El libro está narrado en primera persona por su
protagonista, Brendan, un hombre de 56 años que vive en Los Ángeles y trabaja
como conductor para Uber. Conoce en un servicio a Alice, una mujer de 60 años
que trabaja ayudando a las jóvenes que acuden a las clínicas para abortar. Con
estos dos protagonistas Kennedy monta una historia que hacia la mitad de la
novela se convierte en un thriller,
pero que a lo largo de toda ella es una descripción sobre lo que hacen los
movimientos antiabortistas. Un tema de rabiosa actualidad en estos días. (El
libro está escrito en 2021). La mujer de Brendan, Agnieska, es de origen polaco,
católica practicante y militante antiaborto. Su hija, Klara, es todo lo contrario.
Además de este tema central, el autor aprovecha para dar
algunos toques de crítica a diferentes aspectos de la vida en esa ciudad como
son: la “persecución” contra los fumadores, las condiciones laborales que
impone la empresa Uber a los que trabajan para ella, el peligro de la profesión
por los clientes borrachos y amenazantes, el activo papel que juega la Iglesia
católica en el tema del aborto o los graves problemas de tráfico que hacen
difícil vivir en esa ciudad. De esto último reproduzco el siguiente fragmento:
“Salí de la 101. Había un atasco en la autopista, a pesar de
que ya eran casi las once y media de la noche. Los Ángeles: una maraña sin fin.
El dinero, las promesas, los deseos, los fracasos, la desesperación y la
sensación de no ser uno de los escasos
elegidos. Qué atascados que estábamos todos en esta ciudad, en la que nos arrastrábamos
por la vida a centímetros por hora”. (p. 300)
En definitiva, un libro que no pasará a la historia de la
literatura, pero que está lo suficientemente bien escrito, los diálogos sobre
todo, y contado para hacer pasar un buen rato tratando además temas interesantes.
Douglas Kennedy, Los hombres tienen miedo a la luz.
Traducción María Blázquez
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