domingo, 21 de julio de 2024

También se atreve con la biografía

 

Esta magnífica escritora nacida en Kiev, que huyó con su familia a Francia en 1919 y que terminó deportada y asesinada en Auschwitz en 1942, ha aparecido en el blog tantas veces como novelas se han traducido de su ingente obra. Es curioso que en el encabezado de varias entradas utilice la expresión “inagotable” porque desde la publicación de su Suite francesa no ha cesado la publicación de forma lenta pero segura de muchos textos suyos.

Esta vez se trata de una biografía no por corta, apenas 188 páginas, menos completa e interesante, de uno de los grandes de la literatura rusa de todos los tiempos. Por cierto, un autor del que llevo años con un libro recopilatorio de algunos de sus cuentos entre los pendientes y aún no he sido capaz de leerlo. Quizá sea el momento a partir de esta biografía.

Némirovsky ofrece buenos apuntes sobre su vida, su forma de ser y sobre algunos aspectos de su obra. Demuestra un buen conocimiento de todo ello y, sobre todo, una enorme capacidad de sintetizarlo y, aunque esto es uno de los grandes méritos de todos sus textos, de narrarlo con gran fluidez.

Asistimos a su infancia y juventud con un buen retrato familiar centrado sobre todo en un padre violento, déspota arbitrario, pero eso sí, muy piadoso. Viven bastante pobremente en una pequeña localidad en la ribera del mar de Azov. Luego la familia se traslada a Moscú donde también lo hará Anton a la edad de 19 años. Pronto empezará a escribir y publicar cada vez de forma más intensa pues su familia dependía fundamentalmente de sus ingresos. Al mismo tiempo empieza los estudios de medicina (esto es algo que no he terminado de entender bien dada su situación económica).

Némirovsky comenta sus primeros escritos y sobre todo sus obras de teatro, algunas como sucede con La gaviota que fracasa en un primer momento para terminar triunfando más adelante. También establece comparaciones con algunos otros escritores principalmente con Tolstói con el que llega a comparar incluso la idea tan diferente que tenían de la propiedad.

Al final se sale con una idea bastante completa de quién era Chéjov y de cuáles eran sus principales virtudes así como alguno de sus defectos.

Un libro muy interesante y muy recomendable.

Hay una reseña muy completa de Silvina Friera en pagina12.com.ar.

 

Irène Némirovsky, La vida de Chéjov. Traducción José Antonio Soriano Marco.

 

jueves, 18 de julio de 2024

Un grupo muy peculiar

 

Este libro ha obtenido en 2024 el Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias de la editorial Tusquets y, desde luego, dedica espacio a cada uno de los tres aspectos.

Como dice en el subtítulo, el libro está dedicado a contar lo que sucedió en Barcelona en los primeros años setenta con un grupo, el MIL, de difícil clasificación. Un grupo que se dedicó principalmente al atraco para obtener dinero con el que mantener a sus militantes, una serie de pisos y comprar armas. Todo ello con el objetivo final de hacer la revolución que terminase en España con el sistema capitalista porque, tal y como lo presenta Calderón, era más un grupo anticapitalista de tinte anarquista que uno antifranquista.

Obviamente, lo más conocido de ellos fue la aplicación de la pena de muerte en 1974 a Puig Antich, uno de sus militantes, por otra parte muy escasos ya que apenas llegaban a la decena. Este fue el hecho más conocido de toda la actividad del grupo sobre todo porque tuvo bastante repercusión internacional de gentes solicitando el indulto.

El libro, muy extenso por cierto ya que tiene 400 páginas en un formato grande, cuenta con todo lujo de detalles muchas de las actividades del grupo, quiénes eran y cómo actuaban sus miembros.

Como decía antes, su principal actividad fueron los atracos muchos de los cuales aparecen contados en el texto, algunos tan chapuceros como el que hicieron a unas ancianitas habilitadas para pagar pensiones o el robo de unos carnés de conducir. A ello se dedicaba la mayoría los miembros del grupo, el llamado sector militar. Había otro sector, casi unipersonal, que era el que estaba centrado en la elaboración teórica, esta más bien escasa y bastante irrelevante. A este aspecto el autor le dedica un capítulo, Los sueños oníricos de la revolución, que es de lo mejor del libro. En él habla del número 1 de la revista CIA en la que se explayaron sobre esos temas con algún artículo realmente chocante, pero que da una idea del tipo de grupo de que se trataba.

En general, el libro está bien narrado aunque hay algunos momentos en los que la cronología no queda del todo clara y otros en los que resulta algo fragmentario. Hay que tener en cuenta que el periodo que trata son apenas los años entre 1971 y 1974.

Particularmente, el texto me ha supuesto una gran sorpresa. En los años en los que funcionó el MIL yo estudiaba en la Facultad de Económicas de la Universidad Complutense. Fue una época enormemente convulsa con asambleas, manifestaciones y hasta una huelga de exámenes en junio. Pues bien, nunca escuché que se hablase de ese grupo. Por otro lado, cuando en 1974 ajustician a Puig Antich, yo estaba haciendo la mili en Ceuta y tampoco lo recuerdo.

El libro dedica también, y esto es algo que me parece especialmente interesante, un espacio a hablar del policía al que supuestamente (no quedó acreditado al cien por cien que fuese su disparo el que acabó con su vida) asesinó Puig, alguien que, tal y como lo presenta Calderón, parecía un buen tipo aunque, esto lo digo yo, no dejaba de ser un miembro de la Brigada Político-Social.

Una lectura interesante aunque quizá demasiado extensa.

 

Manuel Calderón, Hasta el último aliento. Puig Antich, un policía olvidado y una guerrilla contracultural en Barcelona.

 

 

 

 

 

 

 

martes, 16 de julio de 2024

Sigue la magnífica trilogía

 

Han pasado apenas dos meses desde que comentaba la primera novela de esta trilogía de una autora que acababa de conocer por el premio obtenido en Edimburgo a la traducción de una novela suya. Encabezaba la entrada con “Magnífico descubrimiento”. Desde luego lo fue, y tras la lectura de esta segunda novela no solo se confirma sino que incluso se acrecienta.

Almada me recuerda bastante a otra escritora argentina, Mariana Travacio,  más o menos de la misma generación y de gran proximidad geográfica, esta rosarina y Almada de Entre Ríos. Ambas cuentan historias poco habituales y con protagonistas del mundo rural. También ambas se preocupan tanto por el lenguaje como por la estructura.

En este caso, las protagonistas son dos familias que se dedican a la fabricación de ladrillos como anuncia el título. Tienen varios hijos pero son dos de ellos, los primogénitos varones, los que comparten el protagonismo. Familias enfrentadas y con una mala situación económica. Almada se centra sobre todo en las formas que adopta la virilidad y la necesidad que tienen los jóvenes de lograrla sea como sea.

Por lo que leí en algún lugar, las tres novelas que forman la trilogía se centran en el mundo masculino a partir de historias muy diferentes.

En esta novela, además de lo interesante que resulta este tema y la forma de enfocarlo, me gustaría destacar los aspectos formales, en concreto dos: por un lado, el lenguaje magníficamente ajustado al habla popular y, por otro, la estructura ya que va alternando el momento actual con otros pasados (cuando los niños tienen cuatro o doce años, por ejemplo) sin que el ritmo de la narración ni la comprensión se resientan. Logra con ello un magnífico ejercicio de estilo y una escritura muy personal y reconocible.

Un libro absolutamente recomendable.

Hay una buena y completa reseña de Juan G.B. en unlibroaldia.blogspot.com 

 

Selva Almada, Ladrilleros.

 

 

lunes, 15 de julio de 2024

Un interesante libro póstumo

 

He seguido a Lobo a través de varios de sus libros (se pueden ver los comentarios en el blog) y de forma más continua a través de sus intervenciones con Javier del Pino en el programa de la S.E.R. Además, a raíz de mi lectura de su libro Todos náufragos, tuve un breve intercambio de correos ya que descubrí que habíamos compartido colegio (los maristas de Chamberí) y algún profesor a pesar de que él era varios años más joven. Desde luego coincidimos en la desastrosa educación y enseñanza que allí nos dieron. También compartimos algo de lo que hablaré más adelante. Por todo ello, sentí de forma un tanto especial su fallecimiento y eso me ha animado también a leer este libro póstumo. De él dice su autor:

“Ahora no sé qué libro estoy escribiendo. Si este tiene algún sentido literario o periodístico, más allá del terapéutico, el de volcar en él mis sentimientos, alegrías, tristezas y desconciertos, de tratar de compartir mi manera de gestionar las noticias médicas”. (p. 187-188)

No le puedo negar ese carácter terapéutico que seguro tuvo su escritura porque dedica bastante espacio a hablar de la enfermedad y los tratamientos, pero también escribe sobre su familia (de la madre especialmente), hay recuerdos de viajes y reportajes de su profesión periodística y abundan las reflexiones sobre la muerte, su significado y las diferentes formas de enfrentarse a ella. Es decir, es un libro en el que Lobo va dejando constancia, un tanto a vuelapluma, de diferentes aspectos de su hacer, pensar y sentir.

Decía antes que también compartimos otra cosa. Durante unos meses yo también estuve diagnosticado de cáncer que, menos mal, resultó luego que era un diagnóstico equivocado, pero durante ese tiempo tuve ocasión de que me sucediese lo mismo que relata Lobo en los siguientes fragmentos y que han hecho que la lectura me haya resultado por momentos dura al recordarme las sensaciones y temores que tuve. 

“(…) pronuncian el nombre, cáncer, y en un instante la vida apacible se transforma de un condicional suspendido en la nada”. (p. 51)

“Mi impulso de investigar sobre mis enfermedades, pese a los riesgos de caer en tristezas inevitables, forma parte de mi proceso de asunción de los hechos”. (p. 53)

“Siempre existía una razón que nos forzaba a realizar más pruebas (…) Me exasperaba la incertidumbre, no terminar de cerrar el círculo de información para alcanzar un diagnóstico definitivo… (p. 100)

En fin, un libro recomendable sobre todo si se ha seguido algo al excelente periodista que fue, o si se quiere ver cómo se puede reaccionar ante una enfermedad como esa y ante la proximidad de la muerte.

 

Ramón Lobo, Pensión Lobo, Habitación 13.

 

jueves, 11 de julio de 2024

Una visión muy completa

 

Este es un libro en el que el subtítulo, puesto para la edición en castellano, explica muy bien su contenido; desde luego mucho mejor que el simple título.

En febrero de 2012 se produjo un accidente de un autobús que trasladaba a una serie de niños a una actividad extraescolar. Uno de esos niños era el hijo de Abed, el protagonista del libro. Este es el pretexto que toma Thrall, periodista estadounidense afincado en Jerusalén, para dejar constancia de cuál es la situación en la que están los palestinos en ese lugar del mundo.

El relato empieza por el accidente, pero enseguida se centra en el personaje de Abed de quien cuenta sus diferentes matrimonios y su militancia política. También entra en lo que fueron las dos intifadas de 1987 y 2000.

A lo largo de esas páginas va mostrando cómo son las condiciones de vida de los palestinos y cómo poco a poco se van construyendo muros que los van encerrando en determinadas zonas evitando el contacto con los colonos israelíes. Hay todo un capítulo dedicado a hablar sobre el diseñador y constructor de los muros que es realmente apasionante.

Todo eso le sirve para mostrar las dificultades que tuvo Abed para localizar qué es lo que había pasado con su hijo, dónde se encontraba y cómo había llegado hasta allí.

Desde luego estamos ante un libro que enseña mejor que otros muchos más “teóricos” el problema de los palestinos. Lo acompaña además con unos mapas y esquemas de la evolución territorial que son muy clarificadores (por ejemplo, el que representa las zonas A y B aprobadas en los acuerdos de Oslo).

Un libro muy interesante y absolutamente recomendable. Muy bien escrito y muy bien contados los diferentes aspectos del conflicto y de la realidad de la zona.

 

Nathan Thrall, Un día en la vida de Abed Salama. Anatomía de una tragedia en Jerusalén. Traducción Antonio Ungar.

 

 

 

 

 

martes, 9 de julio de 2024

Una vida interesante



 Hace ahora nueve años leí La educación de un ladrón de Edward Bunker publicado también por la editorial Sajalín. Como según leía este de Smith me recordaba el de Bunker, he acudido al comentario que hice y me he encontrado con el siguiente fragmento:

“Como dice en la página 296: “Era verdad. Yo era diferente. ¿Cómo no podía serlo, después de haber pasado por centros de menores a los diez, por el reformatorio a los trece y por San Quintín a los diecisiete? Nunca vería el mundo como un miembro de la burguesía y tampoco lo deseaba.”

El libro tiene casi 600 páginas por lo que el nivel de detalle en lo que cuenta es alto. Creo que aquí está lo único que yo criticaría, su excesiva extensión y ciertas reiteraciones, claro que si reflejan las de su vida están más que justificadas”.

Lo reproduzco porque la única diferencia que encuentro entre ambos es que uno “trabajaba” en Estados Unidos y el otro, Smith, en el Reino Unido. En lo demás tienen gran cantidad de similitudes desde los orígenes hasta su dedicación al robo y sus largas estancias en diferentes cárceles. También coinciden en algo que desde luego me resulta bastante sorprendente como es su gran capacidad narrativa y la fluidez con la que cuentan las historias. Smith ya dirigió una revista en una de las cárceles en las que estuvo y le publicaron alguna poesía y algún artículo en medios serios como, por ejemplo, The Guardian.

Como decía en el fragmento reproducido, también este es un libro muy extenso, 623 páginas, por lo que hay una cierta reiteración de acciones tanto en la calle como sobre todo en la cárcel, ya que es en esta en la que ha pasado la mayor parte de su vida adulta. El libro lo escribió en 2004 mientras estaba precisamente en la cárcel de la que creo que salió en 2012 (no sé si definitivamente). Quizá resulta demasiado extenso, pero dada la intensidad de lo narrado no se pierde el interés en ningún momento.

Realmente resulta difícil comprender cómo alguien con esa vida y esa formación inicial es capaz de escribir de esta manera y que también tiene otro libro de memorias y varios de no ficción. Pero es que además si algo queda claro a lo largo del libro es que según su autor la cárcel si sirve para algo es para formar mejor a los delincuentes… para seguir delinquiendo.

Smith arremete en muchos momentos contra jueces, policías y guardias de prisiones. Hay muchas escenas de malos tratos y, sobre todo, en algunas de las muchas cárceles en las que estuvo los guardias aparecen retratados como verdaderos matones.

Hay que decir que en alguna de sus estancias en el exterior Smith trabajó una vez de barrendero y otra de pintor de brocha gorda, profesiones que no le suponían ni los ingresos ni la descarga de adrenalina de los atracos, aspecto este que es de los que más me ha llamado la atención pues da mucha importancia al “subidón” que estos le producían.

En fin, un libro muy interesante y que se lee con gran facilidad por lo buen narrador que es “Razor” Smith.

Una vez más hay que agradecer a esta editorial la publicación de este tipo de textos que nos pone en contacto con unas realidades bastante desconocidas.

 

Noel “Razor” Smith, Palabras amables y una pistola cargada. Autobiografía de un delincuente profesional. Traducción Diego de los Santos.

 

 

 

 

jueves, 4 de julio de 2024

Un trabajo muy completo



 

Serrat es de los cantautores españoles el que más me ha emocionado ya desde los años sesenta. Sin embargo, no es de los que más he visto en directo: Aute y Sabina le superan.

Se da también una circunstancia curiosa; cuando en el año 1984 el Ministerio de Educación me envió a trabajar a Mallorca me di cuenta de que sabía bastantes canciones de Serrat y la mayoría eran en catalán aunque no sabía muy bien qué es lo que decía.

García Gil ha escrito un libro magnífico sobre la obra y algunos aspectos de la biografía de Serrat al que le une una buena amistad y sobre cuya obra posee un conocimiento enciclopédico.

A lo largo de los 32 capítulos en que ha dividido el libro y sus 466 páginas, el autor va analizando cronológicamente los diferentes discos que ha ido publicando Serrat, deteniéndose con bastante detalle en las letras de muchas de sus canciones, comentando los arreglos y detallando los componentes de los diferentes conjuntos que le acompañan en cada una de las producciones. Es un trabajo bastante exhaustivo y muy completo. Pero, además, también va mostrando con algunos detalles más biográficos quién es y cómo es Joan Manuel Serrat. En este sentido dedica cierto espacio a tratar el famoso tema de su no participación en el Festival de Eurovisión con el La, la, la; también los problemas que tuvo en algunos momentos con otros componentes del movimiento de La Nova Cançó; o las repercusiones de su práctica del bilingüismo en sus canciones.

Hablaba antes de cómo ha sido el cantante español que más me ha emocionado. Pues bien, leyendo este libro me he dado cuenta de lo poco que conozco su obra y, por lo tanto, de lo mucho que me he perdido. Aunque empecé en los sesenta, la verdad es que después del disco de 1972 dedicado a la poesía de Miguel Hernández apenas conozco alguno más completo -quizá el dedicado a Benedetti-, y algunas canciones sueltas. En definitiva, solo la primera o muy primera época de su larguísima trayectoria. Evidentemente, sí he seguido algunas actuaciones suyas y desde luego alguna de sus giras, pero no su discografía. No obstante, creo que puedo afirmar que es el cantautor más completo de su generación, que es la mía, y por qué no decirlo de los últimos cincuenta años; la lectura de este libro lo confirma.

García Gil ha tenido también la feliz idea de completar la edición, además de con una interesante bibliografía y de la relación de la discografía en solitario de Serrat, con un conjunto de 27 códigos QR enlazando diferentes actuaciones y entrevistas que son muy interesantes.

En resumen, un trabajo muy completo sobre la obra, y algunos momentos de la vida, de uno de los personajes más relevantes de los últimos años y no solo en España porque, no lo he mencionado, también dedica bastante referencias a las actuaciones de Serrat en Latinoamérica y del gran seguimiento que de él se hace en muchos países, sobre todo en Argentina, algo que he podido comprobar personalmente.

 

Luis García Gil, Serrat. Se hace camino al cantar