miércoles, 1 de abril de 2020

Otra visión de los campos de trabajo




Este escritor ruso publicó casi toda su obra en los ochenta del siglo pasado cuando estaba viviendo en los Estados Unidos donde se exilió  en 1979 tras ser expulsado del Sindicato de Periodistas.
Ha sido el último de mis descubrimientos a raíz de una reseña hecha por la traductora y escritora Marta Rebón en El País. Este es el tercer libro que leo del autor y, aunque reúne sus principales características, es el que menos me ha gustado.
Dovlátov cuenta en él cosas de la vida en un campo de trabajo de presos comunes vistas desde la posición del guardián, profesión que parece ser que ejerció durante un tiempo. Lo hace, además, como si formasen parte de un libro y eso le permite alternar los distintos relatos que conforman esa visión con otros en los que reproduce cartas que escribe a su editor norteamericano. De este libro dice Care Santos en su interesante Prólogo: “Estas cartas, ficticias o no,  contienen toda su poética, una verdadera declaración de intenciones literarias.” (p. 12)
En el mismo Prólogo comenta un elemento clave en todos sus libros:
 “La distancia explica su sentido del humor sempiterno, la ironía constante que destilan sus textos. Dovlátov interpone la risa entre sí mismo y el mundo, burlándose de lo más fundamental, que seguramente es lo que más le aterra.” (p. 10)
Un ejemplo de esto podría ser el siguiente fragmento:

“- El comunismo ¿llegará pronto –Preguntó “Fidel”.
- De creer a los periódicos, mañana. ¿Por qué?
- Porque se me han acumulado las necesidades.
- ¿En qué sentido? ¿En sentido líquido? – se ilusionó Balodis.
- Exactamente –asintió “Fidel”.” (p. 195)

 (Aquí juega con la famosa frase: De cada cual según su capacidad, a cada cual según sus necesidades que se ha mencionado como la señal de la llegada a la sociedad comunista. En otro fragmento juega también con la misma frase pero aludiendo a la capacidad).

Como decía antes, Dovlátov construye la visión a partir de una serie de relatos que a veces tienen los mismos personajes y a veces no, de tal manera que se trata de componer escenas que reflejan diferentes aspectos de la vida en el campo. Aquí reside lo que menos me ha gustado del libro porque junto a algunos realmente espléndidos como en el que, ya casi al final del libro, cuenta la preparación de una representación teatral con Lenin como protagonista, hay otros que me ha resultado difícil seguir y llegar a captar lo que me estaba contando.
Sin embargo, las cartas que escribe al posible editor me parecen lo mejor del libro. En ellas hace reflexiones sobre diversos temas como por ejemplo: el lenguaje en el campo, la situación de las mujeres, la correspondencia con el exterior e incluso en algunas dejar algo de su filosofía como las que reproduzco a continuación:

“La misma gente puede mostrar una capacidad igual para la virtud que para la vileza. Yo fácilmente podría imaginarme a casi cualquiera de los reincidentes como héroes de guerra, disidentes, defensores del oprimido. Lo contrario también es cierto: un héroe de guerra podría disolverse en la masa del campo con asombrosa facilidad.” (p. 101-102)

“Decidí rechazar los episodios más salvajes, más sangrientos, más monstruosos de la vida en el campo. Me pareció que habrían quedado muy sensacionalistas, especulativos.” (p. 191)

Todo el libro, como en el fondo toda su obra, está atravesado por la crítica al mundo soviético. Destaco los siguientes ejemplos porque me parecen muy ilustrativos y muy bien traídas ambas críticas:

“Conseguir tal posición requería esfuerzos fantásticos. Deliberadamente uno tenía que venderse, mentir, trepar sobre cadáveres. Había que sobornar, chantajear, extorsionar, imponerse a cualquier precio.
En el mundo exterior esta clase de esfuerzo habría abierto el camino a las sinecuras del Partido, el mando económico y burocrático. Los niveles más altos del poder en el gobierno se alcanzan por el mismo procedimiento.” (p. 31)
 (La posición era la de cortador de pan a la que aspiraba un reincidente)

“La grosería ostensible ¿no es una especie de crimen? Supongo que es cuestión de gustos, pero personalmente yo preferiría ser asaltado una vez en mi vida que humillado a cada momento.
Piense en la cara sombría de los vendedores soviéticos, las expresiones malhumoradas de los revisores de tren, el tono de perpetua irritación en las voces de incontables funcionarios.” (p. 161)
 (La alusión al asalto viene del hecho de que haya más inseguridad en Nueva York que en Moscú). 

Algo interesante también a tener en cuenta es que, como dice el mismo Dovlátov en una de las cartas, no ha querido hacer lo mismo que tan magníficamente hicieron Shalámov y Solzhenitsyn. En este sentido, el libro es muy inferior a los de ambos aunque es cierto que ofrece una perspectiva distinta de los mismos hechos.
En fin, un libro interesante y bien escrito, lleno de diálogos muy bien construidos que es otra de las características del autor. No obstante, si alguien quiere conocer al autor creo que es mejor empezar por alguno de los que ha reeditado en los últimos tres años la editorial Fulgencio Pimentel.

Nota: Las cartas están en cursiva en esta edición y he decidido mantenerla en las reproducciones que he hecho.

