domingo, 30 de julio de 2023

Continúa la trilogía



La obra de Slimani ya la he comentado en varias ocasiones en el blog desde esa Canción dulce que ganó el premio Goncourt en 2016 y que fue la primera novela que se tradujo de la autora hasta El país de los otros con la que iniciaba una trilogía de la que el que ahora comento es el segundo volumen.

Slimani se ha embarcado en una obra en la que pretende contar la historia de una familia marroquí, que parece ser que en gran medida es la suya, a lo largo de prácticamente todo el siglo XX.

Si en el libro anterior relató la historia de los abuelos Amín y Mathilde, en este se centra sobre todo en los hijos de estos Aicha y Selim, aunque sin olvidar a aquellos que ocupan bastante espacio al principio del texto y también al final. Junto a ellos tiene una importante presencia Selma, hermana de Amín con una vida que podríamos catalogar como “de película”; Omar, también hermano, con poca pero muy significativa participación.

Con estos mimbres Slimani va tejiendo un relato muy bien construido y narrado siempre desde el presente de los hechos con solo un par de ocasiones en los que se cuenta algo ya pasado y otra en la que se narra desde un momento más de treinta años después.

La novela se desarrolla básicamente en el período que va de 1966 a 1972. Período de formación de sus tres principales protagonistas y de inicio de sus relaciones que terminará con el matrimonio entre dos de ellos. Slimani aprovecha para contar también algunos aspectos de la situación del país y así menciona los centros de detención clandestinos, el intento de golpe de estado contra Hassan II que terminó con la pena de muerte para los implicados cuya aplicación se retransmitió por la televisión, también insiste como ya hiciera en la anterior novela en el papel subordinado de la mujer incluso cuando el marido es, al menos teóricamente, alguien de ideas avanzadas. Resulta también curiosa la presencia de los hippies en 1969.

Evidentemente sigue la magnífica capacidad narrativa que tiene la autora sobradamente demostrada en todos sus libros, y también la buena construcción de personajes de alguno de los cuales me hubiera gustado saber algo más, sobre todo de las causas de algunas de sus acciones y decisiones.

En fin, un libro muy entretenido que cuesta dejar de leer y que, además, nos acerca a conocer a ese vecino del sur del que  apenas nos separan14 kilómetros que parecen una barrera infranqueable.

Hablaba antes del más que posible carácter autobiográfico del libro. A este respecto dice la autora en una nota final de agradecimientos: “También quiero agradecer a los amigos de mi padre que se pusieron en contacto conmigo durante la escritura de este libro y que, con mucho pudor y cariño me contaron los años jóvenes que compartieron con él”. (p.439)

 

Leila Slimani, Miradnos bailar. Traducción Malika Embarek López.

 

Los entresijos del poder en Rusia



Un libro realmente muy original en el que Empoli, un sociólogo italo-suizo que escribe en francés y es excolaborador de Matteo Renzi, se adentra en los entresijos del poder ruso a partir de la creación del personaje de Baranov, un consejero cercano a Putin, pero utilizando también otros personajes reales de oligarcas rusos.

Como dice un fragmento de la crítica de Le Monde que la editorial reproduce en la solapa:

“Arroja una luz penetrante sobre la actualidad geopolítica, pero perdurará por su lucidez implacable y su estilo deslumbrante”. Le Monde

Creo que el hecho de tratarse de un sociólogo que al mismo tiempo ha estado en las cercanías del poder hace que pueda tener esa lucidez y también una gran profundidad. Me parece que se aprende más con este libro que con varios de los que se han escrito sobre la Rusia de Putin. Además, Empoli no se limita a ese período ya que al tratar de la infancia de Baranov hace una fuerte crítica del régimen soviético.

Obviamente el núcleo lo constituye el régimen actual sobre el que pueden leerse fragmentos como los siguientes:

"Apoyarse en las pasiones populares no sirve de nada en Rusia; al final, gana siempre quien basa su poder en la Corte. Para eso, el mejor medio es la adulación, no el talento; el silencio, no la elocuencia”. (p. 51)

“La élite rusa está unida por un fondo común de miseria que cada uno de sus miembros ha tenido que atravesar antes de llegar a las villas en la Costa Azul y a las botellas de Petrus.

(…)

En Rusia lo único que cuenta es el privilegio, la proximidad al poder”. (p. 54- 55)

O afirmaciones tan duras como esta (que, por cierto, comparto plenamente y que me viene a la cabeza cuando veo reacciones en ese país sobre el actual conflicto):

“Nadie escapa de su propio destino y el de los rusos es ser gobernados por los descendientes de Iván el Terrible”. (p. 58)

Se trata, pues, de un libro muy interesante e instructivo y también tremendamente adictivo, de esos que apetece leer de un tirón porque además está escrito con ese estilo deslumbrante que mencionaba antes.

Aparecen alusiones a varios hechos reales como el caso del submarino que se hundió muriendo sus tripulantes o la “revolución naranja” en Ucrania a la que dedica bastante espacio aunque el libro es anterior a la invasión rusa. También me ha resultado muy interesante lo que cuenta sobre Limónov, el creador del partido nacional-bolchevique, sobre el que leí el magnífico libro que le dedicó Emmanuel Carrère.

En resumen, un libro muy recomendable.

 

Giuliano da Empoli, El mago del Kremlin. Traducción Adolfo García Ortega.

 

 

Una de la mafia



Creo que es de las primeras novelas de este género que leo. Mientras que el cine de gánsteres siempre me ha gustado, no he tenido nunca interés por ese género en la literatura. Es algo que, ahora que lo escribo, me resulta un tanto extraño. Pasé muchas horas, por ejemplo, viendo la serie Los Soprano, de hecho veía varios capítulos seguidos; qué decir de las distintas partes de El Padrino y, remontándome ya a la prehistoria, aún recuerdo nombres y alguna escena de Los intocables de Elliot Ness o, volviendo a tiempos más cercanos, todo lo de Scorsese. En definitiva, muchísimo cine y apenas nada en los libros a pesar de que dedico más tiempo a la lectura que al cine.

Por todo lo dicho, no tengo forma de comparar esta novela con otras del género. Lo que sí puedo afirmar es que en general me ha gustado y me ha parecido que está muy bien escrita.

No tiene mucho sentido hablar de la historia en una novela así. Hay tres personajes protagonistas: Joe Zucco, un jefe de la mafia local de New Jersey, y Harry Strega y Charley Flowers, dos matones que trabajan para él. A lo largo de las 443 páginas de la novela hay multitud de episodios violentos en los que se ven implicados los citados y otros matones que trabajan para Zucco. Quizá se podría destacar que se trata de una violencia muy extrema en algunos casos, por citar solo uno, eso sí, el más duro, uno de los sicarios va cortando trozos de carne estando aún vivo el hombre al que Zucco ha pedido que maten con mucho sufrimiento.

Se ha comparado esta novela con la serie Los Soprano que antes mencionaba. Es cierto que tiene muchos puntos en común, pero quizá la diferencia mayor estriba precisamente en este tipo de violencia.

Al mismo tiempo hay un capítulo en el que Flowers tiene una larga conversación con otro compañero del trabajo sobre los italianos y sobre las mujeres que en el contexto de la novela resulta muy curiosa.

Stevens es magnífico describiendo personajes a veces hasta el más mínimo detalle. Lo mismo cuando describe los lugares en los que se desarrolla la acción; edificios medio destruidos o semiconstruidos, escombros y basura por todas partes, hierros oxidados y paredes sin pintar, en definitiva, unos lugares donde no apetece mucho vivir.

Seguramente me animaré con algún otro libro del autor si Sajalín se anima a publicar más títulos. Me ha resultado una experiencia interesante, aunque, eso sí, no para tenerla menudo.

 

Shane Stevens, Ciudad muerta. Traducción Óscar Palmer.

miércoles, 19 de julio de 2023

Feliz descubrimiento


Titulo así esta entrada porque no sé cómo pudo pasar, pero lo cierto es que a pesar de haber sido reeditado varias veces, la última en fecha tan cercana como en el año 2021, desconocía la existencia de este libro de un autor que está en la sección del blog que dedico a mis autores favoritos; un escritor que me parece uno de los grandes en lengua castellana de los últimos treinta años.

Este es el tercer libro que publicó, en 1992, y quizá por eso no le presté tanta atención en su momento. Sea por lo que sea lo importante es haber podido leerlo porque, además, se trata de una magnífica novela,

La narradora, Ana, le cuenta a su hijo, aunque la impresión es que en el fondo se lo está contando a ella misma, los principales momentos de cómo fue la vida de la familia en la inmediata posguerra. Una familia cuyos miembros estaban entre los perdedores y que vivía en un pequeño pueblo de Valencia. Los problemas de su marido, Tomás, y del hermano de este, Antonio, uno de los personajes claves de la novela por la evolución que va a experimentar con el paso del tiempo. Ambos habían combatido en el bando republicano.

