jueves, 25 de febrero de 2016

Buen descubrimiento




He conocido la existencia de este libro a partir de un comentario en la radio y, además, me fío mucho de lo que publica la editorial Periférica.
Aunque el autor es austriaco, se han traducido varios libros suyos y toca temas por los que estoy interesado, no lo conocía en absoluto. Una pena porque se trata de un buen y muy interesante escritor.
Es difícil calificar el género del libro que comento pues no es propiamente una novela aunque novele varias historias. No obstante, en los últimos tiempos es bastante habitual encontrarse con libros que, como es el caso, utilizan documentos, correspondencia, entrevistas, etc.,  para contar una historia en parte real y en parte recreada. Aquí asistimos a las penalidades de una familia, los Salzmann, de apellido judío pero que no lo son y a la persecución de que son objeto por el régimen nacionalsocialista que se debe a su militancia comunista.
En la primera parte se nos cuentan algunos antecedentes familiares para centrarse a continuación en el matrimonio formado por Juliana, que morirá en un campo de concentración,  y Hugo, que logrará sobrevivir. Es interesante, pero no especialmente novedosa. Sin embargo, el resto del libro está dedicado a las vicisitudes que atraviesa Hanno, el hijo de ambos, hasta prácticamente la actualidad y que le sirve al autor para mostrarnos algunos aspectos de la sociedad austriaca que resultan chocantes, por un lado, y aterradores, por otro.
Todo ello muy bien contado, con la información precisa y sin grandes circunloquios, con lo que compone un texto enormemente interesante, sugerente y atractivo.
Quizá he echado en falta la reproducción de alguna de las fotos que comenta sobre todo teniendo en cuenta lo “informativa” que resulta la de la portada.
Hay una magnífica y muy completa reseña de Luis Matías López en publico.es.


Erich Hackl,  El lado vacío del corazón

miércoles, 24 de febrero de 2016

Un Black menos Black, pero Black




Quinto libro de la serie que tiene como protagonista al forense irlandés doctor Quirke, pero también es el libro en el que menos participación tiene en la historia. Otra vez Dublín, aunque con menos problemas meteorológicos y otra vez, sobre todo, una buena colección de personajes secundarios que es la auténtica especialidad de Black.  En este caso la trama recuerda más a las creadas en su día por Agatha Christie que a las de las anteriores entregas de esta serie y, desde luego, yo he echado en falta las referencias a los problemas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, algo  que no había faltado en ninguna de las anteriores novelas.
Creo que, como bien apunta en su crítica de El País Berna González Harbour, se trata del Black menos Black, aunque también es cierto lo que dice al final: “Pero sigue siendo un Black. La lectura atrapa, su mundo enriquece, su pluma subyuga y su trama es una dosis más que suficiente para pasar un gran rato en el sofá. La reverencia, pues, sigue en su sitio.”
No mucho más que añadir salvo que pronto tendré ocasión de comprobar si en el siguiente libro de la serie retoma los viejos temas y tramas, o sigue en esta línea más policial y menos comprometida.
En cualquier caso, entretenimiento y calidad de escritura no faltan.



Benjamin Black, Venganza

lunes, 22 de febrero de 2016

Otra vez John Le Carré




Es una novela de hace seis años que había dejado pendiente por haber visto primero la película que, por cierto, es magnífica.
Del autor no hay mucho que decir. Apareció hace tiempo en la serie de mis autores favoritos y es que en su género es el mejor con un montón de novelas realmente conseguidas. En los últimos tiempos ha abandonado, lógicamente, los escenarios de la guerra fría, pero ha encontrado otros temas y otros enfoques que hacen que sus libros sigan siendo muy interesantes.
En este caso estamos ante el peligro de atentado yihadista y el tema de la financiación del terrorismo, pero también ante el problema de los refugiados. La primera parte del libro, aquella en la que se centra en los personajes y en la preocupación por los refugiados, me parece mucho más interesante y más lograda que el resto en el que la acción se desplaza hacia los servicios de inteligencia.
Hay varios protagonistas bastante bien descritos lo que es habitual en Le Carré. También una trama muy bien construida aunque más movida que en otras obras suyas y, desde luego, está muy bien ambientada en un Hamburgo brumoso y gris.
No desaprovecha la ocasión para criticar a los servicios de Estados Unidos como por ejemplo en este fragmento:

“-¿Administrado? – repitió como un tonto-. ¿Qué se ha administrado? ¿De qué justicia hablas?
-La justicia americana, gilipollas. ¿Cuál va a ser? La justicia a punta de pistola, tío. Una justicia que no se anda con chorradas, esa clase de justicia. Una justicia sin un puto abogado que pervierta la acción” (p.392)

Una novela muy entretenida y muy típica del autor hasta en su pesimismo.


John Le Carré, El hombre más buscado

domingo, 21 de febrero de 2016

Artículos interesantes

Buena y oportuna  reflexión de Josep  Ramoneda sobre la nueva importancia del Parlamento y, lo mejor, sobre la Transición.  (El País)

Luis Arroyo, que no sé si sigue siendo el experto de comunicación que aconseja a Sánchez, escribe de nuevo contra Podemos y diciendo alguna que otra obviedad. Merece la pena ver cómo argumenta este tipoi de "analistas". (infolibre)

Félix Ovejero también carga contra Podemos de una forma más filosófica y con una "gran" párrafo final. Tampoco sé si el autor sigue siendo colaborador del PSOE. Por cierto, su artículo está dentro de una serie titulada: El estado de ánimo del país, aunque realmente debería ser de El País. (El País)

Milagros Pérez Oliva escribe sobre la segregación en la educación a partir de recientes estudios hechos en Cataluña. Muy interesante. (El País)

viernes, 19 de febrero de 2016

Historias de indios



He pasado muchas horas de mi infancia y juventud viendo películas del oeste y de “indios”, que es como se las denominaba entonces. Largas cabalgadas de los indios y del Séptimo de Caballería, carretas de los colonos puestas en círculo para defenderse del ataque, fuertes construidos de madera, caídas de los jinetes indios cuando recibían los impactos de las balas, etc. Todo esto constituía gran parte de las mejores y más aplaudidas escenas de la mayor parte de las películas porque, efectivamente, eran tiempos en los que se aplaudía en el cine.
Todo lo anterior viene a cuento porque este libro sobre la historia de Nube Roja me ha traído de nuevo muchas de esas escenas, y también me ha enseñado la falsedad de otras.
En este largo texto de casi 500 páginas, los autores, dos escritores y editores estadounidenses, cuentan no solo la historia de Nube Roja como reza el subtítulo, sino mucho más, lo sucedido a lo largo de unos treinta años en un espacio de aproximadamente un millón de kilómetros cuadrados ( es decir, el doble de la superficie de España) que era el territorio de un conjunto de tribus indias y también la zona de expansión de los colonos blancos “estadounidenses”. Los conflictos tanto entre las propias tribus como con los “invasores”, el establecimiento de las diferentes rutas para ir atravesando tan extensos territorios, la construcción de los diferentes fuertes como lugares de reposo y protección, todo eso y más constituye la parte principal de un relato que resulta a veces excesivamente prolijo y detallado.
En general, está muy bien contado haciendo también algunas alusiones a costumbres de los indios tanto de sus formas de vida como de sus creencias, si bien a mí me habría gustado que hubieran  dedicado más espacio a este tipo de cuestiones y menos a la gran cantidad de conflictos internos que cuentan.
Un libro apasionante en muchos momentos, interesante casi siempre y un poco pesado cuando se reiteran episodios muy parecidos. Y, desde luego, un tema para mí totalmente novedoso en mis lecturas a pesar del mucho tiempo que ocupó en mis horas de cine.
Buena edición con la aportación de unos mapas bastante útiles y de unas curiosas fotografías de algunos de los protagonistas. Quizá hubiese sido también muy útil alguna fotografía de los territorios que se describen y en los que tuvieron lugar los principales acontecimientos.




Ton Clavin &Bob Drury, El corazón de todo lo existente.  La historia jamás contada de Nube Roja

jueves, 18 de febrero de 2016

Novela sobre la corrupción bancaria



Este nonagenario escritor sigue dando muestras de vitalidad y talento. A la larga serie de títulos que tienen como protagonista al comisario Montalbano, que han sido comentados en el blog en su momento, Camilleri añade otro tipo de escritos que, siendo también por lo general novelas cortas, dedica a la crítica de otros aspectos de la realidad italiana, sea la mafia o, como en este caso, la corrupción.
Partiendo de la elaboración de un informe sobre la situación de un banco, Camilleri establece una trama de intereses para que dicho informe carezca de valor. Como siempre en este autor, los hilos están bastante bien urdidos y se sigue con atención e interés, aunque también hay que reconocer que no es uno de sus mejores libros e, incluso, que hay reacciones de alguno de los personajes que chocan un poco.
Entretenimiento garantizado con una calidad media. Espero dada la vitalidad que demuestra, todavía nos espere la sorpresa de algún nuevo episodio de la serie de Montalbano.


Andrea Camilleri, El caso Santamaria

lunes, 15 de febrero de 2016

Un merecidísimo Nobel de literatura




Este es el segundo libro que se traduce en España de la ganadora del Nobel de 2015, pero es el primero que publicó allá por los años ochenta, aunque con algunos recortes hechos por la censura que recoge en esta nueva edición. En mi caso también se trata del segundo que leo pues ya había leído Voces de Chernóbil libro que, por cierto, me impactó y me pareció una forma de trabajo periodístico realmente novedosa y atrayente, que he corroborado al leer el que ahora comento. Dicho método lo inauguró en este estudio sobre la participación de las mujeres en la Segunda Guerra Mundial.
Desde el principio deja Alexiévich claros cuáles son sus objetivos, qué es lo que quiere reflejar en su libro y de dónde obtiene la información:

“No escribo sobre la guerra, sino sobre el ser humano en la guerra.
No escribo la historia de la guerra, sino la historia de los sentimientos. Soy historiadora del alma.” (p.19)

“Cada uno cuenta a gritos su propia verdad. La pesadilla de los matices. Es preciso oírlo todo y diluirse en todo, transformarse en todo esto. Y al mismo tiempo no perderse. Fundir el habla de la calle y de la literatura. La dificultad adicional es que hablamos del pasado con el lenguaje de hoy. ¿Cómo se podrán transmitir los sentimientos de entonces? (p.19-20)

“Decenas de viajes por todo el país,  miles de metros de cinta grabados. Quinientas entrevistas, luego las dejé de contabilizar, los rostros se borraban, solo quedaban las voces.” (p.41)

Aparece aquí una idea que es en mi opinión uno de los elementos fundamentales de su obra: esa fusión que menciona del habla de la calle y la literatura. Al igual que sucede con el libro dedicado a Chenóbil, las voces de los protagonistas están reconvertidas en un lenguaje diferente del meramente popular, y ahí se aprecia la mano maestra de la autora que, sin alterar lo sustancial del mensaje,  consigue así que se pueda hacer una mejor lectura.
Por sus páginas aparecen mujeres que hicieron todo tipo de trabajos en la guerra. Así,  dentro de los servicios: predominio de médicos, enfermeras y auxiliares de enfermería; también algunas cocineras o lavanderas. En lo propiamente militar: francotiradoras, conductoras, operadoras de transmisiones, mecánicas, pilotos, soldados de infantería, de ametralladoras antiaéreas, tanquistas, partisanas y guerrilleras.
Los textos los articula la autora en torno a diferentes subtemas como: la muerte, la memoria (lo que se recuerda), los trabajos no estrictamente militares, el amor, las represalias a los familiares de las guerrilleras, los hijos, la victoria, las violaciones, etc. Precisamente aquí veo yo una de las debilidades del libro ya que me parece que no siempre están bien encajados los textos con el tema de referencia.
También quiero comentar dos aspectos que me parecen criticables. Por un lado, el buen comportamiento que siempre aparece que se tiene con los prisioneros heridos y que no casa demasiado con lo que leí hace muy poco en el libro Tierras de sangre que, además, se desarrolla en gran medida también como este  en tierras de Bielorrusia. Lógicamente son testimonios de enfermeras, pero la autora no incluye ninguna matización. Por otro lado, solo en una ocasión se habla de violaciones de alemanas por parte de los soldados soviéticos, y también solo una vez de acosos a sus propias compatriotas. Me parece poco en un libro de más de 350 páginas escrito por mujeres y sabiendo lo que se ha sabido de cómo fue el comportamiento de los distintos ejércitos. Desde otro punto de vista, me ha llamado la atención la edad tan temprana a la que se incorporaban las mujeres a la guerra (apenas diecisiete o dieciocho años) y el encendido patriotismo que les llevaba incluso  a abandonar a la familia y a los hijos recién nacidos.
Dicho todo lo anterior, estamos ante un libro magnífico, estremecedor por momentos, brutal, con descripciones desgarradoras, emocionante; ante un texto en el que aparece lo peor pero también lo mejor de los seres humanos expuestos casi siempre a situaciones extremas. A pesar de algunas reiteraciones que, sobre todo en la parte central, hacen un poco pesada la lectura, es un libro que hay que leer lo mismo que hay que hacer con el que posteriormente dedicó a Chernóbil utilizando la misma técnica que, además, había depurado bastante haciendo más ágil la narración.


Svetlana Alexiévich, La guerra no tiene rostro de mujer

domingo, 14 de febrero de 2016

Sigo con Richard Ford



De nuevo aparece Ford como un maestro en el relato largo o la novela corta. En este caso el libro lo componen dos textos de unas cien páginas y un tercero con la mitad. En los tres hay relaciones entre hombres y mujeres, pero no hay amor, ni desamor, ni sexo.
La gran virtud que tiene el autor, y por lo que en mi redescubrimiento me está encantando, es por la forma que tiene de narrar y de lograr que el lector se meta en las historias y se las crea. De alguna manera se trata de una escritura realista, pero que al mismo tiempo es capaz de dar unos giros inesperados a las historias y de cambiar la línea argumental con la que se inician.
Recomendable lectura como toda la obra que voy conociendo del autor.
Una buena reseña de Darío Villanueva en elcultural.com hecha tras su primera edición en el año 2000.



Richard Ford, De mujeres con hombres

Artículos interesantes

Buena reflexión de Josep Ramoneda sobre las dificultades para aceptar la presencia de los nuevos partidos o, más en concreto, de Podemos. (El País)

Dos artículos versan sobre el mismo tema aunque sea desde dos perspectivas algo distintas. Miguel Mora (ctxt) describe los permanentes ataques de los medios al Ayuntamiento de Madrid; Emmanuel Rodríguez (diagonal)  también analiza esos ataques, pero se centra en la falta de respuesta del propio Ayuntamiento. Lo que queda claro tras ambas lecturas es que la batalla ha comenzado y que determinados sectores no parecen dispuestos a compartir el poder ni cuando democráticamente lo pierdan.

Entrevista con Carlos Taibo sobre el TTIP a raíz de la publicación de su libro sobre el tema. Lógicamente su postura es radicalmente contraria. (ctxt)