Serguey Dovlátov, La zona. Traducción Ana Alcorta y Moisés Ramírez.


domingo, 29 de marzo de 2020

La prensa hegemónica y Venezuela




Hace unos días mencionaba este libro en el comentario que hacía sobre el que Arantxa Tirado ha publicado recientemente sobre Venezuela. Este libro de Casado tiene ya algunos años, fue publicado en 2015 y la investigación está realizada sobre todo en el periodo 2012-2014, por lo que deja fuera prácticamente todo el mandato del presidente actual, algo que ya le pasaba, aunque menos, al libro de Tirado. No es que esto represente ningún problema especial, pero teniendo en cuenta que la situación se ha exacerbado mucho últimamente, creo que lo que cuenta Casado y la multitud de ejemplos que pone hoy se queda muy empequeñecida ante lo que está sucediendo.
El libro tiene su base en la tesis doctoral de Casado en la que investigó sobre cómo la prensa informaba, o desinformaba, sobre lo que sucedía en Venezuela. Para ello, además de hacer una lectura bastante exhaustiva de una serie de diarios, realizó entrevistas con periodistas de esos mismos diarios, tanto editores, como directores, responsables de secciones o simples reporteros.
El libro se divide en dos partes muy diferentes.
En la primera, ¿Quién está detrás de la prensa hegemónica?, el simple enunciado ya indica de qué va. Siguiendo la línea emprendida por Pascual Serrano, el autor deja constancia de los principales propietarios de los medios que utiliza y de los conglomerados de comunicación a los que esos medios pertenecen. Hay prensa de Colombia (El Tiempo y El Espectador), Ecuador (El Comercio), Argentina (Clarín y La Nación), Chile (El Mercurio), Paraguay (ABC Color), México (El Universal) y España (El País, El Mundo y ABC). Como se ve, está la prensa más influyente y de mayores ventas de cada país, de ahí que Casado se refiera a ella a lo largo del texto como la “prensa hegemónica”. Se completa esta primera parte con un epígrafe sobre los vicios de esta prensa entre los que incluye, por ejemplo: Falta de pluralidad, Proximidad al poder, Precarización de la profesión, etc.
En la segunda parte, Venezuela en la prensa hegemónica,  se centra ya en el tema central de su investigación. Para ello la divide en una serie de apartados de los que dejo constancia solo de algunos para dar una idea. Así: Técnicas generales de manipulación, La caricaturización del presidente Chávez, Ocultación de lo positivo y obsesión por lo negativo o Los principales temas de ataque a Venezuela en la prensa. El mero enunciado indica muy bien hacia dónde apunta el autor. Lo más interesante de esta investigación son las entrevistas que sostiene con periodistas en las que les suele mostrar artículos publicados en su medio que no responden a la realidad. Hay respuestas para todos los gustos, pero la mayoría resultan no solo muy jugosas sino muy explicativas del “trabajo” que hacen estos medios.
De esta parte se deduce claramente la cantidad de mala praxis periodística que se hace en todos ellos y de la poca o nula capacidad autocrítica. Apenas algunos casos que suelen coincidir, además, con periodistas que ya no trabajan en ese medio. Merece la pena destacar en este apartado a Miguel Ángel Bastenier o Soledad Gallego Díaz con unas interesantes intervenciones a favor de la libertad de expresión y que contrastan con las penosas que hace un Juan Luis Cebrián que no puede desprestigiarse ya más.
Evidentemente, Casado no es un actor neutral, sino que es alguien comprometido en la defensa del proceso que está teniendo lugar en Venezuela, pero eso no invalida ni mucho menos su trabajo. Los ejemplos que pone están publicados en su totalidad y las entrevistas tienen que responder a lo que dijo el entrevistado porque si no acabaría en los tribunales. Por otra parte, no es que sea una novedad lo que cuenta. El propio Pascual Serrano, tanto en varios de sus libros como en las perlas que publica mensualmente en eldiaro.es, ha mostrado cientos de ejemplos de desinformación y manipulación sobre Venezuela en particular y sobre otros muchos asuntos.
En este sentido me he referido muchas veces en este blog y en participaciones en las redes sociales a la importancia que tiene hoy la información y cómo por eso hay grupos de poder que invierten a fondo perdido enormes cantidades de dinero en ella (mejor tendría que decir que en la desinformación). Por eso libros como este hacen una importante labor aunque, lógicamente, no se conviertan precisamente en los libros más vendidos ni publicitados.
Por todo lo dicho, muy recomendable.
Hay una interesante entrevista de Youssef Ouled con Casado en diagonalperiodico.net

Fernando Casado. Antiperiodismo. Confesiones de las agresiones mediáticas contra Venezuela.


sábado, 28 de marzo de 2020

Sobre la memoria, la censura y la libertad




Qué gran acierto de la editorial Errata Naturae la traducción de tres libros ya de esta magnífica escritora rusa. Los dos anteriores fueron novelas en las que criticaba duramente el estalinismo. La primera, además, la escribió ya en 1939-40 y se refería a las purgas de 1937. Esto es, Chokóvskaia era una mujer comprometida con la libertad.
Dice Marta Rebón, la traductora de este libro como también lo es de los otros dos y una gran conocedora de la literatura rusa, en una nota que precede al texto:

