimiento de la vida y obra del escritor por el que, desde luego,  profesa gran admiración que sabe transmitir perfectamente con un lenguaje muy ajustado y gran agilidad narrativa.

En general, estamos ante una biografía muy favorable al escritor tanto en su faceta literaria como en su actividad pública. Hay un par de veces que sí escribe sobre algunas críticas que recibió en ambos aspectos, pero es algo meramente anecdótico.

Es curioso que al gusto por la lectura de la obra de Benedetti y, por qué no decirlo, hasta al cariño por su persona, se ha añadido recientemente el hecho de compartir uno de sus espacios preferidos de la isla de Mallorca como es el Port de Pollença, lugar en el que pasó largas temporadas.

En fin, un libro muy recomendable sobre todo para seguidores de este gran escritor y mejor persona.

Se me olvidaba decir que en la sección del blog Mis autores favoritos, Benedetti ocupa el tercer lugar.

 

Hortensia Campanella, Un mito discretísimo. La biografía de Mario Benedetti.

 

 

 

martes, 20 de octubre de 2020

Una obra de teatro


El año 2017 fue el de mi descubrimiento de Natalia Ginzburg como queda atestiguado en el blog con numerosas entradas comentando sus libros. Me gusta su estilo y los temas que trata así como la forma de hacerlo.

En este caso comento una obra de teatro. Es una de las pocas que he leído a lo largo de los años porque nunca me ha llamado la atención el género. De hecho esta de Ginzburg la compré sin darme cuenta porque me gusta tanto la autora que ni me fijé.

Parece ser que fue la primera que escribió y que tuvo un gran éxito a mediados de los sesenta.

Está dividida en tres actos y cuenta con cinco personajes. Un matrimonio, la criada y la madre y la hermana del marido. Los cónyuges acaban de casarse después de un mes de haberse conocido y han invitado a una comida a los familiares del marido para que conozcan a su esposa.

El primer acto lo dedica principalmente a que conozcamos a Giuliana, la esposa, que le cuenta a la criada aspectos relevantes de su vida anterior: una relación con alguien que la abandonó al enterarse de que estaba embarazada; luego abortó. En el segundo se establece una extensa conversación entre los dos miembros de la pareja sobre el tema del matrimonio: por qué se casaron, cuánto puede durar, los problemas que están apareciendo, etc. Y, finalmente, en el tercero aparece ya la madre para la comida de presentación que es la parte más divertida de la obra.

En definitiva, un texto que se centra en el matrimonio, en la situación y mentalidad de la clase media romana y en las relaciones familiares sobre todo del marido con su madre. Todos son temas habituales en la obra de la autora aunque evidentemente menos desarrollados que en cualquiera de sus libros tanto de ficción como de ensayo.

En cualquier caso, me ha resultado interesante enfrentarme a esta experiencia novedosa que creo que tendré que repetir con algún autor más actual porque hay que reconocer que tiene aspectos en el tratamiento de los temas que aportan un enfoque diferente.

 

 

Natalia Ginzburg, Me casé por alegría. Traducción Andrés Barba.

 

 

 

 

jueves, 15 de octubre de 2020

Descubrimiento argentino

 

Es curioso lo que me ha pasado con este escritor argentino. He visto dos películas basadas en dos novelas suyas: la magnífica El secreto de sus ojos y la menos buena La odisea de los giles (basada en La noche de la Usina), y sin embargo no conocía ni su nombre. De hecho ha sido al leer la solapa de esta novela cuando me he enterado de que era el autor de las antes citadas.

Por lo que recuerdo de las películas, esta novela que ahora comento no tiene nada que ver en los temas que trata aunque tengo la sensación que sí en algunos aspectos como pueden ser: los diálogos ocurrentes y muy bien elaborados, unos personajes en los que, salvo en un caso,  destaca lo mejor y más humano en sus comportamientos o una cierta tensión y suspense.

En este caso la historia es muy simple: una mujer se enamora del marido de una hermana y este amor le es correspondido. Con esta sencilla anécdota, Sacheri es capaz de interesar al lector nada menos que a lo largo de 384 páginas. Eso sí, he de decir que cuando llevaba leídas unas sesenta o setenta páginas estuve tentado de abandonar su lectura porque no había pasado nada y se había limitado a narrar escenas de la vida cotidiana de los protagonistas. Estos son una familia compuesta por los padres y sus cuatro hijas más los maridos o los pretendientes de estas.

