martes, 20 de julio de 2021

Gran literatura de viajes



Si el anterior libro de la autora, Sovietistán, en el que escribía sobre su viaje a las exrepúblicas soviéticas de Asia Central, me pareció magnífico como reflejé en mi comentario en el blog, este no le va ni mucho menos a la zaga. Esta noruega licenciada en Antropología Social se está especializando en hacer una interesantísima literatura de viajes en la que mezcla un poco de todo pues hay mucha información histórica, algunos datos relevantes de diferentes temas, parte de reportaje periodístico y multitud de entrevistas ya que conversa con gentes de casi todos los lugares que visita, así: un monje mongol, un pastor de renos, un cantante de “garganta”, un defensor de los derechos humanos, un ingusetio deportado de niño, un georgiano que ha quedado en Osetia del Sur al mover estos la frontera (en una historia que recuerda mucho a cosas que ha contado Joseph Roth en varios de sus libros), una sueca que vive en Ucrania desde siempre, tártaros de Crimea, voluntarios rusos en Donetsk, habitantes en la zona de Chernóbil, una judía que con 5 años estuvo en el gueto de Minsk, una Sami en Laponia,…(he sido bastante prolijo para que se vea la variedad de sus entrevistados).

Claro que como dice la autora: 

“Durante este último año, había dejado atrás más de 20.000 quilómetros de recorrido por fronteras territoriales de Rusia. Con ayuda de vuelos interiores norcoreanos, trenes de alta velocidad chinos, lentos trenes kazajos, autobuses, minibuses, caballos, taxis, cargueros, kayaks y mis propios pies había viajado por catorce países y tres repúblicas secesionistas.” (p.587)

Es decir, que ha tenido tiempo para eso y también para disfrutar de unas experiencias tan variadas como únicas. Cuenta Fatland, además, con la capacidad de narrar muy bien lo que ve y lo que le sucede, así como también la de introducir informaciones históricas relevantes para comprender lo que ha sucedido después. A mí me ha descubierto todo un mundo con los conflictos históricos entre Suecia y Rusia desde hace siglos por el dominio del norte; o me ha demostrado que en todas partes cuecen habas cuando relata la “guerra de los monumentos” en Estonia que tantos parecidos guarda con cosas que pasan por aquí; también he conocido la utilización por parte de empresas noruegas de miles prisioneros soviéticos para construir los ferrocarriles en los años cuarenta del siglo pasado, por poner solo algunos ejemplos.

Desde otro punto de vista más antropológico es muy interesante observar la enorme complejidad étnica del Cáucaso y los conflictos consiguientes. Además, es importante también la presencia de multitud de personajes históricos desde Gengis Kan a Putin, pasando por reyes históricos y actuales dirigentes de muchos de los países que recorre.

Si a eso le unimos que se  completa la edición con unos mapas muy claros, un buen resumen de la historia de Rusia y una breve bibliografía, vemos que estamos ante una obra muy completa para acercarnos al conocimiento de esta inmensa zona que tiene frontera con el mayor país de la tierra.

Por cierto, sobre lo que significa una frontera me parece muy acertado lo que dice en el siguiente fragmento: 

“Cruzar una frontera es una de las cosas más fascinantes que existen. Geográficamente, el traslado es mínimo, casi microscópico. Solo te desplazas unos metros, pero de golpe te hallas en otro universo. Algunas veces, todo es absolutamente diferente, desde el alfabeto y la moneda hasta las caras, los colores, los sabores, las fechas importantes y los nombres remarcables que la gente conoce.” (p 218)

Aunque pueda resultar chocante, el título del libro que reproduzco más abajo es el de su versión original en noruego. Fatland ha querido dejar constancia ya en la portada de la cantidad de sitios que ha recorrido y sobre los que escribe.

Es muy significativo lo que comenta la autora en su nota final de agradecimientos sobre cómo ha sido posible dedicar tres años de trabajo a un libro así de los cuales 259 días los dedicó al viaje de investigación. Visto desde España parece inaudito, pero ha sido la Asociación de Autores y Traductores de literatura de no ficción la que le concedió una beca de tres años. Además, Passa Porta, la casa internacional de literatura en Bruselas, le brindó dos meses de estancia en su piso para escritores. En fin, más o menos lo mismo que por estos lares.

Solo me queda insistir en la recomendación de la lectura de este magnífico ejemplo de literatura de viajes y también del anterior de la autora que espero que siga viajando por otros territorios y contándonoslo.

