domingo, 17 de mayo de 2020

ANDAMIO

Esta vez la desproporción a favor de las series es abrumadora; no podía ser de otra forma ante la situación de confinamiento. La única película que aparece es, además, una auténtica rareza. Esta vez en las series predominan las estadounidenses y hay dos españolas; ambas cosas son también poco habituales. Aunque no hay ninguna extraordinaria, la media resulta bastante buena.


Películas

El huevo del dinosaurio. Es la primera película mongola que veo aunque su guionista, director y productor es chino, pero de madre mongola. Curiosa película a medio camino entre el thriller, la etnografía y un cierto feminismo. Decir que el ritmo es pausado es poco ya que es de una gran lentitud sin que, sin embargo, resulte exasperante seguramente gracias a los paisajes de gran belleza que retrata. Cine muy minimalista, pero al mismo tiempo con una par de momentos muy emotivos.


Series

La línea invisible. Miniserie española sobre los orígenes de ETA. Tiene un buen guion, magnífica ambientación y unas interpretaciones como no suele ser habitual en lo que se hace por aquí (al menos en algunas cosas que he visto de pasada). Más que en los aspectos ideológicos u orgánicos, se centra en los personajes tanto del grupo terrorista como del policía Melitón Manzanas o el guardia civil Pardines. El otro día oí a su director Barroso decir que seguramente le lloverían críticas de todas partes y después de verla creo que puede ser así porque aunque es crítica con la banda, también es capaz de ver el lado humano detrás del terrorista.

Der pass. Miniserie de coproducción austro-alemana. Son ocho capítulos de unos 45 minutos cada uno. Un thriller que sigue la estela de la magnífica Bron/Broen. Asesinatos en la frontera alpina entre Austria y Alemania que, por lo tanto, precisa de la colaboración de la policía de ambos países. Bastante seguidista de las series nórdicas aportando los magníficos paisajes de la zona. El guion está bastante bien construido y resulta entretenida, aunque lejos de la calidad de aquellas.

Tiger King. Miniserie estadounidense de 7 capítulos de unos 45 minutos cada uno. En ese país son verdaderos especialistas en hacer series documentales y este es un buen ejemplo de lo bien que las hacen. Empieza hablando y mostrando imágenes sobre el tráfico ilegal de animales para irse centrando en el personaje que será el protagonista por su zoológico particular y su dedicación a la cría de cachorros sobre todo de tigres; pronto, sin embargo, se irá abriendo el foco a otros personajes y el tema se irá también ampliando a aspectos que rozan con lo criminal. Muy bien montada de tal forma que, como es habitual en este tipo de series, cada capítulo acaba con algo que te lleva a desear ver el siguiente enseguida. Además se puede ver qué tipos tan extravagantes hay en ese inmenso país, algo que suele ser también habitual en toda serie documental. Muy entretenida y bastante adictiva.

Califato. Magnífica miniserie sueca de ocho episodios de unos 45 minutos cada uno. Una demostración de que los suecos hacen algo más que thrillers, aunque también tenga algún elemento del género. Es lo primero que veo en ficción sobre el ISIS y me ha parecido muy interesante y muy bien planteado. Además de la trama propiamente terrorista, trata del alistamiento de jóvenes en Suecia y del encaje de las familias inmigrantes en esa sociedad. Muy bien realizada e interpretada, con un guion que mantiene todo el tiempo la tensión y el interés y en el que algún giro sorprende pero se explica bien. De las series que más me han gustado últimamente.

El día de mañana. Leyendo algunos comentarios después de ver La línea invisible, descubrí esta otra miniserie del mismo director que tenía, además, muy buenas críticas. Efectivamente, se trata de una serie muy interesante por sus temas y muy bien interpretada, ambientada y dirigida. Está basada en una novela de Ignacio Martínez Pisón que leí en su día pero de la que, por suerte,  no recordaba nada. Se desarrolla en Barcelona entre finales de los sesenta y la primera mitad de los setenta. Hay un personaje protagonista que me ha recordado baste al Pijoaparte de Marsé y un buen conjunto de secundarios. Al igual que en la otra serie de Barroso, no todo es blanco o negro, también se dejan de vez en cuando algunos grises.

Homeland. Octava temporada y, por lo tanto, si he llegado hasta aquí es que la serie por lo menos me entretiene, y mucho. En la misma línea que en las últimas temporadas: una protagonista capaz de hacer de todo y terminar haciéndolo bien, unos guiones bastante bien construidos en los que hay que creerse algunas cosas pero que tampoco resulta muy difícil hacerlo, una magnífica puesta en escena con una producción en la que no se ahorran medios, en fin,  un buen espectáculo. Si se buscan análisis de lo que pasa en la zona (Afganistán) no se encontrarán más allá de un par de tópicos, pero en este tipo de series basta con que sea mínimamente verosímil lo que se nos cuenta, para los análisis ya hay documentales y, desde luego, bibliografía abundante.

Gentefied. Serie norteamericana de ocho capítulos de unos 30 minutos cada uno. Hecha mayoritariamente por hispanos tanto en la creación como en la interpretación. Refleja algunos aspectos de la vida de un grupo de hispanos en un barrio en riesgo de gentrificación. También describe las penosas condiciones laborales a las que están sometidas sobre todo las mujeres entre otras cosas por ser ilegales. Buenas intenciones, pero una realización un tanto básica que, en el fondo, deja los problemas apenas enunciados sin profundizar en ninguno. Entretenida en general y con algún buen momento, pero podría sacarse mucho más jugo de esos temas.

Trampa 22. Miniserie estadounidense de seis capítulos de unos 45 minutos cada uno. Se desarrolla en Italia durante la II Guerra Mundial con el protagonismo absoluto de un soldado bombardero que lo que quiere es abandonar la guerra. Película antibelicista y muy crítica con los valores militares. Está basada en una novela y eso lastra un poco el relato en algunos momentos. Bien ambientada y con muy buena fotografía. Entretenida.

Killing Eve. Segunda temporada con ocho capítulos de algo menos de 45 minutos. Totalmente centrada en la relación entre las dos protagonistas y abandonando lo que podía tener de thriller en la primera temporada. Entretenida en líneas generales, pero con algunos episodios un tanto reiterativos que la hacen algo pesada. Tiene como baza principal el personaje de “la mala” y las interpretaciones de las dos protagonistas

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