Ahora bien, no es ni mucho menos una historia sobre la guerra civil. Es una historia sobre comportamientos humanos en un ambiente de miseria, física y moral, y hambre.

Chirbes logra transmitir todo un conjunto de sensaciones a lo largo de sus escasas 136 páginas, que en realidad son poco más de 100, gracias a un trabajo de depuración del lenguaje y de las frases que le tuvo que llevar su tiempo porque no sobra nada, pero, sobre todo, no falta nada. En sus cortos capítulos de apenas dos o tres páginas es capaz de reflejar el ambiente y las reacciones de los personajes con una precisión realmente impresionante. En fin, que ya desde el principio demostraba ser el gran escritor que siempre fue.

El siguiente fragmento lo leí varias veces porque me parece un buen resumen de su forma de escribir y, además, porque tiene un final que me parece de una belleza extraordinaria.

 

“Cada noche me preguntaba si es que los demás no se daban cuenta de que la miseria no nos dejaba querernos. Era como vivir entre ciegos. Una tarde, cogí a tu hermana y me la llevé al cine. Ni siquiera sabía qué película pasaban aquel día. Sólo quería vengarme de los otros. No me importó que los vecinos me viesen entrar. Al final de la función, me incorporé como todo el mundo y se me hizo un nudo en la garganta cuando tuve que cantar el Cara al sol con el brazo en alto. Por la noche, en casa, tu padre, que ya se había enterado, me besó, me acarició el pelo. Entonces sentí que aquella lucha desesperada por la supervivencia era la forma de amor que nos habían dejado”. (p. 50-51)

 

Decir que es un libro muy recomendable es decir poco. Cualquier libro de Chirbes lo es y este me parece especialmente bueno.

 

Rafael Chirbes, La buena letra

 

domingo, 16 de julio de 2023

Novelón


Esta es la quinta novela que leo de esta gran escritora rusa que me descubrió Marta Rebón, la también gran traductora de esa lengua. Salvo el último que leí que me decepcionó, el resto son textos realmente magníficos tanto por sus temas como por la forma en que Ulítskaya los trata. Todos están comentados en entradas anteriores del blog.

Desde que la editorial Automática me avisó en el correo de la próxima publicación de este libro he estado expectante hasta que al fin, después de más tiempo del previsto, lo han publicado. Hay que decir que ha cumplido todas mis expectativas.

El libro se cierra con el siguiente fragmento correspondiente al capítulo de Agradecimientos:

 

“Y, en fin, toda mi gratitud hacia aquellas personas reales que ya se han ido y que han estado detrás de mis personajes literarios, los irreductibles y los que sucumbieron a los despiadados embates del tiempo, los que aguantaron y los que flaquearon, los testigos, los héroes, las víctimas, todos siempre en mi memoria”. (p. 746)

 

Magnífico resumen del contenido de esta grandísima novela que está en la línea de la gran literatura rusa de todos los tiempos. Grande también en el tamaño ya que se trata de un texto de 744 páginas.

Partiendo de tres personajes masculinos, Iliá, Sania y Misha, la autora nos presenta a través de su evolución y los avatares de sus vidas todo un panorama de la Rusia soviética desde la muerte de Stalin hasta los años noventa, centrándose sobre todo en los sesenta y setenta. Ese panorama describe principalmente a personas del mundo de la disidencia y, por ello, adquiere especial relevancia la crítica del régimen tanto en sus aspectos más básicos de la vida cotidiana, por ejemplo esa carencia de productos en los grandes almacenes GUM, como sobre todo la represión de todo aquello que supusiese salirse del carril por el que circulaba la “cultura” favorita del sistema.

Como dice la autora en el fragmento citado, se ha basado en personas conocidas suyas para construir sus personajes, unos personajes que, como también advierte, tuvieron todo tipo de posturas y actitudes ante lo que iba sucediendo, desde la heroicidad hasta la sumisión.

A lo largo de todo el libro se muestra el gran amor que existe en ese país hacia la literatura y especialmente hacia la poesía. Ulítskaya reproduce muchos poemas de los mejores autores rusos de todos los tiempos y menciona multitud de obras literarias. También es importante el papel de la música, uno de los protagonistas, Sania,  toca el piano a pesar de sus problemas físicos,

Además, bastantes personajes son judíos y varios terminarán emigrando a Israel. Es interesante destacar el antisemitismo que existía sobre todo en la época de Stalin y cómo siguió tras su muerte.