 

Erika Fatland, La Frontera. Un viaje alrededor de Rusia, a través de Corea del Norte, China, Mongolia, Kazajistán, Azerbaiyán, Georgia, Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Polonia, Letonia, Estonia, Finlandia, Noruega y también el Paso del Noreste. Traducción Carmen Freixanet.

 

lunes, 19 de julio de 2021

Mi primer autor angoleño


Este libro lo conocí por una mención que hace Xavier Aldekoa en su libro de conversaciones con Alfonso Armada que hace poco comenté en este blog. Como me fío mucho del criterio de ese magnífico periodista, que además conoce muy bien el continente africano, enseguida lo compré. Ha sido un acierto.

Es una novela difícil de definir y/o clasificar, suponiendo que algo así sea necesario. Tiene mucho del realismo tradicional, pero también hay fragmentos de cierto surrealismo y hasta de realismo mágico, además de momentos muy poéticos.

La novela cuenta la historia de Ludo, una portuguesa que llega a Luanda en los momentos de la independencia de Angola y la guerra civil posterior. Primero vive con su hermana y su cuñado pero al marcharse estos, cierra una pared de acceso a su vivienda y vivirá aislada casi treinta años. Escribe un diario, primero en papel y luego con carbón en las paredes de la casa, del que Agualusa reproduce algunos fragmentos. Además de este personaje central, en la novela irán apareciendo una variada gama de secundarios en muy diferentes circunstancias.

Esta mezcla está muy bien explicada en la reseña de Santi en unlibroaldia.blogspot.com:

 “Es posible que esta sea la gran virtud de la novela: la forma en la que se vincula lo individual con lo colectivo (el fin del colonialismo, la independencia, la guerra). A lo primero corresponden los capítulos sobre la vida de Ludo, incluidos aquellos que reproducen los pensamientos y poemas que escribe, en papel primero, en las paredes de su casa después; a lo segundo, multitud de historias sobre mercenarios portugueses, soldados angolanos, pícaros, enfermeras, periodistas, pastores, palomas mensajeras... Tantas historias, en esta segunda parte coral, que en ocasiones cuesta seguirles el hilo a todas, hasta que convergen y se cierran sobre sí mismas”.

Agualusa es un angoleño de lengua portuguesa que ha vivido tanto en Portugal como en Angola donde ahora reside. La sensación que yo saco de la novela es la de que está bastante defraudado con lo que sucedió tras la independencia, al menos esto es lo que deduzco de frases como las siguientes:

“No me gustan los policías del pensamiento”. “Sólo me interesan las revoluciones que comienzan por sentar el pueblo a la mesa”. “¡Un país donde hasta los locos se enriquecen, incluso los enemigos del régimen, por fuerza tiene que ser muy generoso!” (p, 74, 75 y 148).

Sea como sea, lo relevante es que estamos ante una novela muy bien escrita y que tiene los alicientes necesarios para que merezca la pena leerla. Hay momentos de cierta perplejidad y, al menos en mi caso, de algo de desconcierto por lo que sucede, pero no importa porque en general se sigue muy bien.

Es un autor sobre el que habrá que volver.

  

José Eduardo Agualusa, Teoría general del olvido. Traducción Claudia Solans.

 

jueves, 15 de julio de 2021

La visión liberal conservadora


Siempre es interesante conocer cosas de los autores de los libros, más aún si se trata de ensayos y sobre todo si estos tienen por objeto la política. La autora ha aparecido ya en este blog al comentar su monumental estudio sobre el Gulag soviético. Tengo pendiente de lectura su también extenso trabajo sobre el Telón de Acero y ha publicado recientemente un estudio sobre la Hambruna en Ucrania en la época estalinista. Es decir, como se puede comprobar su dedicación está muy centrada en los efectos más perniciosos que tuvo el comunismo.

Applebaum alterna sus estancias en Polonia y en Estados Unidos desde 1988. Se define como liberal conservadora y ligada al partido republicano. Está casada con un político polaco que ha participado en diferentes gobiernos de derechas, pero que también pertenece a la derecha moderada.

Estos datos hacen que resulte especialmente interesante su visión de lo que está pasando en las democracias liberales y la pulsión que está creciendo hacia diferentes formas de autoritarismo. Este tipo de análisis es frecuente leerlo desde autores o publicaciones de la izquierda, pero mucho menos desde ese sector que, además, ha gobernado y aún gobierna en muchos países europeos.

El libro está dividido en seis capítulos en los que se centra principal y casi exclusivamente en los casos de Polonia, Hungría, Gran Bretaña, España y Estados Unidos. De todos ellos maneja muy buena información, en la mayoría de los casos de primera mano. Hay que tener en cuenta que además de su estancia en dos de esos países, en el caso de Polonia con muchos contactos políticos, es columnista de The Washington Post y profesora asociada en la London School of Economics.

