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martes, 9 de mayo de 2023

Cinco relatos



Claudel ha aparecido en numerosas ocasiones en el blog ya que he leído prácticamente todo lo que se ha traducido de su obra y solo ha habido un libro que me haya decepcionado.

En este caso se publican cinco relatos, tres de ellos inéditos, de los que el autor, en una nota final titulada Al lector, afirma: 

“Todos relatan fragmentos de vidas en un mismo siglo y una misma geografía, y en cada uno de ellos descubrimos poco a poco resonancias que, en virtud del azar o de las coincidencias, lo relacionan con los demás somera o profundamente”. (p. 140)

Resumiendo mucho diría que los temas que tratan serían: La historia de la huida  de un soldado alemán que era vigilante en un campo de concentración. Un señor de 90 años rememora sus inicios en el sexo. Una joven cuida de un anciano en una residencia cinco años después de la reunificación alemana.  La historia de un pintor que existió realmente, pero que el autor reinventa sobre algunos elementos reales. Una niña judía se salva de la muerte y sale de una fosa común siendo recogida por una mujer.

Estos relatos tienen en común que se desarrollan en Alemania y que en todos en algún momento aparece un personaje llamado Viktor aunque no se trata de la misma persona.

En un fragmento de la crítica de Le Monde que la editorial reproduce en la solapa, se dice: “Una intrigante galería narrativa en la que todos los personajes tienen huellas, cicatrices o estigmas de una violencia apenas consciente…”.

Efectivamente, otra cosa que tienen también en común, de una u otra forma, es esa cierta intriga (no se sabe por dónde va a seguir, y/o concluir, la historia que se nos cuenta) y la violencia que no suele ser explícita, pero que sí suele estar detrás de lo que sucede en algún momento en cada relato.

A todo esto hay que añadir la buena escritura de la que siempre hace gala el autor. En este caso, además, utiliza diferentes estilos según el relato.

Por todo ello, es recomendable la lectura si bien me parece menos interesante que bastantes de sus anteriores libros.

Desde otro punto de vista, me ha gustado la metáfora sobre la muerte que emplea el señor de 90 años:

“A mi edad no te mueres de golpe. Eres como una casa a la que le cierran los postigos, la vacían poco a poco de sus  muebles, le cortan primero el  gas, luego el agua y  por fin la luz, para acabar cerrándole la puerta definitivamente y tirando la llave”. (p. 33)

 

Philippe Claudel, Fantasía alemana. Traducción José Antonio Soriano Marco.

 

 

jueves, 10 de marzo de 2022

Un Claudel muy diferente


”Estuve en un seminario. Interesante. Instructivo. Sobre qué era. “Qué hacéis con vuestros viejos”. Aprendiste algo. Sí. Mira. Mi madre abrió sus grandes ojos blanquecinos por las cataratas.. Sabía que solo me veía como una sombra. Una sombra a la que llamaba hijo. Cogí con mi mano derecha la estatua de la Virgen que estaba en su mesilla de noche. Se iluminaba intermitentemente en la oscuridad con una luz azulada muy bonita. La cabeza era de ópalo pero el cuerpo era de bronce. Golpeé a mi madre en la cabeza con la estatua. La Virgen me fue de una gran ayuda. Con violencia. Dieciocho veces.” (p. 46) 

Creo que es la primera vez que empiezo un comentario con una cita y, además, bastante larga, pero es que es un ejemplo magnífico del fondo y la forma del libro. Enseguida hablaré de ello.

Creo que este es el séptimo libro que leo del autor. Desde Almas grises, para mí uno de los mejores si no el mejor, he seguido cada publicación y solo uno me ha decepcionado. Poco a poco Claudel ha ido introduciendo más reflexiones en sus textos hasta llegar a Inhumanos que de alguna manera culmina una evolución aunque se trate de un texto que, parece ser, ha estado escribiendo a lo largo de varios años.

En una entrevista con el autor publicada en bunkerbooks.es, la editorial que edita el libro,  se define muy bien de qué va:


“Inquietante, irónico, escandaloso, absurdo, grotesco, provocador, aterrador, irreverente… Son muchos los adjetivos con los que se podría calificar Inhumanos. ¿Cómo describirías este libro?

-Yo diría que el proyecto de este libro es mostrar al hombre no como es, sino cómo lamentablemente corre el riesgo de ser en un futuro próximo. Cómo la sociedad, sus valores y su funcionamiento se vuelven absurdos en muchos sentidos. He contemplado nuestro mundo y la forma de vida de mis contemporáneos y he tratado con este libro de mostrarles un espejo sin distorsionarlos”.


Quizá solo matizaría que algo de distorsión sí que hay al menos en alguno de los 25 relatos que componen el libro, relatos que están narrados en primera persona por quien es el protagonista de prácticamente todos y en los que aparece frecuentemente su mujer y alguno de sus compañeros de trabajo. En este sentido también se podría llegar a decir que estamos ante una novela.

El conjunto está atravesado por el humor negro, la crítica social, cierto tremendismo, aspectos muy macabros y tétricos y, en general, una visión muy pesimista del ser humano.

Algo de esto ya se puede apreciar en el fragmento con el que he empezado el comentario, pero hay más: en Destinos cruzados unos turistas salen en barco para ver cómo se hunden las pateras con los migrantes dentro; en Juego de mesa este consiste en arrojar desde un puente cosas a los vehículos que circulan por la autopista para ver cómo se estrellan; en otros,  un galerista vende vagabundos muertos o se venden judíos y rumanos de importación o torturan a Papá Noel. Creo que suficiente para ver el tenor del fondo de estos relatos, un contenido que resulta bastante desasosegante.

Además, en todos mantiene Claudel el mismo estilo de frases cortísimas en las que: “Tampoco utiliza signos de exclamación ni de interrogación. Tampoco utiliza el punto y aparte. Lo que sí utiliza es su magia. La novela tiene ritmo, tiene musicalidad, tiene contundencia, tiene sabor y tiene también un aroma que se te mete dentro”. (PL Salvador en revistaliterariamonolito.com)

He reproducido este breve fragmento de una buena reseña por lo que dice sobre el ritmo y el aroma. Creo que son dos aspectos muy destacables de este, por otra parte, extraño libro en el que, por cierto, la mayoría de los relatos tiene apenas dos o tres páginas.

¿Recomendable? A mí me ha gustado y me ha parecido interesante, pero creo que también puede resultar demasiado macabro y provocar un cierto rechazo por algunas exageraciones.

Me falta decir que es una edición muy cuidada de una editorial de A Coruña.

 

Philippe Claudel, Inhumanos. Traducción Mercedes Pacheco.

 

 

 

lunes, 8 de abril de 2019

Fábula sobre la inmigración



De los siete libros que si no estoy equivocado se han traducido de Claudel he leído todos excepto el titulado Aromas. Me gustaron más los primeros que los últimos que son, precisamente, los que aparecen comentados en el blog dado que los otros son anteriores a su existencia. Desde luego Almas grises me encantó y lo mismo me sucedió con La nieta del señor Linh, pero las últimas experiencias me hacían dudar ante esta nueva publicación. Me decidió finalmente el pensar que un tema como este, la inmigración, seguramente sería bien tratado por un autor de la sensibilidad demostrada por Claudel.
Me alegro de la decisión porque se trata de una novela que consiste realmente en una fábula sobre el tema con los dos elementos característicos de toda fábula: su carácter didáctico y su crítica de una realidad.
Ninguno de los personajes que aparecen en el libro tiene nombre propio y se nombran bien por su profesión: el Médico, el Cura, el Alcalde, el Maestro; bien por alguna otra característica como, por ejemplo, la Vieja. Me parece muy buena idea si una de las cosas que pretende el autor es que el lector se sienta interpelado por lo que sucede en esa pequeña población de una isla mediterránea ante la aparición en una playa de los cuerpos muertos de tres jóvenes que “no habrían cumplido los veinte años.”
Los habitantes de la isla están pendientes de las inversiones de un grupo externo que desarrolle la actividad turística de su pequeña población y piensan que el hecho de que aparezcan cadáveres en sus playas puede condicionar esas inversiones.
Ya tenemos los principales elementos para que se organice la trama de la novela que consiste en ver las consiguientes reacciones de los diferentes protagonistas que, sin que esto suponga hacer spoiler, no serán precisamente muy positivas.
Dice Diana Fernández en su corta pero interesante reseña en lanacion.com.ar:

“La atmósfera es opresiva; las descripciones, impiadosas; los personajes, anodinos, cuando no infames. El crujir de este tiempo cruje en una novela tan bellamente escrita como carente de esperanzas.”

Lo reproduzco porque están magníficamente captados y  resumidos  los principales aspectos: la atmósfera (precisamente una de las grandes virtudes de este autor es la creación de atmósferas), los personajes tan negativos y la falta de esperanza. Esta falta de esperanza no se debe solo al comportamiento de los habitantes de la isla, sino que Claudel amplía el foco y así deja la siguiente impresión en la mente del Médico cuando enciende el televisor y aparece hablando un político:

 “Lo sorprendía que los políticos hablaran en mitad de la noche: ¿Para quién? ¿Y por qué? No se animó a a subir el volumen para averiguarlo, porque sabía que ni aquél ni ningún otro tenían nada que decir, nada profundo ni profundamente necesario sobre la marcha del mundo, como las cosas que uno puede encontrar, por ejemplo, en los libros. Pero el trabajo de esa gente es hablar todo el rato, hablar y nunca escuchar a  quienes les hablan, nunca parar de hablar, de vivir en las palabras, incluso en las más huecas, que se convierten en ruido estéril y engañoso, en un canto de sirenas moderno.” (p 51-52)

Tampoco sale muy bien parado el Cura y por ende la religión. Sin embargo, quienes realmente salimos mal parados somos realmente los habitantes de otro archipiélago llamado Unión Europea, un archipiélago de prosperidad en un mundo en el que esta no constituye la experiencia de la mayoría de sus habitantes, un archipiélago que solo piensa en poner fronteras y barreras a la llegada de gente de otros continentes.
A lo largo de estas doscientas páginas, que se leen prácticamente de un tirón, como lector me he sentido interpelado y, sinceramente, no sé cómo curar la mala conciencia que me he quedado. Así que el autor ha logrado lo que seguro que es uno de sus objetivos principales.
Hay una interesante entrevista en abc.es de Inés Martín Rodrigo con el autor muy centrada en su visión del tema de la inmigración.


Philippe Claudel, El archipiélago del perro. Traducción José Antonio Soriano Marco

miércoles, 20 de junio de 2018

Extraña historia




Cuando hace unos años leí Almas grises de un hasta ese momento desconocido autor francés, me di cuenta de que estaba ante un escritor diferente, alguien que no solo contaba y muy bien una historia, sino que también era capaz de lograr una atmósfera especial. Luego he seguido leyendo los libros que se traducían y disfrutando hasta el penúltimo que no me gustó demasiado. Ha seguido en la misma línea de contar historias diferentes aunque no tanto como la que ahora comento.
Estamos ante un libro difícil de clasificar. No es una distopía, aunque tiene elementos de esta; no es una novela estrictamente filosófica, aunque contiene interesantes reflexiones filosóficas; y desde luego no es una novela realista, aunque  critica muchas cosas de nuestra realidad. En algunos comentarios incluidos en la solapa se habla de fábula, relato metafísico o de idealismo filosófico.
Un investigador, el Investigador, es el principal protagonista. Su misión consiste en averiguar por qué se han producido en una empresa una serie de suicidios. A partir de la llegada de este a la ciudad se empezarán a producir una serie de situaciones kafkianas todas ellas con el Portero de Noche del hotel, el Policía, el Vigilante, el Puesto de Guardia, el Jefe de Servicio, etc., es decir, con el resto de los personajes que aparecen y que, como se ve, ninguno lo hace con nombre propio sino solo con el apelativo de su función.
La historia le da pie a Claudel a hacer una serie de críticas a nuestro mundo de las que pueden ser un buen ejemplo los dos fragmentos siguientes.

“Además, en el mundo actual se habían convertido (se refiere a las empresas) en una especie de nebulosas a las que se añadían filiales como si fueran satélites, las deslocalizaban, las relocalizaban, creaban ramificaciones, arborescencias lejanas y raicillas, y enmarañaban las participaciones, los activos y los consejos de administración en tramas tan enrevesadas que no había manera de saber quién era quién y qué hacía cada cual.” (p. 101)

“Hoy los monarcas no tienen ni cabeza ni rostro. Son mecanismos financieros complejos, algoritmos, proyecciones, especulaciones sobre riesgos y pérdidas, ecuaciones de quinto grado…Sus tronos no son materiales: pantallas, redes de fibra óptica, circuitos impresos… Y su sangre azul es ahora información encriptada que circula por ellos a velocidades superiores a la de la luz.” (p. 118)

De otro tipo son algunas de las reflexiones más interesantes como:

“Mucha gente pasa por la vida sin llegar a conocerla, igual que otros nunca conocen el amor, mientras que sentir indiferencia, cólera u odio, o actuar movidos por la envidia, los celos o el deseo de venganza son cosas que les resultan habituales, cotidianas, banales.” (p. 164)

“El Investigador experimentaba el olvido, ese fenómeno que permite a tantos seres humanos no morir demasiado deprisa.” (p. 166)

“Al fin y al cabo, la vida está llena de momentos absurdos, inexplicables, que cuesta entender y que quizá no signifiquen nada. Sólo es un caos biológico que intentamos organizar e interpretar.” (p. 196)

“Ver morir a un hombre es muy desagradable. Ver u oír morir a millones diluye el horror y la compasión. Uno pronto se da cuenta de que ya apenas siente nada. La emoción está reñida con la cantidad. ¿Cree usted que habrá habido alguien que haya sentido lástima al pisar un hormiguero?” (p. 225)

Sin embargo, a pesar del interés de ambos aspectos, a mí la novela me ha resultado un tanto espesa. Tiene una magnífica primera parte en la que todo resulta novedoso y el lector se queda a la expectativa de por dónde puede seguir esa rara historia, pero llega un momento en que empiezan a resultar un tanto repetitivas las situaciones y se hace un tanto pesada hasta que al final, donde están las mejores reflexiones, remonta.
En cualquier caso queda acreditada una vez más la capacidad de este escritor para crear atmósferas e historias peculiares. De todas formas yo sigo prefiriendo sus dos primeros libros.

Philippe Claudel, La investigación. Traducción  José Antonio Soriano Marco.

lunes, 17 de abril de 2017

Pequeña decepción



Hacía mucho tiempo que no veía un nuevo  libro de Claudel en las librerías. Hasta ahora había leído los traducidos porque es uno de esos autores que muestran una gran sensibilidad en sus historias y con sus personajes. Sin embargo, en este caso no me ha gustado tanto como en los anteriores. También derrocha sensibilidad, pero no he terminado de entrar en esta historia sobre el amor y la muerte.
Las críticas que reproduce la editorial en la solapa son, lógicamente, muy favorables como por ejemplo esta en La Presse: “Philippe Claudel firma una novela vibrante –de hecho, muy vibrante- sobre el tema de la muerte.”
A mí, y ahí está el problema, no me ha resultado así. Claro que tiene momentos de gran intensidad; la visita del protagonista a su madre en la residencia es quizá el mejor momento de la novela o al menos el que más me ha llegado, aunque en ello seguramente influye mi propia historia.
El libro está, eso sí, muy bien escrito como no podía ser menos tratándose de Claudel, pero creo que está demasiado descompensado en su diferentes historias sin que llegue a mostrar una unidad de propósito o intención. Así, por ejemplo, no he terminado de entender las dos relaciones que mantiene el protagonista. Por cierto que al principio me parecía una obra de lo que ahora llaman faction, tan típica de algunos escritores franceses, pero al final no sé si se trata de eso o no.
Aunque no es lo habitual en este escritor, apunta alguna crítica como esta referida al uso de las imágenes en la televisión:

“El realizador de la televisión italiana había puesto en práctica ese tipo de gramática. El drama real no era suficiente. Había que escenificarlo por medio de los encuadres, los valores de los planos elegidos y la ordenación de los planos para exacerbar el horror y, sin duda, hacerlo más consumible para el espectador, que ya no puede ver el mundo, emocionarse, conmoverse, sin los estereotipos que le ofrecen las imágenes de ficción desde hace décadas y que han modelado su cerebro y su sensibilidad.” (p. 148) (Se está refiriendo a las imágenes de una patera en el Mediterráneo.)

Seguiré buscando libros de Claudel a pesar de esta pequeña decepción. El listón estaba muy alto y el autor quizá está ahora más dedicado al cine, como su protagonista, que a la escritura.




Philippe Claudel, Bajo el árbol de los toraya. Traducción José Antonio Soriano Marco.

martes, 26 de agosto de 2014

Mis autores favoritos XXI: Claudel, Carrére, Mauvignier




 
En esta entrega de mis autores favoritos rompo la tradición y destaco a tres en lugar de hacerlo solamente con uno. Hay una razón para ello: de cada uno he leído solo tres libros (la mayoría de los que se han traducido), pero todos me han impresionado por diferentes motivos y por eso los tengo entre mis autores favoritos de los que espero que se sigan traduciendo o reeditando alguna obra agotada.
 
De Philippe Claudel me gustó mucho en su día, es el primero que leí y hace ya unos años, su sensibilidad y su ambientación de las novelas.
 
Emmanuel Carrére es, quizá, el autor que más me ha emocionado y tenido pendiente de su lectura, tanto que una vez finalizada me dejaba una especie de  vacío que me duraba hasta que lograba concentrarme en otra historia. Es un escritor diferente a todo lo que conozco, tanto por su temática como por la manera de afrontarla. Para mí se trata de un grande entre los grandes y creo que su obra perdurará por mucho tiempo.
 
Laurent Mauvignier, el último que he conocido, es un estilista, alguien que es capaz de escribir una novela, corta claro, con una sola oración, y lograr que la sigas con atención e interés. También trata temas fuertes e interesantes, no solo es forma.
 
Si tuviera que destacar una novela de cada uno lo haría con: Almas grises, De vidas ajenas y Hombres, pero creo que cualquiera de ellas merece mucho la pena y, desde luego, que nadie debiera perderse la experiencia que supone la lectura de la segunda.