domingo, 24 de mayo de 2020

ANDAMIO


Hace mucho tiempo, años, que no pongo en las entradas temas que no sean comentarios de libros, películas, series y citas bibliográficas. Antes solía hacer alguna entrada con las cosas que ponía en las redes. Hoy me apetece volver a hacerlo. En una situación tan tensa como la que estamos viviendo quiero dejar constancia de alguna de las cosas que opino aunque sea en la forma un tanto deslavazada, habitual en ese formato.


A fuer de ser sinceros hay que reconocer que los manifestantes que piden libertad tienen bastante razón, sobre todo en lo que se refiere a la libertad de expresión. Los ataques que reciben diariamente de programas de televisión como los de Ana Rosa Quintana o Susana Griso son muy duros; también Pablo Motos se ceba a veces con ellos. En La Sexta hay varios colaboradores como Inda, Claver o Marhuenda que arremeten sin contemplaciones. Me imagino que lo mismo pasará en 13TV, Libertad Digital o Intereconomía (creo que ahora se llama El toro o algo así), pero eso no lo puedo confirmar por falta de información directa.
Por otra parte en la radio es terrible escuchar a gente como Herrera, o la COPE en general, algunas cosas de Onda Cero y todo lo de esRadio o Radio Intereconomñía. Por poner solo algunos ejemplos.
De la prensa escrita que se publica en Madrid, la ciudad donde se manifiestan, estarán horrorizados antes las informaciones de diarios como El Mundo, La Razón o el ABC. Y de la digital no quiero ni pensar lo que sentirán al ver las publicaciones de OKDiario, El Español, Periodista digital o El Independiente por poner solo algunos ejemplos.
Así que sí, efectivamente, tienen razón, la dictadura está muy cerca y hay una gran presión mediática. Deben seguir con su protesta, deben seguir con sus cacerolas, con sus banderas constitucionales o no, con sus himnos, etc. hasta que este gobierno de indocumentados e irresponsables termine cediendo y abandonando muchas de sus ideas a favor de esos desgraciados que tan mal lo están pasando por no haber sabido ahorrar en su momento o por aceptar trabajos tan precarios y poco rentables.

Que sean clasistas Cayetana o Espinosa de los Monteros es normal, lo llevan en los genes, en Abascal es sobrevenido y no le pega llamar lacayos a los seguidores de Iglesias. Eso sí, su matonismo sí que resulta muy normal, no sé si también genético.

Pero no les llamemos fascistas, no lo son salvo unos pocos. La mayoría son neoliberales, no quieren que el estado ayude a quien lo necesite, quieren el nacionalcatolicismo otra vez, son clasistas. Son peores aún, porque sí coinciden en limitar las libertades.

Para saber si hay clases sociales basta con ver las imágenes de estos días del barrio de Salamanca y del de Aluche. Para saber si hay lucha de clases habrá que esperar un poco más hasta ver cómo se desarrollan los acontecimientos.

Definitivamente se han quedado con la bandera. Por mí no hay problema, nunca me ha gustado y desde hace tiempo me provoca un rechazo cada vez mayor. Si, además, la acompañan con el Cara al sol o el himno de la legión, me produce algo más que rechazo, algo que se acerca bastante al odio.
(Nací en 1949 y ambos himnos marcaron mi infancia y juventud en lo malo).


A mí la que me "hiela el corazón" es esa España monárquica, neoliberal solo en lo económico, nacional-católica, conservadora, llena de banderas, fomentadora del odio al diferente, que grita libertad sin saber lo que es, xenófoba, antifeminista, centralista, monolingüista,..

Menos mal que a su lado hay otra solidaria, que sabe de la importancia que tiene el papel del estado como redistribuidor de la riqueza y la renta, que conoce las emigraciones de españoles a Sudamérica y Europa en los primeros años del siglo pasado y en los años sesenta cuando aquí no había ni para comer, que defiende los derechos individuales y el derecho a la diferencia, que respeta y admira la variedad de lenguas que coexisten en partes del estado, que sabe de la importancia de que las mujeres tengan igualdad no solo de derecho sino de hecho, que respeta cualquier hecho religioso pero que no le gusta que se le imponga su moral, que la monarquía le parece algo periclitado y fuera de lugar sobre todo la restaurada por el dictador en la figura del Emérito, en fin, otra España que ha estado confinada si no con gusto sí al menos cumpliendo con la obligación de colaborar a que el maldito virus no se expanda.
A esta sí me apunto. “España de la rabia y de la idea”.
  
Si el futuro de los contagios depende de algunos grupos de adolescentes, no habrá que esperar hasta octubre para que haya un rebrote. ¿Educación para la ciudadanía? Estaría muy bien, pero ya me conformo simplemente con educación.

La estrategia del PSOE y UP, y por tanto del gobierno, parece diseñada por el matrimonio Arriola-Villalobos. Claro que habrá que cambiar la reforma laboral, pero ¿no se puede plantear en el momento adecuado y con los apoyos adecuados o se prefiere ir a por todas para quedarse sin ninguna?


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