La historia sucede entre 1953 y finales de los años sesenta lo que le da pie al autor por un lado a reflejar comportamientos que hoy están ya muy desfasados y, por otro lado, a plantear interesantes aspectos de la política del momento (y no sé si también de la actual). De los cinco protagonistas masculinos, cuatro son antiperonistas y solo uno es fiel partidario del entonces presidente de la república. Hay varios momentos de debates entre ellos aunque Sacheri los desarrolla de una forma bastante superficial, lo mismo que sucede cuando el debate se produce entre los partidarios de diferentes líderes del partido radical una vez expulsado Perón por un golpe de estado. En general es bastante crítica con Perón, aunque tiene su sentido ya que los protagonistas pertenecen todos a la clase media y viven en un barrio acomodado de Buenos Aires.

Si bien como decía antes me costó entrar en la novela, poco a poco me ha ido enganchando debido sobre todo a la buena escritura de Sacheri, a los diálogos muy bien construidos y a los monólogos de la narradora que es precisamente la enamorada protagonista.

En fin, una novela que sin ser gran cosa resulta muy entretenida e interesante por la visión que ofrece de la época.

Hay una buena reseña de Felipe Fernández en lanacion.com.ar

 

Eduardo Sacheri, Lo mucho que te amé.

 


martes, 13 de octubre de 2020

Releyendo




 El 23 de octubre de 2015 hacía en el blog la siguiente entrada bajo el título de: Otra emocionante relectura.

“Efectivamente, el nombre de este blog proviene del título de este libro. Vuelvo a leerlo después de haber pasado varios años desde la última relectura y vuelvo a emocionarme como siempre y a disfrutar con un escritor que, aunque seguramente no será un gran novelista y probablemente tampoco un gran poeta, tiene la capacidad de lograr algo no siempre fácil que es llegar al lector o, al menos, a determinado tipo de lector.

Historia del exilio y el desexilio, como denomina Benedetti al regreso; del encuentro con los que se quedaron y en muchos casos sufrieron la represión, la tortura y la cárcel; de soledades y búsquedas; de amores y desamores; de jóvenes que no saben qué hacer con su futuro y mayores que no saben qué pensar de su pasado. Y como siempre sucede con este gran escritor, tratando  a sus personajes con respeto y ternura, como seres de carne y hueso que sienten y piensan.

Otro aspecto importante en el libro, como en todos sus libros, es el mantenimiento no solo en los diálogos del lenguaje coloquial uruguayo que lo hace más próximo y realista. Como hace muy poco que he leído un libro con entrevistas a José Mujica tenía muy presentes bastantes expresiones que me encantan.

Si a todo esto le añado que hay referencias a Ángel González, Juan García Hortelano o El guardián en el centeno de Salinger, me queda un recuerdo imborrable y el deseo de volver a leerlo pasado un cierto tiempo.

Dejo tres frases del libro; dos por mi coincidencia total en preferencia y emoción, y la tercera porque me parece original y, como dicen por aquellos pagos, hermosa.

 “(…) la bahía de Pollensa, en Mallorca, uno de los lugares de España que siempre he preferido.” (p.26)

“Anoche Camila fue con sus amiguetes a un recital de José Agustín Goytisolo y Ibáñez. Dice que cuando escuchó Palabras para Julia se puso a llorar. Y que la voz aguardentosa del Paco la movió en las tripas.” (p.47)

“Fijate que mi luto no fue vestirme de negro sino quedarme sin risa.” (p.42)

Si hace pocos días recomendaba Primavera con una esquina rota, creo que estos Andamios completan magníficamente un acercamiento a la obra narrativa de Benedetti.”

La he reproducido entera hasta con las citas porque no solo estoy totalmente de acuerdo con lo que dije, sino que cuando he estado pensando en qué decir ahora solo se me ocurrían ideas en la misma línea.

Este año se está, estamos, celebrando, el centenario del nacimiento del escritor y se reeditan libros tanto suyos como sobre él; de hecho la próxima entrada en el blog es para comentar una biografía publicada hace ya tiempo. Creo que es uno de esos escritores que tiene algo que llega a la gente, a los lectores o, al menos, a un determinado tipo de estos que son, somos, bastante numerosos. Como ya he dicho, ni es un grandísimo novelista, ni un poeta excepcional, ni un cuentista único, pero sí que es alguien capaz de emocionar en todos los géneros a partir, además, de una buena escritura.

