lunes, 24 de noviembre de 2025

Magnífico descubrimiento

 


Solo conocía por el nombre a esta escritora mexicana de la que desde ya me comprometo a leer más porque me ha gustado muchísimo su escritura.

Por este libro ha obtenido varios premios en 2021 y 2022, además del Pulitzer de Memorias en 2024. Porque se trata, efectivamente, de un libro de memorias en un sentido bastante especial. Como dice Nadal Suau, en el fragmento de su crítica en El Cultural que reproduce la editorial en la solapa, es: “Un libro-ritual que convoca a la víctima y la restaura, que ofrece una ceremonia de amor y memoria”.

Esta idea de restauración y de amor me parece que marca el libro desde el segundo capítulo.

El primer capítulo lo dedica a intentar localizar en 2021, y en la selva de la burocracia, el expediente del asesinato de su hermana sucedido el 16 de julio de 1990, un asesinato que hoy calificaríamos como de violencia de género, pero entonces estos términos no se utilizaban. No lo consigue porque ha debido de desaparecer. Por qué tardó treinta años en buscarlo es una buena pregunta cuya respuesta queda sometida a diferentes hipótesis, si bien la más probable es una extensa duración del duelo.

A partir de ahí, y basándose en el muy diverso material que pudo recuperar de Liliana como: cuadernos, cartas, agendas, cassettes, etc., reconstruye diferentes momentos y aspectos de la vida de su hermana. Aquí es interesante el hecho de que uno de sus amigos ha creado una letra para la reproducción de este material que, parece ser, se aproxima bastante a la original.

Vienen luego varios capítulos en los que son los amigos de la víctima los que toman la palabra. Rivera Garza contactó con varios de ellos y les pidió que hablasen de su relación con Liliana y de cómo era ella. El resultado resulta quizá demasiado hagiográfico, pues apenas se atisba algún elemento de crítica por alguno de sus comportamientos, pero dan una amplia visión de qué tipo de persona era.

A continuación, dedica un amplio espacio a cómo pudo ser el crimen que, no lo he dicho hasta ahora, fue causado por un exnovio y ha quedado impune.

Cierra el libro un breve capítulo con las palabras de sus padres.

Tal y como lo he contado puede parecer bastante frío, pero es que es muy importante cómo lo narra Rivera, con qué sensibilidad, con qué amor y con qué escritura tan formidable y adecuada a lo que narra.

Un libro muy recomendable cuya lectura no será fácil de olvidar porque no hay derecho a que una mujer sea asesinada nunca, pero impacta más aún si lo es a los veinte años.

En estos últimos tiempos estoy descubriendo a un conjunto de escritoras mexicanas que, como Fernanda Melchor o Brenda Navarro, tienen muchas cosas que contar y, sobre todo, que las cuentan con un lenguaje y un estilo magníficos.

Para más y mejor información hay dos reseñas muy buenas y completas: la de Fernanda Cueto en nuevarevista.net y la de Santi en unlibroaldia.blogspot.com. Ambas son muy recomendables.

 

Cristina Rivera Garza, El invencible verano de Liliana.

 

 

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