jueves, 4 de julio de 2019

Con la guerra de Biafra de fondo



En medio año este es el tercer libro que leo de la autora lo que implica que me gustan las historias que cuenta y la forma tan ágil como las cuenta. Si en Americanah, la primera que leí aunque es la última que ha publicado, iba alternando la localización entre Estados Unidos y Nigeria, ahora se centra exclusivamente en este país, su país de origen, y en la época más convulsa de su corta historia: lo que en occidente conocimos como la guerra de Biafra.
El libro está dividido en cuatro partes, dos dedicadas al principio de los años sesenta y las otras dos al tramo final de esos años. Además, las va tratando de forma alterna algo que no he terminado de entender muy bien porque supone un rompimiento de la narración que no aporta nada en especial ya que en la tercera parte, dedicada otra vez a los inicios de los sesenta, los dos hechos que ocurren los podía haber desarrollado de forma continuada, pero, en fin, es una decisión de la autora y sus razones habrá tenido para hacerlo así.
Se podría pensar que estamos ante una novela sobre esa guerra y creo que no es exactamente así. En los capítulos dedicados a la época anterior al conflicto, Adichie nos va presentando a los principales protagonistas: Odenigbo, un profesor universitario de matemáticas y acérrimo partidario de la independencia; Olanna, su mujer; Kainene, la hermana gemela de Olanna; Richard, un inglés apasionado por Biafra, que será marido de esta; y Ugwu, el criado de Odenigbo. Todos, salvo Richard claro,  pertenecen a la etnia igbo que es la absolutamente predominante en la parte sudeste de Nigeria, esto es, en Biafra. Además, hay varios secundarios importantes también igbos en su inmensa mayoría.
Cuando se inicie la guerra lo que realmente nos cuenta Adichie es cómo esta va afectando a los protagonistas, es decir, no nos cuenta la guerra, aunque sí da alguna información del porqué y de las reacciones internacionales, sino cómo esta es capaz de modificar la vida de la gente.
Los protagonistas, excepto Ugwu, forman parte de la clase media alta por lo que los efectos de la guerra los vemos sobre todo sobre esa clase aunque, de vez en cuando, sí se menciona y se ven los efectos de la hambruna sobre el resto de la población.
Un comentario muy personal. Tengo algunos recuerdos de juventud de esa guerra, pero sobre todo  recuerdo perfectamente cómo se utilizaba el calificativo de “biafreño” cuando alguien estaba especialmente delgado.
Volviendo a la novela hay que decir que Adichie va repartiendo críticas a lo largo del texto de una forma a veces casi imperceptible, con apenas una frase aunque, eso sí, de una forma significativa. Así, critica a la clase alta nigeriana, a los ingleses o a la iglesia católica a partir del comportamiento de algún sacerdote no dando asilo a perseguidos o a la actitud tomada por muchos países apoyando al gobierno nigeriano.
De esta novelista, además del interés que tienen sus historias hay que remarcar el estilo y la actitud que en palabras de CristinaDomínguez en su reseña para  libropatas.com:

“Es suave pero despiadada, lúcida pero tierna, cuidada pero intensa, y consigue hacer que vivamos a través de los tres personajes, creíbles y bien construidos, cada una de sus emociones.”

Añadir que refleja muy bien la cotidianidad tanto en la paz como en la guerra y construye personajes de carne y hueso, absolutamente creíbles en sus comportamientos.
Si tuviera que decir algo negativo del libro sería que quizá alarga de forma innecesaria la tercera parte y que, seguramente, sobran los ocho brevísimos capítulos de un libro que, escrito por Ugwu, aparecen de vez en cuando  con los que parece que quiere poner al lector en situación de entender mejor lo que se cuenta, pero que dan una información a nivel de Wikipedia.
También es cierto que el libro pierde vigor en algunos momentos de la parte intermedia, pero lo retoma en el tramo final.
Finalmente, es de agradecer a la autora que huya del maniqueísmo fácil y que nos presente también situaciones negativas en el sector controlado por el gobierno de Biafra como, por ejemplo, a ese alto cargo que construye un búnker en su jardín mientras sus compatriotas se mueren de hambre o esos soldados biafreños que asaltan, violan y asesinan.
Un libro recomendable por lo bien que está narrado y porque no es habitual encontrarse con historias netamente africanas contadas por africanos, más allá de que Adichie viva entre Estados Unidos y Nigeria.
Hay otra interesante reseña de Carlos Ciprés en unlibroaldia.blogspot.com.


Chimamanda Ngozi Adichie, Medio sol amarillo.  Laura Rins Calahorra.

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