martes, 24 de septiembre de 2019

Un best seller de vez en cuando



Vaya por delante que no soy lector de best sellers y no por elitismo sino simplemente porque me suelen aburrir. La única excepción creo recordar que ha sido la de la saga Millenium. Este libro de Dicker lo estuve viendo meses y meses en los expositores principales de todas las librerías y no me animé, pero con el paso del tiempo y la edición en bolsillo lo terminé adquiriendo y lo he tenido pendiente hasta ahora.
Sobre la historia que se cuenta en el libro apenas comentar que en 1975 desapareció en un pequeño pueblo del nordeste de los Estados Unidos una joven de 15 años. En 2008 se encuentra el cadáver en el jardín de una casa ocupada por un escritor, Harry Quebert, que, además, mantuvo una breve relación con la joven. En ayuda de Quebert, acusado del asesinato,  acude Marcus Goldman que fue discípulo suyo en la universidad en 1998. Goldman es un escritor de éxito reciente al que encargan un libro sobre lo que pasó.
Esta es la base, muy sintetizada, de este thriller.
Además de los mencionados hay varios personajes secundarios importantes; policías que llevaron el caso en su día y otros que lo llevan ahora, la familia de la desaparecida, los propietarios de una cafetería, un bibliotecario, el abogado de Quebert, un rico que es el dueño de la casa que habita Quebert y luego Goldman, etc. Los suficientes para poder ir dando pistas sobre los posibles asesinos.
La novela está escrita con gran agilidad y con un ritmo muy dinámico y constante. Va alternando los dos momentos, 1975 y 2008, con bastante acierto y de forma que el lector siempre se entera perfectamente de lo que le están contando. Hasta aquí lo mejor del libro y lo que hace que resulte bastante entretenido y que no cueste a pesar de sus casi 800 páginas.
Sin embargo, creo que tiene dos aspectos que no le favorecen. Por un lado, se tiene la impresión de que se está leyendo un texto de diseño, esto es, un texto en el que las piezas van encajando porque Dicker así lo diseñó lo que le lleva, sobre todo en la parte final, a ir dando giros de guion constantes. Por otra parte, se tiene muy poca información de la mayoría de los personajes a pesar de la extensión del libro. Alguno, como sucede con  la madre de Goldman que  tiene un par de escenas realmente horribles en su tratamiento, es francamente mejorable, y hay que decir también que las mujeres no salen muy bien paradas en el libro.
La editorial, en la nota que da sobre el autor, dice que la novela ha sido “descrita como un cruce de Larsson, Nabokov y Philip Roth”. No dudo de que haya alguien que lo haya dicho, lo que sí pongo en duda es su capacidad intelectual, o puede ser que lo haya hecho bajo la influencia de alguna sustancia o líquido. Por el género sí se podría comparar con Larsson, pero hay que reconocer que el autor sueco hace buena literatura y que Dicker es capaz de hacer una buena construcción y contarla, que no es poco sobre todo para alguien tan joven, pero nada más.
No sé si es el propio Dicker el que se quiere curar en salud cuando pone lo siguiente en referencia a Goldman:

“- (…) Tú eres un escritor, digamos…moderno. Gustas porque eres joven y dinámico…Y estás de moda. Eres un escritor de moda. Eso es. La gente no espera que ganes el Premio Pulitzer, les gustan tus libros porque estás en boga, porque les entretienen, y eso también está muy bien.
-        ¿Así que eso es lo que piensas? ¿Que soy un escritor entretenido?”
 (p. 465)

Un libro que me ha entretenido más de lo que esperaba, pero que me confirma en mi opinión de siempre sobre este tipo de literatura: se puede leer alguno cada cierto tiempo (eso sí, medido en años).
Hay una interesante reseña de Víctor M.González en revistagq.com y una entrevista de Lola Galán en elpais.com en la que creo que queda más claro lo de Roth.


Joël dicker, La verdad sobre el caso Harry Quebert. Traducción Juan Carlos Durán Romero.







1 comentario:

  1. Para estos casos prefiero la película o la serie, Carlos. Hace poco que vi la serie de unos pocos capítulos sobre el libro y estuvo muy entretenida. Ahora mismo, me pasa que la lectura de novelas (véase bestserllers ) también la tengo muy dosificada.
    Saludos!

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