Es muy curioso cómo inicia el libro con la cena que dieron en su casa el 31 de diciembre de 1999 para un grupo de amigos. De ese grupo, unos años después ya no se hablaban con la mitad de ellos y tampoco lo hacían muchos de esos amigos entre sí. Con eso pretende dejar constancia de lo que ha supuesto y está suponiendo el cambio que se ha producido en Polonia y que, de alguna manera, se puede generalizar a otros lugares. También cierra el libro con una cena similar y comenta los cambios en las amistades. (No creo equivocarme si digo que esa experiencia la tienen, tenemos,  también muchos en España.)

La autora dice sobre el origen del nuevo autoritarismo que: “se trata de un fenómeno que ha surgido más recientemente, en la última década; y no ha brotado a causa de míticos “fantasmas del pasado”, sino como resultado de actos concretos de personas a las que desagradaban las democracias existentes. Y les desagradaban porque eran demasiado débiles o faltas de originalidad, demasiado indecisas o individualistas, o porque no progresaban lo bastante rápido en ellas”. (p. 59)

 

De los diferentes lugares en que lo estudia me ha interesado muy especialmente el caso de Polonia, al que dedica más espacio, y el de Hungría, quizá por ser los menos conocidos. En el caso británico se centra en el Brexit como el momento no tanto de surgimiento como de manifestación, y me ha parecido sugerente la forma en que plantea la llegada al poder de Boris Johnson. Así: “Los conservadores empezaron a perder apoyo (…) El partido necesitaba un nuevo líder, alguien capaz de unir a las distintas facciones, completar el Brexit y recuperar el apoyo perdido. También necesitaban a alguien que supiera contar historias, hacerles reír, devolverles el sentimiento de superioridad inglesa. Y fueron a buscar al gracioso”. (p. 75)

No está mal teniendo en cuenta quién lo dice.

En el caso de España hace, como decía antes, un buen resumen. Su contacto con VOX ha sido Bardají que ha llegado ahí desde posiciones neocon y después de haber participado activamente en la época de Aznar. También tiene su interés el análisis que hace de lo que está sucediendo en Estados Unidos. Ahora bien, tanto en este caso como en el español detecto cierta intención de relacionar a esa extrema derecha seducida por el autoritarismo, con la extrema izquierda. Así, de alguna manera compara a Noam Chomsky con Steve Bannon, algo difícilmente asumible tanto desde el punto de vista intelectual como del político. Esta idea, muy presente en algunos comentaristas en España, es muy típica de una cierta manera de pensar que se fija en lo superficial y no aprecia que una plantea principalmente la ampliación de derechos y la otra su restricción. No obstante, este es otro tema.

Hay aspectos puntuales que me han llamado la atención como: la idea de que los únicos intelectuales, clercs en el libro porque usa el término de Jules Benda, que han obtenido auténtico poder político son los de derechas; toda la historia del accidente de aviación de Smolensk, en el que perdió la vida uno de los gemelos polacos, que está contada como si fuese sacado de una película, pero que tanta importancia tiene para el auge del autoritarismo en ese país; la entrevista con la húngara Mària Schimdt, directora del Museo del terror de Budapest, que ha evolucionado hacia el nuevo autoritarismo; y, desde luego, todo el capítulo sobre el Brexit en el que explica magníficamente cómo se produjo todo y en el que da mucha información sobre Johnson.

Es un libro cuya lectura provoca un cierto desasosiego sobre todo porque la sensación que se obtiene es que lo que está sucediendo no parece que se pueda frenar fácilmente. Además, tampoco son especialmente tranquilizadoras expresiones como las del abogado conservador Joseph diGenova: “Yo hago dos cosas: voto y compro armas” (p. 161)

En cualquier caso, siempre es bueno estar informados y mejor si proviene de gente con conocimiento y además, como es el caso, con el mismo origen político que los que intentan implantar esos nuevos sistemas.

Hay una buena reseña de Bill Keller publicada en The New York Times Book Review y reproducida en elcultural.com.

 

Anne Applebaum. El ocaso de la democracia. La seducción del autoritarismo. Traducción Francisco J. Ramos Mena.