A mí en concreto me ha llevado a leer dos géneros de los que nunca he sido muy seguidor: por un lado, la poesía a la que he dedicado poco tiempo y solo conocía con cierto detalle la obra de Miguel Hernández y la de Ángel González; y por otro lado, el cuento al que tampoco era muy aficionado y que gracias a Benedetti ya tiene en mi biblioteca una cierta presencia.

En fin, un autor que merece la pena conocer en cualquiera de sus facetas, sin olvidar, por supuesto, la de ensayista en la que tiene buenos estudios y reflexiones.

Para quien tenga interés dejo el enlace a la entrada que hice en octubre de 2010 sobre el autor dentro de la serie de Mis autores favoritos.

 

Mario Benedetti, Andamios.

 

lunes, 5 de octubre de 2020

Debates en pleno franquismo


Hace ahora ocho años ponía este comentario en el blog a raíz de la lectura del libro de Juliana Modesta España:

“El anterior libro de Juliana, La deriva de España, me llamó la atención por su título y luego su lectura me resultó muy interesante y me hizo replantearme algunos temas. En este me ha pasado exactamente lo mismo. Tiene la virtud el autor de tratar los asuntos sin casarse con nadie, con un grado de independencia no habitual, desgraciadamente, en el periodismo español actual.” 

Lo traigo a colación, aunque sé que no se deben hacer autocitas, porque, por un lado, viene muy a cuento del libro que hoy comento y porque, por otro lado, a medida que ha ido pasando el tiempo se ha ido confirmando la opinión que entonces manifestaba. En los momentos actuales Juliana es uno de los pocos periodistas, y tertulianos, que soy capaz de escuchar con atención, más allá de los aciertos que logre en sus predicciones.

Después de la lectura de los dos libros citados, solo he leído Nudos que consiste en una larguísima conversación con Pablo Iglesias y en el que ya aparecen algunos de los temas que trata en este Aquí no hemos venido a estudiar.

El núcleo del libro lo forman los debates que tuvieron lugar en 1962 en el penal de Burgos entre los presos del Partido Comunista sobre la estrategia política  que había que seguir, estrategia que dependía de la diferente visión que se tenía sobre el momento que vivía el régimen tras el Plan de Estabilización y los movimientos que se habían producido dentro del mundo del trabajo. Pronto, desde fuera de la prisión,  entraron en el tema Jorge Semprún y, sobre todo, Fernando Claudín, lo que a la larga les llevaría a su expulsión, aunque el tiempo demostró que eran ellos los que tenían razón. Juliana muestra de forma muy clara los diferentes aspectos del debate, pero hace además algo realmente interesante como es contarnos los antecedentes vitales de algunos de los participantes, principalmente de dos: Ramón Ormazábal y Manuel Moreno Mauricio. Si bien al primero sí que lo conocía de su época de Secretario General del Partido Comunista de Euskadi, del segundo no había oído hablar nunca y lo curioso es que era de Badalona, como el autor, y por eso este lo conocía.

Son páginas muy interesantes las que narran las peripecias de ambos porque muestran también lo que pasó con tantos “perdedores” de la guerra.

El libro se inicia con dos capítulos realmente magníficos. En el primero nos presenta el viaje de Evita a España en 1947, y en el segundo, los debates que se produjeron en Postdam entre los tres líderes para ver qué se hacía con España. A partir de ahí el texto se centra de lleno en lo que pasa en España a partir del Plan de Estabilización de 1959 y sus efectos en la sociedad en general y en el penal de Burgos en particular.

Juliana es un estupendo escritor que es capaz, además, de ser socarrón cuando se puede serlo y que, como buen periodista, tiene un gran sentido del ritmo narrativo e incluso de la tensión necesaria para mantener el interés del lector.

En el texto hay muchas  informaciones y reflexiones . A mí en particular me han llamado especialmente la atención porque las desconocía cosas como: el planteamiento que le hizo Tamames a Carrillo de crear un partido laborista que sustituyera al comunista; la impresionante organización que tenían los comunistas en el penal que incluía el control sobre la actividad sexual de los reclusos; la edición en su día de un Mundo Obrero “falso” desde el ministerio de Fraga; o todo el espacio que dedica a Joan Comorera, un personaje realmente interesante.

Por el contrario, me ha sobrado bastante de lo que cuenta sobre 1974, y sobre la Transición en general, porque es algo bastante sabido y no aporta nada salvo el tema de los Pactos de la Moncloa donde sí resulta útil la incidencia y la explicación.

