viernes, 10 de diciembre de 2021

En la Norteamérica profunda


Cada cierto tiempo me gusta leer alguno de los libros que la editorial Sajalín publica dentro de su colección Al margen. Son en su inmensa mayoría traducciones de autores anglosajones y hacen honor al título que los cobija ya que suele tratarse de historias y/o personajes que por una u otra razón se encuentran fuera de lo habitual.

De este autor ya se han publicado varios libros en esta colección, pero yo no lo conocía. Curiosamente es uno de los guionistas de una serie, Treme, que, aunque no tuvo demasiado éxito, a mí me encantó.

Este libro cuenta la historia de Mick Hardin, un militar veterano de guerra destinado en Alemania en la División de Investigación Criminal que vuelve a su pueblo, Rocksalt, a pasar unos días y su hermana, Linda, que es la sheriff de la localidad, le solicita su ayuda para resolver un asesinato. En apariencia, pues, se trata de una especie de thriller; de hecho se dice en la contraportada que Joyce Carol Oates ha afirmado que se asemeja a series como True detective o Mare of Easttown.

De ser así, desde luego sería más a la segunda que a la primera porque si algo predomina en esta historia es la visión de un mundo rural, mientras que lo propiamente policiaco pasa a un muy segundo término y no es especialmente interesante.

Familias que han sufrido muchas desgracias, personajes con unas vidas bastante mediocres o tensas relaciones entre miembros de la comunidad son los aspectos más relevantes de esta novela en la que el mundo rural aparece como un micromundo bastante cerrado y con algunas tradiciones ancestrales, como la venganza de sangre, ciertamente mejorables.

Todo esto lo narra muy bien Offutt con unos magníficos diálogos y unas buenas descripciones de personajes con apenas unos pocos rasgos.

Los dos fragmentos que reproduzco representan muy bien el significado de ese ambiente:

“Me aburrí- dijo Peggy.

(…)

-De todo. De esta casa, de Rocksalt, de que Mick nunca estuviese. Todos los días hago  las mismas cosas y tengo las mismas conversaciones con la misma gente. Siempre me están mirando y juzgando. Nunca a la cara, pero algo se nota (…)” (p. 193)

 

“Todas las quejas de Peggy sobre la vida en Rocksalt eran precisamente las razones por las que a Linda le gustaba el pueblo. La seguridad de encontrarte con la misma gente, a veces hasta tres veces al día, en distintas tiendas. Había un protocolo para tales ocasiones. La primera vez preguntabas por la familia. La segunda, sonreías y hacías una broma sobre la casualidad de llevar el mismo itinerario. La tercera sonreías y saludabas con la mano. Se creaba una intimidad que transmitía seguridad”. (p. 194)

(Peggy es la mujer de Mick y Linda su hermana)

 

Un libro muy entretenido, que se lee casi de un tirón y que deja un regusto un tanto amargo.

 

Chris Offutt, Los cerros de la muerte. Traducción Javier Lucini.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario