miércoles, 1 de julio de 2015

ANDAMIO

 
Algunas reflexiones críticas sobre Podemos
 
 
En Aragón ha votado algo más del 18% de los inscritos el posible pacto con el PSOE; en Baleares no ha llegado al 8% los que hemos votado para aprobar los distintos pactos que se han hecho; desconozco las cifras en Castilla la Mancha o Extremadura.
 
Tampoco ha tenido demasiada difusión el contenido de los pactos como sí ha sucedido con los que Ciudadanos ha firmado con el PSOE en Andalucía o el PP en Madrid de tal manera que para la opinión pública parece que es este partido el que marca las políticas que se harán en ambas comunidades o, al menos, el que pone verdaderos límites sobre todo al tema de la corrupción.
 
Además, no sé si ya se están elaborando programas de cara a las próximas elecciones generales y, desde luego, sé mejor cuál es nuestra política con respecto a los presos de ETA o la condena a Alfon o la crisis griega, que sobre la enseñanza, la reforma laboral o los impuestos, por poner algún ejemplo de temas importantes.
 
Ayer mismo, en una concentración convocada entre otros muchos grupos  por Podem en apoyo y solidaridad con el pueblo griego, apenas nos juntamos 150 personas cuando solo en Podem el censo de inscritos es de más de 10.000.
 
En resumen, escasísima movilización en las bases de la organización. En este contexto sale la noticia de una propuesta de selección, y “elección”, de candidatos a las generales que llama la atención en una organización que presume de la participación, de la democracia interna y de una cierto asamblearismo.
 
Estamos en un momento crucial no solo para la organización, sino para el futuro político y social de España. Decía Errejón en un tuit reciente que la táctica es desalojar al PP y la estrategia acabar con el bipartidismo. Bien, se ha desalojado al PP del poder en  multitud de ayuntamientos y comunidades autónomas, pero colocando al PSOE en su lugar y dándole  con ello un aliento que, seguramente, podrá aprovechar en las generales a poco que no cometan demasiados errores en su acción política. Es cierto que de no hacerlo así el beneficiado hubiese sido el PP, pero me parece que no se ha explicado bien el contenido de los pactos y, en algún caso, tengo mis dudas de que se haya actuado correctamente, (por ejemplo, en el caso de Andalucía, al margen del poco respeto político que me merece Susana Díaz).
 
En algunas actuaciones, sectores de la prensa y comentaristas creadores de opinión no opuestos especialmente a Podemos han achacado a la inexperiencia los errores cometidos (en otros casos no hay que fijarse porque tienen claro desde el principio cuál es la tarea que tienen encomendada). Estaría de acuerdo si se tratase de errores de gestión, pero no sucede así en casos como, por ejemplo, el de Guillermo Zapata. Si pidió perdón y se disculpó con los posibles ofendidos, la lógica que hemos estado aplicando en nuestras críticas a otros grupos habría llevado  a que dimitiera de todos los cargos. Además, creo que ha primado la defensa de lo individual por encima del daño al colectivo. (Que conste que estoy convencido de que Zapata no piensa como podría deducirse por esos tuits publicados).
 
Finalmente, un par de comentarios sobre la actuación pública de algunos dirigentes. Cada vez que escucho a Errejón, sea en las tertulias de la SER o en intervenciones en televisión, me reafirmo en nuestras posiciones y, en algunas ocasiones, las entiendo mejor. Cuando veo a Bescansa participando en los esperpentos de los sábados en La Sexta, además de sentirlo por ella, veo la forma como se debe participar en un debate: ordenadamente, con respeto, sin gritos ni alteraciones, guardando el turno de palabra y siendo duro en los contenidos, pero suave en las formas. Sin embargo, cuando veo algunas intervenciones de Iglesias en los últimos tiempos, no sé si achacarlas al cansancio, al exceso de responsabilidad o a que ve demasiado Juego de tronos, el caso es que no me gustan. Por ejemplo, respecto a los posibles pactos con IU, que por cierto yo no quiero en absoluto, se puede decir que no, pero se tiene que hacer de una forma más respetuosa y sin necesidad de ofender. Además, teniendo en cuenta que el Senado se elige por un sistema mayoritario, no bastarán el tipo de acuerdos que parece que se están empezando a configurar para evitar la mayoría absoluta del PP en esa institución y, a lo mejor, habrá que ampliar el espectro de los acuerdos.
 
En resumidas cuentas, cierta pérdida de impulso, actuaciones que no parecen mostrar “lo nuevo” como venimos pregonando, búsqueda de una centralidad y transversalidad que, una vez aparecido Ciudadanos, no se sabe muy bien dónde está ni cómo llegar a ella y, por encima de todo, una falta de preocupación y ocupación en la participación de la gente en la toma de decisiones (que hoy mismo se confirma con el sistema de selección de candidatos para las elecciones generales que hasta resulta un tanto difícil de entender tal y como aparece formulada por el momento).
 
Aún estamos a tiempo de cambiar y espero que no tengamos que repetir aquello de: "No es esto, no es esto”.
 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario