viernes, 6 de junio de 2014

No me defrauda nunca



 
No defrauda esta escritora. Es la octava entrada en el blog, y repasando las anteriores veo que prácticamente siempre me ha dejado un buen sabor de boca.
En este caso se trata de una novela que publicó por entregas en 1941 con otro nombre y luego póstumamente en 1947. Se podría decir que es un antecedente de su mejor obra, Suite francesa, ya que apunta varios de los temas que serán centrales en esta. Historia de amor, pero al mismo tiempo reflejo de un tiempo -el periodo más o menos de 1910 a 1940- difícil y conflictivo con las dos guerras y la crisis económica y, también, como suele suceder en esta autora, de un grupo social: la burguesía francesa de provincias (aquí el personaje del abuelo, el patriarca de la familia protagonista, aunque que apenas aparece resulta fundamental por las consecuencias de lo que hace).
Muy bien narrada, con mucha sensibilidad en el tratamiento de los personajes huyendo de cualquier maniqueísmo y con gran fuerza dramática en bastantes momentos. Consta de 30 capítulos. A mí me ha gustado más la primera parte, hasta que empieza la Segunda Guerra Mundial, que la segunda que se desarrolla a lo largo del conflicto, pero siempre he disfrutado con la lectura.
Parece mentira que sigan apareciendo libros de esta escritora dado lo joven que murió. Se ve que tenía una gran facilidad para inventar historias y desarrollarlas. Creo que solo me falta por leer un libro de los que se han traducido hasta ahora.
 
Irène Némirovsky, Los bienes de este mundo

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