jueves, 11 de febrero de 2016

Curiosa novela de espías de autor soviético





Es Semiónov un escritor prácticamente desconocido en España a pesar de ser uno de los autores que tuvieron más éxito en la Unión Soviética, que ha sido traducido a varios idiomas, que estuvo en la Semana de cine negro de Gijón y que publicó más de una docena de novelas de espionaje con el mismo protagonista que la que hoy comento.
El libro, escrito en 1969, está dividido en diecisiete capítulos que se desarrollan en los últimos momentos de la Segunda Guerra Mundial en los que el protagonista, Stirlitz, un espía soviético introducido en el espionaje nazi, tiene que evitar que los nazis lleguen a un acuerdo con los aliados en el frente occidental dejando así sola a la Unión Soviética.
La construcción que hace Semiónov tiene elementos típicos del género (y así en algún momento puede recordar a a un John LeCarré que escribía también por esos años), pero también ofrece alguna novedad interesante. En los primeros capítulos hay una especie de sección en la que bajo el epígrafe de Información para un análisis, se van ofreciendo datos interesante de personajes como Himmler, Goebbels, Goering o Bormann dentro del mundo nazi, pero también de Churchill o del estadounidense. Allan Dulles. Estas informaciones responden a una idea clave del autor que queda muy bien reflejada en la contestación a una pregunta tal y como se recoge en el Prólogo. Así: ”¿Qué pretende ofrecerle al lector en primer lugar?”, a lo que el escritor respondió: “Información. El libro político, escrito a la manera de una obra de aventuras o de detectives, debe ser lo más cercano posible al documento. La lucha del ser humano por la información es fascinante.” (13)
Efectivamente, da bastante información y a mí en particular es quizá lo que más me ha interesado del libro, no solo por el valor que pueda tener para comprender mejor los entresijos del régimen nazi y sus pugnas internas, sino por la novedad que supone en una novela de este género.
Antes hacía referencia a, para mi gusto, el mejor autor de libros de espías, John LeCarré. Semiónov es capaz de montar tramas tan complejas como las de LeCarré, pero hay momentos en que la acción resulta un tanto atropellada y cuesta seguir los distintos planos y planes que se están desarrollando. Además, su protagonista está poco perfilado y apenas sabemos algo más de él que sus trabajos para evitar la negociación.
No obstante, se trata de una novela bien construida, bien contada en general, bien escrita y muy interesante ya que tiene también el enorme aliciente de haberse escrito y publicado sin ningún problema en la Unión Soviética. Por cierto que en 1973 se convirtió en una serie de televisión de grandísimo éxito. (He tenido ocasión de ver algunas imágenes, pero tienen poca calidad.)
Hay una buena reseña de en fantasymundo.com.



Yulián Semiónov, Diecisiete instantes de una primavera

martes, 9 de febrero de 2016

Cierta frustración



Es la primera novela que leo de este autor, pero no el primer libro. Hace unos meses leí Otra vida, su interesante autobiografía que además está magníficamente escrita. Precisamente en sus páginas finales hace referencia Enquist a esta que hoy comento. Así:

“¿Le salvó realmente la vida Nemo? (Enquist acababa de salir de una desintoxicación etílica)
La verdad es que no estaba muy seguro de lo que había sido su verdadera vida. En el libro abordaba algunas cosas, otras no. No sabía siquiera si realmente era aconsejable darse la vuelta y mirar hacia atrás, “como la mujer de Lot”.  (…) Qué debería seleccionar entre lo que era “esencial” en esa extraña vida que había vivido?” (p.571)


“”Y se iba a titular La biblioteca del capitán Nemo. “Una novela”, había dicho ella, “¿no pondrás ninguna mala palabra?¿No blasfemarán en el libro?”. Y le aseguró que no había malas palabras y que los personajes no blasfemarían porque eso se lo había prometido a Maya. Y entonces ella le preguntó “Pero ¿y de qué va el libro?”.
Ahora venía lo difícil. Pero no dudaría ni un instante, aunque lo sentía como si casi fuera un acto de soberbia.
Y contestaría: de la resurrección.” (572)

Prácticamente termina así su autobiografía lo que indica la importancia que da a esta novela que también dice que será la última, aunque esto no lo cumplió.
Durante su lectura he tenido sensaciones muy contrapuestas: por momentos disfrutaba con lo que me estaba contando y, sobre todo, con la forma de hacerlo, con ese lirismo y ese cuidado extremo con sus personajes, pero en otros me desconectada y tenía la impresión de no estar entendiendo ni lo que estaba sucediendo ni el significado que la daba el autor. Creo que es una obra bastante compleja, a pesar de su aparente sencillez, porque mezcla la realidad con la fantasía y eso la hace, al menos en mi caso, difícil de captar.
Si su autobiografía me pareció un libro extraordinario, esta novela reconozco que no me ha gustado tanto, aunque creo que puede encantar a otro tipo de lectores.