 

 

miércoles, 14 de julio de 2021

Un tema muy actual



 Roncagliolo es uno de los escritores que más sigo en los últimos tiempos. Sus libros, además de bien escritos, suelen tratar temas interesantes y ofrecer una visión personal muy atractiva. Así, por ejemplo, sucede con el grupo terrorista Sendero Luminoso al que dedicó una obra de ficción, Abril rojo, y un magnífico reportaje periodístico, La cuarta espada, ambos aparecen en el blog y ambos releídos, algo no muy habitual en mi trayectoria como lector.

En este caso, para no ser menos, se enfrenta al tema de los abusos sexuales hechos por miembros de la Iglesia católica o, al menos, por gente de esa confesión.

El libro se articula en cuatro capítulos con los significativos títulos de: Padre, Hijo, Espíritu Santo y Amén. Además, en los Agradecimientos que aparecen al final de libro, hay lugar para un libro como Marcial Maciel: historia de un criminal o películas como Spotlight, que demuestran claramente las intenciones del autor.

La novela está narrada por un joven peruano -acaba de llegar a la mayoría de edad-,  que vive con sus padres en Nueva York. El padre, también peruano, no quiere volver a su país y, ante la enfermedad de su madre, envía al hijo para que la ayude. A partir de la presencia en Perú de James, como se llama el protagonista y narrador, poco a poco se irán descubriendo diferentes hechos de la vida anterior de su padre que terminarán explicando no solo su ausencia, sino incluso su deseo de no volver a pisar su país. Este recorrido es bastante largo pues el libro tiene nada menos que 394 páginas y da pie a la aparición de varios personajes relevantes en la vida del padre, alguno de los cuales tiene ciertos parecidos con algún personaje real.

La técnica que emplea, y que suele ser muy habitual en este escritor, es la de crear cierto suspense indicando cosas sin llegar a explicitarlas como se puede ver en el siguiente ejemplo: “ya no tardaría en comprender a qué se debía la presencia de esos incómodos centinelas”. (p. 205) (Evidentemente sí que tardó.)

Además de James, son la abuela, el padre y dos profesores de este, Gaspar y Gabriel Furiase, los personajes principales, pero también hay una serie de secundarios que le sirven para precisar mejor las situaciones de tal manera que a alguno le dedica bastante espacio.

Reproduzco a continuación dos fragmentos de la crítica hecha por José Carlos Yrigoyen en elcomercio.pe porque me parece que dan una visión que me gustaría comentar brevemente:

“Leyéndola, recordé lo que Edmund Wilson decía sobre Fitzgerald: en sus novelas había más de un error; no obstante, la vida bullía entre sus páginas. Con este libro me ha pasado lo contrario: todo es limpio, eficiente, bien ensamblado –el ritmo, la tensión, la dosificación de lo que se cuenta–, pero nada respira en ella. Cuando hay dolor, se limita a lo declarativo. Cuando hay pathos, este proviene del departamento de utilería”.

“ (…) el trágico espesor de los destinos dañados por una organización consagrada a la destrucción de cuerpos y mentes apenas se percibe, jamás se desarrolla ni trasciende el tenor de algunas escenas elaboradas a vuelapluma, tal vez para que no distraigan al lector del eficaz entramado de suspenso que Roncagliolo construye puntillosamente”.

Hay algo de cierto en esa idea de que parece que no haya vida, ni reacciones violentas, ni rechazos marcados, en lo que se cuenta, aunque no creo que se deba a que el autor no quiera distraer del entramado de suspense. Más bien tengo la impresión de que Roncagliolo ha querido huir de lo más truculento, y en este tema lo hay para dar y tomar, y ha preferido dejar que sea el lector el que imagine algunas de las cosas y de los comportamientos. Pero, en todo caso, es algo perfectamente opinable.

A mí la novela me ha gustado, me parece que está muy bien construida, que el juego con los tiempos está bien elaborado y que ha creado personajes cuyas reacciones se pueden entender perfectamente. No es quizás su mejor novela, pero sí es una novela interesante.

 

Santiago Roncagliolo, Y líbranos del mal.

 

lunes, 12 de julio de 2021

ANDAMIO

 

Una entrega muy variada en géneros y procedencia. En las películas predominio estadounidense, pero desde un documental a un musical. En las series se alternan la comedia y el crimen. No hay nada inolvidable, pero tampoco nada rechazable. Una buena nota media.

 

Películas

 

The year earth. Documental estadounidense narrado por David Attenborough que refleja algunos de los cambios que se han producido en la naturaleza por el confinamiento y la disminución de los movimientos debidos al covid. Muy interesante y con imágenes bastante curiosas tanto de presencia de animales en zonas urbanas, como de mejoras en la situación de algunos animales como, por ejemplo, tortugas, ballenas, etc.

