jueves, 10 de febrero de 2022

Mi primer escritor kirguiso



La verdad es que la literatura rusa es un saco sin fondo de buenos escritores. El año pasado descubrí al magnífico Serguéi Dotlátov y ahora acabo de hacerlo con este también magnífico escritor kirguiso. Ambos ya fallecidos, pero ambos también con una obra lo suficientemente extensa como para que podamos disfrutar bastantes veces con su lectura.

Esta Yamilia fue escrita en 1958, cuando el autor tenía treinta años. Se trata de una novela corta, apenas tiene 90 páginas en pequeño formato, pero que ofrece bastantes cosas al lector. La historia es muy sencilla: transcurre el año 1942 en una aldea seminómada kirguisa y Yamilia, casada con un joven que está luchando en la guerra, se termina enamorando de Daniyar, un soldado que llega a la aldea para reponerse de sus heridas. El narrador, Siet, es un niño que a su vez es el hermano menor del marido de Yamilia. Estos tres personajes le bastan a Aitmátov para, por un lado, contarnos una historia de amor, pero también para dejar constancia de la vida, las costumbres y los trabajos del campo de los habitantes de ese mundo rural. Esta segunda parte la convierten en una novela casi etnográfica, pero todo está contado con una gran sensibilidad y, en muchos momentos, con gran sensualidad. Evidentemente, sin olvidar la preciosa historia de amor que resulta bastante rompedora en ese ambiente y en esa época.

Aparece así uno de los grandes valores de esta novela que es su escritura concisa, precisa y con una gran riqueza de lenguaje (ha anotado hasta ocho palabras de la traducción que desconocía como, por ejemplo, duba, pingueras o tezadas). Una escritura que hace que dé gusto leer simplemente por el mero placer formal, algo que no siempre se consigue.

Tengo que reconocer que, además, las descripciones de las faenas agrícolas que se hacen me han recordado mucho las épocas que pasaba en el campo colaborando en tareas similares a finales de los 50 y principios de los 60.

Desde luego ha sido un gran descubrimiento y espero que Automática, gran especialista en publicar autores eslavos, publique algún otro texto de este autor.

Hay una buena reseña de Anabel Vélez en culturaca.com.

 

Chinguiz Aitmátov, Yamilia. Traducción Marta Sánchez-Nieves Fernández.

 

 

 

 

 

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