“Es ésta una obra muy rica, tanto en conocimientos y vivencias como en referencia a la cultura rusa.” (p. 6)

Desde luego así es y tengo que añadir que a mí me ha interesado principalmente lo que se refiere a las vivencias y a todo lo que cuenta sobre la represión tanto sobre ella como de otros escritores.
El libro está dividido en dos partes. La primera, la más autobiográfica,  la escribió en 1974. La segunda, en la que cuenta cosas muy interesantes de otros escritores, data de los años 1977-1978.
La primera está muy centrada en su expulsión de la Unión de Escritores que se produjo en 1973. Reproduce algunos momentos del debate previo a su expulsión en los que aflora la miseria intelectual de los intervinientes todos ellos en contra de la autora.
Previamente escribe sobre la necesidad de la memoria histórica (recuerdo que su primera novela trataba sobre la inmensa represión de 1937) con fragmentos como el que reproduzco que, por cierto, tiene buena aplicación a lo que pasa en nuestro país:

“Qué mentira tan vulgar es esa idea de que recordar y llorar los muertos significa reabrir las heridas. En realidad, las lágrimas y el recuerdo son el único medio que conoce el ser humano para curarlas.” (p. 24)

Aprovecho también ahora para reproducir otro fragmento de una carta escrita en 1966 que, además de reflejar de forma muy clara el pensamiento de la autora, sirve como el anterior para aplicarlo a cosas que suceden por aquí:

 “Porque un libro –un poemario, un cuento, una novela; en suma una obra literaria-, ya sea flojo o potente, verdadero o falso, excepcional o mediocre, es una expresión del pensamiento colectivo, y no debe ser juzgado por un tribunal penal o militar, sino por la sociedad y la crítica literaria. Los escritores, como cualquier ciudadano soviético, pueden y deben ser juzgados en un tribunal de justicia si cometen algún delito, pero no por sus libros. La literatura no es competencia del derecho penal. Las ideas se contraponen con ideas, no con campos de trabajo y prisiones.” (p. 246-247)

Es muy interesante su debate interior sobre el tema de tener que ceder en algunas cosas para poder publicar otras, algo que hicieron bastantes escritores que preferían eso a no poder publicar. Ella, sin embargo, se hizo el juramento de que: “nunca permitirá a ningún editor, por muy noble que fuera el fin, que suprimiera de un libro o un artículo mío una sola línea dedicada a la memoria de una víctima.” (p. 41)
Me ha gustado y emocionado el precioso texto con el que se despide de la Unión de Escritores tras su expulsión y, desde otro punto de vista, me ha sorprendido el que, a pesar de lo duro de los temas que trata, Chukövskaia sea capaz de usar una fina ironía cuando, por ejemplo, va relatando los muertos en 1937.
En la segunda parte, sin abandonar aspectos autobiográficos, se centra en lo sucedido con otros escritores. Así, dedica dos capítulos completos a Solzhenitsin, quien se instaló por un tiempo en la dacha de la autora, y bastante espacio a Sájarov, Pasternak, entre otros.
Hay un fragmento que resume muy bien el pensamiento de Chukóvskaia sobre lo que pasa tanto con ella como con estos escritores:


“Aquí existe un crimen que las autoridades nunca perdonarán a nadie. Es la única ley que se observa con rigor: todo individuo debe ser castigado con severidad ante el mínimo intento de pensar por sí mismo. De pensar en voz alta.” (p. 260)

Algunos comentarios sueltos para terminar. Una vez más se ve la importancia que la poesía ha tenido en la sociedad rusa, es algo que aparece en casi todos los libros. Por otra parte, he de decir que, aunque desconozco a la inmensa mayoría de los escritores que se mencionan en el libro, no importa demasiado; el libro merece mucho la pena. Hay un buen Glosario al final del libro hecho por Ferran Mateo en el que se cuentan cosas de varios personajes citados en el texto; habría sido muy interesante conocer qué ha sido de algunos de los principales represores tras el cambio de régimen porque estoy casi seguro de que más de uno también logró puestos de privilegio.
En la nota de la traductora que reproducía al principio se decía que es una obra rica en referencias a la cultura rusa. Me permito recomendar sobre ese tema el libro En la ciudad líquida, escrito precisamente por Marta Rebón, en el que yo he descubierto a muchos y grandes escritores rusos.
En fin, una crónica magníficamente escrita, tremendamente interesante y muy emocionante en algunos pasajes. Un ejemplo más, y ya son muchos, del mal que representó el estalinismo y de lo absurda que siempre es cualquier forma de totalitarismo.
Obviamente muy recomendable, pero aprovecho también para recomendar cualquiera de los otros dos ya publicados.

Lidia Chukóvskaia, Crónica de un silencio. Traducción Marta Rebón.


miércoles, 25 de marzo de 2020

Para conocer mejor Irán




No se me ocurre mejor manera de comenzar el comentario que con este fragmento con el que inicia su interesante entrevista con la autora en el país.com Berna González Harbour:

Digamos primero lo que no es esta novela: no es una innovación de estilo, no juega con tiempos ni personajes, no salta hacia la complejidad narrativa ni esperen de ella que inaugure una vanguardia literaria, no. Leer a Parinoush Saniee es como leer una plácida novela británica de hace un siglo —de toda la vida, en fin— sin adornos, sin recargos, sin trucos ni sobresaltos trepidantes, más allá de las magulladuras que te van contagiando los personajes heridos. Que son grandes.”

