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domingo, 9 de octubre de 2016

Artículos interesantes

Esta semana, como no podía ser de otra forma, los artículos se centran en el PSOE. No se trata de grandes análisis, pero cada uno tiene su interés y ofrece perspectivas diferentes.

osep Ramoneda hace un buen análisis de la situación del PSOE y sus salidas. (elpais.com)

Gregorio Morán escribe un artículo muy duro, es decir, muy en su línea sobre, o contra, el asturiano Fernández, el presidente de la Gestora del PSOE. (bez.es)

Luis Arroyo, ese consultor político de militancia socialista, le da las gracias a Susana Díaz en nombre del PP. (infolibre.es)

lunes, 30 de noviembre de 2015

Él origen de algunas versiones actuales de la Transición



En poco tiempo he tenido ocasión de leer tres libros sobre el tema de la Transición: La Transición contada a nuestros padres de Juan Carlos Monedero, Por qué fracasó la democracia en España de Emmanuel Rodríguez y El PCE y el PSOE en (la) transición de Juan Andrade. De los tres he dejado comentario en el blog y a él me remito, pero sí quiero comentar ahora que los tres coinciden en dos cosas: un tratamiento bastante desigual de los distintos temas que abordan y, lo realmente importante, todos se muestran muy críticos sobre  cómo se ha contado hasta ahora lo que sucedió en ese fundamental momento histórico. Todo lo anterior viene a cuento porque tras la lectura del libro de Morán, reeditado ahora después de su primera publicación en 1991, la sensación que he sacado es la de que se trata de un texto que alguna manera está en el origen de estas más modernas versiones de la Transición.
Hay muchas frases del libro que pueden resumir la idea clave, pero creo que la siguiente es la que lo hace mejor: “(…) la Transición debe enfocarse como una derrota. Una derrota de todo aquello que era, para muchos antifranquistas, objetivos ineludibles del futuro: la libertad sin oligarquías que la limiten, la transformación social y la política como actividad abierta de la ciudadanía. Eso que no debe interpretarse de otra manera que como el patrimonio de la izquierda dilapidado durante el periodo.” (p. 35-36)
El autor partiendo de esta idea base irá desgranando a lo largo de ocho capítulos y un curioso Epílogo  los diferentes elementos que le llevan a esta conclusión.
El texto está plagado de sugerencias, de descripciones “a lo Morán” (duras y a veces muy descalificadoras), de análisis que en su mayor parte puedo compartir y de una visión del fenómeno histórico que en su momento tuvo que ser muy combatida.
El debate sobre la caracterización del franquismo, sus afirmaciones sobre la monarquía y sobre Juan Carlos, y, sobre todo, el capítulo  Formación y vocación de la clase política, son los aspectos que más me han llamado la atención de un libro que también me parece un tanto desigual en el tratamiento de los diversos temas teniendo en cuenta, eso sí, que es más un ensayo que un libro de historia.
Es también un libro que resulta a veces un tanto confuso pues tiene el autor un estilo de escritura que no siempre es todo lo claro que desearía el lector aunque, en todo caso, sí que es contundente en sus opiniones que suelen estar bien fundamentadas.
Quiero recoger aquí una idea de Morán que no solo comparto, sino que he vivido y vivo de la misma forma:

“Es una generación (se refiere a la suya) que no puede escuchar el himno nacional sin que le chirríen en sus oídos y en su memoria los compases de charanga de esa Marcha Real. Que no puede contemplar la bandera rojo y gualda sin un sentimiento irreprimible de rechazo histórico. Que no puede oír con unción el nombre del rey sin una cierta sonrisa de malévola complicidad, como quien está en un secreto intransferible.” (p.139)

En otro orden de cosas, también quiero dejar constancia de esta otra frase anticipatoria de procesos actuales:

“Lo único que garantiza la responsabilidad de unos profesionales políticos, su atención y su permeabilidad, es que existan amplios sectores que “hagan” política sin querer competir con ellos en la “carrera política”. Solo las bases ciudadanas pueden evitar la política como negocio, como empresa; o cuando menos, atenuarla. Entre profesionales es obvio que han de regir las reglas del mercado, y el fin del mercado es el beneficio económico.” (p.202)

Un libro de Morán siempre es recomendable pues hable de lo que hable siempre lo hace de una manera comprometida y poniendo en dedo en la llaga. Lo mismo sucede en este caso más aún al tratarse de un tema que hoy está tan en candelero y que genera tantas controversias.