El libro se cierra con un último capítulo, El puente se ha roto, que es realmente magnífico, vibrante y muy emotivo en algún momento. Un capítulo que merece una relectura.

De un libro así se podrían extraer multitud de fragmentos. Solo lo haré con el siguiente porque, aunque se salga del tema principal del libro, me parece que dice muchísimo con muy pocas palabras: 

”Hoy en Catalunya nadie ha sido nunca franquista, ni comunista, ni pujolista. Es maravilloso. Hoy todo el mundo tiene un abuelo que era de Esquerra Republicana.” (p. 329)

Un libro absolutamente recomendable, como recomendable es seguir a este periodista que es uno de los pocos que merecen la pena en un país tan lleno de “profesionales” que solo usan la pluma y/o la palabra para mentir y manipular.

Hay una magnífica reseña de Jaume Claret en conversacionsobrehistoris.info.

 

Enric Juliana, Aquí no hemos venido a estudiar. Traducción Carme Casals.

 

 

 

domingo, 4 de octubre de 2020

ANDAMIO

 

Una vez más desde que estamos dominados por el virus hay una preponderancia total de las series sobre el cine. Eso sí, dentro de estas hay gran variedad de procedencias geográficas  y de temáticas. Aparece por primera vez una serie polaca que, además, está bastante bien y una terrible serie francesa.

 

Películas

 

El dilema de las redes. Documental estadounidense de hora y media de duración en el que se analizan los principales aspectos negativos que tienen las redes sociales. Lo mejor es que lo hacen no solo especialistas sino que, además, la mayoría son gente que ha trabajado en Facebook, Google, Twitter, etc. elaborando muchas de las cosas que se critican. No hay grandes novedades, la mayoría de lo que se dice ya lo hemos oído alguna vez, pero lo interesante es que aquí está todo junto y dicho por quienes lo conocen bien. Asusta un poco pensar en lo que está pasando y en el futuro que se vaticina, pero también es cierto que desde una edad como la mía todos los miedos resultan un tanto sospechosos de obedecer a esta situación personal.

 

Vitoria 3 de marzo. El cine social y político no está muy extendido en nuestra cinematografía, no tiene demasiada tradición. Esta es una película de ese género y como tal un intento bienintencionado de mostrar unos hechos terribles y lamentables que se produjeron en 1976 y que terminaron con la muerte de varios trabajadores por disparos de la policía. El problema en este caso es un guion que, sobre todo en la primera parte, es realmente muy flojo y crea escenas y situaciones que chirrían. Sin embargo, en la segunda parte, cuando se narran los hechos importantes mejora un tanto. Las interpretaciones están acordes con ese guion ya que debe de ser muy difícil tener que decir frases tan tópicas como sucede en varios momentos. Es una pena porque el tema es muy importante y representativo de una Transición no tan bien hecha como se ha vendido.

 


Series

 

Bendita paciencia. Serie británica de diez episodios de unos 30 minutos de duración cada uno. Comedia que tiene como protagonista a una familia de cuatro miembros y los respectivos abuelos. Los primeros capítulos son muy divertidos al tratar de las situaciones cotidianas que se plantean cuando se tienen niños pequeños. Luego, sin perder del todo el tono de comedia, se va haciendo algo más seria hasta que en los dos últimos capítulos se acerca a la tragedia. Entretenida en general e interesante al tocar los temas habituales para una familia así.

 

Bosque adentro. Miniserie polaca de seis episodios de una hora de duración cada uno. Basada en una novela de Halan Coben. Es un thriller en el que algo que sucedió hace más de veinte años en un campamento de jóvenes vuelve a la actualidad cuando ya son mayores. Está bien realizado e interpretado y mantiene la intriga además de mostrar diferentes historias familiares. Entretenido.

 

Little América. Miniserie estadounidense de ocho episodios de apenas media hora cada uno. Muy interesante ya que cada uno se basa en la historia real de alguien que emigró a los Estados Unidos y cuenta algunos momentos de su experiencia. Hay desde alguno más bien dramático hasta otros bastante graciosos y, por su procedencia, desde chinos a africanos pasando por gente de Oriente Medio. Muy original en su planteamiento y en la elección de los personajes. Al final se cuenta su evolución posterior y se muestran algunas fotos del personaje real.

 

Flesh and blood. Miniserie británica de 4 episodios de unos 45 minutos cada uno. Una buena demostración de cómo con un buen guion y unas buenas interpretaciones se puede hacer un producto no solo entretenido sino interesante. Drama familiar con algo de thriller.

 

The politician. Segunda temporada de esta serie norteamericana. Consta de siete episodios de duración muy variable de los 30 a los 45 minutos. Algunos buenos momentos en los que el humor sobresale en la crítica a la actuación de los políticos, pero junto a ellos hay muchos otros un tanto tediosos, muy reiterativos y con historias paralelas que importan bastante poco. Dejan abierta la puerta a otra temporada que no veré.

 

Deadwind. Serie finlandesa de 10 episodios de unos 45 minutos cada uno. Típico thriller nórdico y como tal contiene la mayoría de sus elementos: buena ambientación y mucha nieve, predominio de la poca luz, empresas implicadas en extrañas operaciones, una policía con una vida complicada como principal protagonista, trama no difícil de seguir pero que requiere su esfuerzo,…Entretenida aunque está a un nivel algo inferior a otras series de esa zona.

 

El tiempo mata. Serie francesa de ocho episodios de unos 45 minutos. Es fácil hablar de esta serie porque es con diferencia la peor que he visto nunca. Está basada en una novela, pero tanto el guion como sobre todo los diálogos son terribles. Hay frases memorables de una cursilería digna de otro tipo de obras. De las interpretaciones y la dirección de actores mejor no hablar; es cierto que no debió ser fácil decir algunos textos, pero es que no hay ninguna actuación digna de tal nombre. Lo único que se salva son los magníficos paisajes de la isla de Córcega, lugar en el que se desarrolla la historia, cuyos habitantes, por otra parte,  no salen demasiado bien parados: manipuladores, xenófobos, mafiosos, etc. En fin, una serie terrible.

 

The act. Serie estadounidense de ocho episodios de cerca de una hora. Está basada en hechos reales. Se trata de la relación de una madre con su hija en un caso típico de la enfermedad de Munchausen. Parte de la actualidad, año 2015, y va dando informaciones de épocas pasadas, 1991, 1995, 2003, etc. Con dos magníficas interpretaciones y una buena realización, la serie atrapa y hace vivir momentos muy intensos. Merece mucho la pena.

jueves, 1 de octubre de 2020

Fiasco total



 

Un joven suizo de buena familia se traslada a Berlín en enero de 1942 donde conocerá a Tristán, un joven alemán que entrará en las SS y, sobre todo a Cristin, Stella, de la que se “enamora perdidamente” (expresión que recojo de la contraportada). Stella es una joven judía que, parece ser que para salvar a sus padres, se dedica a denunciar a miembros de la comunidad judía. No logrará salvar a sus padres pero seguirá con las denuncias. Hay que decir que Stella existió realmente.

A primera vista, un tema así llama la atención y promete ser una lectura cuanto menos interesante. El libro, además, ha sido superventas en Alemania y ha gozado del favor de libreros y lectores, pero del rechazo de “los críticos más ortodoxos” (otra vez lo recojo de la contraportada).

Todo eso lo digo para afirmar que me ha parecido una pérdida de tiempo el empleado en su lectura. No creo que sea por la traducción, pero he encontrado frases, diálogos y situaciones que no parecen escritas por un autor actual que, como es el caso, cuenta con apenas 35 años. Es cierto que la historia se lee de un tirón porque está compuesta para que así sea. Es tremendamente superficial y refleja un Berlín difícilmente reconocible sobre todo teniendo en cuenta cómo iba ya la guerra en 1942.

El libro lo divide en capítulos que se corresponden con los diferentes meses y en el inicio de cada uno hace un resumen de la situación tanto interna como mundial. También suele introducir en algún momento del capítulo una breve reproducción de alguna de las detenciones que fueron causadas por la denuncia de Stella.

No merece la pena extenderse más sobre un libro así, pero me parece útil dejar el enlace a dos reseñas en las que, sobre todo en una de ellas, se explicita muy bien la polémica suscitada en Alemania con la publicación del libro, son: la de Alberto Gordo en elcultural.com y la de Aldo Mas en eldiario.es.

Debo de decir que la polémica no es tanto por su valor literario, sino por el planteamiento que hace de la actuación de la protagonista y por cómo refleja el Berlín del momento. Sobre lo primero no tengo nada que opinar pues desconozco totalmente los hechos.

 

 

Takis Würger, Stella. Traducción Ana Guelbenzu.