jueves, 14 de octubre de 2010

¿Qué está pasando con la información?

Como se puede ver a lo largo de estos Andamios, soy un gran admirador del periodismo y de los periodistas, así como un seguidor de los medios de comunicación; hoy por hoy más de la radio que de ningún otro. De un tiempo a esta parte vengo observando una degradación paulatina pero constante consistente en la trivialización de la información, la importancia dada a aspectos de la realidad casi irrelevantes, las campañas organizadas de todo tipo, el abusivo uso del rumor, etc. Veamos algunos ejemplos.
-El mundial de fútbol celebrado en Sudáfrica. Sin negar la importancia deportiva que pueda tener e incluso la emocional para un sector de la población, también me parece innegable que dedicarle horas y horas de información no estrictamente deportiva, que abrir noticiarios con imágenes de goles de diferentes partidos, que hablar de héroes, victoria épica y un largo etcétera de despropósitos, demuestran bien a las claras de qué medios de información disponemos. Y lo anterior sucede tanto en prensa escrita como en radio o televisión.
-Las primarias de PSOE de Madrid entre Tomás Gómez y Trinidad Jiménez. Cuando salió por primera vez la posibilidad de que se celebrasen estábamos en plenas vacaciones de verano y, por lo tanto, escasos de noticias, lo que no justifica, pero al menos explica en parte, las horas dedicadas al tema. Ahora bien, cuando se acaban las vacaciones y se reinicia el curso político no se redujo el tiempo dedicado a tan poco relevante fenómeno. ¿Alguien en su sano juicio mental y/o político piensa que se trata de un tema tan crucial para la política española o siquiera para la madrileña? Esto además de otras cosas es una demostración palpable de cómo cuesta terminar con un estado centralista, en este caso de la información. Todo ello obviando el hecho de que la gran y única diferencia entre ambos consiste en tener en cuenta o no el resultado de una encuesta.

-El caso Belén Esteban o la ocupación de horas y horas de espacios de entretenimiento por tan curioso personaje y sus diferentes cuitas. Aquí, obviamente, Telecinco se lleva la palma, pero otras emisoras de televisión, programas de radio y, desde luego, la totalidad de las revistas del “hígado” han copado sus informaciones con las vicisitudes de su “vida”. Es cierto que estoy hablando de todo un género periodístico enormemente especializado, con opinadores profesionales sin preparación alguna como no sea la de tener una amplia agenda en su teléfono móvil o su fácil manejo de los sms. En todo caso, lo más impresionante de todo esto es que no se produzca el hartazgo de las audiencias sino que, bien al contrario, suban y suban como la espuma.
Tres ejemplos que muestran bien a las claras, en mi opinión, cómo informaciones que pueden tener un sitio terminan ocupando un espacio exagerado sin que se sepa (yo al menos lo desconozco) por qué sucede esto. Al mismo tiempo podría poner varios ejemplos de otros temas que pasan prácticamente desapercibidos, demostrando con ello la poca importancia que realmente se da a la Información, sí, así con mayúsculas.
Dejo para otro momento otro aspecto importantísimo de la actualidad de la información. Se trata de la existencia de medios cuya única y estricta finalidad es la caída de un gobierno y de una ideología. Es evidente que todo medio tiene su línea editorial y sus carencias de objetividad, su barrer para casa en una palabra, pero de lo que hablo es de medios a los que la información les trae al pairo y lo que pretenden es convertirse en abanderados de ideologías y grupos políticos. El caso del estadounidense tea party es paradigmático y tiene entusiastas seguidores en España.

2 comentarios:

  1. Toda la razón, Carlos. Esos medios que tienen como único objetivo hacer caer a un gobierno, más allá de su respetable línea editorial, (aunque a veces la retuercen tanto que para mí deja de ser respetable...) esos medios, digo, cada vez tienen más claro su objetivo. Y en su consecución traspasan cualquier deontología profesional que debería serles propia, como el respeto a la información veraz y contrastada y no mezclarla con la opinión, su opinión.
    Y muy bueno los de los seguidores y admiradores del "tea party", lo más conservador del republicanismo americano, admirado ahora por tu conocida, por madrileño, no por otra cosa, Espperanza.

    ResponderEliminar
  2. Interesante por qué la gente se engancha. Como dices, el relato futbolístico o el debate rosa no pierden audiencia. Puede que influya un factor defensivo. Como pasa con la recuperación de la familia o los nacionalismos: signos de identidad en una época confusa que nos desborda. No sólo el modelo económico o el ecológico. También el ético: ¿está bien experimentar con células madre? Ante todo esto, al menos sabemos que esta noche Fran no durmió en casa de Belén, y los empresarios saben que este producto es rentable quizás más que hace 20 años. Sin futuro claro, nos aferramos al vecino aunque nos caiga mal.

    ResponderEliminar