Es una novela a la vieja usanza, es decir, se trata de contar una historia sin más, pero también sin menos, pretensiones. Eso sí, la historia que cuenta Saniee tiene una gran potencia y unos personajes perfectamente construidos y desarrollados.
(En interesante anotar antes de continuar que Saniee es realmente una socióloga que ha dedicado mucho tiempo a hacer investigaciones sobre la generación de las mujeres que vivieron la Revolución durante su adolescencia.)
El libro narra en primera persona y desde la infancia la historia de Masumeh, una mujer que nació y vivió en Qum, ciudad que es el centro del chiísmo iraní, hasta que su familia -compuesta por sus padres, tres hermanos y una hermana-,  se trasladó a Teherán donde pronto la casarán con un joven, Hamid, al que no conoce y con el que tendrá tres hijos.
La primera mitad del libro sucede antes de la revolución que llevó al poder al imán Jomeini. En esta parte el protagonismo además de Masumeh lo tiene su marido. Este es miembro de un grupo comunista por lo que terminará en la cárcel hasta ser liberado con la revolución. También tienen un papel importante sus dos hermanos mayores por su religiosidad. En esta parte la autora aprovecha para establecer algunos debates sobre las ideas comunistas de Hamid y las religiosas de sus hermanos. También muestra muy bien cuál es la situación de la mujer durante ese periodo que, por cierto, no cambiará a mejor precisamente tras el cambio de régimen.
En la segunda parte son los hijos los que asumen un mayor protagonismo. El mayor terminará exiliado en Alemania tras ser detenido por acercarse al movimiento de los muyaidines y el segundo, que no es admitido en la universidad por ser hijo de un represaliado, será combatiente en la guerra con Iraq, desaparecido y cuando vuelve, una vez terminado el conflicto, sí le admitirán por excombatiente.
He contado más de lo que suele ser habitual en mis comentarios sobre libros para ilustra mi idea principal: estamos ante un texto que cuenta la vida de una familia, pero que, al mismo tiempo, está contando la historia de Irán y cómo lo que sucede en el país influye en lo que les pasa a los miembros de esa familia.
Un aspecto muy importante, y es lógico por lo que comentaba al principio de las investigaciones de la autora, es lo que se cuenta sobre la situación de la mujer. A propósito de esto, hay un fragmento muy al final del libro que creo que resume muy bien no solo esa situación, sino también la evolución del país:

¿Sabes cuántas veces tuve que cambiar el modo de taparme, según lo que los hombres consideraban adecuado? En Qum llevaba el chador; en Teherán, pañuelo de cabeza; cuando me casé con tu padre, él no quiso que llevara ningún tipo de hiyab; luego llegó la revolución y tuve que llevar túnica larga y pañuelo en la cabeza; y después querías casarte con la señorita Ladan y pretendías que me vistiera a la última moda. Entonces no te habría importado que hubiera lucido un vestido escotado, pero ahora que quieres casarte con la hija de tu jefe, ¡debo ponerme chador!” (p. 393)

Como decía antes, los personajes de esta novela están muy conseguidos sobre todo el de la protagonista, una mujer de gran entereza que es capaz de enfrentarse a situaciones muy duras y discutir con su marido, sus hermanos y sus hijos. Con el primero por sus ideas comunistas y con los otros por su religiosidad exagerada ya que ella, siendo una persona religiosa, rechaza la exacerbación del islam por parte de algunos. (Esto se puede apreciar claramente en el fragmento que acabo de reproducir).
Su postura se puede entender muy bien a partir de estas frases que le dirige a uno de sus hijos:

La ideología pura es una trampa; te convertirá en una persona con prejuicios, impedirá que te formes tu propio criterio y tus propias opiniones, y te hará tendencioso. Y al final te convertirá en un fanático.” (p. 369)

Un libro muy recomendable especialmente para quienes disfrutan cuando les cuentan una buena historia y cuando los personajes que en ella aparecen son de carne y hueso, con sus aciertos y sus errores, con sus flaquezas y sus fortalezas. Además, ayuda a conocer bastante bien la evolución de Irán.
Desde luego un libro que logra que el lector se abstraiga del momento tan complicado que se está viviendo con el avance imparable de la epidemia del covid-19
El libro, advierte la editorial, está traducido del inglés por lo que supongo que el original está escrito en persa. De hecho hay varios términos que no se han traducido de esa lengua y no siempre se sabe de qué se trata, por lo que hubiera sido útil una nota a pie de página por parte de la traductora.