Per Olov Enquist, La biblioteca del capitán Nemo

domingo, 7 de febrero de 2016

Artículos interesantes

Muy buena la  reflexión de Santiago Alba Rico. Hay que pensarla despacio. (ctxt)

"Magnífico" editorial de El País en plena campaña junto  a todo tipo de poderes para lograr el gobierno de PSOE Y C`s. Es difícil que lo que fue un buen periódico pueda caer tan bajo. (El País)

Para desintoxicarse un poco de tanta política un artículo de Carlos Boyero sobre series de televisión recomendando Borgen que, por cierto, es cien por cien de política. (El País)

Gonzalo Boye escribe lo mejor que he leído sobre el tema de los titiriteros. (eldiario.es)

viernes, 5 de febrero de 2016

Un viaje a China




Aunque no soy un gran lector de libros de viajes sí me gusta leer alguno de vez en cuando. El año pasado puse precisamente el libro que publicó Paul Theroux sobre su viaje al sur de África entre los mejores que había leído ese año. Claro que este autor está entre mis escritores favoritos.
Javier Reverte debe de ser el escritor español que más libros ha publicado sobre viajes y, sin embargo, este es el primero que leo. Me incitó a ello un comentario que oí en la radio y el hecho de que yo había viajado a China, eso sí como turista, hace más de veinte años.
El libro resulta entretenido, pero bastante superficial y no demasiado interesante. Reverte recorrió durante dos meses gran parte del cauce del Yangtsé y las ciudades de su entorno hasta culminar en Shanghái. Va relatando los diferentes avatares desde hoteles y comida pasando por la alta contaminación que hay en casi todas partes, pero apenas se comunica con los habitantes de los lugares a pesar de contar con una guía y eso le resta interés a lo que cuenta. Tan es así que a mí lo mejor del libro me parece la parte dedicada a las matanzas de los japoneses en Nanking que, además, son bastante desconocidas y también algunas referencias que hace a Mao y su época.
Sí me ha gustado la visión que da del carácter y comportamiento de los chinos. Partiendo de la siguiente afirmación: “Por lo general, los chinos son solícitos, amables, ingenuos y a menudo tímidos. Sin embargo, asustan como civilización en marcha.” (p.50), irá matizando de tal manera que da como una característica esencial la mala educación que se manifiesta en cosas como: escupir en la calle, orinar en los urinarios desde lejos, usar los urinarios de los trenes para defecar en ellos, colarse en las paradas o ponerse delante de quien está mirando un escaparate. Además, destaca lo desconfiados, interesados, zafios y poco cultivados que son (aunque esto lo pone en boca de un interlocutor). En fin, que parece que no le han gustado mucho los habitantes del Imperio del Centro, que eso es lo que quiere decir la palabra China. Decía antes que me ha gustado esta visión porque es un poco la que yo saqué en mi corta estancia.
No me ha gustado demasiado sin embargo el estilo que emplea a veces Reverte en sus descripciones. Valga la siguiente como ejemplo de lo que digo: “El sol brillaba con furor sobre la llanura y nubes blancas, de faldones desgarrados, galopaban veloces por el cielo de vigoroso azul. Y el Yangtsé bajaba alborozado, turbio, con un color de café con leche largo de leche.” (p.72)
 En todo caso es un libro que se lee con rapidez y entretiene. Eso sí, si tengo que recomendar algún libro de viajes lo haría con cualquiera de los de Theroux, o con el que el año pasado se publicó de un viaje que hizo John Steinbeck en los sesenta dentro de los Estados Unidos acompañado de su perro Charlie.


Javier Reverte, Un verano chino. Viaje a un país sin pasado

jueves, 4 de febrero de 2016

Citas últimas lecturas



Edad

En general, cabe afirmar que cuando uno se hace viejo adquiere una relación más complicad con la realidad cotidiana, lo que parece en desacuerdo con lo que debería ser.
Richard Ford, Francamente, Frank



Religión

(…) resulta angustiante intentar ser un cristiano cuando el nombre goza de semejante vergüenza capitalista, cuando la poderosa Iglesia cristiana es tan rica, tan meramente ornamental, y tan estadística en cuestión de almas.
William Saroyan, El joven audaz sobre el trapecio volante



Libro

La conclusión es sencilla: si uno respeta la mera idea de los libros, de lo que éstos representan en la vida, si uno cree en el papel y en la letra, no puede quemar ni una sola página de ningún libro. Aunque se está muriendo de frío. Aunque él también esté intentando escribir algo. No puede hacerlo. Eso es pedir demasiado.
William Saroyan, El joven audaz sobre el trapecio volante



Dolor

“El dolor físico es el gran regulador de nuestras pasiones y ambiciones. Su presencia neutraliza de inmediato todo otro deseo que no sea la desaparición del dolor.  Esa vida que recusamos porque nos parece chata, injusta, mediocre o absurda cobra de inmediato un valor inapreciable: la aceptamos en bloque, con todos sus defectos, con tal de que se nos dé sin su forma de vileza más baja que es el dolor.”
Julio Ramón Ribeyro citado en
Alberto Barrera Tyszka, La enfermedad



Edad

Ya casi a los setenta, pensó, un mal presagio es como un disparo. A esa edad, ya no hay plazos. Ya todo será siempre presente.
Alberto Barrera Tyszka, La enfermedad



Novela, lectura

“¿Para qué sirve una novela? Hay una forma de responder que incomoda a escritores y críticos por igual, pero que no por ello es menos verdadera: para vivir las vidas que no tenemos. Para observar aquello que no podríamos atisbar de otra manera. Para romper el drástico aislamiento que nos separa de los otros. Para sentir, por un instante, como sienten los otros. Para imaginar, por un instante, la vida de los otros. Para ser, por un instante, otros.”
Jorge Volpi en el Prólogo a
Masuji Ibuse, Lluvia negra

miércoles, 3 de febrero de 2016

Más buenos relatos




“Nada tiene un aroma igual al del café, el estiércol, los caballos, el tocino frito y una pipa fumada al aire libre en una de esas mañanas. Todo eso te atrapa, eso es lo que pasa.” (p.34)
En este breve texto se resume muy bien el espíritu de varios de los relatos que componen este libro que fueron escritos en su casi totalidad en los años veinte del siglo pasado.
Ya he comentado otros dos libros de relatos de Anderson. De hecho ha sido de alguna forma el autor que me ha aficionado a este género al que siempre me había mostrado remiso.
En estos cuentos hay una variada gama de temas que van desde las carreras de caballos y su entorno hasta la creación literaria,  pasando por historias peculiares como una pelea entre primos o el relato en el que alguien hereda de su tía por “moderno”. Lógicamente, con tal variedad de temas  también hay una gran cantidad de personajes diferentes y por lo general muy bien descritos.
Muy bien escritos y con algo que hace Anderson en varias ocasiones y que me resulta muy atractivo que es la construcción del relato a partir de pequeños flash backs con lo que deja la historia en suspenso para luego retomarla.
Me han gustado especialmente dos: El hombre que se convirtió en mujer y Muerte en los bosques.
Otra recomendable recopilación de relatos de este magnífico escritor.
Una buena reseña en elojoenlapaja.



Sherwood Anderson, Cuentos reunidos

lunes, 1 de febrero de 2016

Relatos de la infancia




Bajo este extraño título, que queda muy bien aclarado en la frase con la que se cierra el libro, se reúnen diez relatos cortos de este escritor guatemalteco recientemente descubierto y que me encanta.
Este libro fue editado en 2011 y es, por tanto, anterior a los otros dos que he leído. También es el que más me ha gustado. Halfon es el mismo de siempre, con ese estilo tan concentrado, tan sintético, en el que no sobra nada y, lo que es más importante, parece que tampoco falte nada, al que le bastan cuatro o cinco palabras para describir a un personaje y otras tantas una situación a veces terrible como varias de las que aparecen en estos relatos.
La infancia o, mejor, la visión que desde la infancia se tiene de acontecimientos  relevantes como puedan ser un terremoto, un secuestro o la existencia de guerrilleros, pero también otros tan cotidianos como el momento de entregar las notas del colegio o el descubrimiento de unas fotos porno, es la verdadera protagonista.
Todo recogido desde esa primera persona que unido a lo que se sabe del autor los convierten casi en una autobiografía.
Para mí el principal fallo del libro es que solo tenga 138 páginas. Me hubiera gustado que Halfon hubiera escrito muchas más porque es un placer disponer de este tipo de lecturas.


Eduardo Halfon, Mañana nunca lo hablamos