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martes, 20 de julio de 2021

Gran literatura de viajes



Si el anterior libro de la autora, Sovietistán, en el que escribía sobre su viaje a las exrepúblicas soviéticas de Asia Central, me pareció magnífico como reflejé en mi comentario en el blog, este no le va ni mucho menos a la zaga. Esta noruega licenciada en Antropología Social se está especializando en hacer una interesantísima literatura de viajes en la que mezcla un poco de todo pues hay mucha información histórica, algunos datos relevantes de diferentes temas, parte de reportaje periodístico y multitud de entrevistas ya que conversa con gentes de casi todos los lugares que visita, así: un monje mongol, un pastor de renos, un cantante de “garganta”, un defensor de los derechos humanos, un ingusetio deportado de niño, un georgiano que ha quedado en Osetia del Sur al mover estos la frontera (en una historia que recuerda mucho a cosas que ha contado Joseph Roth en varios de sus libros), una sueca que vive en Ucrania desde siempre, tártaros de Crimea, voluntarios rusos en Donetsk, habitantes en la zona de Chernóbil, una judía que con 5 años estuvo en el gueto de Minsk, una Sami en Laponia,…(he sido bastante prolijo para que se vea la variedad de sus entrevistados).

Claro que como dice la autora: 

“Durante este último año, había dejado atrás más de 20.000 quilómetros de recorrido por fronteras territoriales de Rusia. Con ayuda de vuelos interiores norcoreanos, trenes de alta velocidad chinos, lentos trenes kazajos, autobuses, minibuses, caballos, taxis, cargueros, kayaks y mis propios pies había viajado por catorce países y tres repúblicas secesionistas.” (p.587)

Es decir, que ha tenido tiempo para eso y también para disfrutar de unas experiencias tan variadas como únicas. Cuenta Fatland, además, con la capacidad de narrar muy bien lo que ve y lo que le sucede, así como también la de introducir informaciones históricas relevantes para comprender lo que ha sucedido después. A mí me ha descubierto todo un mundo con los conflictos históricos entre Suecia y Rusia desde hace siglos por el dominio del norte; o me ha demostrado que en todas partes cuecen habas cuando relata la “guerra de los monumentos” en Estonia que tantos parecidos guarda con cosas que pasan por aquí; también he conocido la utilización por parte de empresas noruegas de miles prisioneros soviéticos para construir los ferrocarriles en los años cuarenta del siglo pasado, por poner solo algunos ejemplos.

Desde otro punto de vista más antropológico es muy interesante observar la enorme complejidad étnica del Cáucaso y los conflictos consiguientes. Además, es importante también la presencia de multitud de personajes históricos desde Gengis Kan a Putin, pasando por reyes históricos y actuales dirigentes de muchos de los países que recorre.

Si a eso le unimos que se  completa la edición con unos mapas muy claros, un buen resumen de la historia de Rusia y una breve bibliografía, vemos que estamos ante una obra muy completa para acercarnos al conocimiento de esta inmensa zona que tiene frontera con el mayor país de la tierra.

Por cierto, sobre lo que significa una frontera me parece muy acertado lo que dice en el siguiente fragmento: 

“Cruzar una frontera es una de las cosas más fascinantes que existen. Geográficamente, el traslado es mínimo, casi microscópico. Solo te desplazas unos metros, pero de golpe te hallas en otro universo. Algunas veces, todo es absolutamente diferente, desde el alfabeto y la moneda hasta las caras, los colores, los sabores, las fechas importantes y los nombres remarcables que la gente conoce.” (p 218)

Aunque pueda resultar chocante, el título del libro que reproduzco más abajo es el de su versión original en noruego. Fatland ha querido dejar constancia ya en la portada de la cantidad de sitios que ha recorrido y sobre los que escribe.

Es muy significativo lo que comenta la autora en su nota final de agradecimientos sobre cómo ha sido posible dedicar tres años de trabajo a un libro así de los cuales 259 días los dedicó al viaje de investigación. Visto desde España parece inaudito, pero ha sido la Asociación de Autores y Traductores de literatura de no ficción la que le concedió una beca de tres años. Además, Passa Porta, la casa internacional de literatura en Bruselas, le brindó dos meses de estancia en su piso para escritores. En fin, más o menos lo mismo que por estos lares.

Solo me queda insistir en la recomendación de la lectura de este magnífico ejemplo de literatura de viajes y también del anterior de la autora que espero que siga viajando por otros territorios y contándonoslo.

 

Erika Fatland, La Frontera. Un viaje alrededor de Rusia, a través de Corea del Norte, China, Mongolia, Kazajistán, Azerbaiyán, Georgia, Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Polonia, Letonia, Estonia, Finlandia, Noruega y también el Paso del Noreste. Traducción Carmen Freixanet.

 

martes, 28 de enero de 2020

Para conocer el Asia Central exsoviética



Desgraciadamente no es muy habitual encontrarse en nuestras librerías con libros que nos pongan en contacto con realidades y países de los que apenas sabemos el nombre, pero de vez en cuando aparece alguna sorpresa como la de este libro.
Esta escritora, periodista y antropóloga social noruega recorrió a lo largo de distintos momentos del año 2013 los cinco países que forman el Asia Central exsoviética. Además, no se contentó con visitar las capitales, sino que recorrió buena parte de cada país como consta en los mapas que se reproducen al inicio del espacio dedicado a cada país.
Estamos ante una buena combinación de libro de viajes, con elementos del reportaje, algún aspecto de antropología, de información de la situación política y con algunas anotaciones también de su historia principalmente de la más reciente. Así pues, se trata de un texto que nos ayuda a conocer y entender las realidades de esos países tan diferentes entre sí en tantas cosas, aunque vistos desde aquí tengamos la tendencia a pensar que son prácticamente lo mismo. Sin embargo, como resume muy bien la autora en la parte final del libro, apenas tienen en común el haber sido parte de la antigua URSS y estar hoy gobernados, salvo en parte  en el caso de Kirguistán, por sistema autoritarios. También hay varios casos de conflictos étnicos latentes. Lo demás es muy diferente, desde su tamaño, geografía (llanuras desérticas o grandes montañas), población, riquezas naturales (petróleo o gas en unos frente a otros que no tienen ninguna), origen étnico, lenguas, etc.
Para recabar muchas de las informaciones que suministra en el libro se ha valido en gran parte de entrevistas con gente de la calle y en sus propias observaciones. Además, ha utilizado la bibliografía que cita al final.
Algunas cosas que se pueden destacar de cada país:

Turkmenistán. Una dictadura muy similar a la de Corea del Norte llevada al absurdo de llegar a prohibir a los hombres llevar el pelo largo y barba o prohibir también la ópera y el circo. Algunos lo llaman “Absurdistán”.

Kazajistán. El desastre del mar de Aral que luego veremos también en otros países. Su zona oriental fue utilizada para hacer pruebas de bombas atómicas. La presencia de Dostoievski enamorado y su boda.

Tayikistán. Ostenta el récord del mástil más alto para una bandera. Tienen limitado el tiempo de duración de una boda para evitar que se arruinen las familias con esas celebraciones. Hay un buen resumen del “gran juego” a lo largo de la historia entre Gran Bretaña y Rusia para tomar posiciones  en esa zona.

Kirguistán. Un tercio de los matrimonios se celebran previo el rapto de la novia. El que tiene el sistema político más “democrático” y libre, pero también con problemas de enfrentamientos entre kirguises y uzbekos en la parte oriental.

Uzbekistán. Gran desarrollo de la seda (aquí Fatland explica muy bien el proceso). Muy interesante el museo creado por Ígor Savitsky en pleno desierto.

En fin, solo alguna de las innumerables cosas que se pueden encontrar en un libro que tiene 468 páginas y en las que ninguna tiene desperdicio.
Hay también unas cuantas fotos a todo color de cada país. Me hubiera gustado que fueran bastantes más porque son muy significativas y explicativas.
Un libro absolutamente recomendable tanto si lo que se quiere es conocer esas realidades tan diferentes a la nuestra como si simplemente se quiere pasar un buen rato ya que la autora une a su condición de antropóloga, y por tanto persona curiosa, el buen hacer de la escritura periodística que dota de mucha agilidad a lo narrado.
Un libro espléndido.
Hay una buena reseña Daniel Arjona en elconfidencial.com.

Erika Fatland, Sovietistán. Un viaje por las repúblicas de Asia Central. Traducción Carmen Freixanet.