Parinoush Saniee, El libro de mi destino. Traducción Gemma Rovira Ortega.


lunes, 23 de marzo de 2020

Una fábula sobre la China actual


Este es el cuarto libro que publica la editorial Automática de Lianke y también el cuarto que yo leo. El primero fue en 2014 y desde entonces cada dos años leo uno. Los dos primeros me parecieron extraordinarios, al tercero, siendo bueno, creo que le sobraban algunas páginas, y el que ahora comento, teniendo un inicio realmente interesante y conseguido, ha llegado un momento en que se me ha caído de las manos, me ha dejado de interesar y me ha parecido que utilizaba demasiado el “realismo mágico” (o el realismo espiritual que es como califica el propio Lianke en el Epílogo a su escritura) y que, en general, insistís demasiado en la misma idea sin que la ºhistoria progresara.
Lianke cuenta cómo a partir de la iniciativa de su protagonista, Kong Mingliang, habitante de una pequeña aldea cerca de las montañas, esa aldea pasará a convertirse en villa, condado, ciudad y, finalmente, en megalópolis, con todo lo que eso implica de mejora económica y social para sus habitantes. En esta labor le ayuda la otra gran protagonista, Zhu Ying, que será su esposa aunque no tengan apenas relación.
Este proceso le sirve al autor para criticar tanto el anterior régimen chino, como el capitalista que está formándose gracias a las reformas. Reproduzco dos fragmentos donde se pueden apreciar de forma explícita estas críticas:

“Joder, en estos tiempos de apertura y reforma que corren se puede ganar dinero con todo. Si  tienes dinero eres un señor y si no, un pringado y una rata. Con dinero te hacen caso los jefes de la villa y el condado, sin él te desprecian.” (Palabras del protagonista). (p. 128)

“Muchos venderían a su mujer y a su hijo a cambio de los muchos sobornos que implicaba ser concejal en una ciudad emergente (…)” (p. 343)

De todas formas la crítica recorre todo el texto. Así, el dinero para poder pasar de aldea a condado lo obtiene primero el protagonista y luego todos los habitantes de la aldea robando carbón primero y luego otros productos cuando disminuye su velocidad al subir una cuesta. Por otro lado, la que será su mujer lo consigue gracias a ser una emprendedora del sexo y del ocio, primero dedicándose a la prostitución en la ciudad y luego montando su propia empresa del sexo a medida que la aldea iba creciendo.
En la misma línea crítica se mueve cuando narra las primeras elecciones que se hacen al convertirse en condado y en las que el protagonista se dedica hacer generosos regalos y, en última instancia, a falsear los resultados´
Como es habitual en los libros de Lianke no faltan el sentido del humor ni las referencias al hecho de que es mucho mejor ser ciudadano que campesino o montañés, aspectos ambos muy característicos de su obra. Tampoco ese realismo mágico que mencionaba más arriba, pero del que, como también comentaba, abusa en  exceso. En otro sentido, es interesante la presencia de muchas escenas de sexo y la importancia que se da al escupitajo como máxima ofensa y también como castigo con alguna escena que resulta bastante repugnante.
Por su actualidad, el libro está escrito en 2014, reproduzco el siguiente fragmento:

“- ¿De verdad serías capaz de construir cien kilómetros de metro en una semana? ¿El aeropuerto más grande de Asia en siete días.” (p. 397)

Hay decir que sí, que fueron capaces de hacerlo. Aquí Lianke tiene carácter premonitorio.
Desde luego si tuviera que recomendar un libro del autor lo haría con cualquiera de los dos primeros y no con este que siendo muy original, resulta bastante pesado y reiterativo en muchos momentos teniendo en cuenta que tiene 477 páginas.
Hay una reseña de Ricardo Martínez Llorca en culturamas.es en la que se da que una visión más favorable.

Yan Lianke, Crónica de una explosión. Traducción Belén Cuadra Mora.


domingo, 22 de marzo de 2020

“Gracias a todos”: Nuevas citas XXVI



Hace ya siete años que autoedité Gracias a todos en el que recogía la mayoría de las citas que había ido recopilando hasta entonces. En este tiempo he seguido con mi vieja costumbre y he pensado que sería una buena idea publicarlas en el blog organizadas por temas, con algún comentario si se tercia, tal y como hice en el libro.



Verdad


“El problema con mentir y engañar es que su eficiencia depende enteramente de una clara noción de la verdad que el mentiroso y el engañador desea esconder. En este sentido la verdad, incluso aunque no prevalezca en público, posee una insalvable primacía sobre la falsedad”
H.Arendt citada en
Fernando Vallespín, La mentira os hará libres. Realidad y ficción en la democracia


Una mentira piadosa siempre es perdonable. Pero quien dice la verdad sin estar obligado a ello no merece perdón.
Karl Kraus, Dichos y contradichos


La verdad es un criado torpe que rompe platos mientras limpia.
Karl Kraus, Dichos y contradichos


Las verdades siempre son provisionales, mientras que las mentiras a menudo son imposibles de cambiar.
Henning Mankell, Botas de lluvia suecas



Vida


Quizás todo el arte de la vida consistiera solo en dejar que la imaginación lavara y coloreara los hechos de la vida.
Sherwood Anderson, Muchos matrimonios


La vida es la vida, y siempre existe la posibilidad de descubrir otras maneras de vivirla.
Sherwood Anderson, Muchos matrimonios


-Pues, bueno, ¿para qué otra cosa puede ser la vida si no para averiguar cuál es el objeto de su existencia?
-¿Y qué es lo que te hace pensar que la existencia tiene un objeto? ¿Por qué no va a ser, simplemente, un poco de sucia mierda sin ningún sentido?
Chistopher Isherwood, Desde lo más profundo


Una de las misteriosas leyes de la vida es que descubrimos siempre tarde sus auténticos y más esenciales valores: la juventud, cuando desparece; la salud, tan pronto como nos abandona, y la libertad, esa esencia preciosísima de nuestra alma, sólo cuando está a punto de sernos arrebatada o ya nos ha sido arrebatada.
Stefan Zweig, Montaigne


Las células son ciegas y nos gobiernan de una manera absurda. Por eso la vida no es un asunto demasiado serio. Le damos una importancia mucho más grande que la que le corresponde en la realidad. En la realidad, una vida humana equivale a cero. Es un ejemplar de la especie ni siquiera digno de mención. Sólo a nosotros nos duele esa vida humana, sea porque amamos, sea porque es la casualidad de que es la nuestra.
Imre Kertész, La última posada


Antes de aguantar la vida habría que hacerse anestesiar.
Karl Kraus, Dichos y contradichos



Violencia


La violencia, dice, no es peligrosa. No es peligrosa y no es el mal. La violencia, aunque parezca una paradoja, no es violenta. Se vuelve violenta solo si es mal empleada. Si no, es una estética, un estilo. Un proyecto.
Giorgio Vasta, El tiempo material


Volveré sobre el sentimiento contemporáneo de que todos somos verdugos en potencia. Ese fatalismo teñido de complacencia está presente en la literatura y el cine y en algunos intelectuales. Al fin y al cabo, ¿qué hay más excitante que un gran criminal? No, no todos nosotros estamos sólo a un paso de cometer un crimen mayor. Por mi parte, creo en los hechos y observo el mundo. Las víctimas se hayan en su lugar. Los verdugos también.
Rithy Panh y Cristophe Bataille, La eliminación


“Puede que la muerte de niños por falta de atención médica y condiciones nos provoque horror, quizá sólo lástima. En cambio el horror es que esos indígenas se levanten en armas. Parece que hay que condenar todas las violencias menos la que el sistema ejerce sobre esas gentes. Mientras no decíamos nada, la violencia no existía. Los indígenas la padecían, morían. A la hora en que deciden contestar a esa violencia y decir ¡basta! Los intelectuales dicen: -¡No, esa violencia no!-, la que yo represento, la violencia culta sí, no la violencia bárbara”.
Subcomandante Marcos citado en
Pascual Serrano, Medios violentos. Palabras e imágenes para el odio y la guerra


“Nunca volveré a alzar la voz en contra de la violencia de los oprimidos que viven en guetos sin denunciar primero con toda claridad a la institución que es responsable de la mayor parte de la violencia que padece hoy día el mundo: mi propio gobierno”.
Martin Luther King citado en
Pascual Serrano, Medios violentos. Palabras e imágenes para el odio y la guerra


De acuerdo con Kraus.¿Cuántas mentiras piadosas decimos? Creo que casi todo el mundo muchas. Si no el mundo sería bastante invivible.
Mankell no hace sino afirmar lo que puso en práctica Goebbels y hoy tanta y tanta gente en las redes sociales.
Tengo muchas carencias, pero una de las más evidentes es la imaginación, por eso creo que Anderson apunta bien.
Cuánta razón tiene Zweig.
Reproduzco de memoria (no tengo el libro a mano) una cita que hacía Unamuno de  alguien llamado algo parecido a Obermann creo que en su libro Del sentimiento trágico de la vida. “Quién eres tú, para el universo nadie, para mí todo”. Esta frase me ha acompañado a lo largo de mi vida y es una de las que más he repetido. Sí, efectivamente, “la nuestra” como dice Kertész.
Esta es una de las veces en que Kraus recuerda más al gran Cioran.
Qué peligroso lo de la violencia como estética; qué fascista resulta.
No tengo tan claro que todos no seamos verdugos en potencia como dicen Panh y Bataille.
Marcos y Luther King apuntan a algo fundamental: existe una violencia del sistema que no siempre es explícita, pero que es evidente para la gente que la padece. Este es un tema espinoso pero clave para entender el mundo en el que vivimos.

Y hasta aquí ha llegado la actualización de Gracias a todos. Desde que la inicié he seguido incorporando citas que  me gustaría volver a actualizar dentro de un tiempo.
Espero que a quienes las hayáis leído os hayan gustado y resultado interesantes.
Voy a ver cómo consigo hacer un archivo en pdf de todas y así ponerlo a disposición de quien desee conservarlas todas juntas.

sábado, 21 de marzo de 2020

ANDAMIO


Una entrega con muy poco cine y, además, visto en casa por mis problemas de espalda y últimamente por el maldito covid-19. En series hay un predominio casi absoluto de series europeas y dentro de estas de las británicas. Buena cosecha, claro que he abandonado alguna al segundo capítulo, como me pasó con la última temporada de Billions.


Películas


Mientras dure la guerra. No suelo ver cine español, pero esta vez he decidido ver algunas de las que fueron nominadas para los Goya. He empezado por la de Amenábar y una vez más me he llevado una decepción. Ya la primera escena con la entrada de los “nacionales” en la Plaza Mayor de Salamanca me ha parecido una de las peor rodadas que he visto en los últimos años y, desde luego, no se corresponde con el buen hacer general de este director. Hay momentos de la película que merecen le pena fundamentalmente por la buena interpretación de Unamuno que hace Errejalde, pero en general no me ha interesado demasiado la historia que, por otra parte, es bastante conocida. Mención aparte merece el tratamiento dado a Millán Astray al que, siendo un personaje despreciable, le han dado un tono que roza o entra de lleno en el más puro ridículo.