 

In the Heights. Está basada en el musical de Broadway y refleja la vida en el barrio de Washington Heights, un barrio habitado muy mayoritariamente por gente procedentes del mundo hispano. Tiene algunos números con una coreografía impactante y las canciones tampoco están mal sin ser tampoco espectaculares. Algunas notas interesantes sobre la vida, los deseos y las ambiciones de ese mundo.

 

El robo del siglo. Una película argentina basada en hechos reales. Se trata del robo de un banco por un variopinto grupo que, eso sí, lo planeó concienzudamente. Resulta bastante entretenida y con sentido del humor. También tiene, como es habitual en esa cinematografía, buenas interpretaciones.

 

Cómo sobrevivir en un mundo material. Película estadounidense de lo que llaman cine “indie”. No conocía a la directora, pero tiene que ser alguien muy especial para que se le ocurra una historia así. Es una película bastante rara y original en la que me ha costado un poco entrar, pero eso sí, una vez que te dejas llevar por los personajes resulta hasta emotiva en muchos momentos. Trata de la familia, la soledad, los afectos, la amistad y el dinero.

 

Series

 

Los Durrell. Serie británica de 6 episodios de unos 45 minutos cada uno. Está basada en La trilogía de Corfú de Gerald Durrell y narra los primeros tiempos de la vida de la familia en esa isla mediterránea a la que se trasladaron desde Inglaterra. Muy entretenida y con un conjunto de personajes, tanto de la familia como habitantes de la isla, muy variado y curioso.

 

Escena del crimen. Miniserie documental estadounidense de 4 episodios de casi una hora cada uno. Trata el caso de la desaparición, en 2013, de una joven que se hospedaba en el hotel Cecil de Los Ángeles que luego apareció muerta en los depósitos de agua de la terraza del hotel. Se reconstruye el caso con entrevistas a policías, la directora del hotel, el empleado que la encontró, periodistas y muchos “ciberinvestigadores”. Al principio resulta interesante sobre todo porque se explica muy bien cómo es la zona en la que está el hotel y se aprecia la penosa situación social de una zona del centro de la ciudad. El problema es que es una serie bastante tramposa. (Y no puedo ser más explícito por si alguien la quiere ver).

  

El gran fondo. Serie noruega de 10 episodios de menos de 30 minutos cada uno. Los protagonistas de esta comedia trabajan en el fondo público de pensiones que gestiona  el dinero que se obtiene del petróleo. Humor noruego que, además, se basa en varios capítulos en la visión que tienen de los suecos, rusos, del trabajo para el estado, etc., es decir, toman elementos de la sociedad y los pasan por el tamiz del humor. Entretenida aunque cueste un poco entrar en ella.

 

Los crímenes de Pembrokeshire. Miniserie británica de solo tres episodios de unos 45 minutos. Basada en hechos reales cuenta la investigación por unos crímenes cometidos en Gales a finales de los ochenta pero que estaban sin resolver. Hacen una buena síntesis de la investigación y resulta entretenida sin más.

 

Todas las criaturas grandes y pequeñas. Serie británica de 6 episodios de 45 minutos cada uno. Se trata de una comedia amable, basada en una novela, en la que se cuenta la vida en una pequeña población rural del norte de Inglaterra de unos veterinarios que tienen que hacer frente a los diferentes problemas que surgen a los animales del pueblo. A mí me ha entretenido y me ha dejado un buen sabor de boca. Eso sí, es tremendamente británica.

 

El padrino de Harlem. Serie estadounidense de 10 episodios de unos 50 minutos cada uno. Está basada en hechos reales. Se desarrolla en el año 1963, el año de la marcha sobre Washington y del asesinato de Kennedy. El protagonista es Bumpy Johnson, un narcotraficante y jefe de banda negro que colabora y/o compite con las cinco familias italianas de la mafia. Hay mucha violencia y muchas jugadas estratégicas por parte de todos. También tiene un papel relevante Malcolm X. La serie tiene buenos momentos, resulta entretenida y le falta quizá profundizar más en la situación de los negros y explicar mejor sus diferentes estrategias.