La autora describe muy bien todo el mundo de relaciones familiares, amorosas y de amistad entre el gran número de personajes que aparecen en la novela. Estos aparecen en unos capítulos y no vuelven a aparecer hasta bastante después y la mayor parte de las veces para contar momentos anteriores de su vida. De hecho es bastante habitual descubrir cosas de ellos después de haberse producido su muerte.

Aunque quizá cueste algo entrar en el libro, muy pronto se convierte en adictivo. La capacidad narrativa de la autora es muy notable, como lo es el interés que despierta en el lector por saber más de los personajes. Es cierto que al principio asusta un poco el tamaño del libro, pero una vez que se entra en las diferentes historias eso deja de importar; al revés, hasta se agradece.

Estamos pues ante una gran novela de la que, por ejemplo, Javier G. Recio ha escrito en La Opinión de Málaga:

 

“En resumen, Una carpa bajo el cielo es un digno continuador de esa larga tradición de grandes novelas rusas. La mejor novela rusa de este siglo XXI y la demostración de que Liudmila Ulítskaya es, como señalamos al principio, la Tolstoi de nuestro tiempo”. 

 

Y la mencionada Marta Rebón en La Lectura:


“La obra llena un vacío para los lectores de habla hispana respecto a las décadas mencionadas, abordando la evolución de la disidencia, no como un movimiento, sino como islas o como pequeños rebaños (...)

(...) El resultado es un retrato perspicaz de la segunda mitad del siglo XX soviético, y de la historia de la literatura en ruso, casi enciclopédica, sin romantizar la disidencia de su generación, pero valorando su papel”. 


Ambas citas están sacadas de los extractos que la editorial ha reproducido en su página web.

En definitiva, un libro algo más que recomendable.

Liudmila Ulítskaya, Una carpa bajo el cielo. Traducción Yulia Dobrovólskaya y José María Muñoz Rovira.

 

 

 

 

jueves, 13 de julio de 2023

Los efectos de la digitalización



Por mi edad, 74, no soy obviamente un nativo digital. A lo más que he llegado es a saber utilizar lo básico de un ordenador, a gestionar este blog y a moverme en alguna red social. Claro que cuento con la colaboración de mi compañera que, aunque tampoco es nativa digital, sí que ha sabido adaptarse a la nueva realidad.

Digo esto porque cualquier libro sobre el tema me interesa, pero también me produce mucho respeto porque no sé si lograré entenderlo. Por ejemplo, he leído dos libros de otra periodista, Marta Peirano, y me han resultado bastante complicados en muchas de sus páginas.

Sin embargo, el que ahora comento, a pesar de que toca temas a veces complejos, creo que he sido capaz de entenderlo en lo fundamental. Solo ha habido algunos aspectos de la Inteligencia Artificial en los que me he perdido un poco y, desde luego, el capítulo dedicado a las criptomonedas me ha resultado imposible de superar.

El libro está dividido en 12 capítulos cuyo enunciado es muy claro con respecto a su contenido. Así, todos se inician con la frase “Qué temer de”,  que se continúa con: los gigantes digitales, las redes sociales, la tecnovigilancia, la IA, la robotización, la criptomanía, la soledad, el apocalipsis digital, el transhumanismo, la tecnofobia, y otros “Qué temer por”: la cultura, el periodismo.

Es, como se puede apreciar, un trabajo muy completo sobre la mayoría de los cambios tecnológicos que se están produciendo en la actualidad, cambios que llevan a muchos autores a decir que es la revolución más importante que se ha producido en la historia, lo que seguramente sea cierto. Desde luego yo no conozco ningún otro momento en la historia, ,y me he ganado la vida dando clase de esa materia-, donde la aceleración de los cambios sea ni mínimamente parecida porque, además, como se ve claramente en el libro, unos cambios llevan a otros y así de forma prácticamente indefinida.

El libro se basa, tal y como advierte el autor, en una serie de artículos que publicó en la revista Retina y en El País, pero adaptados y agrupados para esta publicación. Tienen la ventaja de que, a pesar de lo que he dicho más arriba sobre dos temas en particular, al estar escritos por un buen periodista los temas resultan bastante comprensibles para un lector con pocos conocimientos previos y, desde luego, tremendamente interesantes.