For Sama. Es el tercer documental de los seleccionados para los premios Oscar que pongo en esta sección. Realizado por una periodista siria, trata sobre el asedio de Alepo y más en general sobre el conflicto de ese país, pero enfocado desde el lado humano. Sama es su hija que nace en plena guerra fruto de su matrimonio con un médico también sirio que es el otro protagonista del documental. Muy emotivo y con algunas imágenes muy duras. Muy recomendable.

Casino. En estos días de reclusión hay tanto tiempo que se pueden volver a ver algunos clásicos como esta obra maestra de Scorsese. La primera mitad me parece una auténtica pasada.


Series


El Espía. Miniserie norteamericana aunque el creador es israelí. Consta de seis episodios y narra, basada en hechos reales, la historia de un espía israelí que se infiltró en Siria donde estuvo a punto de ser nombrado nada menos que Viceministro de Defensa. A la serie le cuesta arrancar y los dos primeros episodios se hacen pesados, pero a partir del tercero va a más en cada capítulo. Está muy bien ambientada –se desarrolla en los sesenta-, pero hay algunas interpretaciones muy mejorables y algunas escenas también lo son. Tiene el interés añadido de que ayuda a conocer un poco la política de Siria.

The virtues. Magnífica miniserie británica de solo cuatro capítulos de unos 45 minutos, pero con una gran intensidad emocional. Hay que destacar por encima de todo las interpretaciones tanto de los protagonistas como de los secundarios y unos diálogos cargados de verdad y de naturalidad. Se desarrolla en Irlanda y hay un par de referencias muy bien traídas a la religión católica. Es una de las mejores series que he visto en mucho tiempo.

Dublin murders. Serie británica de ocho episodios. Se desarrolla en Irlanda en 2006 y tiene como protagonistas a una pareja de policías que investigan un crimen en un pueblo donde, en 1985, se produjo la desaparición de dos niños. En general resulta interesante y entretenida aunque, quizá por estar basada en una novela, también hay otros en los que decae y se hace algo difícil de seguir. Buenas interpretaciones y ambientación, pero hay que aceptar algunas cosas de la trama un tanto inverosímiles.

The marvelous Mrs. Maisel. Tercera temporada de esta divertida comedia que esta vez consta de ocho episodios. Se mantienen los personajes de las temporadas anteriores y la magnífica ambientación. Sin embargo, creo que empieza a agotarse porque junto a momentos muy conseguidos hay otros que se hacen un tanto pesados y no aportan nada a la historia. En esta temporada hay una novedad que son los números musicales que pegan bastante con el tono de la serie. Muy entretenida y con algunos gags especialmente graciosos.

Deadwater fell. Miniserie británica de solo cuatro episodios. Está muy en la línea de Broadchruch, incluso comparte uno de sus protagonistas, aunque con menor intriga propiamente policíaca. Incide mucho en los comportamientos y las relaciones personales y familiares. Buena serie.

Blinded. Serie sueca de ocho episodios de unos 45 minutos cada uno. Se desarrolla entre el mundo del periodismo y el mundo financiero. Muy entretenida y se sale un poco de los típicos thrillers de esa procedencia que, por otra parte, son muy buenos. Bastante bien construido el guion y también bastante comprensible la parte económica, algo que suele ser el fallo de otras series que tratan el tema financiero.

De dag (El día). Magnífica serie policiaca belga que consta de 12 capítulos de unos 45 minutos cada uno. Se trata del atraco a un banco  con secuestro de rehenes algo no muy original, pero que al estar planteado de forma perspectivista sí resulta novedoso. En un capítulo se ve cómo se desarrolla la situación fuera del banco y en el siguiente dentro sucediendo todo a lo largo de un mismo día. Un guion muy bien trabajado y construido con buenas sorpresas y giros, pero sin perder la verosimilitud. También está muy bien ambientada e interpretada.

viernes, 20 de marzo de 2020

Otra visión de Venezuela




La autora, politóloga y doctora en Relaciones Internacionales, se propone en este libro la difícil y ardua tarea de, yendo muy  contracorriente de la tendencia dominante, demostrar que lo que sucede en Venezuela no es lo que dicen a diario los medios de comunicación.
Para ello expone en los diferentes capítulos varios aspectos de la realidad de aquel país desde una breve historia de cómo llegó Chávez al poder a la política exterior, pasando por la economía, la política interior y los elementos de desestabilización puestos en marcha por los Estados Unidos principalmente, para terminar con un capítulo dedicado al tratamiento que dan los medios al proceso venezolano con especial atención al que se da en España. Se completa con una interesante Coda final con el título de ¿Qué aprender de Venezuela?, en la que ofrece una visión en el fondo bastante pesimista sobre las posibilidades de un cambio real en el mundo actual.
Desde luego es un libro muy combativo y hasta me atrevería a calificar de militante en defensa del movimiento puesto en marcha por Hugo Chávez y, por lo tanto, muy crítico con las posiciones de aquellos que son críticos con el proceso sean de la tendencia que sean. En este sentido dedica bastante espacio a criticar a cierta “izquierda académica” aunque evita dar ningún nombre.
Me ha sorprendido el papel muy positivo que otorga al papel jugado por Rusia y no me ha gustado el exceso de bromas y de ironía en el capítulo que dedica al tratamiento que dan los medios españoles.
Sobre este tema estoy leyendo estos días el libro de Fernando Casado: Antiperiodistas. Confesiones de las agresiones mediáticas contra Venezuela,  que es un magnífico estudio sobre el trato recibido por los principales medios tanto españoles como sudamericanos.
Hay otro aspecto del libro que me parece cuanto menos mejorable. Me refiero a las referencias que se hacen en diversos momentos a posibles errores en la conducción del proceso, errores que no se mencionan me imagino que porque supone que con lo que se cuenta en los medios ya es suficiente. Sin embargo, en mi opinión, creo que sería muy útil y aleccionador que alguien tan favorable al proceso como lo es la autora dejara constancia de algunos.
En relación con esto y volviendo al tema de la Coda, el siguiente fragmento refleja muy bien la posición de Tirado:

