El autor es director, y uno de los creadores, de la
Revista 5W, una magnífica revista a la que estoy suscrito hace ya tiempo y en
la que se tratan con la profundidad que merecen muchos de los principales
problemas de la comunidad internacional. Entre los fundadores están también
periodistas de la talla de Mikel Ayestaran o Xavier Aldekoa cuyos libros he
comentado en este blog.
Morales, como se explicita en el subtítulo, escribe
este libro para denunciar el diferente trato que se dispensa a las víctimas de
los diferentes conflictos que hay o ha habido recientemente en el mundo. Para
ello se centra casi exclusivamente en los de Ucrania y Afganistán.
Los diferentes capítulos del libro están divididos en
dos partes. En la primera se reproduce o escribe de nuevo una crónica de lo que
sucede o ha sucedido en ambos países. En la segunda hay una reflexión sobre lo
que significa lo contado y las implicaciones y conclusiones que se pueden sacar
de ello.
Ambas partes tienen enorme interés porque, además, si
en la primera utiliza a menudo entrevistas con personas que están en el trance
de huir y de convertirse en refugiados, en la segunda no se corta a la hora de
criticar la postura que toman los países occidentales y su carácter
discriminatorio.
Resulta un libro duro de leer en muchos momentos tanto
por algunas de las situaciones que describe, como porque el lector se siente
interpelado al darse cuenta de lo poco que solemos hacer para intentar que las
cosas se hagan de una manera más justa y equitativa.
El siguiente fragmento es un buen ejemplo:
“(…) Ucrania ha demostrado algo importante: que es posible asistir a millones de personas en pocas semanas sin que la economía o los servicios públicos se vengan abajo. La solidaridad, pues, no es materialmente imposible, sino que es políticamente selectiva.” (p.44)
En otro momento escribe:
“El mundo, en realidad, es capaz de dar asistencia a decenas e incluso centenares de millones de personas si lo necesitan: solo falta voluntad política.” (p. 110)
Creo que aquí comete un error al hablar de falta de
voluntad política o, en cualquier caso, al no aclarar qué quiere decir con eso.
Digo que es un error porque la falta de voluntad no es de los políticos sino,
desgraciadamente, de la mayoría de la ciudadanía de los países del “occidente
cristiano” que no ve necesario asistir a los refugiados, salvo si estos son
como nosotros.
En fin, un libro no solo muy interesante sino también
muy necesario en estos momentos. Además, está muy bien escrito, de forma muy
clara y con gran agilidad narrativa.
Nota poco importante: Es un placer que mi vuelta a la lectura haya sido con este texto y también que sea el primero que comento en el blog después de varias semanas.
Agus Morales, La hipocresía solidaria. Por qué unas
víctimas importan menos que otras: una crónica de Afganistán y Ucrania.
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