miércoles, 10 de septiembre de 2025

Original historia en la estepa kazaka.

 

Al final de mi comentario sobre el anterior libro publicado de Aitmátov, Yamilia, dejaba constancia del deseo de que la editorial se animase a traducir más obra de este magnífico escritor kirguiso. Pues bien, aquí está la segunda publicación, muy diferente en contenido y, sobre todo, en extensión a la anterior ya que se trata de una novela de nada menos que 557 páginas.

En principio el tema parece fácil de enunciar: en un apartadero del ferrocarril en un lugar remoto de la estepa kazaka muere uno de los trabajadores y Ediguèi, el protagonista de la novela y su mejor amigo, pone en marcha todo lo necesario para llevarlo a enterrar a un legendario cementerio. Ahora bien, a lo largo del recorrido, Ediguèi va rememorando momentos de su vida pasada como la posguerra o el estalinismo entre otros, así como sus relaciones con una serie de personajes como el fallecido o también con otro que fue detenido por la policía en la época estalinista por escribir sobre su propia vida.

Además de esta historia Aitmátov, de una manera algo sorprendente, introduce otras dos bien diferentes. Por un lado, una de ciencia-ficción en la que dos cosmonautas, uno estadounidense y otro soviético, estando en una misión conjunta de ambos países, entran en contacto con extraterrestres y, por otro lado, hacia la mitad del libro dedica una buena extensión a escribir sobre Gengis Kan y su avance para conquistar nuevos territorios. Si bien esta segunda me ha resultado interesante, tengo que reconocer que la otra me ha dejado muy descolocado.

La edición que se ha traducido es la publicada en 1980 pues, por lo que dice la editorial, el autor hizo varias en las que quitaba o añadía fragmentos. De hecho esta tiene un añadido pues fecha el teórico último capítulo en 1980 y añade otro que fecha en 2002. No me extrañaría que por aquí estén pululando páginas de esos dos temas un tanto marginales.

A mí la historia que me ha hecho disfrutar más es la del entierro y todo lo que cuenta de la vida anterior. Hay muchos aspectos etnológicos de la vida en esas zonas tan alejadas y con clima tan duro. Especial mención merecen todas las referencias a los camellos en general y al del protagonista en particular que en algunos momentos se convierte él también en verdadero protagonista.

Aitmátov es un magnífico narrador y un escritor dotado de gran sensibilidad que se aprecia especialmente en cómo trata a sus personajes. Por otra parte, no deja pasar la ocasión para criticar al régimen de su país y principalmente al estalinismo. Así, por ejemplo, el siguiente fragmento, aunque se refiere a Gengis Kan, creo que tiene una segunda intención:

“(…) una sed indestructible y posesiva de poder, mayor cuanto más poder poseía, y de aquí se desprendía inevitablemente una conclusión absoluta: solo era necesario aquello que le convenía a su poder de objetivos crecientes, y lo que no respondía a esto no tenía derecho a la existencia”. (p. 300)

Una lectura recomendable aunque creo que es mejor acercarse al autor por Yamilia y luego continuar por esta.

 

Hay una buena y muy completa reseña de Koldo en unlibroaldia.blogspot.com.

 

Chinguiz Aitmátov, Más de un siglo se alarga el día. Traducción Marta Sánchez-Nieves Fernández.

 

 

 

 

 

 

 

 

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