jueves, 4 de enero de 2018

Primera traducción de un finlandés del siglo XIX



Primera publicación en España de este escritor finlandés de finales del XIX y principios del XX. En concreto, esta novela está escrita entre 1889 y 1890. Aho fue propuesto varias veces para el Premio Nobel de Literatura.
Cuenta en esta breve novela, de apenas 137 páginas, una historia de amor no correspondido que parece ser que tiene tintes autobiográficos. El protagonista es un maestro que se va del pueblo primero a Helsinki, donde vive un amigo de cuya hermana se enamora,  para dirigirse luego a París porque quiere aprender francés. Esa salida del mundo rural le da pie para la siguiente crítica:

“Llego con esa rabia interior que nace en la soledad de la provincia, en los confines lejanos de las ciudades pequeñas, donde la fuerza de la vida parece malograrse y el espíritu se contrae y por eso sufre.” (p. 24)

Ya en París mantiene correspondencia con su amigo por la que se entera del matrimonio de ella.
Como se puede apreciar, se trata de una anécdota nada desconocida en la literatura. No obstante, Aho la construye muy bien a través de la primera persona del protagonista y el lector se implica bastante en la trama. Quizá, una vez en París, la novela pierde fuerza sobre todo porque hay dos cartas muy largas entre los amigos que rompen un tanto la narración. Por cierto que en una de ellas el amigo le comenta lo siguiente:

“Pero dónde hallaremos nosotros, querido amigo, a esas imponentes y profundas mujeres, con las que fantaseamos porque pueden satisfacernos y comprendernos por completo. Si en algún momento surge la necesidad de compañía espiritual más selecta, de esa llamada simpatía de las almas, pues iré junto a los camaradas, cambiaré (delante de un grog) opiniones con ellos y luego regresaré tranquilamente al hogar, donde todo estará en buen orden y me rodeará la comodidad y la ternura.” (p. 97)

Que llevan al protagonista a decir: “La carta me causa una buena impresión. No porque acepte las teorías de mi amigo y su enfoque sobre el matrimonio…” (p. 98) Es decir, Aho critica también la visión de la mujer que debía de ser muy predominante en aquella época.
A pesar de tener más de un siglo, la novela no resulta antigua más allá de que una historia así hoy se desarrollaría de otra manera. Está muy bien escrita y hace pensar que este autor debe de tener obras importantes y que alguna se publicará pronto. A mí, mientras leía el libro,  me ha recordado en algunos pasajes por la forma de contar y la ambientación al escritor sueco de la misma época Hjalmar Söderberg.
Muy recomendable sobre todo para quienes gusten de las novelas cortas.

Juhani Aho, Solo. Traducción Luisa Gutiérrez Ruiz.

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