viernes, 27 de mayo de 2011

Andamio

Puerta del Sol.

Tengo que reconocer que mis visitas a Madrid dan mucho de sí. Siempre pasa algo y, por otro lado, dedico bastante tiempo a ver la televisión.
El fin de semana pasado me encontré con la acampada en la Puesta del Sol y con el llamado movimiento del 15-M. El día 20 aún en Palma, cuando iba a coger el autobús en la Plaza de España para ir al aeropuerto, me dieron un pasquín convocando acampadas del 20 al 22 de mayo.
El sábado 21 por la mañana acudí dos veces a la zona de la acampada si bien entre ambas no llegó a la media hora mi presencia allí. Sin embargo, sí pude comprobar algunas cosas interesantes: un elevado grado de organización con espacios para distintas actividades e información de lo que se estaba realizando, mucha gente que acudía con obsequios- fundamentalmente agua y alimentos-, multitud de curiosos que, como yo mismo, querían ver con sus propios ojos lo que allí se estaba cociendo, ausencia de policía y tranquilidad general en el ambiente.
Esa misma noche tuve ocasión de cenar con un grupo de personas entre las que había dos, de 28 y 32 años, que estaban participando de alguna forma en la movilización. Ambas con estudios universitarios y trabajo que, además, en uno de los casos está muy bien remunerado. Ésta participaba en la “comisión de política a corto plazo” que se reunía en una plaza fuera de la Puerta del Sol. Anteriormente a todo lo mencionado sólo había leído el manifiesto de democraciarealya.

¿Qué impresiones saco de lo leído, hablado y visto?

Desde el punto de vista positivo: la propia movilización, esto es, el hecho de que alguien haya decidido protestar ante el estado de cosas existente; el carácter espontáneo de la misma y, a pesar de ello, la enorme capacidad de autoorganización (un ejemplo entre muchos sería la inexistencia de alcohol y las llamadas constantes en ese sentido); el que no haya ningún grupo político que se haya hecho con el control de lo que sucede; el carácter asambleario y participativo que ha tenido lo actuado durante esos días; la huida de la demagogia y las salidas fáciles en las propuestas que se estaban elaborando; la preocupación por facilitar la participación de todos (así, había un servicio de guardería); el no haber hecho caso de algunas provocaciones de las que hablaré más adelante.

Algunos aspectos discutibles: la propia espontaneidad lleva a una gran heterogeneidad de los participantes lo que, unido al carácter asambleario, hace que sea muy lenta la toma de decisiones y la aprobación de documentos; la presencia en la plaza, por otra parte inevitable, de gentes de tan variada procedencia que podría hacer que se desvirtuase lo que se pretendía; la continuidad de la movilización y su posible conversión en movimiento o incluso en partido político. Dado que las medidas que estaban defendiendo implican una reforma del actual sistema político y no, desde luego, una revolución (la spanish revolution no deja de ser una frivolidad de algún medio de prensa internacional), hay que hacerla por los cauces legales correspondientes con lo que no hay otra forma que no sea la participación, de una forma u otra, en el proceso político.
Veremos cómo sigue evolucionando todo ahora que el foco de atención se ha desplazado a lo de siempre: el PP (elecciones anticipadas) y el PSOE (primarias versus congreso extraordinario).

Y hablando de foco de atención quisiera comentar brevemente el tratamiento informativo que ha dado algún medio; más en concreto Intereconomía televisión. El viernes y el sábado dieron una cobertura en tiempo y medios realmente espectacular: emisiones desde una terraza con imágenes y comentarios, y una unidad móvil entre la gente con entrevistas a participantes. En principio impecable. Nada que objetar. Sin embargo, surge alguna duda al respecto, ¿era informar su única dedicación? ¿buscaron entrevistar a quienes realmente estaban participando o sólo a los que “pasaban por allí” como una señora de Cuenca, perfectamente arreglada, que comentó que sólo faltaba la cabra y criticó el torso desnudo de alguno de los presentes? La sensación que tuve, diría “convicción moral” si fuese Rajoy, es que estaban buscando alguna agresión física o de palabra de algunos de los grupos que había en la concentración para poder criticar el carácter poco democrático de los reunidos. Aunque no se produjo ningún altercado de una mínima relevancia, los distintos tertulianos de la emisora no dejaron por ello de criticar en forma desabrida a los del “rubalservice” como alguno les llamó. También tuve ocasión de ver un “debate” sobre economía en Libertad Digital moderado por don César Vidal (como les gusta llamarse entre sí). La primera intervención, y la única que fui capaz de soportar dos minutos, la hizo don Roberto Centeno, catedrático de Economía (no ponía la universidad). Bien trajeado y peinando canas, habló con absoluto desprecio de los tipos y sujetos reunidos en la Puerta del Sol cuya actuación había llevado, además, a la subida de la prima de riesgo.

Algunas conclusiones.
-No se trata de un movimiento de extrema izquierda.
-La movilización ha demostrado que existe un malestar importante pero, al mismo tiempo, la dificultad de articularlo.
-Existe el riesgo que han pronosticado algunos de que se produzca el efecto soufflé, aunque han errado los que, interesadamente, decían que terminaría el día 22.
-Los medios de comunicación han informado de forma o muy deficiente o muy interesada. Por otra parte, algo habitual en ellos. Lo que tenemos son más medios de propaganda que otra cosa.
-No se ha demostrado que Rubalcaba haya sido el organizador. Tampoco los contactos con SEGI. Ni siquiera que la plaza estuviese tomada por los “perro flauta”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario