jueves, 14 de septiembre de 2023

Peculiar visión del presidente J.F. Kennedy



 

Este libro tiene más de una docena de años y andaba perdido entre los pendientes. Al revisarlos este verano y ver el nombre de Mercurio me acordé de que es el creador de Line of duty, una de las series que más me ha gustado en los últimos años, y viendo además  la contraportada me llamó la atención el tema.

Mercurio ha escrito un libro muy audaz y realmente original en su planteamiento que no es otro que hablar del periodo presidencial de Kennedy, pero centrándose sobre todo en sus múltiples problemas de salud y sus también múltiples “aventuras” extramatrimoniales. Ambos aspectos se compaginan perfectamente con su actividad política ya que en el libro se narran, en algún caso con cierto detalle, hechos como: la invasión de Cuba muy al inicio de su gobierno, la construcción del muro de Berlín, la crisis de los misiles (a la que dedica bastante espacio), la ampliación de los derechos civiles y los inicios del conflicto en Vietnam.

Junto a ello, y desarrollándose al mismo tiempo, la ingente cantidad de fármacos que ingería y la gran cantidad de actos sexuales que practicaba porque, si no, le dolía horriblemente la cabeza.

Un ejemplo del estado de su salud en el siguiente fragmento:


“(…) el inventario completo de afecciones del presidente: la enfermedad de Addison, deficiencia tiroidea, reflujo gástrico, gastritis, úlcera péptica, colitis ulcerativa, prostatitis, uretritis, infecciones crónicas del tracto urinario, infecciones dérmicas, fiebres de origen desconocido, colapso vertebral lumbar, osteoporosis de la columna lumbar, osteoartritis del cuello y del hombro, colesterol alto, rinitis y sinusitis alérgicas y asma”. (p. 96)

 

Y un ejemplo de su actividad sexual y de lo cutre que era, al menos tal y como la refleja Mercurio:


-   " -Perdone, señor presidente, no sabía si quería que me quedara –dice ella.

Tiene una expresión ligeramente menesterosa. La puerta está cerrada y, consultando su reloj, él comprueba que faltan cinco minutos para la próxima cita.

-      -Dese prisa –dice, y se apresura a hacerle sitio debajo de la mesa”. (p. 292)


Es interesante también la presencia de ciertos personajes como: Frank (Sinatra aunque nunca da el apellido), Peter, (Lawford, su cuñado), Marilyn Monroe y Jruschov, por nombrar solo a los que más veces aparecen.

Hay muchas informaciones, muchas búsquedas a veces urgentes de “compañía” (habitualmente se trataba de secretarias o becarias que estaban ya en la Casa Blanca), muchas reuniones de diferentes médicos para ver qué tratamientos eran los más adecuados y, lógicamente, también muchas escenas con Jackie y sus hijos.

A mí particularmente me han gustado mucho dos entrevistas que tiene Kennedy: una con el jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea y otra con Hoover (FBI). Ambas son cortas pero jugosas y creo que es donde Mercurio deja la mejor constancia del carácter, político, del presidente.

Evidentemente, estamos ante una novela y, por lo tanto, ante una obra de ficción si bien basada en bastantes textos algunos de los cuales el autor enumera al final del libro.

Sea más o menos cierto lo que se cuenta, el libro se lee con mucho interés y con bastante sorpresa porque una de las cosas que más llaman la atención es cómo alguien con esos problemas de salud podía atender la presidencia del más importante país del mundo en su momento, y en una época no precisamente tranquila si, además, tenía que satisfacer esas urgencias sexuales.

Como se dice en la completísima reseña hecha en yonosoyfunes.wordpress.com:

 

 (…) el autor no sólo lee bien al personaje, no sólo recrea de manera brillante su época y las decisiones que debió tomar, sino también escribe una novela extraordinaria por su claridad de estilo y sobre todo su capacidad de conducir, con mano segura, un relato que toca tantas y tan delicadas fronteras entre el sexo, el poder, la enfermedad y la muerte”.

 

Desde luego es un libro cuya lectura recomiendo porque también es enormemente entretenido.

 

Jed Mercurio, Un adúltero americano. Traducción Jaime Zulaica.

 

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