viernes, 1 de enero de 2016

Combativa y radical crítica



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“Desde la década de 1990, la democracia ha adoptado en Occidente la forma de un extremo centro, donde el centro-izquierda y el centro-derecha se han compinchado para mantener el statu quo; una dictadura del capital que ha reducido los partidos políticos a la condición de muertos vivientes.” (p.217)
Esta frase es un buen resumen de la idea clave que conduce buena parte del libro. Ali denomina extremo centro a lo mismo que, en el fondo, Owen Jones llama el establishment o en Italia y España la casta.
Los primeros capítulos del libro los dedica a ver cómo funciona ese extremo centro en Gran Bretaña, Grecia, España y la UE. Para el caso británico cuenta casos de puertas giratorias con especial atención al Servicio Nacional de Salud (casos que son idénticos a los que hemos conocido en España sobre todo en la Comunidad de Madrid) y también da una visión de la BBC que no es la que habitualmente circula por aquí. Para los casos de Grecia y España, además de su propio análisis, realiza sendas entrevistas con un dirigente de Syriza y con Pablo Iglesias; ambas bastante interesantes. Sobre la UE el siguiente fragmento es una buena síntesis de su pensamiento:

“La UE es la nave nodriza del extremo centro, con esta diferencia: al contrario que sus vasallos subsidiarios, no es responsable ante ningún organismo elegido. (…) Un colectivo de burócratas no elegidos, que trabajan para los bancos, para el FMI, para el BCE, etcétera, le están diciendo a los gobiernos independientes: esto es lo que puedes hacer y esto lo que no. En algunos casos han relevado a primeros ministros y los han sustituido por otros.” (p.178)

En lo que podría ser la segunda parte del libro escribe sobre “el imperio”, refiriéndose obviamente a los Estados Unidos, y sobre la OTAN.
Termina con un capítulo dedicado a las alternativas en el que afirma:

 “Llevo casi dos décadas argumentando que la experiencia bolivariana, aunque dista mucho de ser perfecta, ofrece un modelo para Europa y para otras regiones del mundo mucho mejor que el neoliberalismo” (p.247)

A mí me parece que aquí está el principal problema de un texto que, por otra parte tiene grandes aciertos en muchos de sus análisis. A la hora de plantear alternativas, y una vez criticada la de Syriza por no haber sacado a Grecia del euro sin tener en cuenta que no lo querían los griegos, quedan frases tan fuera de sentido en mi opinión como la citada. Si las alternativas al predominio del capital y de los partidos que lo representan y obedecen es la que dice Ali tenemos extremo centro por decenios.
Tariq Ali es un gran crítico y es capaz, además, de explicar las cosas con mucha claridad y con buena calidad literaria, no en vano es un buen escritor de novelas, pero creo que sus posiciones políticas, siendo interesantes, están muy alejadas de la realidad europea y no son más, tampoco menos, que el radicalismo de izquierdas que siempre ha existido.
Tiene grandes aciertos como cuando critica de esta forma a los políticos actuales:

”Las diferencias políticas se redujeron a qué partido tenía la mejor agencia publicitaria y los mejores asesores, y si los nuevos laboristas o los conservadores eran más receptivos a los avances de la mercadotecnia. No es de extrañar que ese proceso produjera unos políticos mediocres, carentes de visión, y redujera la política en sí a pura cursilería. La hipocresía alcanzó nuevas cotas.” (p.15)

Pero también se pasa un poco de frenada cuando al hablar de la Transición en España dice:

“En otras palabras, no existía ningún otro camino responsable o realista que pudieran tomar ni el PSOE ni el PCE. Hoy en día, los adoradores de los hechos consumados aceptan ese punto de vista. Yo no estoy de acuerdo.” (p.104)

Evidentemente es una idea que va tomando cuerpo últimamente y hay varios estudios en ese sentido, pero no parece lógico despacharlo con un simple “yo no estoy de acuerdo” sin dar al menos alguna referencia bibliográfica.
En definitiva un libro que tiene muchos aspectos y opiniones muy discutibles, pero que tiene la ventaja de plantear cuestiones muy actuales de un forma muy polémica por su propio radicalismo lo que anima a repensar ciertas cosas aunque sea para llevar la contraria al autor.


Tariq Ali, El extremo centro

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