Gregorio Morán, El precio de la Transición


miércoles, 13 de mayo de 2015

Gregorio Morán en La Tuerka

Dos estupendas intervenciones de Gregorio Morán a raíz de la publicación de su libro El cura y los mandarines. Una entrevista con Pablo Iglesias y un debate con Juan Carlos Monedero. En ambos tiene Morán la capacidad de decir mucho con pocas palabras y, desde luego, de no callarse las críticas. El libro es absolutamente recomendable y estas intervenciones un buen aperitivo.

martes, 27 de enero de 2015

Un mamotreto que merece la pena



Con este curioso título y los dos aclaratorios subtítulos se presenta este monumental estudio de un escritor cuyos libros siempre tienen grandes dimensiones. A lo largo de 800 páginas Morán va describiendo, analizando y sobre todo criticando los diferentes momentos y autores que han tenido algo que ver con el desarrollo de la cultura letrada en España en el período considerado.
Es un libro fundamentalmente  sobre escritores, pero también aparecen políticos y en alguna ocasión pintores, arquitectos y músicos. Destaca el autor por muchas cosas: por su gran conocimiento del tema; por la capacidad para expresar muy bien lo que quiere decir yendo además muy directamente al grano; porque tanto sus filias, pocas, como sus fobias, bastantes más, quedan perfectamente claras, y así entre las primeras Luis Martín Santos, Max Aub o Manuel Sacristán, y entre las fobias destacarían Pedro Laín Entralgo, Julián Marías o Francisco Umbral y un larguísimo etcétera.
Tengo que decir que a mí el libro me ha tenido enganchado varios días y un montón de horas Creo que lo mismo le puede pasar a la gente de mi generación que se haya interesado por la lectura y por la política puesto que gran parte de lo contado lo hemos vivido de alguna manera.
Una de las cosas que me han llamado la atención es la preocupación de Morán por dejar bien clara la ascendencia primero falangista, luego socialista o comunista o anarquista, de muchos escritores e intelectuales para en algunos casos terminar abrazando hoy posiciones ultraconservadoras. Lo digo porque en mi caso también ha habido una evolución característica. Empecé siendo falangista “revolucionario”, en el FES, (eso sí, esa militancia duró casi exclusivamente el verano de 1969), luego me convertí en un cristiano de base para poco a poco ir abandonando la fe y terminar afiliándome, en 1975, al PSOE, que abandoné en 1983 para convertirme en un “anarquista de peluquería” (o librería que para el caso es lo mismo) y, muy recientemente, inscribirme en Podemos.
Quizá el momento del libro que con más atención he leído es aquél en el que habla de la multitud de revistas que surgieron a finales de los sesenta y en los setenta. Fui lector empedernido de muchas de ellas y suscriptor de algunas. Y hoy, echando la vista atrás con un poco de ira, me arrepiento bastante de haber perdido tanto el tiempo leyendo según qué cosas y según qué autores (por poner solo un ejemplo, ese Leguina intelectual cuasi revolucionario). No es el caso de Tuñón de Lara o Haro Tecglen de los que, por cierto, me he quedado con las ganas de que Morán contase alguna cosa más pues no salen muy bien parados aunque no lo explique.
Por otra parte, el capítulo que más me ha emocionado ha sido el dedicado a la figura y la obra de Max Aub. De hecho he adquirido ante mí mismo el compromiso de releer algunos de sus Campos y esas memorias que tanto tiempo llevan esperando en el estante de libros pendientes.
Realmente del libro de Morán se pueden escribir muchas páginas, pero como sabe quien se acerca a este blog, me gusta que los comentarios sean lo más sintéticos posible.
Para ir terminando, dos textos: el final del estupendo comentario de Bernabé Sarabia en elcultural.es y otro del libro de Morán como ejemplo de uno de los muchos “retratos” que aparecen en el libro.
 
“Para bien o para mal la sinceridad, la potencia, la capacidad de transgredir y de no someterse a lo que se da por supuesto dan a estas páginas de Gregorio Morán una capacidad de atracción que el lector, aunque discrepe, siente de principio a fin”.
 
 “De todos ellos era Fernando (Fernández) Savater el intelectual mediático por excelencia, el hijo del notario de los Fierro, el que Jesús Aguirre, cura, había descubierto –siempre Jesús, alerta y presente- para Taurus. Su tránsito del anarquismo de peluquería al socialismo de subvención, pasando por la audacia abertzale del 78, cuando escribía en las páginas de Egin burlándose de la Constitución, constituyó un espectáculo que tenía algo de divertido y hasta de brillante”. (p.785)
 
Ahora sí que, como final, dos enlaces: una interesante entrevista con el autor y otra con su editor ambas en el diario.es. No lo he mencionado en ningún momento pero este libro arrastra una fuerte polémica ya que estaba prevista su publicación por la editorial Crítica del grupo Planeta que se negó por…(las explicaciones en las entrevistas). Acabo de leer el comentario de Suso de Toro que me parece magnífico y con el que estoy muy de acuerdo.
 
 
Gregorio Morán, El cura y los mandarines. Historia no oficial del Bosque de los Letrados. Cultura y política en España 1962-1996