“Tratar de hacer una revolución en un país dependiente y tratar de crear un modelo de desarrollo propio y alternativo parece una quimera. En Venezuela, como en otros procesos políticos de transformación, coexisten políticas rupturistas con el capitalismo, algunas de las cuales podrían ser tildadas de “socialistas”, junto a políticas que apuntalan y refuerzan la reproducción del capital. ¿Es esto culpa de la actual dirigencia, o es el resultado natural de unas estructuras económicas y de poder que traspasan el marco venezolano, pero lo penetran a la vez, coartando sus posibilidades de ruptura?” (p. 249)

Un libro interesante porque estamos cansados de la visión que se da a diario en nuestros medios y aquí al menos hay algunas informaciones que pueden ayudarnos a conocer y entender mejor la situación. De todas formas, está muy centrado en la figura de Chávez y en los primeros tiempos del cambio, mientras que deja un tanto de lado la situación actual bajo la dirección de Maduro.
Hay una larga e interesante entrevista en insurgente.org

Arantxa Tirado Sánchez, Venezuela. Más allá de mentiras y mitos.




miércoles, 18 de marzo de 2020

En la Turquía de Erdogan





Este es el segundo libro que escribe esta joven, nació en 1985, editora y columnista francesa que estuvo en el equipo de Charlie Hebdo de 2008 a 2013.
En uno de los fragmentos de diferentes críticas hechas en Francia que la editorial ha recogido en la solapa  se la compara por su honestidad y el uso del “yo” con Emmanuel Carrère y creo que, efectivamente, tiene algunos puntos en común con el gran escritor también francés.
El surco es un libro muy comprometido y combativo con la causa de los armenios, los kurdos y, sobre todo, con los que aspiran a que Turquía sea una democracia y un país donde se respeten los derechos humanos.
La protagonista, cuyo nombre no se da en ningún momento, pero que es claramente la propia Manteau, tiene una complicada historia de amor por la situación y el carácter de su pareja de la que apenas aporta información (tampoco se conoce su nombre). No obstante, esta es una parte bastante irrelevante del libro más allá de las consecuencias que pueda tener sobre su protagonista. El tema principal lo constituye la situación de Turquía que nos es mostrada a través de dos líneas argumentales: por un lado, los recorridos que hace la protagonista por Estambul y sus encuentros con diferentes grupos de amigos, recorridos por los que también conocemos aspectos de la vida cotidiana y, por otro lado, por la investigación que hace sobre Hart Dink, el periodista armenio asesinado en 2007, creador y director de la revista Agos, palabra que significa precisamente surco.
El libro está construido a través de fragmentos y escenas, pero sin que se pierda la unidad del conjunto. Y sobre el estilo dice Gladys Marivat en Lire, según aparece en la solapa, que es “a la vez depurado y líricamente denso, junto con la descripción comprometida y profunda de nuestra época, mezclando realidad y ficción sin caer en la egolatría (…)”
Como decía antes, es un libro muy combativo y en ese sentido es enormemente crítico con el gobierno turco, pero también con Francia y con la Unión Europea, en este caso específicamente por el acuerdo sobre los refugiados.
De todas formas, cuando termino el libro lo hago con la sensación de no haber captado, por mi gran desconocimiento de la realidad turca, todo lo que la autora nos quiere transmitir y tampoco haber entendido todo lo que nos cuenta. Al mismo tiempo, sin embargo, lo termino también con la sensación de haber leído una buena historia y de estar ante una escritora  que tiene muchas cosas que decir.
Son bastantes los fragmentos que se podrían reproducir. Solo reproduciré uno que me parece especialmente interesante porque ayuda a comprender algo que desde fuera resulta raro para un tipo de posición política:

“Nunca he tenido ocasión de averiguar más sobre el movimiento de los objetores de conciencia en Turquía, y sin embargo sé que en este país, donde la tradición democrática se confunde (para desesperación de los verdaderos demócratas) con el culto al ejército, los movimientos antimilitaristas son uno de los puntos en común de los progresistas.” (p. 140)

Unas páginas antes ha escrito sobre “los pequeños kemal”, los hijos de la clase media laica que han mamado la cultura europea y que son un grupo muy minoritario.
Un libro no solo interesante, sino también emocionante en muchos momentos. Esperemos que la editorial se anime a traducir su primer libro.

Valérie Manteau, El surco. Traducción Isabel Margelí.