 

Dinero fácil. Serie sueca de 6 capítulos de unos 45 minutos cada uno. Un thriller un tanto diferente de lo habitual en las series nórdicas. Alterna el mundo de las finanzas con el del tráfico de drogas a partir de la presencia en ambos de su protagonista femenino, magníficamente interpretado por cierto. Resulta curioso que en el mundo de las finanzas casi todos sean suecos “blancos” excepto la protagonista, y en el mundo de las drogas casi todos sean suecos de orígenes diversos, mayoritariamente de Oriente Medio, excepto un chico de 15 años. Tanto los creadores como el director tienen apellidos típicamente suecos. Bastante original, muy entretenida y con algún apunte sociológico interesante.

martes, 6 de julio de 2021

Interés desigual


Como se puede comprender fácilmente, cuando el otro día vi esta portada en la librería tardé pocos segundos en seleccionar el libro sin ni siquiera mirar el índice ni la contraportada. Tampoco conocía al autor más allá de saber quién es por el apellido y porque seguramente he oído hablar alguna vez de él.

Es un título magníficamente elegido sobre todo por la segunda parte que es, lógicamente, la que me llamó la atención.

El libro está dividido en varios apartados muy diferentes tanto en contenido como en extensión. Así, lo abre con unas curiosas e interesantes informaciones y reflexiones, nada menos que sobre la batalla del Somme, para demostrar que en solo unas horas murió más gente que en los cien días de confinamiento. Todo para en el segundo apartado, Palos de ciego,  dedicarse a su peculiar análisis de la pandemia con afirmaciones que unas se pueden compartir y otras discutir. A continuación hace una “sucinta y anecdótica autobiografía” que es el capítulo más extenso del libro. En ella vemos al que debe de ser el Tusquets más típico: mucho sentido del humor, muchas anécdotas algunas muy curiosas y, desde luego, sin falsa modestia, pues como dice JavierDivisa en la reseña para revistatarantula.com: “he leído pocas memorias que no adolezcan de vanidad y egolatría”. Este capítulo me ha provocado más de un dejà vu por algunas historias y algunos personajes como, por ejemplo, la inevitable Teresa Gimpera o el siempre mencionado Bocaccio. Son unas páginas que se leen sin más y ya está. Eso sí, aunque el capítulo que viene a continuación sea, precisamente,  Vivir no es tan divertido, lo cierto es que el autor ya ha dejado claro que él sí que se ha divertido lo suyo.

En el resto del libro, más o menos la otra mitad, se ocupa de lo que a mí me interesaba: el envejecimiento. Aquí he de decir que Tusquets es capaz, en el capítulo Envejecer, un coñazo, de mostrar todas y cada una de las dolencias y todos y cada uno de los problemas a los que nos enfrentamos con el paso del tiempo, sobre todo a partir de los setenta. Aunque resulta duro, me ha gustado verme reflejado casi como en un espejo; ha tenido hasta un cierto carácter catártico. Después escribe muy acertadamente sobre la eutanasia, más discutiblemente sobre si hay que desenterrar los muertos de la guerra civil y muy emotivamente cuenta la muerte de varios amigos suyos en un capítulo que tiene momentos muy emocionantes.

Si a eso le añadimos que abre el libro con dos citas de Cioran y que dice que el único ejercicio que practica es el Taichí, puedo decir que ha logrado cierta conexión conmigo como lector.

Ahora bien, su pretensión de ser políticamente incorrecto, el uso de “progre” para referirse a ciertas actitudes, y esa vida burguesa desde la que parece no entender, o incluso ni conocer, que hay gente más allá de esa clase, hace que el libro se haga a veces un tanto insufrible.

Creo que es un libro que solo se debe leer a partir de una cierta edad o, si no, también para saber cómo son y por qué actúan así algunos padres o algunos abuelos.

 

Oscar Tusquets Blanca, Vivir no es tan divertido, y envejecer, un coñazo.

 

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 2 de julio de 2021

Más lecciones de periodismo

 

Este es el cuarto libro de la serie que la revista 5W está dedicando a la profesión periodística. Libros que consisten en una larga conversación entre dos periodistas de generaciones diferentes. En este caso son Maruja Torres, de la que he leído bastantes artículos, reportajes y varios de sus libros entre ellos: Mujer en guerra y Amor América (este con especial atención por la coincidencia de amores), y Mónica G. Prieto a la que, por el contrario, apenas conozco por ver sus libros en colaboración con Javier Espinosa en los estantes de las librerías. Este desconocimiento se debe a mi poca atención desde hace tiempo a la política internacional de la que, sin embargo, fui un gran seguidor en los noventa. Tras leer la conversación con Torres me he dado cuenta de que me he perdido cosas muy interesantes  de Prieto.

El libro, como todos los de esta colección, es una larga conversación entre ambas periodistas, recogida en parte en las 139 páginas del libro, que está dividida en 5 capítulos que se corresponde cada uno con una de las famosas W. Ahora bien, excepto la primera, Why,  en la que cada una hace la presentación de su contertulia, en el resto no se sigue el significado de la W a rajatabla y ambas hablan de los temas según van surgiendo.