Obviamente, y por lo dicho hasta ahora, todo el libro me ha aportado informaciones relevantes sobre temas que apenas conocía. Si tuviera que destacar algún tema que me haya impactado más lo haría con las cifras  y los casos que comenta sobre el arte digital, con el capítulo dedicado a la soledad que antes de leerlo me parecía un tanto raro y luego me ha resultado muy interesante y, finalmente, con el vértigo que produce la lectura del capítulo dedicado al transhumanismo.

Hay muchas reflexiones importantes en el texto. Reproduciré solo un fragmento:

 

“Lo inteligente es dudar de las propias convicciones. “Cuando las circunstancias cambian, yo cambio de opinión. ¿Usted qué hace?”, preguntaba Keynes. Pero el mundo digital nos vuelve inflexibles, tozudos, sectarios, porque los algoritmos detectan nuestros prejuicios y los alimentan todo el tiempo. ¿Es posible resistirse? (p. 49)

 

Ni que decir tiene que me veo reflejado como en un buen espejo.

Un libro muy recomendable, al menos para quienes no tengan un gran conocimiento de los temas que trata.

Hay que agradecer a la editorial Arpa la labor que está haciendo publicando libros de periodistas que ofrecen interesantes visiones sobre distintos aspectos de la realidad como Pedro Vallín, Jorge Dioni López  y el autor de este libro, entre otros.

 

Ricardo de Querol, La gran fragmentación.

 

martes, 11 de julio de 2023

ANDAMIO

 

Una entrega algo más floja de lo habitual. Cine básicamente estadounidense y no especialmente interesante.

En series, con mayor variedad de origen, lo mejor está en el humor.

 

Películas

 

El imperio de la luz. Producción británica. Una historia de amor ambientada en 1980 y en un cine de la costa del sur de Inglaterra. Es verdad que como dice un crítico es un poco postalita, pero me ha gustado recordar cómo eran entonces los cines (ocho trabajadores para dos salas) y, además, siempre es un placer ver el trabajo de esa extraordinaria actriz que es Olivia Colman.

 

El maestro jardinero. Producción estadounidense. Un drama que habla de la culpa y el perdón. Tiene algún elemento de suspense, pero en general me parece que hay situaciones bastante inverosímiles y algún personaje que no se entiende. Le sobra metraje aunque el tema de fondo es interesante.

 

Mank. Producción estadounidense dirigida por David Fincher. Cuenta los días en los que Herman Mankiewicz escribía el guion para la película Ciudadano Kane y cómo era el ambiente del mundo del cine en Los Ángeles. Ha tenido muy buenas críticas, pero a mí me ha aburrido en varios momentos. Por un lado, porque hace bastantes referencias a gente que no conozco y, por otro, porque tiene algunos monólogos excesivamente largos.

 

The Covenant. Producción estadounidense dirigida por Guy Ritchie. Se desarrolla durante el conflicto en Afganistán. El ejército de Estados Unidos contrató a 50.000 intérpretes afganos. En la película se narra la historia de la relación de uno de ellos con un sargento americano. Muy bien hechas las escenas de acción y, eso sí, muy “americana” en la parte de espera a que lleguen “los buenos”. No obstante, o precisamente por ello, es bastante entretenida.

 

Series

 

Inseparables. Miniserie estadounidense de 6 episodios de una hora. Es el remake de una película del mismo título. Tiene muy buenas críticas, pero una baja valoración de los espectadores a los que me sumo. Hacía tiempo que no me aburría tanto viendo una serie que, por otra parte, apenas he comprendido. No dejé de verla por si sucedía alguna cosa y así llegué hasta el final. No me volverá a suceder, cuando una serie no engancha hay que abandonarla inmediatamente.

Amazon

 

Pandore. Serie belga de 10 episodios de 50 minutos. Un thriller en el que se tratan además problemas relacionados con la información y con la política. Bastante interesante y con un buen guion que en los últimos capítulos fuerza quizá demasiado alguna situación y pierde algo de verosimilitud, pero en general es muy entretenido.

AMC+

 

Perry Mason. Segunda temporada de esta serie estadounidense de 8 episodios de 50 minutos. Magníficamente ambientada y bien interpretada cuenta con un guion que se puede seguir bien y que incluso se permite algunos elementos de crítica social. Imagino que habrá más temporadas aunque la producción no debe de ser precisamente barata.

