Cogí este libro con
verdaderas ganas e ilusión porque había leído los que se publicaron hace unos
años -por cierto, de una forma bastante original porque sacaron al mercado
varios al mismo tiempo-, y me habían parecido muy interesantes y bien escritos.
Por eso la decepción ha sido algo mayor de lo normal cuando un libro no me
termina de gustar.
Adichie cuenta en esta
extensa novela, 529 páginas, historias de cuatro amigas africanas, tres
nigerianas y una guineana, que viven entre Estados Unidos y su país de origen,
aunque dos de ellas lo hacen sobre todo en Nigeria.
El libro está dividido en
cinco partes, cada una dedicada a una de las protagonistas salvo en el caso de
la principal narradora, Chiamaka, que abre y cierra el libro.
¿Por qué esa cierta
decepción? Por un lado, no todas las historias tienen el mismo interés, incluso
hay alguna sobre la que he pasado leyendo las páginas prácticamente pensando en
otras cosas. Además, Adichie, no sé si influenciada por los años que lleva
viviendo en Estados Unidos, se ha contagiado de ese tipo de novelista de ese
país (hace muy poco hacía yo alusión a este tema en un comentario) que lo
cuenta todo, que resulta muy prolijo detallando cosas que como lector no me
interesan en absoluto.
A pesar de eso he tenido
verdadero interés y me han gustado sobre todo dos de las protagonistas: Por un
lado, Omelogor, prima de Chiamaka, que vive en Abuya. Es la que tiene una
personalidad mejor definida y la que toca los temas más interesantes como, por
ejemplo, la pornografía, sobre la que quiere estudiar, y la corrupción política
y financiera de la que tiene un buen conocimiento al trabajar en el sector
bancario. Por otro lado, está Kadiatou, la mujer de Guinea-Conakri con la que
Adichie reproduce, desde la ficción, el famoso caso del político francés
Strauss-Kahn y su violación de una camarera del hotel en el que se hospedaba, en
lo que son las mejores páginas del libro, donde este gana en intensidad.
También le sirve el personaje para escribir sobre los conflictos étnicos ese
país.
Por lo demás, mucho
Covid, pero sin explicar cómo afecta a sus personajes; mucho espacio dedicado a
un embarazo y el parto correspondiente de Zikora, la cuarta amiga; muchísimo
para describir las relaciones amorosas de Chiamaka y, en general, muchas páginas
que si se hubieran evitado habría quedado una novela mucho más interesante y
mejor, porque, eso sí, la autora es una estupenda narradora y escritora.
Nota menos importante: No
entiendo cómo una editorial como Random House edita un libro en el que se
cuelan tal cantidad de erratas (aunque no las he contado son más de diez).
Chimamanda Ngozi Adichie,
Unos cuantos sueños. Traducción Carlos Milla
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