Así, la conversación va transcurriendo desde aspectos concretos de su trabajo profesional, a reflexiones sobre la profesión periodística, pasando en algunos momentos por algunos temas más personales en los que el feminismo ha jugado un papel importante.

Si para Prieto fue Chechenia uno de los momentos más relevantes de su trabajo, para Torres lo fue el Líbano, lugar donde, por cierto, coincidieron y se conocieron. En general se puede afirmar que es Oriente Medio la zona que más aparece a lo largo del libro ya que Prieto ha estado en los conflictos de Irak y Siria, y para Torres Beirut es su segundo hogar. Y sobre todo porque ambas no tienen sino buenas palabras sobre los árabes de los que afirman que “hay muchas cosas de los que todos podríamos aprender” como: “la gran capacidad de ternura”, “el respeto a los mayores” “lo amables que son con los niños”, “la hospitalidad con el extranjero, “el respeto” o que “tienen mucha humildad”. (p. 102-103)

Es interesante también, desde otro punto de vista, la idea que plantean y desarrollan de cómo lo sucedido el 11-S supuso un cambio en la forma de hacer periodismo o la feroz crítica que hacen sobre la actuación de los gobiernos europeos en la crisis migratoria que lleva a Torres a afirmar que: “Europa ha perdido su alma con su comportamiento con los refugiados” y un poco después y en la misma línea “¿Cómo puede ser que no dejes entrar a los refugiados y dejes a ese fascista húngaro y a ese polaco ahí”. (p. 76-77) Palabras estas últimas de rabiosa actualidad en estos días (el libro se publicó en diciembre de 2017).

Y ya que estoy citando, dejo a continuación algunas frases de ambas que creo que son un buen reflejo de su forma de pensar y también de su forma de hacer:

“Eso lo llevo cada vez peor. La oenegé o el periodista que quiere ser noticia. Uno de los grandes valores del reporterismo y de la vida es la humildad. No creerte tú la noticia.” (p.37, Prieto)

 “Si te siguen poniendo imbéciles en la tele, el del sofá cada vez será más imbécil. Es una responsabilidad mutua. También del lector, que tiene que participar, tiene que elegir.” (p. 57, Torres)

“Ir a la ópera: yo iba a todas partes, hasta follaba pensando en el reportaje. ¡Era tan apasionante! Por Dios, ¡qué bien me lo he pasado!” (p. 42, Torres) 

 “Si no quisiéramos saber, si no leyéramos prensa, seríamos mucho más felices y menos pesimistas.” (p. 113, Prieto)

 Tras la lectura de estos cuatro libros de conversaciones en los que han participado, además de las dos de este libro, Ramón Lobo, Mikel Ayestaran, Alfonso Armada, Xavier Aldekoa, Agus Morales y Martín Caparrós, me mantengo en la idea de la importancia que tiene esta profesión para que el ciudadano tenga una información que le ayude a formarse una correcta idea de las cosas. Ahora bien, se puede decir que los ocho citados se dedican sobre todo a la información internacional y que, por lo tanto, podemos estar tranquilos porque hay la suficiente calidad profesional y honestidad para fiarse de lo que nos cuenten. No ocurre desgraciadamente lo mismo en la información de lo que pasa dentro de nuestra fronteras donde se practica casi exclusivamente un periodismo de trincheras en el que, por el momento, lleva la delantera la derecha por la cantidad de medios de que dispone.

Todos los libros de esta colección son absolutamente recomendables y aseguran una lectura gratificante en la que hay un poco de todo: información, opinión, apuntes personales, anécdotas humanas, conflictos, guerras, reflexiones,… Además, todos los que conversan, tanto los “mayores” como los “jóvenes”, están repletos de experiencias que saben transmitir de manera admirable.

Hay una buena reseña de Beatriz Garza en unlibroaldia.blogspot.com.

 Mónica G. Prieto y Maruja Torres, Contarlo para no olvidar.

 

jueves, 1 de julio de 2021

Un tema fundamental


Conozco a la autora por haber leído su libro Venezuela. Más allá de mentiras y mitos donde ya demostraba su capacidad de análisis y de salirse de lo trillado. También, desde hace unos meses, la escucho de vez en cuando en la tertulia de Julia Otero en Onda Cero donde tengo que reconocer que suelo compartir sus opiniones basadas por lo general en buenos análisis previos. Desde luego, no es alguien que oculte su ideología, pero al mismo tiempo sí es alguien que lo que dice tiene detrás información y datos.