HBO max

 

La unidad. Kabul. Tercera temporada de esta serie. Seis episodios de 45 a 50 minutos. Las dos anteriores eran más entretenidas. A esta le falta mucha verosimilitud y le sobran muchos minutos de repetir el mismo tipo de escenas de acción. Desde luego está bien filmada y ambientada, pero resulta bastante previsible y aburrida.

Movistar

 

Ted Lasso. Tercera y seguramente última temporada de esta serie tan buena para ver en familia. Tiene 12 episodios de 50 minutos. En la misma línea que las temporadas anteriores. Mucho buenismo y dos capítulos muy interesantes sobre todo el dedicado a los insultos en el futbol. Algunas historias se alargan demasiado, pero el conjunto resulta.

Apple TV+

 

Terapia sin filtro. Serie estadounidense de 10 episodios de 30 minutos. Comedia divertida con tres peculiares protagonistas que comparten un gabinete psicológico. Las relaciones humanas como tema central. Tiene también el atractivo de ver a Harrison Ford en una serie y la verdad es que está muy divertido.

Apple TV+

 

Bronca. Serie estadounidense de 10 episodios de 30 minutos. Creada y protagonizada por gente con ascendencia asiática, principalmente coreana, en cuyo ambiente se desarrolla la historia. Se trata de una o, mejor, varias venganzas hechas en clave de humor negro. Los dos primeros capítulos son trepidantes, luego baja un poco el tono para retomarlo en los cuatro últimos. Está bastante bien porque, además, permite ver varios aspectos de esa minoría como, por ejemplo, el hecho de que tengan su propia comunidad eclesial.

Netflix.

 

Oficina de infiltrados. Tercera temporada de esta serie francesa de 10 episodios de 55 minutos. Hace casi seis años vi las dos primeras temporadas y me había olvidado de su existencia (tiene ya cinco temporadas) a pesar de que me resultó entretenida e interesante. Me ha vuelto a gustar, tanto que ya estoy preparando la siguiente.
Movistar. 

 

Navidad en casa. Segunda temporada de esta serie noruega de 6 episodios de 30 minutos. En la misma línea amable y con el mismo tipo de conflictos que en la primera. Entretenida y para pasar un rato relajado lo que, hoy por hoy, no es poca cosa.

Netflix.

lunes, 10 de julio de 2023

Una pandilla en los noventa


Hace muy poco tiempo, apenas cuatro meses, que leí Vengo de ese miedo, el último libro de Oeste, un libro duro y potente en el que cuenta con enorme sinceridad cosas que le han marcado en su infancia y juventud.

Por eso me esperaba un libro también duro y este de alguna manera lo es. Cuenta la pequeña historia de una pandilla de jóvenes en la Málaga de 1992. Bruno, el protagonista y narrador, además de las vicisitudes de esos días se remonta de vez en cuando a algunos sucesos de su familia sin llegar a hacerlos muy explícitos aunque, quien haya leído el libro que mencionaba al principio sabe perfectamente a qué se está refiriendo. La pandilla se dedica la mayor parte del tiempo a beber y dejar pasar el tiempo, mientras que Bruno mantendrá relaciones con las “novias” de dos de sus compañeros. Hay que destacar la presencia de un personaje, “el Pérez”, que aparece pocas apariciones pero siempre resulta relevante. Se trata de un indigente al que acude Bruno de vez en cuando en busca de consejo.

Hay mucha presencia de calor, humedad, sudor, malos olores, alcohol y, lógicamente, playa. También de porros y, en el caso de la madre de Bruno, cocaína.

Oeste encabeza la novela con un fragmento sacado de Menos que cero de Easton Ellis y es que, al menos en lo que recuerdo de esa novela, tiene más de un punto en común con ella. También la lectura me ha traído el recuerdo de más de uno de los libros de un autor bastante olvidado como es Juan García Hortelano, tanto por los temas, aunque en Hortelano eran protagonistas de más edad, como en la forma de narrar, esa que en su momento se calificó como behaviorismo.

Además del interés que pueda despertar la historia de los diferentes personajes, la novela resulta interesante también por el estilo de la narración a base de frases bastante cortas que a veces se convierten en frases de una sola palabra. Esto da mucha agilidad al relato en el que también hay que destacar lo bien que están incluidos los momentos en los que Bruno se centra en los recuerdos de su infancia.

Como resume muy bien Pilar Castro en su reseña en elespanol.com:

“El lector debe ser paciente: lo que lee le interesa, el estilo le atrapa, lo que cuenta le perturba. Ha de buscarle sentido, porque ahí está, no en lo que se aprecia a simple vista (jóvenes sin horizonte, verano, aburrimiento, colegas…), sino entre los recuerdos que respaldan su voluntad de convertir en escrito lo vivido”.

Un libro recomendable que apunta temas y formas que luego desarrollará ampliamente en su última novela, esta sí que absolutamente recomendable.

Miguel Ángel Oeste, Arena.

 

jueves, 6 de julio de 2023

Un premio Planeta poco habitual


Como seguidor algo más que fiel de la obra de Caparrós he de reconocer que desconocía totalmente la existencia de este libro. Es más, también que este escritor había obtenido el Premio Planeta de Sudamérica en 2004 precisamente con este texto. No soy lector habitual de estos premios cuando se otorgan en España, pero he leído algunos y desde luego no tienen nada que ver con este de Caparrós.

La editorial reproduce en la solapa dos fragmentos de críticas que me parece interesante reflejar aquí: 

“Es una obra rica y ambiciosa, una empresa arriesgada que debe ser conocida”. Juan Goytisolo

“Es evidente que a Martín Caparrós le preocupa la forma. Una estructura narrativa que genera desconcierto, pero potencia el relato”. Javier Martínez, Revista Ñ.

Aparecen en estos fragmentos las dos características que me parecen más interesantes de esta novela: la preocupación por la forma y el riesgo que asume con ella. Además, que sea precisamente alguien como Juan Goytisolo el que hable de riesgo me parece particularmente importante porque es de los autores en lengua castellana que más riesgos ha asumido en una parte de su obra. En cuanto a la preocupación por la forma se puede decir que es una constante del autor incluso en sus trabajos periodísticos que, por otra parte, es lo que más conozco de él y lo que más me gusta. De hecho es uno de los que incluyo en la serie del blog dedicado a mis autores favoritos.

Esta novela se basa en hechos reales, en concreto en el robo que se produjo en 1911 de La Gioconda y en el que participaron un italiano, un copista francés y un estafador argentino, Eduardo Valfierno o también Bonaglia o alguno de los varios alias con los que se nombra en el libro. Este le encarga a un periodista estadounidense que escriba su vida, pero que no publique el libro hasta después de su muerte. La novela se centra así en la vida de Valfierno o casi se podría decir mejor que en las vidas, porque como buen estafador también en la narración de su vida aparece más de una falsificación.

Construye Caparrós una novela en la que alterna los tiempos y en la que algunos personajes aparecen y desaparecen según el momento de la vida que se esté relatando y la importancia que tengan en él.

Desde luego se trata de una novela que desconcierta bastante sobre todo al principio. A mí me costó entrar en ella, pero poco a poco, con paciencia, le fui tomando el pulso y el sentido narrativo para ir disfrutando cada vez más con la capacidad de fabular de este magnífico contador de historias tanto reales, en sus crónicas, como ficticias, en su ya numerosa obra novelística.

Un libro recomendable como en general lo son todos los del autor.

Hay una buena reseña de Osvaldo Aguirre en pagina12.com.ar

Nota: Recientemente reeditado.

Martín Caparrós, Valfierno.

 

 

 

sábado, 1 de julio de 2023

Cada vez es más difícil vivir en las ciudades



Después de su magnífica La España de las piscinas, Dioni se atreve ya con la ciudad en general demostrando que estamos ante un estudioso del tema que se ha convertido ya en algo más que un periodista que lo trata; estamos ante un verdadero sociólogo con la ventaja de que escribe de forma clara y ágil como el buen periodista que es.

El enunciado de algunos capítulos da una idea precisa de cuál es el tema del libro: Privatización, Financiarización, Turistificación, Gentrificación, Rentismo o Desarrollismo son términos que aparecen en los títulos de la primera parte del libro. En la segunda, Un Singapur en el Támesis, Los detroits del turismo o Queremos un Calatrava, muestran también de forma explícita que ahora se trata de ver algunos ejemplos concretos.

El autor demuestra que se ha documentado bien para escribir el libro y deja constancia de ello en la bibliografía que aparece al final con el buen criterio de que está comentada y no solo enumerada. Esta es una práctica  muy poco habitual, pero muy útil para el lector interesado en los diferentes temas.

Con lo dicho sobre los capítulos creo que queda claro el contenido del libro. Un libro en el que el autor es muy crítico con lo que está sucediendo gracias a la política neoliberal que se ha implantado en España desde hace tiempo. De hecho el neoliberalismo está presente en cada página y algo muy interesante además es cómo el autor lo enfrenta al liberalismo en diversos momentos como, por ejemplo, en el siguiente fragmento que reproduzco de forma extensa porque aporta informaciones relevantes:

 

El problema del Partido Inmobiliario no es su comité central, en el que conviven fondos de inversión, grandes fortunas y órdenes religiosas, sino su base, la enorme militancia de la que, quizá involuntariamente, formamos parte millones de personas. En España, la vivienda constituye de momento la principal forma de ahorro y transmisión de riqueza entre generaciones. En el franquismo, la vivienda en propiedad pasó del 20 al 70%. Es nuestra hucha. De ahí, el éxito de los discursos sobre la desaparición de los impuestos sobre las herencias, uno de los principales legados del liberalismo clásico. Estamos en una sociedad de propietarios. Es muy complicado pinchar la burbuja de los fondos sin romper la hucha de millones de personas.” (p. 89-90)

 

Una crítica que abarca diferentes aspectos. Así:

 

Todo tiende a lo grande. Macrogranjas, megahuertos, solares, macrourbanizaciones, macroeventos, megacruceros, megafestivales, megaricos, superfondos, superliga,… Por abajo, todo se reduce: minijobs, minipisos, microcréditos para microempresas, salario mínimo. Desigualdad. Este es el modelo.” (p. 163)

 

“Ni un centímetro de costa sin urbanización. Ni un monte sin coto de caza. Ni un humedal sin campo de golf o regadío. Ni una plaza sin terraza. La materia prima de España es España. Hasta que se agote.” (p. 164)

 

Dioni no utiliza en exceso los datos, imagino que por aquello de que los árboles a veces no dejan ver el bosque, pero sí los suficientes para que el lector entienda bien el proceso que se está produciendo. Así, por ejemplo, da el número de viviendas propiedad de los fondos (de inversión, pensiones, etc.) en varias ciudades y el dato, increíble, de lo que pagan por esa propiedad en Oslo que es prácticamente nada. Desde otro punto de vista, me ha resultado muy curiosa, y aleccionadora, la historia del origen y desarrollo del juego del Monopoly.

Hay un capítulo en la segunda parte, Queremos un Calatrava, en el que menciona la cantidad de proyectos urbanísticos fracasados que son una buena muestra de cómo está funcionado el urbanismo en nuestro país.

En algunos momentos el libro no es fácil de seguir si no se conoce bien la ciudad de la que escribe. Por ejemplo, los desarrollos que explica de Málaga o Baltimore, entre otros, me han resultado complicados, pero tampoco es necesario seguir todo perfectamente.

Volviendo al neoliberalismo que, como decía, impregna todo el texto, hay una frase que me parece que resume muy bien su papel:

 

“En el neoliberalismo, las administraciones públicas tienen un papel muy activo, ya que deben garantizar las condiciones para la redistribución de la riqueza hacia arriba.” (p .240)

 

Finalmente, en el siguiente fragmento afirma algo que llevo años, de hecho desde que llegué a Mallorca hace casi 40 años, diciendo y discutiendo:

 

“El concepto turismo de calidad está dentro de una visión que recicla las ideas del darwinismo social: hay gente válida y gente que no lo es, gente creativa que aporta valor añadido y una enorme masa de mediocres a los que no queremos aquí. Entre ellos, suelen estar los residentes.” (p. 308)

 

Darwinismo que utiliza gente de todo el arco político e ideológico. Evidentemente sé que es un tema que no se puede despachar con una línea, pero también sé que es muy fácil defender el turismo de calidad y contraponerlo al de, por ejemplo, Magalluf, pero entre el blanco y el negro hay un amplio abanico de grises.

En fin, un magnífico libro, muy bien escrito y con muchos elementos para el debate. Como siempre me pasa con este tipo de análisis, al final  resultan un tanto descorazonadores porque no se ve que exista ni conciencia de lo que sucede ni muchas ganas de cambiarlo. Y, peor aún, cuando algo se inicia, como es el caso de la Barcelona de Colau (que el autor por cierto menciona de forma favorable), se ponen en marcha todos los resortes del sistema para acabar con ello.

Hay una interesante entrevista de Olivia Carballar con el autor en lamarea.com

 

Jorge Dioni López. El malestar de las ciudades.