viernes, 25 de agosto de 2023

Una visión bastante completa de Rusia

Desde ya tengo que incluir a Alías en la lista de los buenos reporteros españoles junto a Ayestaran o Aldekoa, mis preferidos. De este último es precisamente la frase que la editorial reproduce en la portada: “Impecable. Un referente para cualquier periodista”.

El autor estuvo de corresponsal de TV3 en Rusia durante más de siete años a partir de su llegada en 2015. A pesar de su larga estancia avisa ya desde la Introducción: “Cualquier intento de explicar qué es Rusia puede conducir a un fracaso anunciado. Sí, hay gente que hará afirmaciones contundentes después de haber pasado allí un fin de semana. Pero a mí me parece un país demasiado complicado como para atreverme a analizarlo a la ligera”. (p. 21)

Y, efectivamente, más que explicarlo, lo que hace Alías a lo largo de los 62 capítulos en los que ha dividido las 433 páginas del libro, es contar una serie de situaciones vividas por él mismo que ayudan a entender algunos aspectos de la sociedad y la forma de ser de los rusos y, también, narrar algunas cosas relevantes, y en parte alucinantes, de esa sociedad.

Hay temas a los que dedica varios capítulos. Así: Chernóbil, la música y los compositores, los cosmonautas, el conflicto en Ucrania (el anterior) y, sobre todo, el frío. Pero también trata temas tan peculiares como, por ejemplo, el cambio de ubicación de edificios mediante su desplazamiento (una de las cosas más alucinantes del libro), el fútbol infantil o los escritores suicidas. Es decir, que al final del libro tenemos una visión bastante amplia de diferentes aspectos de la sociedad de un país que, a pesar de ser el más grande del mundo y de su importancia geopolítica y estratégica, suele ser relativamente desconocido en comparación con lo que sabemos de otros quizá menos importantes.

Alías cuenta todas estas cosas de tal forma que resulta muy entretenido y apetece leer y leer capítulos. Por otra parte, no duda en utilizar anécdotas y personas de su propia familia como Génia, su mujer rusa, o su suegra.

Hay historias muy impresionantes y aleccionadoras como la del disyóquey radiactivo; en otros casos describe personajes inolvidables como la de la mujer mayor que vive en las orillas del lago Baikal; hay temas con lo que se aprende mucho y también dan mucho miedo como los posibles efectos que pueden producirse en el permafrost por el cambio climático o, finalmente, por no ser exhaustivo, el enfoque tan peculiar que da a su presencia en los conflictos en Ucrania y Siria.

En fin, un libro que merece mucho la pena leer, con el que se aprenden muchas cosas y se empieza a tener una idea aproximada de una sociedad realmente compleja y, esto es también importante, en el que se habla muy poco de la política aunque esta esté presente en muchas de las cosas que se cuentan.

Hay una reseña completísima de Marta Medina en elconfidencial.com.

 

Manel Alías, Historias alucinantes de Rusia. Crónicas de un corresponsal en el país más grande del mundo. Traducción Albert Beteta Mas. 

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