En este libro se enfrenta a un tema que está adquiriendo gran relevancia en los últimos tiempos como es el uso de la ley para dar “golpes de estado” como indica el subtítulo del libro o para, en definitiva, alterar lo que democráticamente han decidido los ciudadanos.

El libro está dividido en dos grandes apartados. En el primero, Tirado, como doctora que es en Relaciones Internacionales y profesora de universidad, realiza un recorrido profuso sobre diferentes conceptos, sobre todo los de lawfare y guerra híbrida, relacionándolos, y esto es algo especialmente interesante, con el marco geopolítico. Quizá resulte demasiado prolijo y académico este recorrido, pero también es muy interesante y deja fragmentos como los que reproduzco a continuación:

  

“La guerra híbrida da libertad para actuar sin las restricciones propias de la guerra convencional (de ahí el concepto de “guerra irrestricta”) y, de hecho, los actores buscan “abrumar física y psicológicamente al adversario”. La lógica de la guerra híbrida de debilitar y desmoralizar política, militar, económica o socialmente al adversario y protagonizado por un actor débil sino por un estado extranjero encuentra uno de los ejemplos más paradigmáticos en el caso de la agresión estadounidense a Venezuela.” (p. 96)

 

“Se podría afirmar que la guerra híbrida es hoy el equivalente a la guerra contrainsurgente de ayer, Pero, en realidad, el cambio de nombre no debería confundirnos: la guerra híbrida, y el lawfare como parte de ella, no dejan de ser una guerra contrainsurgente contra la insurgencia simbólica (y material) de los pueblos que pretenden liberarse del imperialismo y el capitalismo en su fase neoliberal” (p. 204)

 

“(…) El lawfare desnuda el carácter de clase de la ley y de la justicia, que siempre ha estado ahí pero que pocas veces se visualiza con tanta nitidez debido a los veos interesados en quitar este elemento a la hora del análisis de nuestras democracias e instituciones” (p. 234)

 

Una vez establecido el marco teórico, en la segunda parte se centra en analizar cómo se ha aplicado el lawfare a diferentes situaciones en Latinoamérica (utilizo este término porque es el que se emplea en el libro; a mí me gusta más el de Sudamérica). En este apartado está lo más llamativo del libro y seguramente también lo más polémico. Explica, por un lado,  lo sucedido con la aplicación del lawfare en los casos de López Obrador, Lula, Cristina Fernández y Rafael Correa y, por otro lado, lo que llama la “guerra judicial ampliada” tal y como se ha aplicado en Paraguay, Honduras, Venezuela o a Evo Morales en Bolivia. Hay que tener en cuenta que la autora es también doctora por la UNAM de Estudios Latinoamericanos.

Como se puede apreciar, un conjunto de temas de enorme importancia e interés máxime vistos desde nuestro país en el que también se ha podido comprobar, y Tirado hace alusión a ello un par de veces, cómo se utiliza torticeramente la ley contra aquellos que “molestan” porque pretenden cambiar cosas que llevan más de cuarenta años perfectamente establecidas y asumidas por las elites dominantes.

Siendo como digo todos los temas relevantes, a mí en particular me han llamado la atención algunas cosas más concretas porque las desconocía. Así, por ejemplo, el uso que hacen los Estados Unidos de la extraterritorialidad en su lucha contra la corrupción, lo que cuenta sobre Transparencia Internacional o la persecución a la que sometió  Lenín Moreno a Rafael Correa. Y, en general, creo que una de las grandes aportaciones es la visión geopolítica que atraviesa cada análisis del libro.

Si tuviera que criticar alguna cosa lo haría con dos muy concretas: el exceso de discusiones meramente academicistas en algunos momentos de la primera parte y, dado el importante papel que otorga a la participación de los medios de comunicación en todas las maniobras que se mencionan, la poca información que, salvo en el caso de Argentina, ofrece. Creo que en estos momentos la gran batalla política e ideológica está, precisamente, en los medios y por eso es tan importante desenmascararlos siempre que haya una oportunidad.

En cualquier caso, se trata de un libro muy recomendable, en el que se aprenden muchas cosas e incluso algunas se podrían discutir (pienso en algunos casos de corrupción efectiva de algún mandatario). Libros así son hoy más necesarios que nunca y creo que no estaría mal que se empezasen a analizar posibles casos en Europa.

Hay una interesante entrevista de Toni Mejías con Tirado en blogs.publico.es

 

Arantxa Tirado, El lawfare. Golpes de estado en nombre de la ley.